*ੈ✩𝐂𝐡𝐚𝐫𝐩𝐞𝐫 12⋆ ☄.

-ˋˏ Una obra de teatro  ˎˊ-

↪ Los ojos de la clase se clavaron en Aizawa y Midnight, quienes con voz firme detallaban las pasantías. La mayoría de los estudiantes se encontraban expectantes, ansiosos por conocer su destino y las agencias de héroes que se había interesado en el poder que portaban. Sin embargo, en medio del entusiasmo general, Kayden permanecía indiferente, ajeno al revuelo que lo rodeaba.

Su mirada recorría la lista de héroes proyectada en la pizarra, pero ninguno despertaba en él ni una pizca de interés. Estaba seguro de que ninguna de esas agencias estaban actas para ayudarlo con su poder. Kayden apoyó el mentón en el pupitre, suspirando. Estaba seguro de que escapar de esa clase era la única solución, pero teniendo en cuenta de que su profesor era Aizawa, sería una misión casi imposible.

Pensaba que simplemente ignorar todo podría librarse de ir a una pasantía. Después de todo, no creo que ningún héroe este interesado en alguien que no existía en esta sociedad con esta esperanza, se hundió aún más en su asiento, su mirada perdida en el infinito cielo, buscando en él un reflejo de su propio aburrimiento.

Unos pasos resonaron en el silencio de la clase, interrumpiendo sus pensamientos. Al levantar la vista, se encontró con la mirada impasible de Aizawa, que se había detenido frente a su pupitre.

—¿No planeas ir a ninguna pasantía?—Inquirió Aizawa, posando la hoja de inscripción en blanco sobre la mesa.

—No creo que ninguna esté lo suficientemente apta como para manejar mi poder—Respondió con desdén—Y, además, a mi padre no le haría ninguna gracia que me fuera a otra ciudad.

—Es probable, pero es obligatorio que vayas a una—Aizawa dejo la hoja de inscripción sobre la mesa—Le guste a tu padre o no.

Con una sonrisa decidida, Kayden se puso de pie y tomó la hoja de inscripción. Ignorando las miradas de sus compañeros, caminó con paso firme hacia la puerta. Al abrirla, Aizawa lo observó con detenimiento, Kayden poso su mirada en el mayor.

—Tomaré su consejo, profesor Aizawa—Dijo en tono de burlón antes de cerrar la puerta.

Midnight dirigió una mirada a Aizawa, quien negó con la cabeza y soltaba un suspiro. Luego tendrían que hablar con Nezu acerca del comportamiento de Kayden. Mientras tanto, el chico avanzaba con paso relajado por el interminable pasillo, dirigiéndose a la oficina de su padre.

Sus ojos se posaron en la hoja de inscripción. Su poder, no era algo simple de manejar, apenas rozaba el 5% de su capacidad total. Cada expansión, drenaba su energía y si sobrepasaba de ese 5%, tenía consecuencias. Antes, era un don, un poder que lo divertía. Ahora, su padre lo había convertido en una obligación: ser un héroe, el salvador de una sociedad que anhelaba un faro de esperanza. La idea de sacrificar su vida por desconocidos lo asqueaba.

Kayden no encontraba su lugar en esta sociedad. Ser un héroe parecía un destino demasiado aburrido, y la vida de villano le resultaba monótona y carente de significado. La idea de ambos roles lo dejaba insatisfecho, se encontraba atrapado en una encrucijada sin salida.

Se detuvo en seco, frente a la puerta de la oficina de su padre. Tan absorto estaba en sus pensamientos que ni siquiera había notado que ya había llegado a su destino. Abrió la puerta y se encontró con la serena mirada de Nezu, quien lo aguardaba con los brazos reposando sobre el escritorio, creando una atmósfera de tranquila expectativa.

—Te dije que no quería problemas—Dijo Nezu viendo como su hijo se sentaba frente a él—¿Me dirás que sucedió?

—Aizawa quiere que vaya a una pasantía—Respondió entregándole la hoja a Nezu—Le dije que tú no estaría muy de acuerdo con esa decisión.

—Aunque me gustaría ir en contra de que participes, no puedo irme en contra de las normas de esta institución—Dijo dejando la hoja sobre la mesa—Tendrás que escoger una.

—No hay ninguna que se adapte a mi poder, ni siquiera estar cerca de él—Kayden recargo su espalda en la silla cruzando sus brazos—Tal vez pueda provocar un accidente que me obligue a no participar.

—Se escucha un buen plan—Comentó Nezu, sorprendiendo a Kayden—Pero, ¿cómo planeas ejecutar haciendo que realmente parezca un "accidente"?

Kayden guardó silencio, su mente trabajando a toda máquina. Sabía que Aizawa no era tonto, que vería a través de cualquier mentira barata. Necesitaba hacer que aquel accidente pareciera lo suficientemente grave para justificar una hospitalización, pero sin dejar ninguna pista que lo incriminara. Una sonrisa fría se dibujó en sus labios mientras imaginaba cómo llevar a cabo su plan.

—Esa sonrisa, no me predice nada bueno—Murmuró Nezu mirando como Kayden se levantaba del asiento—¿Me dirás que vas a hacer?

—No, solo te aviso que tal vez ese villano de cabello celeste me será de mucha ayuda.

Kayden giró sobre sus talones, la sonrisa triunfante aún dibujada en su rostro. Salió de la oficina de su padre, agradeciendo de haber hackeado el sistema de vigilancia de la USJ, solo para ver aquella batalla que se había generado entre sus compañeros con esos villanos. Sobre todo aquellas imágenes de los dos villanos que habían causado el caos ese día.

↪ El día transcurrió con calma. Aizawa, afortunadamente, no había abordado el tema de las pasantías. Kayden sabía que su plan no podía ejecutarse dentro de los muros de la academia; la reputación de la U.A. estaba en juego. Con tranquilidad, salió de la academia tomando rumbo hacia el centro de la ciudad, el lugar perfecto para crear disturbios.

Ignoró las insistentes llamadas de su padre. Le envió un mensaje corto, una mentira piadosa que le serviría de coartada: estaba en el centro, comprando algunas cosas. Se adentró en un callejón oscuro, lejos del bullicio de la ciudad. El cielo se velaba de sombras, el escenario perfecto para iniciar con su pequeña actuación.

Con un chasquido seco, activó su don, expandiendo un aura dorada que se extendió velozmente, engullendo buena parte del centro de la ciudad. Elevó la mirada, sus ojos dorados escudriñando el panorama desde lo alto del edificio. Ningún héroe a la vista, la gente ajena a la inminente amenaza. Todo estaba a su merced. Detrás de él, emergió una figura espectral: un joven de cabello celeste, acompañado por una neblina morada que irradiaba una inquietante luminosidad.

Kayden giró la cabeza, mirando a sus dos creaciones. Una sonrisa sádica curvó sus labios. Todo era perfecto, tal como lo había planeado. Con un gesto imperceptible, las marionetas que controlaba se lanzaron al caos. Los gritos aterrorizados, el metal retorcido de los autos y la estampida humana eran la sinfonía de su triunfo. Su plan, meticulosamente ejecutado, comenzaba a dar sus frutos.

Se lanzó desde el tejado, aterrizando con un golpe sordo cerca de la vidriera de una tienda de ropa. El pánico era tan palpable que nadie notó la llegada del chico. En cualquier momento, un héroe podría irrumpir en la escena, y algunos espectadores, en su afán sensacionalista, ya preparaban sus cámaras. Kayden, con un movimiento calculado, se acercó de forma intensional a los villanos. En una fracción de segundo, el cuello del joven fue aprisionado por la siniestra mano de Shigaraki.

—¡¡Tienen aún muchacho!!—Exclamo una mujer asustada, tratando de cubrir a su hijo.

—¿¡Donde están los héroes!?—Exclamo un hombre mientras huía.

Un convoy de patrullas irrumpió en la escena, seguido de cerca por un helicóptero de noticias que zumbaba insistentemente. Kayden, petrificado por el miedo aparente, ocultaba una emoción encendida. Su plan se desarrollaba a la perfección. La escena era caótica: los oficiales, con armas desenfundadas, apuntaban en hacia Shigaraki, mientras las luces estroboscópicas destellaban, creando una atmósfera opresiva.

—¿Policías? Qué aburrido—Shigaraki elevo su mirada hacia los reporteros—Un muchacho está en peligro y ningún misero héroe aparece. ¿Dónde se supone que está All Might?

—¡¡Si no suelta al chico, nos veremos en la obligación de disparar!!—Aviso con firmeza uno de los policías.

—Estúpidos, Kurogiri elimínalos de mi vista—Ordeno Shigaraki sin dejar de mirar aquellos policías.

La niebla se expandió vorazmente, fragmentándose en portales que se abrieron bajo las patrullas. Algunos oficiales lograron escapar de ese infierno, pero otros fueron engullidos por las aberturas, desapareciendo en un instante. Kayden apartó la vista, ignorando el hecho que posiblemente muchos de esos policías puedan aparecer en zonas lejos de la ciudad o posiblemente en otra ciudad.

Kayden divisó a lo lejos la figura de Aizawa, acompañado de varios héroes que estaban preparados para atacar, solo para salvarlo. Era el momento de la segunda fase de su plan, pero la inminente activación del Quirk de Aizawa amenazaba con desbaratar todo. Mientras Kurogiri invocaba una horda caótica de villanos para distraer a los héroes, Kayden debía pensar rápido.

—Nos volvemos a ver, Eraser Head—Hablo Shigaraki soltando una risilla maliciosa.

—Suéltalo, Shigaraki—Ordeno con voz firme.

—Profesor Aizawa, ayúdeme—Pidió Kayden con la respiración acelerada.

—Vaya, parece que tuve suerte—Una falsa emoción salió de la voz de Tomura—Es uno de tus estudiantes, qué satisfacción sería matarlo y ver que fallaste en protegerlo.

Aizawa, con la mirada fija y el ceño fruncido, se preparaba para desencadenar su Quirk. Kayden lo observaba atentamente y, justo cuando el héroe cerraba los ojos para volver abrirlos y activar su don, solo fue una oportunidad. Kayden, soltó un quejido, y, para asombro de todos los presentes, una fuerza invisible lanzó a Aizawa por los aires como si fuera una pluma al viento.

—¡¡Profesor Aizawa!!—Exclamó Kayden con una expresión "temerosa"

—Parece que tu héroe ya no está para rescatarte—Se burló Tomura.

—Cállate de una vez.

Kayden frunció el ceño. Con un movimiento rápido como un rayo, tomo el brazo de Shigaraki y lo lanzó a varios metros de distancia. La pelea que siguió fue un brutal baile de destrucción, transmitido en vivo para el horror de millones. Los puños de Kayden se estrellaban contra Tomura, mientras este último intentaba desesperadamente contraatacar, sus dedos rozando la carne sana de su oponente. Con un escalofrío que recorrió a los espectadores, la piel de Kayden comenzó a "desintegrarse", revelando la carne de su brazo izquierdo.

El azabache retrocedió, sus ojos dorados brillando con intensidad. Una sonrisa triunfante se dibujó en los labios de Kayden al contemplar su brazo izquierdo, ahora una masa ensangrentada. Su plan había funcionado a la perfección. Al ver a Shigaraki inmovilizado por las cintas, y con la mirada de Aizawa como testigo silencioso, Kayden sintió que el telón estaba a punto de caer sobre este macabro teatro. Con una señal imperceptible, Kurogiri envolvió a Tomura en una neblina opaca, haciéndolos desaparecer tal como lo habían hecho aquel fatídico día.

La obra había llegado a su fin.

𝐀𝐔𝐓𝐇𝐎𝐑'𝐒 𝐍𝐎𝐓𝐄/～♡

⇝ Imagines incluidas en la historia credito a sus respectivos autores.

⇝ Lamento posibles fallas autográficas.

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