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ⅤⅠⅠⅠ²


*ੈ✩𝐂𝐡𝐚𝐫𝐩𝐞𝐫 08²⋆ ☄.

-ˋˏ Rescate cumplido ˎˊ-


↪ Sus pasos resonaban con eco en el largo pasillo, cada pisada amplificada por el silencio. Al final, una tenue luz filtraba por una rendija, guiándolo hacia el destino que buscaba. Al cruzar el umbral, la inmensidad de la sala lo envolvió. En su centro, una estructura cúbica de metal, fría y opaca, dominaba el espacio. No había ventanas, solo una pequeña portilla circular en la puerta principal. Frente a ella, All Might se encontraba sentado en una silla, los brazos cruzados sobre el pecho, su mirada fija en un punto indeterminado. Al sentir su presencia, el héroe giró la cabeza, su rostro surcado por líneas de confusión.

—Buenos días, te traje un café—Saludó Nezu con un tono calmado.

—¿Días? Vaya, qué rápido pasa el tiempo—Dijo All Might, fingiendo sorpresa, tomando el café que Nezu le ofrecía.

—¿Cómo van las cosas?—Preguntó, sentándose junto a él, su mirada fija en la estructura cúbica.

—Ha tenido tres recaídas, no ha comido, ni bebido. Solo permanece ahí, sentado, con los ojos cerrados—Respondió bebiendo un sorbo de café. Su voz era grave, cargada de pesar—Me preocupa, pero se negó a aceptar mi ayuda.

Nezu guardó silencio, asintiendo con la cabeza, comprendiendo la situación. Kayden, generalmente se muestra desinteresado y relajado, incluso en situaciones serias, pero en raras ocasiones, cuando desea conseguir algo, se muestra serio y testarudo, una fuerza de voluntad inquebrantable que no se doblega ante nada ni nadie.

—Ya lo conoces, ¿no quieres descansar?—Propuso mirando el rostro cansado del rubio—Porque si lo quieres hacer, puedes irte y dejarme con él un par de horas.

—No, prometí que iba a estar con él en este proceso y lo voy a cumplir—Afirmó, su voz firme y decidida—Por cierto, ¿qué te trae por aquí, Nezu?

—Bueno, quería venir a ver a Kayden como usualmente lo hago cuando tengo tiempo, pero también informarte sobre un acontecimiento que está pasando—Dijo, su tono cambiando a uno más serio—Hace un par de semanas, se detectó un nuevo caso relacionado con Overhaul. Está creando balas anti-quirks.

All Might frunció el ceño, sorprendido y preocupado por la noticia.

—¿Qué? ¿Cómo es eso posible?

—Está utilizando a una niña para fabricarlos—Continuó, su voz resonando en la silenciosa sala—Dos de nuestros estudiantes se lo encontraron, y él mencionó que era su hija, luego se descubrió lo de las balas. En estos momentos, deben estar haciéndose cargo de eso.

—Entiendo—Dijo All Might, asintiendo con la cabeza, asimilando la información.

—Pero, recibí un mensaje por parte de...

Un escalofrío recorrió la espalda de All Might y Nezu, una sensación helada que se propagó por sus cuerpos como una advertencia silenciosa. La atmósfera en la habitación, antes cargada de una tensa calma, cambió radicalmente. Un peso invisible descendió sobre ellos, opresivo y amenazante, como si la misma esencia del aire se hubiera transformado. Acompañando a esta perturbación, una estridente alarma resonó por toda la habitación, un aullido metálico que perforó el silencio y sacudió sus nervios. Las luces parpadearon y se apagaron, sumiendo el espacio en una oscuridad momentánea que intensificó la sensación de peligro inminente.

Nezu y All Might se sobresaltaron, sus cuerpos reaccionando instintivamente. Se levantaron de sus sillas con tal rapidez que estas cayeron al suelo, el estruendo resonando en la oscuridad. Cuando las luces volvieron a encenderse, la sorpresa fue evidente en sus rostros. El lugar donde debería haber estado la enorme caja de metal, ahora estaba vacío. No había rastro de la caja, ni siquiera una sombra o una marca en el suelo. Era como si nunca hubiera existido, como si se hubiera desvanecido en el aire.

Ambos se miraron, sus ojos reflejando la misma incredulidad y preocupación. Sin intercambiar palabras, salieron corriendo de la habitación, sus pasos resonando en los pasillos mientras se dirigían a la sala de seguridad. Al entrar, el guardia los miró desconcertado por su repentina aparición y su evidente agitación. Sin embargo, se apartó de inmediato, reconociendo la urgencia en sus rostros y la autoridad en sus movimientos.

Nezu se acercó a la consola de seguridad, sus dedos ágiles tecleando una compleja clave. La pantalla cobró vida, mostrando un mapa detallado del complejo. Un punto rojo, identificado como Kayden, apareció en el mapa, moviéndose con rapidez y erráticamente. La velocidad del punto rojo era alarmante, desafiando las leyes de la física. En un instante, el punto rojo desapareció, desvaneciéndose del mapa como si nunca hubiera estado allí.

El caos reinaba en el lugar.

La lucha entre héroes y yakuza había dejado un rastro de destrucción y desesperación. Policías y yakuza yacían heridos o inconscientes, mientras los héroes de apoyo luchaban por mantenerse en pie, exhaustos y maltrechos. El suelo estaba cubierto de escombros y polvo, testimonio de la feroz batalla que se había librado. En el centro de la vorágine, Midoriya se enfrentaba a Overhaul, sus golpes resonando como truenos en el aire. Uraraka, sostenía a Nighteye entre sus brazos, el héroe agonizando mientras ella desesperadamente buscaba ayuda.

De repente, unos pasos resonaron en medio del silencio sepulcral. Una figura se detuvo, observando la devastación con una mirada dorada que se elevaba hacia el cielo. Detrás de él, varias miradas curiosas y sorprendidas se hicieron evidentes. Era Kayden, cuya presencia irradiaba una extraña calma en medio del caos.

—Lo siento, arbusto, pero el protagonista de esta historia, soy yo—Murmuró, chasqueando los dedos.

Una poderosa aura dorada se expandió en un instante, envolviendo el campo de batalla. Kayden sonrió al ver cómo tanto Midoriya como Overhaul sentían sus quirks debilitarse, desapareciendo y volviendo a la normalidad, haciéndolos caer desde el cielo. Con un gesto de su mano, Midoriya y Eri aparecieron a salvo detrás de él, mientras que Overhaul se estrellaba contra el suelo, malherido.

Midoriya, aún aturdido por la repentina aparición de su compañero, murmuró su nombre con incredulidad. Kayden lo ignoró, acercándose a Overhaul, cuyo cuerpo yacía maltrecho en el suelo.

—Tu plan fue bueno, pero no tomaste en cuenta que yo podría aparecer—Dijo Kayden con una sonrisa burlona, sus ojos dorados brillando con una luz extraña—Bueno, podrías armar el plan más perfecto y aun así yo lo arruinaría.

Overhaul, luchando por mantenerse consciente, fijó su mirada en Kayden, su voz entrecortada por el dolor.

—¿Quién demonios eres?—Preguntó, su voz un susurro ronco.

—Soy Kayden, es un placer—Respondió con una calma inquietante.

—Así que tú eres el tesoro de Shigaraki—Dijo, su voz cargada de ironía—Ellos hablaron de ti... supuse que eras... especial.

—Me sonrojas—Replicó, fingiendo una modestia que no encajaba con su actitud desafiante—Pero, bueno, creo que es momento de que cierres tus ojos, yakuza rebelde.

Overhaul sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, una sensación de pavor que no había experimentado ni siquiera ante la inminente derrota. Aquella mirada dorada, llena de una fuerza sobrenatural, lo inquietaba de una manera que nunca antes había experimentado. Overhaul cayó inconsciente, su mente sumida en la oscuridad. Kayden se dio la vuelta, su mirada recorriendo el campo de batalla, deteniéndose en cada rostro, evaluando. Finalmente, sus ojos dorados se encontraron con los de Aizawa, quien venía recargado en Tsuyu, malherido y exhausto.

—Kayden—Murmuró Aizawa, sorprendido, su voz apenas audible.

—Es bueno verlos de nuevo, pero es momento de que me retire—Dijo con una sonrisa burlona, sus ojos brillando con una luz traviesa—Aizawa-sensei, se ve muy sexy con esas heridas.

—Cállate, mocoso degenerado—Replicó, agachando la mirada, un leve rubor tiñendo sus mejillas.

Kayden soltó una risa, un sonido ligero y juguetón que contrastaba con la seriedad de la situación. Y entonces, como si fuera un truco de magia, desapareció frente a los ojos de todos, dejando tras de sí un silencio cargado de preguntas y un aura de misterio que envolvía el campo de batalla.   











↪ Kayden, con la mirada perdida en el cielo, sintió el suave vaivén del auto sobre el que descansaba. Sacó su móvil, la pantalla iluminando su rostro, era demasiado temprano, una hora en la que normalmente estaría sumido en un sueño profundo, ajeno a las preocupaciones del mundo. Sin embargo, la reciente batalla contra Overhaul había alterado su rutina. Aquel villano, ahora trasladado en un camión de seguridad escoltado por una patrulla, camino al hospital para villanos Tacodana.

Mientras tanto, en la misma autopista, un camión conducido por Spinner avanzaba a toda velocidad. Sobre él, Shigaraki observaba con atención el camión de traslado de Overhaul. Las puertas traseras del vehículo se abrieron, revelando a Dabi y Mr. Compress, quien con el móvil pegado a la oreja, mantenía una conversación con Toga.

—Sí, vinieron tal como dijiste, siguiendo la ruta más rápida hacia el hospital de villanos más cercano. Esta autopista es el camino ideal. Gracias por avisarnos—Dijo Compress con su habitual tono calmado—Qué eficiente, Toga. Tienes mi respeto absoluto.

—Jin fue quien me dijo que llamara. Lamento tener que pedirles que nos den una mano—Respondió con una sonrisa, mirando a Twice—Quizás no pudimos capturar a la niña, pero creemos que llevan el producto final con ellos.

—Entiendo—Murmuró, asintiendo con la cabeza.

—Estuvimos observando a la policía con atención y creemos que es probable—Insistió, antes de que su tono cambiara a uno de emoción—Por cierto, ¿adivina a quién vimos?

—¿A quién?—Preguntó, intrigado.

—¡Kayden! Él fue quien destrozó a Overhaul. Lo hubieras visto, su presencia tan intimidante y calmada, me causó escalofríos—Exclamó, sorprendiendo a Compress—Pero luego se fue, no estoy segura a dónde, pero es probable que también vaya donde está Overhaul. Tengan cuidado y salúdenlo de mi parte.

Toga colgó la llamada, dejando a Compress con una mezcla de sorpresa y emoción.

—Vaya, eso se escucha aún más emocionante—Murmuró Compress para luego guardar el móvil—Tendremos compañía.

—¿En serio? ¿Quién?—Preguntó Dabi, frunciendo el ceño.

—Nuestro querido Kayden, viene a saludar—Respondió, sonriendo bajo su máscara.

—Entonces, hagamos una bienvenida agradable para él—Dijo Shigaraki con un tono tranquilo y una pizca de emoción—Dabi.

—No tienes que decir más—Murmuró, levantando su mano, que comenzó a emanar llamas azules.

Un estruendo ensordecedor resonó a lo largo de la autopista, un fuerte llamado de ataque dirigido directamente al camión de seguridad que transportaba a los prisioneros. La patrulla, en un acto reflejo, se interpuso en la trayectoria del ataque, buscando proteger el vehículo vulnerable. Sin embargo, para sorpresa de todos, el impacto no se materializó. En su lugar, una barrera de arena dorada se alzó, protegiendo al camión de la inminente embestida. El héroe Snatch había anticipado el peligro. Observó cómo el camión comenzaba a desacelerar, y cómo la figura de Shigaraki se lanzaba desde el techo del camión, con la clara intención de causar estragos.

Snatch, actuando con rapidez, extendió su arena, aprisionando a Shigaraki en el aire, inmovilizándolo antes de que pudiera alcanzar su objetivo. Sin embargo, la batalla estaba lejos de terminar. Compress, liberó una de sus perlas, un pequeño proyectil que se transformó en una enorme roca al impactar contra el suelo. La roca, como un proyectil descontrolado, golpeó la patrulla con fuerza, haciéndola volcar y obligándolo a liberar a Shigaraki de la prisión de arena. Shigaraki, libre una vez más, saltó sobre el capó del camión de seguridad, destrozando el parabrisas con un golpe seco. Con movimientos bruscos y decididos, tomó el control del volante, girándolo con fuerza y provocando que el camión volcara sobre su costado.

El caos se apoderó de la autopista.

Los vehículos que circulaban a gran velocidad se vieron obligados a frenar bruscamente, intentando evitar una colisión en cadena. El techo de un automóvil, donde viajaba Kayden, chocó violentamente contra otro vehículo. El impacto fue tan fuerte que Kayden salió disparado hacia adelante, volando por los aires. Sin embargo, con una agilidad sorprendente, Kayden logró girar en el aire, controlando su caída y aterrizando suavemente sobre el asfalto de la autopista. Se incorporó con una calma desconcertante, observando el caos a su alrededor.

—Bueno, eso no me lo esperaba en lo absoluto—Murmuró, mirando hacia el frente, donde la fila de autos se extendía hasta el horizonte—Pero, ellos van a ser molestos.

Con un chasquido de dedos, Kayden hizo desaparecer la fila de autos, dejando un vacío en la autopista. Luego, volvió su mirada hacia el frente, donde a lo lejos, la figura de Shigaraki se recortaba contra el caos, observando un colchón donde Overhaul yacía amarrado.

—¿Quién dijiste que sería nuestro próximo líder?—Cuestionó Shigaraki con un tono serio, su voz cargada de una amenaza latente.

—¿Viniste a matarme?—Preguntó Overhaul con la mirada perdida, su voz un susurro apenas audible.

—No, pensé en lo que odiarías más que nada—Respondió con cierta indiferencia—No me caes bien, eres muy arrogante.

Shigaraki se quitó la máscara del rostro, revelando una expresión de frialdad inhumana. Una de las perlas de Mr. Compress removió el brazo izquierdo de Overhaul, quien miró la escena con indiferencia, como si no sintiera dolor alguno.

—Dime, ¿cuál de estas cajas tiene el producto final?—Preguntó Shigaraki, sacando una pequeña caja roja de su bolsillo y abriéndola.

—Dámelas—Exigió Overhaul, mirando a Shigaraki con una intensidad repentina.

—¿Te digo algo, Overhaul?—Guardó la cajita roja en su bolsillo—Si vas a eliminar los dones de otros, no deberías depender de tu propio don.

Shigaraki colocó su mano sobre el brazo de Overhaul, que comenzó a desintegrarse. Con un cuchillo, cortó el brazo restante, dejando a Overhaul indefenso.

—Bien. Ahora eres un pobre hombre inútil sin ningún don—Continuó, una sonrisa macabra dibujándose en su rostro—¡Los frutos de todos tus años de esfuerzo ahora nos pertenecen a nosotros! ¡Ni siquiera podrás morderte las uñas mientras nos miras con envidia! ¡Solo eres un...

—Conocí a Kayden—Interrumpió Overhaul, sorprendiendo a los tres villanos—Es un tipo escalofriante y, como lo supuse, es especial.

—Creo que fui demasiado compasivo contigo—Murmuró Shigaraki, su tono frío y serio.

—Fue muy dulce conmigo, su mirada, su voz y la manera en la que tocó mi rostro—Mintió Overhaul, una sonrisa surcando su rostro—Creo que podría llegar a gustarme.

Shigaraki comenzó a temblar, apretando los puños con enojo. Su mirada fría y molesta se conectó con la de Overhaul, quien parecía esperar esa reacción. Todo lo que le había dicho a Shigaraki era una mentira, una provocación para hacerlo perder el control.

—Voy a matarte, ¡Kayden es mío!—Exclamó Shigaraki, su voz un gruñido gutural que resonó en el silencio opresivo.

Su mano, extendida como una garra, se acercó peligrosamente al rostro de Overhaul, lista para desatar la destrucción que Shigaraki tanto ansiaba. Overhaul, anticipando el ataque, permaneció impasible, sus ojos fijos en los del contrario, esperando el momento en que la furia lo consumiera por completo. Pero el golpe nunca llegó. Shigaraki, desconcertado, sintió un cuerpo alto y firme que se pegó al suyo, y una mano, sorprendentemente suave, pero firme, envolvió su mano extendida, deteniendo el ataque a centímetros del rostro de Overhaul.

—El peor infierno de una persona que desea morir, es seguir respirando, mi querido Tomura—Susurró una voz suave y melódica en el oído de Shigaraki.

El escalofrío que recorrió su espalda no fue de miedo, sino de una extraña mezcla de sorpresa y reconocimiento. Giró la cabeza lentamente, encontrándose con los ojos penetrantes de Kayden, quien lo observaba con una sonrisa.

—Ha pasado un tiempo, ¿me extrañaste?—Preguntó mientras se separaba del contrario.

—Kayden...—Murmuró Shigaraki, su voz casi un susurro.

—¿Así que soy tuyo?—Preguntó con una sonrisa burlona, avergonzando al contrario—No deberían ensuciarse las manos en él.

—Era necesario, ¡mira lo que le hizo a mi brazo!—Exclamó Compress alzando su brazo de metal—Merece morir, este desgraciado arrogante.

—Te desapareciste un buen tiempo—Dijo Dabi frunciendo el ceño—Mis flores fueron rechazadas por esos compañeros tuyos.

Kayden suspiró, dirigiendo su mirada hacia Dabi.

—Lamento eso, pero ya te había mencionado que dejaras de enviarme flores quemadas—Respondió, antes de volver a su tono despreocupado—Bueno, será mejor que se marchen, comenzarán a llegar refuerzos en cualquier momento.

—Ven con nosotros—Pidió Shigaraki en un tono firme, pero casi suplicante, tomando la mano de Kayden.

—No puedo hacerlo, pero fue bueno verlos. Dale mis saludos a Toga—Dijo, soltando la mano de Shigaraki.

Los tres villanos clavaron sus miradas en Kayden, un último escrutinio, antes de marcharse junto a Spinner, quien permanecía inerte en el interior del camión. Un suspiro escapó de los labios de Kayden mientras sus ojos se posaban en Overhaul.

—Sabes, se sintió extraño escuchar que te gustó, aunque sé que es mentira, pero te lo agradezco, me subió aún más el ego—Dijo con arrogancia, su voz resonando en el silencio del lugar—Tienen suerte de que no sea un villano, porque tendría al mundo en la palma de mi mano.

—Estás loco—Murmuró Overhaul, con el rostro marcado por la derrota y la incredulidad.



𝐀𝐔𝐓𝐇𝐎𝐑'𝐒 𝐍𝐎𝐓𝐄/~♡

⇝ Imagines incluidas en la historia credito a sus respectivos autores.

⇝ Lamento posibles fallas autográficas.

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♡*:.。.𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 .。.:*♡

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