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09.


—¿Novio?

Aún estaba absorta por la pregunta de la doctora. Jungkook tocaba su oreja y ya no había contacto visual. No entendía absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo.

—Sí. Él chico dijo que era tu novio para saber el estado de tu salud, ya que solo se le puede brindar información a familiares y...

—No fue tan así, doctora Lee... — el pelinegro la interrumpió, con sus mejillas completamente teñidas de rojo y me quedé sorprendida al verlo en ese estado.

—Dijiste textualmente que era tu novia.

—Yo no tengo novio. — aclaré al momento en que peinaba mis cabellos de los puros nervios y el bochorno que estaba sintiendo. — y alguien como él definitivamente no sería mi novio, doctora, no es mi tipo.

—Sí, lo siento, es que yo... — se calló de inmediato cuando cayó en cuenta de mis palabras y me observó de soslayo con el ceño fruncido. — ¿No soy tú tipo? ¿Qué tengo de malo?

—¿Es enserio, Jungkook?

—Sí. Digo, tengo lo mío, ¿por qué no sería tu tipo?

—Porque te falta tacto. Eres idiota y sí... — hablé antes que él me interrumpiera. — aún sigo resentida por las galletas.

—Bueno, tú tampoco eres mi tipo. — se cruzó de brazos. — no me interesan las mujeres de momento, así que me da exactamente lo mismo lo que digas.

—¿Eres gay?

—¿Qué?

—¿Por el momento eres gay?

—Creo que tuve que haberte dejado tirada en el frío piso de tu trabajo. — quise reír al verlo tan frustrado y enojado, pero me reprimí a mostrar emoción alguna.

No quería que estuviera acá.

No quería que nadie más supiera algo sobre mí, menos él. Siempre he batallado sola, tenía un muro que protegía mi corazón con tenacidad. Después de heridas pasadas y cicatrices emocionales, me había convertido en una hábil arquitecta de defensas, y el muro que había construido era sólido como una fortaleza.

El temor a la vulnerabilidad era mi aliado más fiel. En lugar de abrir mi corazón, me había refugiado en mi soledad, donde podía controlar cada aspecto de mi vida y evitar cualquier herida adicional. El precio que pagaba por mantener ese muro era la soledad y la falta de conexiones significativas, pero prefería eso a arriesgar sentir decepción nuevamente. Sin embargo, con Jungkook justo aquí a mi lado, todo se me complicaba un poco.

—Jungkook, ¿verdad? — la doctora se dirigió al pelinegro.

—Sí.

—¿Me darías un minuto con Soohyun a solas?

Él solo atinó a asentir, para salir a paso apresurado sin decir otra palabra. Lo mejor era que fuera a casa, ahí estaría mejor que estar en un hospital casi colapsado. La doctora Lee me observaba seria y abrazó su tableta de apuntes para suspirar.

—¿Qué sucede? — pregunté, aunque tenía claro lo que me iba a decir.

—Esto es serio, Soohyun.

—Lo sé, doctora.

La conciencia de mi estado de salud me acechaba constantemente, como una sombra oscura que se cernía sobre mí. Los síntomas, a menudo ignorados o minimizados, eran como gritos silenciosos que no podía evitar escuchar.

Mi rutina diaria se convirtió en un acto de ignorar lo inevitable.

La fatiga se hizo más persistente, los dolores más intensos y los síntomas se multiplicaron. Sabía que debía tomar medidas, cambiar mi estilo de vida, buscar ayuda médica, pero la inercia y el miedo me mantenían atrapada en un ciclo autodestructivo.

—Esta vez fue a tiempo, vi tu historial, Soohyun. Sufres de anorexia desde que eras pequeña y al ver los niveles de tu hemoglobina y tu peso, supe de inmediato que no estás comiendo adecuadamente.

—Lo intento, juro que lo hago...

—Yo no te voy a juzgar. Tú estás aquí porque alguien mas te trajo, no viniste por tu cuenta. No obligaré a nadie a tomar un tratamiento que no desea. — mis ojos se empañaron en lágrimas al escucharla decir eso. Porque era cierto, por mí no hubiera venido al hospital, hubiera seguido aguantando. — pero al chico se le nota que quiere verte bien. Quizás no son novios y por lo que veo, ni siquiera son amigos, pero la mirada de él...

—¿Qué tenía su mirada? — mi voz salió en un fino hilo, tratando de no largarme a llorar nuevamente.

—Era de preocupación genuina. — sonrió ampliamente. — A él le preocupa tu salud, se le nota muchísimo.

—He guardado esto conmigo desde que estaba en la preparatoria. Me cuesta mucho confiar en la gente. — me abracé a mi misma. — soy desconfiada y prefiero ser así a sufrir desilusiones.

—Te derivaré con un psicólogo. — comenzó a anotar nuevamente en su tableta y yo negué rápidamente.

—No es necesario...

—Claro que lo es. Sé que nadie padece de un trastorno de conducta alimentaria de un día para otro, todo tiene un trasfondo que tú no has superado, algo te aferra al pasado o quizás... no tienes el apoyo suficiente para te ayuden a salir de ahí. — dio justamente en el clavo en todo lo que dijo. Tapé mi rostro cuando sentí el nudo en mi garganta intensificando aún más el dolor que sentía en mi pecho.

—Siempre he estado sola. — volví a reiterar limpiando mis lágrimas. — nunca tuve apoyo de nadie. Cuando necesité a la persona mas importante de mí vida, ella... decidió abandonarme, darme la espalda. Quiero mejorar, pero mi mente me juega en contra y estoy segura que en mi soledad nunca podré estar bien.

—Comencemos este cambio, Soohyun. Estoy completamente segura que podrás hacerlo. Yo hoy me di cuenta que no estás sola. — se acercó para darme unas pequeñas caricias en mi cabeza. — La vida se torna más rica y significativa cuando aprendemos a ver más allá de nuestros propios prejuicios y perspectivas limitadas. — No comprendí muy bien sus palabras en ese momento, por lo que no quise responder nada. Solo me limité a asentir. — tendrás controles mensuales conmigo y cuando tú lo decidas, puedes comenzar con terapias, no te obligaré a eso, ¿bien?

—Me parece bien.

—Excelente. Te daré el alta, pero te iras con reposo, no puedes volver al trabajo hasta que repongas energías. Y a eso me refiero a que comiences a comer, Soohyun. Tu cuerpo necesita nutrientes. Te daré suplementos, pero tú debes a comenzar a ingerir alimentos que contengan vitaminas, aminoácidos, proteínas para que así tu cuerpo vuelva a estar en equilibrio.

—No puedo tomarme días libres, doctora. Intentaré alimentarme de manera correcta, pero no puedo faltar al trabajo. — mi tono de voz salió con una súplica.

—Son solo tres días.

—Pero...

—Nos veremos el otro mes, Soohyun.

—Doctora Lee...

Salió ignorando por completo mis llamados. Solté una risa nasal, casi incrédula que me haya ignorado, pero  sabía que lo hacía por mi bien. Me dolía tanto la cabeza por haber llorado como una desquiciada, pero no pude evitarlo.

Estar aquí por la misma razón que años anteriores hizo que algo se removiera en mi interior. Aquellos años estaba mamá, alguien presente pero ausente al mismo tiempo. Sin embargo, sentir la soledad fue motivo suficiente para largarme a llorar sin importarme absolutamente nada.

Logré colocarme de pie aún sintiéndome levemente mareada. Arreglé mi ropa y la enfermera me dio las indicaciones escritas en un papel para que no lo olvidara, también la receta para poder comprar mis vitaminas y todo lo que mi cuerpo estuviera necesitando por mi nulo compromiso con él.

Caminé a paso lento para finalmente salir de aquel horrible lugar, cuando mis ojos se encontraron con unos orbes oscuros. Estaba sentado en una banca que detrás rebosaba en flores, una bonita decoración para tan horrible lugar.

—¿Por qué no te has ido, Jungkook?

Él claramente no me respondió enseguida. Se incorporó para poder levantarse y metió sus manos a los bolsillos.

—Vivimos en el mismo lugar. Te llevaré a casa.

—No es necesario.

—¿Puedes dejar de ser tan terca? Estás débil aún, vamos a casa. — su rostro estaba serio, pero a pesar de eso, su voz no era dura.

—¿Me cobrarás el viaje?

Arrugó su nariz para sonreír y negó ladeando su cabeza.

—No. Tuviste suficiente hoy, solo necesitas descansar.

Comenzó a caminar delante de mí y no pude evitar quedarme pensando en el porqué Jungkook estaba siendo tan amable. Estaba actuando de una manera completamente diferente y no sabia cual era su verdadera cara.

La vida se torna más rica y significativa cuando aprendemos a ver más allá de nuestros propios prejuicios y perspectivas limitadas.

Y aquí es que comprendí tales palabras.

—¡Espera!

Traté de trotar hasta alcanzarlo. Él giró su cabeza y rodó los ojos.

—¿Por qué te quedas atrás? Eres muy lenta.

—Acabo de salir del hospital, idiota.

Él solo se limitó a soltar una risa y caminamos en un cómodo silencio hasta su vehículo de alta gama.

Ver más allá de nuestros propios prejuicios...

Quizás podría hacer una excepción con él.


Capítulo corto, pero necesario 👋.

Feliz jawolin mis lindas lectoras, quería hacer un one shot de terror Y NO PUDE KSJSKSJ no me salió nada. Pero la intención es lo que vale, o no?

Este capítulo era necesario, y creo que ustedes pueden saber el porqué 🫶🏻.

Gracias por los 2k y a seguir con esto, muchas gracias, las kiero mucho mucho ♥️.

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