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21.

Han sido unos días bastantes extraños para mí, personalmente.

¿Alguna vez han sentido que nunca encajan en algún lado? Podía estar rodeada de personas en mi vida adulta, pero siempre me sentía como un bicho extraño, como que esas personas no estaban a la par mía. Así me sentía yo con anterioridad. Me sumergía en la paradoja de la compañía superficial, que no puede llenar el vacío emocional. Sin embargo, de un momento a otro ese pensamiento comenzó a cambiar cuando la compañía de una persona me hacía sentir bien.

Para mí sigue siendo algo sorpresivo el cambio de actitud que ha tomado Jungkook conmigo. Es muy amable y siento que se preocupa por mí, como nunca antes lo habían hecho. Son pequeñas cosas que hacen que mi humor cambie drásticamente a uno mejor y aunque no lo admitiera a viva voz aún, debía darle crédito a él porque quisiera ir a terapia para cambiar aspectos de mi vida muy negativos.

Porque sola, sin duda alguna aún estaría en la miseria.

—¿Irás al hospital hoy?

—Sí. ¿Recuerdas a la doctora Minah?

Doctora Minah... doctora Minah... — guardó silencio unos momentos. — creo que no, lo siento. Soy muy malo recordando nombres o rostros.

La doctora que me atendió cuando me desmayé a causa de mi anemia, a la que le dijiste que eras mi novio, ¿no recuerdas? — bromeé mientras anotaba unas cosas en mi ordenador. Escuché la risa en la otra línea y un suspiro.

Creo que estoy teniendo recuerdos algo borrosos.

Ella me dijo que si quería comenzar con terapia, me podría derivar sin problema con un psicólogo.

Eso es muy bueno, ¿no quieres que te acompañe?

Hablar con Jungkook ya sea presencialmente, por mensajes o llamada, se estaba haciendo un hábito diario. Y me agradaba bastante.

—Estás trabajando, tonto.

¿Y? Soy mi propio jefe, tonta— hizo una pequeña pausa, para después añadir: —, Además, si me dices que quieres que esté ahí, créeme que llego en unos minutos.

Sonreí de manera instantánea, porque se estaba acostumbrando a decir esas cosas tan a la ligera.

—Sería bueno que me hicieras compañía...

Listo, estaré fuera de tu trabajo en minutos...

—Pero esto es algo que debo hacer sola. — terminé la oración que había interrumpido.

No puedo negar que me está gustando mucho la compañía de aquel ser que encontraba tan desesperante en un comienzo. Aquel ogro que no quería ser molestado, aquel palurdo de poca educación.

Aquel ser tan desconfiado.

Pero de algo tenía claro, y es que para estas cosas tan personales prefería de momento hacerlos sola.

—Está bien. Si necesitas que te vaya a buscar, solo llámame, ¿sí?

Oh, tranquilo. Eso si o sí lo iba a hacer. — respondí ganándome una risa de su parte. — solo no me cobres el pasaje.

Lo pensaré, puede que no te cobre si aceptas comer conmigo.

Uh, eso está difícil, debo ir a mis clases de bachata que he tenido muy abandonadas desde que alguien decidió plantarme cuando debía hacer mi presentación.

Bueno, ¿me dejas bailar contigo, entonces? Hay que limar las asperezas, mujer. Soltemos el pasado. — su voz se oía divertida, por lo mismo rodé mis ojos.

—Soy muy rencorosa, lo siento.

Eso se nota, no te preocupes, puedo soportarlo.

Soohyun, te estoy llamando hace dos minutos y aún no recibo respuestas.

Alejé tan rápido como me fue permitido el celular de mi oreja para que mi jefe no se percatara que estaba hablando en plenas horas de trabajo. Definitivamente no estaba para aguantar los reclamos de él a estas horas, así que prefería evitar cualquier inconveniente. Mi dedo deslizó la cruz para finalizar la llamada y que Jungkook no escuchara nada de lo que él, por supuesto, me reclamaría.

—Lo siento, estaba un poco distraída. — me justifique bajo la intensa mirada de Song Joongki. Él era el tipo de personas que no comprendía ni un poquito. Podía un día estar enormemente feliz y al otro, estar completamente furioso sin razón aparente.

Y eso es lo que pasaba últimamente con él. Estaba enojado sin motivo.

—Eso se nota. — respondió en un tono hostil. — Necesito que me liberes la agenda de la próxima semana.

—¿Está seguro? La próxima semana tenemos la inauguración de dolce Italia en Busan. Creo que es la semana mas ajetreada que tiene, señor. — intenté explicar al momento en que buscaba la planilla con todas sus futuras actividades.

—No me importa, haz lo que te pido. Y otra cosa... — giró su cuerpo nuevamente, colocando un dedo en su frente. — dejaremos que Jeon's Food venda su comida en nuestros restaurantes.

Decir que no estaba sorprendida sería una total mentira. Él estaba completamente seguro en su decisión de que no quería absolutamente nada relacionado al señor Jeon. Así que me permitía tener mis dudas respecto al cambio de actitud que estaba teniendo.

—¿Está completamente seguro?

—Sí. Y otra cosa...

—Dígame, señor.

—Necesito que te quedes por horas extras el día de hoy.

Intenté con todas mis fuerzas no hacer alguna mueca de disgusto ante su petición. Tenía todo programado en mi mente y esto hacía que ya nada siguiera acorde a mis planes, y me disgustaba.

Pero como siempre, preferí callar.

—Está bien, señor. No hay problema. — mentí de manera descarada. Porque si había problema. Mi cita con la doctora Lee, el encuentro que tendría luego con Jungkook, el baile...

—Bien.

Ahora de manera definitiva volteó para entrar a su oficina para sentarse de manera brusca en su silla de cuero. Suspiré frustrada y quise revolver mis cabellos por no poder negarme una vez más.

Llamé a Jungkook de manera cautelosa para informarle que todo se cancelaba por temas de trabajo y a pesar de que él se escuchaba algo decepcionado, terminó por hacerme reír al recordar que éramos vecinos y nos veríamos de todas formas después.

Song Joongki me tenía haciendo nuevas planillas con futuros eventos. Me hizo correr la agenda de la próxima semana y eso provocó que todo se alterara, por la misma razón tuve que estar llamando a gerentes de los propios restaurantes diciendo que se le había presentado un inconveniente para poder asistir a todos esos lugares.

Y sí, tuve que hacerlo uno por uno.

Me sorprendí que él tampoco se haya ido. Ya eran casi las diez de la noche, así que cuando vi que él se levantaba para tomar su chaqueta, es que agradecí que ya por fin me podía ir a casa.

—Te pediré un auto. Es bastante tarde.

—No es necesario. Puedo tomar el transporte público, además, necesito un poco de aire.

—¿Segura?

—Sí. —asentí guardando los últimos cambios en mi computadora, antes de apagarla.

—Te agradezco que te hayas quedado. Eras la única que podía arreglar todo el desastre que quedaría por mi ausencia de la próxima semana. — explicó viéndose algo frustrado. Al parecer no quería ausentarse y era mas bien una obligación.

—Debe ser muy importante lo que deba hacer. Usted es muy comprometido con su trabajo.

—Créeme que no me hace feliz.

No dijo mas palabras y tampoco insistí. No quería meterme a la boca del lobo y hacer que se enojara una vez más. Tomé mis cosas para bajar a la par de él, en el mismo elevador, viendo en la sala que ya no había absolutamente nadie en este edificio.

Éramos los únicos.

Él me dijo una vez salimos, que sería muy bien recompensada por haber quitado de mi tiempo y en eso no tenía dudas. A pesar de todo lo que pueda ser él, pagaba muy bien y no tenía quejas en ese ámbito al respecto.

Caminamos en direcciones contrarias. Él a su vehículo, mientras yo caminaba a la parada de autobús. Volteé mi cabeza por acto de reflejo y observé como él se encontraba con una mujer muy bien vestida. Parecía una modelo de alta costura.

Y pude reconocer su rostro, era la misma mujer que estaba al lado de Jungkook en el cementerio. Aquella mujer que estaba llorando de manera desconsolada la muerte del señor Jeon. Mis ojos y los ojos de aquella chica conectaron. Su mirada, fría y distante, me envió un escalofrío. Aunque era una desconocida, sus ojos parecían esconder secretos oscuros. Me quedé con la sensación de que algo no estaba bien, algo inquietante, lo cual me hizo voltear de manera rápida mi cabeza. Su mirada era intensa y podría jurar que no le agradó que estuviera observando aquella escena de ellos dos abrazados.

Caminé lo más rápido que mis pies me permitieron, sin mirar atrás nuevamente. El ruido de una bocina me hizo sobresaltar y me abofeteé mentalmente por parecer que estaba en una película de suspenso.

Que ridiculez, solo fue una mirada.

—¡Soohyun!

Ladeé mi rostro al escuchar mi nombre y ver que un pelinegro estaba en el asiento de su vehículo de alta gama, con un brazo reposando en su ventana. Una sonrisa sutil se dibujó en su rostro, saboreando la sensación de poder y distinción que le brindaba aquel lujoso automóvil.

—Jungkook, me asustaste.

—¿Vas a esperar invitación para subir o qué?

Toqué mi corazón, que extrañamente latía de manera rápida, como si el malestar aún estuviera presente, o mas bien, el sentimiento de que algo no estaba en orden.

—¿Qué haces aquí? — pregunté mientras caminaba hasta el lado del copiloto y me subía lo más rápido posible, como si estuviera en una especie de persecución que solo estaba en mi cabeza.

—Sabía que saldrías tarde. No podía permitir que te fueras sola, así que aquí me tienes.

Sentí como el calor de sus palabras envolvía mi corazón, haciéndolo latir nuevamente, pero de otra forma. De una forma mas reconfortante.

—Muchas gracias.

—¿Estás bien?

—Eh, sí, ¿por qué lo preguntas? — pude notar que me miraba de manera curiosa.

—Estás mas pálida de lo habitual, como si hubieras visto un fantasma.

—No, no, soy así. Me olvidé de echarme mi rubor el día de hoy. — mentí, colocando el cinturón de seguridad. — ¿te puedo hacer una pregunta?

—Ya me estás preguntando, pero te acepto otra. — bromeó poniendo en marcha su vehículo.

—La persona que estaba a tu lado aquel día en el cementerio, ¿es tu hermana?

—Desgraciadamente.

Su respuesta fue cargada de sinceridad. En definitiva no se llevaban y me intrigaba cada vez más que es lo que sucedía aquí.

La mala espina aún estaba en mi pecho, y más al recordar que Song Joongki permitió que se vendieran los productos de la empresa Jeon, la misma que mas de una vez se negó.

—Oh, desde que la vi pude percatarme que eran muy diferentes.

—Lo somos. Ella es hija de otro matrimonio, de la primera esposa de papá. Y en simples palabras nunca aceptó que su padre estuviera en otra relación luego de que su madre muriera. Me desprecia y creo que es mutuo. — explicó en un tono, que en mi perspectiva, fue agridulce. Como si le molestara hablar de esto, pero al mismo tiempo le afectara.

—Creo que tenemos mucho de que hablar... — comenté moviendo mi pierna. — ¿te parece tomar un café conmigo y charlar?

El me miró de soslayo y vio la hora en su reloj que reposaba en su muñeca.

—¿Te parece bien a ti? Puede que estés cansada y...

—Yo fui quien te hizo la propuesta, Jeon. Así que responde.

Soltó una risa nasal al momento en que terminó asintiendo.

—No podría negarme a una taza de café, más si es junto a ti.

Aunque intentaba ocultar aquel molesto sentir en mi estómago, cada palabra suya parecía avivarlo más. Mantuve una sonrisa tranquila en mi rostro, pero en mi interior, el ajetreo de emociones creaba un vaivén palpable.

Que importaba dormir tarde si podía conocerlo aunque sea un poco más.


Holi, si este capítulo llega a 20 votos y 40 comentarios subo de inmediato el siguiente 🏌️.

Y como un pequeño spoiler del siguiente: está ulalá 🥸.

Yo necesito leer sus teorías por favor, porque no saben cuanto amo leer que alguna le echunta o simplemente no está ni siquiera cerca KSJSKSJ


Las quiero mis bellas ❤️.

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