*ੈ✩𝐂𝐡𝐚𝐫𝐩𝐞𝐫 15⋆ ☄.

-ˋˏ Volviendo a la calma en Huso ˎˊ-

↪ La calma volvía poco a poco a Huso tras la agitada noche. El ataque de Stain y los Nomus había sumido a la ciudad en el caos, dejando a su paso un rastro de heridos y miedo. Pero la captura de los villanos inyectó una dosis de esperanza en los corazones de los ciudadanos. Mientras Stain esperaba bajo custodia policial y los Nomus eran objeto de rigurosos estudios, la ciudad comenzaba a reconstruirse, lenta pero firmemente.

Vendados y adoloridos, Midoriya, Shoto y Iida se recuperaban en el hospital de Hosu, tras su batalla contra Stain. Al mediodía, la tranquilidad se cortó con el ingreso de Tsuragamae Kenji, jefe de policía del distrito de Hosu, acompañado por los héroes Gran Torino y Don Manual. Sus miradas eran severas al reprender a los jóvenes por su imprudencia al enfrentar al temible Asesino de Héroes. Sin embargo, tras la reprimenda, sus voces se suavizaron al reconocer la valentía y el heroísmo demostrado en la batalla.

Aquella noche se grabó a fuego en sus memorias, marcando un antes y un después en sus vidas. La experiencia les dejó una profunda huella, enseñándoles de forma cruda los límites del heroísmo y la vital importancia de la colaboración.

Los tres adultos salieron de la habitación dejando a los jóvenes conversar entre ellos. De pronto, la ventana chirrió y se abrió de golpe, arrancando un grito ahogado de los jóvenes. A la luz del sol, vieron a Kayden asomar la cabeza con una sonrisa.

—¿Ya se fueron?—Susurró Kayden, su voz tensa.

—Eh, sí—Respondió Midoriya, visiblemente, confundido.

—Perfecto. No quiero toparme con nadie que pueda estar relacionado con mi padre—Kayden exhaló un suspiro de alivio mientras se adentraba en la habitación.

—¿Tu padre?—Shoto arqueó una ceja, intrigado.

—Lo olvidaba, ustedes no saben nada. Bueno, entre nosotros no hay esa cercanía, así que no es relevante—Respondió con indiferencia cerrando la ventana—Pero, eso ya no importa.

Un silencio expectante se apoderó de los jóvenes héroes mientras observaban a Kayden. Con un chasquido de dedos, trazó un círculo invisible en la pared, y ante sus atónitos ojos, la nada se transformó en un resplandeciente portal dorado.

—¿Tienen hambre?—Preguntó Kayden mirando al grupo—Ya es medio día y no he comido nada desde anoche.

—¿Por qué?—Preguntó Iida, intrigado.

—Porque tenía que cumplir con mi parte del trato que era venir a cuidar de él—Respondió Kayden mientras apuntaba a Midoriya que se sorprendió—No sé si ya te lo han dicho, pero eres como un maldito imán de problemas.

Midoriya soltó una risita nerviosa, rascándose la nuca mientras evitaba la mirada de Kayden. La mano del azabache permanecía introducida en el pequeño portal, hurgando como si buscara algo.

—Bien, aquí encontré algo—Murmuró Kayden sacando su mano del portal.

Shoto, Iida y Midoriya observaron como Kayden, con un chasquido de dedos, cerraba un pequeño portal tras de sí, dejando a la vista cuatro bolsas que sostenía en sus manos.

—Anoche me di el tiempo de investigarlos a los tres, y les traje sus platillos preferidos—Continuo Kayden, señalando las bolsas personalizadas—Este Katsudon es para Deku.

—¡Gracias!—Exclamó Midoriya con una sonrisa radiante, recibiendo su plato.

—Estofado de ternera, para el Sonic de segunda.

—¡Te agradezco, pero no me llames así!—Exclamó, visiblemente molesto.

—Sí, como sea—Dijo con desdén, dirigiéndose hacia Shoto—Y la Soba fría es para el chico bonito.

Shoto asintió, recibiendo su comida con una mirada baja. Un rubor tímido se asomaba a sus mejillas, contrastando con su habitual expresión impasible. Kayden, en cambio, sonrió relajadamente y se sentó en una de las camas. La conversación fluía entre los cuatro, pero Shoto prefería la tranquilidad de su comida, interviniendo solo de vez en cuando.

—Shoto, tiene un poco de comida, ahí.

El azabache se levantó, acercándose a Shoto. Con delicadeza, limpió con un pañuelo la mancha de comida que adornaba la comisura de sus labios. Shoto, sorprendido por la cercanía, solo pudo observarlo, sintiendo un leve rubor extenderse por sus mejillas. De repente, la puerta se abrió de golpe, interrumpiendo la calma y sobresaltando a todos.

—¡Somos legales!—Exclamo Kayden separándose de Shoto en un segundo para luego girar—Ah, es usted de nuevo.

—¡Mocoso insolente, no puedes estar aquí!—Exclamo con enojo Gran Torino, dándole un golpe en la cabeza al muchacho—Y con eso me refiero a que deberías estar en tu casa, descansando.

—Ya le había dicho que me dieron de alta en el hospital—Dijo Kayden con un tono evidente.

—¿En serio? Porque tu padre no dice lo mismo—La voz de Endeavor sobre salto a Kayden, quien frunció el ceño—Te escapaste del hospital ayer y parece que no te importo ocultarte.

—Solo cumplía con mi parte del trato—Se cruzó de brazos—Y ahora por su culpa estaré bajo vigilancia las 24 horas.

—Te dije que no te burlaras de mí, mocoso—Dijo Endeavor con una sonrisa burlona.

—Por eso digo que All Might es mucho mejor que es usted—Murmuró Kayden desviando la mirada.

—Bueno, eso ya no importa—Hablo Gran Torino antes de que Endeavor insultara al muchacho—Kayden, ¿Qué vas a hacer después de salir de aquí?

—Lo siento, no salgo con personas de más de 50.

—¡¡No me refería a eso, mocoso!!—Exclamo el mayor enojado.

—Bueno, pero no se enoje que terminara aún más viejo de lo que es—Dijo Kayden soltando una risilla burlona—Respondiendo a su pregunta, ya debo volver a mi casa, no quiero terminar como la última vez.

—¿Qué paso la última vez?—Preguntó Midoriya, intrigado.

—Termine en un avión rumbo a roma con una monja.

 ↪ Kayden llegó a la estación de autobuses en taxi, ignorando las miradas extrañadas que lo seguían. Para él, todo era nuevo: el bullicio, los carteles, la multitud. Jamás había viajado en autobús a otra ciudad y, agotado por el esfuerzo, había decidido dejar de lado sus poderes por esta vez. Ahora su problema era que no sabía como funcionaba este tipo de transporte que la gente, que no tiene aviones privados, utilizaba para viajar.

Kayden observaba con atención como la gente entregaba sus maletas al copiloto, quien los depositaba en la cajuela del bus. Sin un destino fijo en mente, ni idea de hacia dónde se dirigía aquel vehículo, decidió seguir el flujo de la gente. Subió a bordo y se acomodó en uno de los asientos junto a la ventana, esperando que la suerte estuviera de su lado.

La suerte parecía abandonarlo por completo. Cuando el copiloto le preguntó por su boleto, Kayden, con una ingenuidad casi infantil, respondió: "¿No es gratis? Es que nunca antes había tomado transporte público". Los pasajeros lo fulminaron con miradas de reproche, su furia palpable en el ambiente. Finalmente, lo obligaron a bajar del autobús, dejándolo desorientado en una ciudad totalmente desconocida.

—Se perdieron a un magnífico pasajero—Murmuró Kayden indicando mientras miraba a su alrededor—Ahora, ¿dónde mierda estoy?

El azabache comenzó a caminar por las calles, y una expresión de sorpresa apareció cuando, en el extremo opuesto, divisó la melena ceniza de Bakugo patrullando junto al héroe profesional. Kayden se quedó quieto en su lugar mirando directamente a Bakugo que estaba esperando que el héroe profesional terminara de hablar con unos civiles.

—¡Se ve tan ridículo!—Exclamo entre risas burlonas mientras comenzaba a sacar fotos—Estas fotos se venderán muy bien cuando la rubia sea profesional.

La risa y actitud de Kayden, atraían miradas indiscretas y, en ocasiones, miradas de puro temor. Los transeúntes se apresuraban a cambiar de acera, evitando su camino como si de una plaga se tratase. Best Jeanist y Bakugo, percatándose del revuelo, giraron la cabeza para observar la escena. Al ver la sonrisa burlona de Kayden, una chispa de ira se encendió en los ojos de Bakugo, desatando una explosión tan violenta como su característico cabello rubio.

—¡Maldito Bastardo!—Exclamó furioso mientras salía disparado en dirección al chico con ayuda de sus explosiones—¡¡SHINE!!

Un estruendo ensordecedor estremeció la tierra, seguido de una nube de humo negro que se expandió rápidamente, obligando a los presentes alejarse. Entre el caos y la confusión, dos jóvenes permanecían inmóviles en el epicentro de la explosión. Kayden, con una reacción instintiva y sobrehumana, logró conjurar una barrera protectora a su alrededor, impidiendo que la onda expansiva lo lanzara por los aires.

—Yo también me alegro de verte, rubia.

—¿Qué es lo que haces aquí?—Preguntó Bakugo, irritado.

—Me bajaron de autobús—Respondió con simpleza, guardando su móvil—Yo no tenía ni la menor idea de que se tenía que pagar un boleto.

—Eres un idiota, ¿acaso nunca viajaste en autobús?—Preguntó Bakugo con cierta burla en su voz.

—No, en mi familia solemos viajar en aviones privados—Respondió, ignorando como Bakugo rodaba los ojos—Pero, tú debes saber sobre eso.

—Me viste cara de un puto guía turístico.

—No, más bien tienes cara de delincuente, pero si lo de héroe no te funciona y deseas ser un guía turístico—Kayden puso su brazo sobre los hombros de Bakugo—Conozco a una monja que da unos viajes turísticos a Roma, espectaculares. Puede darte buenos consejos.

Bakugo fulminó a Kayden con la mirada, descargando una explosión que rozó su rostro. Gracias a la intervención oportuna de Best Jeanist, quien contactó a Nezu, Kayden logró llegar a su casa sano y salvo. Afortunadamente, su padre no lo regaño, ya que All Might había hablado con Nezu con anterioridad. También fue una buena oportunidad para acercarse a algunos de sus compañeros.

𝐀𝐔𝐓𝐇𝐎𝐑'𝐒 𝐍𝐎𝐓𝐄/～♡

⇝ Imagines incluidas en la historia credito a sus respectivos autores.

⇝ Lamento posibles fallas autográficas.

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♡*:.｡.𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 .｡.:*♡