Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra

Seokjin y Namjoon se encontraban al borde de la piscina, observando el agua cristalina tocando la punta de sus dedos, con el aroma a agua clorada entrando por sus fosas nasales.

Seokjin jamás lo diría, pero solía ser uno de sus olores favoritos, le recordaba esos buenos tiempos en los que él y el agua eran uno, donde no existía nada ni nadie, solo su cuerpo deslizándose en el agua, con los pulmones a reventar de oxígeno y la adrenalina en sus venas cuando estaba a escasos centímetros de la meta, pero hacía mucho que ese aroma había dejado de ser tan especial, ahora solo le recordaba ese mal rato, el corte a su vida feliz y aquello que dejó atrás. No era traumático, solo triste.

—No creo que pueda hacerlo, Nam. Han pasado tantos años... —Susurró, aferrándose a la tibia mano de su novio, que en ningún momento lo soltó, atrayéndolo hasta su cuerpo para brindarle la confianza y apoyo que necesitaba.

—Amor, escuchame bien —Jin lo observó, notando la hermosa sonrisa en sus labios y esos hoyuelos que lo volvían loco, esos que a pesar de llevar más de dos años juntos, jamás se cansaría de besar—. El cuerpo tiene memoria, no temas haber olvidado cómo nadar, porque eso no pasará y yo estaré todo el tiempo contigo, no voy a soltarte a menos que me lo pidas.

El corazón de Seokjin martillaba sus oídos y su pecho, sus palmas sudaban y su respiración se sentía pesada entrando por sus pulmones, pero esa sonrisa lo hacía confiar, lo hacía querer intentarlo al menos un poco. Apretó los dedos de Namjoon entre los suyos, en una aceptación muda; recibiendo un asentimiento de su parte.

—Entremos entonces. —Namjoon bajó los escalones del lugar uno a uno, sosteniendo la mano de Seokjin con firmeza.

El mayor podía sentir sus rodillas temblar de miedo, pero la mano sosteniendo la suya le daba algo del valor que le faltaba. El agua ya le sobrepasaba el abdomen, mientras que a Namjoon apenas si le tocaba el ombligo. Por un momento se distrajo en aquella vista: Namjoon con un pequeño y algo apretado short envolviendo esos fuertes muslos, su torso desnudo, de fuertes pectorales y abdomen marcado, esos acanelados brazos, firmes y listos para sostenerlo de ser necesario.

Ahí recordó en dónde se encontraba, volviendo a la realidad de golpe. El agua le llegaba poco más arriba del pecho, sus pies apenas si tocaban el fondo y Namjoon sonreía enormemente, encantado por los brillantes ojos que lo observaban sin perder detalle.

Seokjin sintió el pánico subirle por la garganta, dando un par de fuertes patadas que lo acercaron al cuerpo de su novio, quien lo recibió sin mayor problema, soltando suaves carcajadas mientras sus brazos lo envolvían, regresando un par de pasos hacia la parte baja de la piscina.

—¡¿Por qué te ríes!? ¡Pude morir! —Lo regañó el mayor, con algunas gotas cayendo del cabello castaño luego de querer salir de ahí.

—No vas a morir cariño. No mientras yo esté aquí ¿De acuerdo? Es solo que estabas tan distraído que ni siquiera te diste cuenta de que ya estabas nadando. Me pareciste tierno, es todo.

—No es cierto, pude ahogarme y cargarías con eso en la conciencia por el resto de tu vida. —Namjoon rodó los ojos con una sonrisa divertida en los labios.

Con delicadeza, separó a Seokjin de su cuerpo, tomándolo por la cintura. Sus dedos, tibios y firmes sobre la fina cintura desnuda de su novio provocaron que la temperatura dentro del agua se elevara de pronto, provocando un sonrojo al castaño.

—Son nuestras primeras vacaciones juntos desde que volviste de Australia, por favor dejemos esto para después. —Jin se acercó a Namjoon de forma seductora, permitiendo al ahora pelinegro tomarlo más firmemente de la cintura antes de unir sus labios en un beso lento y seductor.

Seokjin había entrado en modo supervivencia, lo que quería decir que ahora solo intentaba distraer a Namjoon de aquella tarea que se había impuesto.

—Jin, llevamos dos días en este lugar, esta es la tercera vez que intentas hacer esto. —Se defendió Namjoon, alejando ligeramente a Jin de su cuerpo, a sabiendas de sus sucias y efectivas artimañas de distracción.

—No necesito esto, pero a ti sí. —Jin mordió un poco su labio inferior, provocando a Namjoon.

Pero él tenía otros planes, con suma delicadeza y sin dejar que el mayor lo notara, fue recostando su cuerpo lentamente, al principio en la posición de princesa, recibiendo los brazos de Jin alrededor de su cuello con gusto. Pasaron un par de minutos, con Jin introduciendo su lengua, delineando aquellos delgados y deliciosos labios que llevaba tanto tiempo sin probar.

Namjoon gimió ligeramente, apretando a Jin contra su cuerpo. El castaño sonrió, sintiéndose triunfante, pero Namjoon aprovechó aquella distracción para ir soltando el cuerpo de Seokjin de a poco, dejando su mano detrás de la nuca únicamente para poder seguir besándole con amor, pasión y deseo.

Jin correspondió aquél beso con entusiasmo, su estómago se contrajo con anticipación y excitación, comenzando a bajar la mano por el pecho de Namjoon, delineando sus pectorales con delicadeza, intentando rememorar todo ese liso y hermoso camino de músculos.

—Lo haces maravillosamente amor. —La voz de Namjoon lo distrajo, provocando que abriera los ojos de golpe, teniendo como primer plano el rostro del moreno, enmarcado por aquella negra cabellera y detrás de él, un cielo completamente hermoso, azúl y despejado.

Su corazón dió un vuelco al darse cuenta de algo; sus pies ya no tocaban el suelo, su cuerpo ya no tenía las manos de su novio sobre él y lo peor de todo: ¡Estaba flotando!

—Hey, calma. Respira por favor —susurró Namjoon al verlo querer enderezarse y abrir los ojos desmesuradamente por la sorpresa. —Estoy aquí, ¿Recuerdas? No voy a dejar que nada malo te pase.

Seokjin sentía el pánico cerrarle la garganta y las ganas de llorar amenazaban con hacer brotar gruesas lágrimas de sus ojos. Namjoon sintió su corazón contraerse dolorosamente y estuvo a punto de ceder.

Se sentía el peor de todos los novios en el mundo, "¿Cómo es posible que esté causándole tanto miedo a alguien a quien digo amar?" Se preguntó mientras intentaba transmitirle toda su confianza y seguridad a Seokjin, que se aferraba a sus hombros, con el pánico reflejado en sus brillantes ojos, pero incluso antes de que pudiera ayudar a Jin a ponerse en pie, este aflojó el agarre y dejó que Namjoon lo sostuviera, intentando normalizar su respiración.

—P-por favor no... no me sueltes Nam —susurró con voz temblorosa, cerrando los ojos y entregándose por completo a aquella situación y las manos firmes que lo sostenían.

El pánico que sentía lo distraía de casi todo, excepto esa pequeña emoción que afloraba en su interior, lenta y cálida a medida que su cuerpo se relajaba y podía permitirse sentir eso que hacía tantos años no sentía.

Todo a su alrededor perdió sentido, no importaba nada más, era solo él, el agua a su alrededor y esas firmes manos, una debajo de su nuca y otra en su espalda baja que lo ayudaban a flotar. Sus orejas eran cubiertas por el agua, creando una especie de vacío sin llegar a dejar que le entrara agua, permitiéndole escuchar esa extraña y placentera calma que le brindaba estar bajo el agua.

Con calma y sin siquiera darse cuenta, sus manos abandonaron el cuerpo de su novio, permitiéndole arquear la espalda lo suficiente para que dejara de ser tocada por Namjoon. La punta de sus pies rozaron la superficie, permitiéndole sentir la brisa del exterior. Una sonrisa suave y temblorosa se formó en sus labios, contagiando a su novio.

"¡Lo logré! Estoy volviendo a flotar solo... vamos Seokjin, tú puedes." Se animó mentalmente, estirando las manos a sus costados, quedando como una gran estrella de mar, avanzando lentamente bajo la atenta mirada del moreno, listo para interferir si era necesario.

Seokjin se aventuró a mover los pies de arriba abajo, avanzando en línea recta. Su cuerpo se sentía ligero mientras su corazón aún le martillaba los oídos, pero ya no era pánico lo que lo impulsaba, sino emoción, orgullo y felicidad. Namjoon tenía razón, el miedo lo paralizaba, pero su cuerpo no había olvidado cómo hacerlo.

Comenzó a dar largas brazadas, inmerso en aquella sensación que creía olvidada e imposible de revivir, avanzando por toda la piscina. Sus patadas y el chapoteo de sus manos le llegaban hasta los oídos de forma distante gracias al agua, por lo que no pudo escuchar los gritos de advertencia de Namjoon hasta que lo tuvo demasiado cerca, pero era tarde, su cabeza chocó con la pared y toda el agua que su cuerpo desplazaba le inundó la nariz al tomarlo desprevenido, provocando ese terrible ardor.

Se enderezó de golpe, buscando poder respirar con normalidad, sus pies ya no tocaban nada, por lo que tuvo que mantenerse a flote, intentando controlar el pánico que de nuevo lo invadía luego de recordar aquella escena en la que el agua entraba en sus pulmones incansablemente por culpa del peso de su compañero sobre él.

—Hey, hey, tranquilo, estoy aquí, estoy aquí Seokjin, calma. Lo siento tanto mi amor, no debí dejarte solo, perdóname por favor. —Las palabras salían atropelladas por la velocidad con la que Namjoon las pronunciaba. Abrazó a Jin con fuerza, sosteniéndolo de la cintura con un solo brazo mientras usaba el otro para mantenerlos a ambos a flote al agarrarse de la pared.

—Namjoon... —susurró Jin, aferrándose de nuevo al cuerpo del moreno, enterrando las uñas en sus hombros, cosa que a Namjoon no pudo importarle menos.

—Lo sé mi amor, lo siento tanto. Sube a mi espalda, te llevaré de regreso. —Seokjin lo miró un segundo, prefiriendo hundirse en sus labios para poder quitarse de encima aquella desagradable sensación.

Namjoon se sorprendió, pero correspondió al beso con tranquilidad, deleitándose con el dulzor en la saliva de su novio, jugando con su lengua y mordisqueando los esponjosos labios para distraerlo e intentar hacerlo olvidar ese mal momento.

—Vamos de vuelta, amor. —susurró en medio del beso, arrancando un suspiro a Seokjin, quien asintió, aún sosteniéndose de aquellos fuertes hombros, pero ya sin hacerle daño.

Namjoon se giró lentamente mientras Jin se sostenía de la pared para después pasar sus brazos por el cuello del moreno, abrazándolo sin mucha fuerza.

—Debes agarrarte fuerte de mis hombros, no te sueltes. ¿De acuerdo? —Jin asintió, acomodándose sobre su cuerpo.

La piscina era larga y estrecha, por lo que tenían un largo tramo qué recorrer. Namjoon tuvo que apoyar los pies en la pared de atrás para poder impulsarse y comenzar a nadar, lenta y tranquilamente para no asustar a Seokjin.

—Nam... —el mencionado hizo un ligero sonido para saber que le escuchaba—, ¿podemos hundirnos?

Namjoon sonrió, aceptando de inmediato.

—Sostente bien, pequeña nutria.

Y así lo hizo. Seokjin respiró hondo, sintiendo el agua cubrir su cuerpo por completo, pasando a su alrededor a medida que Namjoon avanzaba. Sus piernas flotaron a medida que Namjoon se sumergía, cada vez más hasta tocar el fondo para poder impulsarse de vuelta a la superficie.

Al salir lo primero que pudo escuchar fue la risa de Seokjin a sus espaldas, tan alegre y relajada como siempre.

—¡De nuevo! Por favor. —pidió con la emoción de un niño, llenando a Namjoon de ternura, que ni siquiera tuvo que advertirle, solo lo hizo, volviendo al fondo lentamente.

Amaba ver a su novio feliz y sin miedo, tan relajado como solía serlo. Seokjin aflojó el agarre entorno a él, asustándolo un poco, pero se relajó al ver que solo estaba probando flotar por sí mismo sin llegar a soltar sus hombros.

Al salir a la superficie de nuevo, Seokjin volvió a reír con fuerza, abrazando a Namjoon por el cuello.

—Había olvidado lo bien que se siente... esto es genial. Muchas gracias Nam, eres increíble —susurró a un lado de su oreja, depositando un beso sobre la mandíbula del moreno, entrelazando sus piernas alrededor de su cintura.

Namjoon contuvo un suspiro al sentir aquél beso, corto, inocente, pero cargado de sentimientos y amor. Como pocas veces pasaba, se sonrojó, agachando la mirada, provocando que respirara un poco de agua y tosiera, alarmando a Jin.

—¿Estás bien?

—Sí, sí, fue poco lo que respiré de agua. Volvamos a la orilla. —Estaba empezando a cansarse de flotar con Jin sobre él, por lo que cuando se aseguró de que este ya se encontraba agarrado a sus hombros de nuevo, se hundió para poder nadar por debajo del agua.

El avance era lento, pero ni siquiera así pudo preveer que Jin se soltaría de su cuerpo, atreviéndose por primera vez a nadar hacia la superficie. Demasiado sorprendido para reaccionar, aún debajo del agua, lo vió seguir avanzando, recto y atento a las sensaciones a su alrededor.

Seokjin no podía creerlo, había tenido el valor de soltarse y, aunque sentía que el corazón le explotaría de adrenalina, también estaba feliz, volviendo a sentir esa emoción y paz que solo nadar le daba. Se atrevió a nadar un poco más, agitando la cadera como un delfín, lo que le dio el suficiente impulso para poder salir a la superficie a respirar. Estaba a menos de dos metros de la orilla y era demasiado tarde para asustarse, por lo que tomó una profunda bocanada de aire y volvió al fondo, encontrándose con la atenta mirada de su novio y una sonrisa pequeña, pero orgullosa adornando su rostro.

Él también le sonrió, tomando valor para nadar hacia él. Namjoon lo captó de inmediato, aventurándose a alejarse un poco, nadando de espaldas para no perder de vista a Seokjin.

El mayor lo vió alejarse lentamente, lo que lo hizo sonreír más y comenzar a nadar con fuerza para poder alcanzarlo, comenzando así una pequeña persecución entre ambos, en donde Namjoon intentaba alejarse de un salvaje Jin que no conocía, tan competitivo y veloz como jamás pudo imaginar.

Así pasaron un par de minutos jugando, hasta que fue el turno de Namjoon de cazar al experto nadador. Jin salió disparado hacia las profundidades, siendo seguido por el moreno; estaba a punto de alcanzarlo, tenía su tobillo a solo centímetros de sus dedos, pero no lo logró, Jin había llegado a la pared, dando una vuelta de campana perfecta, como solo un competidor experimentado sabía hacerlo, pudiendo así tocar el muro con ambos pies juntos e impulsarse de vuelta a la parte baja de la piscina, pasando a gran velocidad a un lado de un muy sorprendido y maravillado Namjoon, que reaccionó demasiado tarde, teniendo que tocar la misma pared con las manos y luego impulsarse, perdiendo segundos valiosos que le costaron la victoria.

—¡Eres un lento, Kim Namjoon! —gritó Jin mientras corría hacia el pasto de afuera, siendo seguido por Namjoon.

Las carcajadas llenaron el lugar, seguidas de un pequeño grito de sorpresa por parte del mayor cuando fue alcanzado por su novio, siendo apresado contra la barra de la cocina exterior.

—Eres maravilloso, Seokjin. —fue lo único que pudo decir Namjoon ante el asombro en el que seguía luego de ver a su novio en acción.

—¡¿Verdad que sí?! —respondió con entusiasmo, soltando otra carcajada—. ¿Viste esa vuelta de campana? ¡Me sentí genial!

—No hablo de eso. —la voz de Namjoon era baja, casi como un susurro, provocando que Jin se pusiera serio de repente, con la espalda aún contra la barra.

Namjoon inspeccionó el rostro de su amado, deleitándose con cada mínimo detalle y gesto, deteniéndose más tiempo sobre sus labios, tan esponjosos al tacto y tan dulces al besarlos. Sus ojos se conectaron con los del castaño, notando la muda interrogante en ellos.

—Eres la persona más valiente y maravillosa que he conocido en la vida, Seokjin. Gracias por ser parte de mi vida.

La sorpresa y el hermoso sentimiento que le calentó el pecho hicieron imposible que Jin respondiera a esas palabras, optando por besar a Namjoon con dulzura, siendo correspondido por unos labios llenos de devoción y amor.

Su cuerpo fue tomado por las fuertes manos de Namjoon, quien lo sostuvo del trasero, aún mojado, sin mayor dificultad para poder sentarlo sobre la barra, desde donde continuó ese beso, involucrando su lengua entre ambos, delineando sus labios y succionando la traviesa lengua del mayor.

—N-nam... —jadeó cuando sus labios fueron mordisqueados.

—Te amo Seokjin.

—Y yo a ti.

Ambos volvieron a pegar sus bocas, esta vez con prisa, sintiendo la necesidad de pegar sus cuerpos mucho más. Seokjin pasó sus manos alrededor del cuello de Namjoon, enredando sus piernas detrás de la fuerte espalda, pegando su pelvis al plano y marcado abdomen.

Un gemido salió del castaño al sentir su miembro ser estimulado por aquél acercamiento, provocandole un fuerte sonrojo que a Namjoon solo lo hizo sonreír en grande antes de cargarlo hacia el interior de la casa que Seokjin se había encargado de rentar para esa ocasión especial.

Su habitación era la más grande de todas, con una enorme cama y una ducha repleta de espejos. Seokjin no paró de besar a Namjoon, sintiendo la necesidad de aquél beso casi tan fuerte como la propia.

El pelinegro jamás bajó a Jin de su cadera mientras caminaba hasta la ducha de amplias paredes, ni siquiera lo bajó cuando el agua limpia empezó a caer sobre ellos, retirando de a poco toda el agua clorada.

—Nam... te extrañé tanto. —suspiró el castaño, entrelazando los dedos en el cabello de su novio, pegándolo más a él.

Namjoon gruñó en medio del beso, sintiendo su miembro endurecer debajo de sus shorts mientras Jin se bajaba de su cintura, pegando aún más su cuerpo. Ambas pelvis se rozaron, estimulándose aún más. Namjoon apretó el trasero de Jin con fuerza, arrancándole un sonoro gemido, que rebotó en las paredes, aumentando en demasía la intensidad de este.

—También te extrañé mucho, y a tu gran amigo. —Namjoon no le dió tiempo de preguntar a quién se refería, en un ágil y rápido movimiento metió la mano por el resorte de los shorts del castaño, tomando su dura y gruesa extensión, sintiéndola contraerse bajo sus dedos.

El gemido que Seokjin dejó ir fue suficiente para que Namjoon le arrancara la poca ropa que tenía, dejándola caer sobre sus tobillos. Seokjin gimió contra la boca del moreno al sentir la fría prenda del contrario sobre su caliente piel desnuda, arqueando la espalda para poder tener mayor contacto.

—¿Qué prefieres? ¿Primero mi premio o tu castigo? —Preguntó Seokjin con diversión, acariciando la erección de su novio por sobre la ropa, sintiendo el ya más que duro miembro contra su palma, acunándolo con firmeza para hacer gemir a Namjoon.

—¿Qué tengo de castigo? —jadeó el pelinegro hacia el cielo, acorralando a su novio contra la pared, presionando su cuerpo para recibir más de aquél contacto y cerrando la llave de agua a su paso.

—Eso es sorpresa, así que elige.

—Tu premio. —respondió sin pensarlo demasiado, si tenía algo qué ver con su novio y esa traviesa mano, que se colaba en sus pantalones para jugar con la gota de líquido preseminal que salía de la punta, entonces no había forma de que realmente fuera premio solo para uno.

—Sabia decisión. —Seokjin se acercó a besar esos labios que no había parado de admirar, relamiéndose con necesidad a cada ligero movimiento por las palabras.

Namjoon se sintió aún más excitado cuando sus manos fueron dejadas con fuerza sobre el trasero desnudo del mayor, la fría piel de aquella zona, tan suave y amasable debajo de su toque lo hicieron relamerse, gustoso.

—¿En serio? ¿Este va a ser tu premio? Parece más mío que tuyo.

—¿Es queja? Porque si quieres te dejo solo observando. —Seokjin se separó del moreno, poniendo mucha distancia entre ambos para comenzar a masturbarse él mismo, bajo la atenta mirada de su novio. Mordisqueó sus labios mientras contenía un gemido, arqueando la espalda en busca de más contacto con su propia mano.

Namjoon hizo ademán de acercarse, siendo detenido por la palma extendida de Seokjin.

—No, no te gustó mi premio, te aguantas. —respondió entre jadeos, extendiendo su otra mano hacia el bote de lubricante que habían dejado en la ducha desde el primer día ahí. Con prisa, vertió un poco sobre su duro miembro, gimiendo por lo frío del líquido, mientras con su mano lo esparcía, dejó el frasco sobre la base, comenzando a empaparse ambas manos, bajo la atenta mirada de Namjoon, que expresaba tortura y necesidad.

Cuando sintió ambas manos bien empapadas de lubricante, abrió los ojos, dejando ir un suave jadeo antes de dirigir dos de sus dedos a su entrada, comenzando a tantear el lugar, empapándola con el resbaladizo líquido y sin apartar los ojos de los del moreno, que se removía inquieto, frustrado y caliente. Su miembro palpitaba ante la morbosa imagen, sumando los deliciosos gemidos que Seokjin soltaba, esa era una de las mejores escenas que había visto, y vaya que había visto algunas.

—Jin, no hagas esto —murmuró con voz ronca, haciendo lo posible por ignorar el dolor en su pene, que le suplicaba por atención.

—¿Q-qué estoy haciendo? Ah... Nam... —gimió el mayor, adentrando sus dedos tanto como pudo mientras masajeaba su pene.

—Jin... —Namjoon apretó la mandíbula cuando su novio, sonrojado, con la boca entreabierta y el cuello estirado, entrecerró los ojos para soltar un largo gemido hacia el cielo, su nombre sonaba mucho mejor cuando él lo decía de aquella forma.

—¿S-sí? —Seokjin lo estaba torturando, lo sabía, pero era tan delicioso como horrible solo estar observándolo. —¿Ahora sí quieres darme mi premio?

Namjoon se relamió los labios antes de asentir una sola vez, decidido a acercarse a su novio, pero una vez más, fue detenido por este.

—No. —gimió Seokjin mientras daba una pequeña embestida con sus dedos.

Namjoon gruñó, frustrado, pero los dos podían jugar a eso.

—Vamos cariño... —su voz, grave, lenta y seductora, mandó una corriente eléctrica desde el abdomen bajo de Seokjin, que lo recorrió entero, erizando cada poro de su piel—. Yo podría hacerlo por ti, ¿Sabes? Podría besarte tan dulcemente...

Seokjin gimió cuando las seductoras palabras llegaron a sus oídos, estimulándolo mucho más.

—Sabes que mis manos son mejores para masturbarte. —continuó—, sé cómo te gusta... tan lento que te frustra, pero tan duro, que ruegas por más.

Seokjin mordió su labio inferior con fuerza, asintiendo ante las acertadas palabras e imitando aquello que le decían.

—Oh sí, justo así mi amor. —Namjoon dió un par de pasos, lentos y cautelosos hacia su novio, que no se percató de aquél movimiento, demasiado perdido en su propio placer y esa voz que lo hacía delirar—. Sabes que mis dedos entran mucho mejor en ti, porque alcanzo ese punto que tanto te gusta.

Las rodillas del castaño temblaron ante la expectativa y Namjoon dió otro largo paso, ya estaba a solo tres de poder tomarlo entre sus brazos.

—Sabes que te encanta tenerme dentro, que te encanta cuando te lo hago duro... —y era cierto, Seokjin había descubierto, en las pocas veces que se había animado a ser el receptor de aquél largo y grueso miembro, que le encantaba cuando Namjoon lo follaba duro y sin piedad, haciéndolo gritar de placer.

Namjoon aprovechó la distracción para terminar con aquella distancia, acorralando a Seokjin contra la pared, quien chilló por la sorpresa, pero ese grito fue rápidamente sustituido por un largo jadeo al sentir la mano ajena envolver su más que duro miembro junto a su mano, comenzando a masturbarlo.

Ahora la mano de Namjoon y la suya estaban empapadas en lubricante, deslizándose lentamente por toda la extensión. Seokjin sintió la erección de Namjoon contra su cadera, dura y palpitante, lista para entrar en él tal y como le gustaba.

Namjoon acarició la boca ajena con su lengua, delineando ese par de carnosos labios con calma, consumiendo cada agitado y entrecortado aliento. Sin demasiada delicadeza, tomó a Jin de las caderas, girándolo hasta dejarlo de cara a la pared, con el trasero justo frente a su pene, que ya goteaba líquido transparente.

Las manos de Seokjin se posaron con fuerza sobre la fría baldosa, cerrándose en puños cuando Namjoon tomó su trasero para poder amasarlo a placer, depositando una suave, pero sonora nalgada.

—Sabes que me encantas, ¿verdad Seokjin? —El castaño gimió en respuesta, sintiendo los pulgares de su novio abrir sus nalgas para provocarlo aún más—, y sabes cuánto me pone que seas así de descarado.

Seokjin asintió, mordiendo con fuerza su labio inferior, echando la cadera hacia atrás para aumentar el contacto. Namjoon sonrió de lado, complacido con la reacción del mayor.

—Entonces supongo que sabes lo que viene ahora, ¿No es así? —Sin tiempo para responder, Seokjin sintió cómo Namjoon tomaba sus muñecas, pegándose mucho más a él, con su más que endurecido miembro reposando entre sus nalgas. El castaño fue inmovilizado contra la pared y sus manos apresadas detrás de su espalda, quedando completamente a merced del moreno.

Con cuidado, Namjoon abrió de nuevo aquél lugar que ya estaba más que listo para recibirlo, con lubricante facilitando su acceso. Tomó su pene con la mano libre, restregando el glande con lentitud, torturando a Jin, alargando ese hermoso momento que tanto esperaban.

—Namjoon, hazlo. —Ordenó el mayor, sintiendo la desesperación aflorar a cada segundo.

El aludido sonrió divertido, haciendo una ligera presión en su entrada, viendo cómo comenzaba a desaparecer de la forma más lenta y tortuosa posible. Seokjin se movió hacia atrás, buscando más de aquél contacto, siendo interrumpido por la firme mano de Namjoon sobre su cadera.

—Ah, ah, corazoncito, es mi turno para divertirme —susurró contra la oreja del mayor, sin soltar sus caderas, entrando lentamente para poder sentir su miembro siendo engullido, centímetro a centímetro por él.

Un gemido ronco y largo abandonó su garganta al sentirse cálido, rodeado por aquellas apretadas paredes.

—Oh Jin... no debiste provocarme tanto, ahora no podré contenerme. —El mencionado gimió, moviendo un poco la cadera, delirando por la falta de placer, pero la gran estimulación que estaba sufriendo.

—N-no lo ha-hagas... —jadeó. Y esa fue señal suficiente para el moreno, que afianzó el agarre sobre su cadera solo para poder comenzar con las rudas embestidas, las manos del castaño seguían sobre su espalda, inmovilizadas por el fuerte agarre de su novio.

Seokjin era más gemidos que persona, respirando entrecortadamente, olvidando su nombre por un momento, solo recordando el del chico que tenía detrás, follándoselo como jamás imaginó que sería follado.

Namjoon podía sentir cada embestida más intensa que la anterior, el apretado y caliente interior de su novio lo abrazaba y recibía tan bien, que comenzaba a creer que no aguantaría demasiado.

—Ah... Seokjin... —Gimió antes de soltar la cadera del mayor, dirigiendo su mano hasta el palpitante miembro contrario, envolviendo toda la extensión con los dedos para comenzar a masturbarlo de manera firme y errática.

—Ah... Nam... No... —Agudos gemidos y palabras inteligibles era todo lo que salía de aquellos abultados y enrojecidos labios. Seokjin podía sentir su interior siendo expandido, llenado y estimulado de una forma tan deliciosa, que sabía no podría resistir mucho más, sumado al hecho de tener la fuerte mano de namjoon alrededor de su pene, masturbándolo al ritmo de sus embestidas, llevándolo al límite del placer, haciéndolo ver el cielo hasta que casi sintió que podía tocar las nubes para luego traerlo de regreso por el abrumador placer que en ese momento lo envolvía.

Sus rodillas, temblorosas y frágiles, le advertían que en cualquier momento se desplomaría, pero era incapaz de articular una sola palabra completa, lo único que salía de sus labios era el entrecortado nombre de su novio y los gemidos más obscenos que se había permitido formular en toda su vida, pero Namjoon sabía leer sus señales, por lo que soltó sus manos por fin, envolviendo aquella cintura con uno de sus fuertes brazos, pegando la espalda de piel nívea y tersa a su fuerte pecho, mezclando el calor corporal de ambos.

-Déjame ver cómo te corres en mi mano, Seokjin, déjame sentirte alrededor de mí. -Susurró el moreno con los dientes apretados, apenas conteniendo sus gemidos.

Esa fue la gota que colmó el vaso, Seokjin se sintió débil en cuanto el semen comenzó a brotar de su miembro. Gruesos y espesos chorros de aquél líquido abandonaron su cuerpo, manchando su abdomen, la mano que lo sostenía para no caer y los dedos que lo envolvían, masajeando, estimulando y exprimiendo hasta la última gota de su semilla.

-Namjoon... -Gimió antes de tener que recuperar el aliento.

El moreno gruñó al sentir su miembro siendo aprisionado entre aquellas cálidas paredes y un largo gemido abandonó su garganta cuando sin poder retrasarlo más, su orgasmo lo alcanzó con violencia, vaciándose en el interior del mayor. Un par de embestidas más fueron suficientes para dejarlo completamente perdido en la bruma de placer, con la frente llena de sudor pegada a la amplia y fuerte espalda de su amado novio, sintiendo sus erráticas y entrecortadas respiraciones.

Los minutos pasaron, con ambos en aquella posición intentando recuperar el aliento y temor a moverse y caer de bruces.

-¿Amor? ¿Estás bien? -Susurró Namjoon después de un momento, sintiendo a Jin mucho más relajado que antes y con su pecho subiendo y bajando más acompasado.

-De maravilla. -Respondió, soltando un par de risas.

Namjoon lo acompañó en aquél gesto, saliendo lentamente de él sin llegar a soltarlo del todo. Seokjin gimió ligeramente al sentirse vacío, con el semen resbalando por sus piernas. Su parte menos favorita si debía confesarlo.

-Que suerte que estamos en la ducha. -Dijo Namjoon como si pudiera saber lo que pensaba.

Con calma, ambos se ducharon uno al otro, llenando el cuarto con vapor, olor a rosas y amor en forma de delicados, inocentes y esporádicos besos.

Luego de un rato al fin salieron, envueltos en un par de mullidas batas de baño.

-Este lugar es increíble Nam. Quisiera vivir en un lugar así. -Murmuró mientras ambos se acostaban en la cama tamaño matrimonial.

-A mí también me gustaría. -Namjoon abrazó el delgado cuerpo del castaño, recostándose en su pecho y comenzando a recibir caricias en el cabello casi en automático.

-¿Quieres dormir un rato? -Seokjin recibió un asentimiento, sonriendo con ternura. -Menos mal, porque yo también.

Quizá habían pasado solo un par de minutos desde que cerraron los ojos, quizá habían sido horas, no lo sabían, cuando un ruido fuerte en la cocina los hizo pararse de un brinco, mirando a su alrededor con preocupación.

-Eres un tonto.

-Fuiste tú, idiota.

-¡No peleen!

-¡Él empezó!

Seokjin podía escuchar los murmullos a través de la puerta, pero no reconocía esas voces. Namjoon seguía demasiado adormilado para pensar con coherencia, mientras que Seokjin temía por su vida y la de su amado.

-Al menos ya se callaron, creo que necesitaré terapia luego de eso.

-Eres un exagerado Min, no es como si tú fueses menos ruidoso. -¿Min? Seokjin conocía ese apellido. ¿Acaso eran...?

-¡Jungkook, deja de jugar con los ojos de ese pobre pez! -El alma abandonó el cuerpo del castaño.

"¿Cuánto tiempo llevan aquí? ¿Por qué están aquí? ¿Escucharon todo? ¡KIM NAMJOON!" Despertó al moreno con un almohadazo sobre su espalda, aún cubierta por la bata luego de que se volviera a acomodar para seguir durmiendo.

-¿Eh? ¿Qué? Sí quiero casarme contigo, Seokjin. -Desorientado, Namjoon miró en todas direcciones, con varios mechones de su negro cabello apuntando hacia todas partes y otros tanto cubriendo su vista. -¿Qué pasa? ¿Estás bien?

-¡Claro que no! ¡¿Qué mierda hacen nuestros amigos aquí?! ¿Por qué no me dijiste que vendrían? -Namjoon cerró los ojos con fuerza al comprender la situación, dejándose caer sobre su almohada.

-¡Sorpresa! -Fingió sonreír, recibiendo otro almohadazo de parte de su novio. Iba a replicar, pero la puerta fue tocada, interrumpiéndolo.

-Hey Namjoon... ¿Ya están listos? Recuerda el plan, tienen treinta minutos. -La voz de Yoongi llegó hasta sus oídos, calmada y baja como siempre.

-¡Mierda! Amor, te lo explico en el camino, por ahora solo ponte el traje que te pedí empacar, peinate y... bueno, es casi imposible, pero ponte más guapo de lo que ya eres, iremos a cenar.

Namjoon se puso de pie cual resorte, comenzando a correr por toda la habitación, desempacando, vistiéndose por partes, botando ropa que no le servía y entrando en pánico cuando no encontró sus zapatos; todo bajo la atenta mirada del castaño.

-Me las vas a pagar, Kim Namjoon. -Fue lo último que dijo antes de ponerse en pie con dificultad, comenzando a avanzar hacia su maleta con las rodillas temblorosas y comenzar a vestirse lentamente, deseando y casi rezando porque aquél temblor desapareciera antes de tener que salir por la puerta. -Y empiezas desde ahora, ponte esto.

Namjoon recibió el paquetito que Seokjin le tendía, abriendo los ojos desmesuradamente al ver un vibrador de conexión vía bluetooth.

-Jin, yo... no creo que este sea...

-Silencio. -El mayor puso uno de sus dedos frente a los labios del menor, silenciándolo de inmediato. -Nuestros amigos están allá afuera y por lo que más quieras, espero equivocarme, pero creo que nos escucharon, así que vas a sufrir las consecuencias.

Namjoon tragó grueso, aceptando sin mayor oposición. Jamás aceptaría que eso lo estaba excitando sobremanera, aunque no fue necesario, pues Seokjin podía verlo en sus ojos.

-Es más... te lo pondré yo. -Susurró con una sonrisa ladina el mayor, tomando otro bote de lubricante de su maleta. -Manos sobre el colchón.

Namjoon obedeció, sintiendo su pene cobrar vida debajo de sus boxers color negro. Las manos de Seokjin se pasearon con lentitud por su cintura, levantando ligeramente la camisa negra, desabrochando el botón y hebilla del pantalón para luego bajarlo de un tirón junto a su ropa interior. Namjoon jadeó al sentir una mano firme sobre su glúteo derecho, siendo amasado suavemente para luego sentir una nalgada.

Jin sonrió al verlo tan quieto y expectante, con su miembro a medio despertar. Vació un poco de lubricante sobre sus dedos, comenzando con la tarea de preparación, metiendo y sacando ambos dígitos con paciencia y delicadeza, curvándolos a último momento para dar con ese punto exacto que hizo a Namjoon temblar y gemir.

-Si te portas bien esta noche, prometo que no te castigaré tanto y habrá mucho más de esto. -Namjoon asintió en silencio, mordiendo su labio inferior con fuerza.

Un poco más de lubricante, treinta segundos y todo estuvo listo. Namjoon se sentía extraño al caminar, pero nada que fuera evidente. Tuvo que acomodar con sumo cuidado el para nada pequeño problema en sus pantalones antes de salir y enfrentar a sus amigos, con Seokjin siguiéndolo de cerca y una sonrisa de felicidad y satisfacción pura en los labios, mientras revisaba su celular distraídamente, pero solo él sabía la perversidad que eso escondía detrás.

-Vaya, creímos que nunca saldrían. Me sorprende que puedas caminar. -Se burló Yoongi a modo de saludo, recibiendo un golpe en el hombro por su mejor amigo.

-También te extrañé Yoongi. -Murmuró entre dientes y con las orejas rojas, recibiendo pequeñas y mal disimuladas risitas por parte de todos.

Namjoon y Seokjin se tomaron un par de minutos para saludar a sus amigos, llevaban al menos medio año sin verse todos juntos, por lo que era una ocasión bastante especial.

Jimin lucía radiante con su cabello rubio, mientras que Jungkook había dejado atrás el rojo, dando paso a un azúl eléctrico bastante llamativo. Taehyung tenía el suyo platinado y con ligeras ondas, luciendo elegante y sexy a partes iguales. Hoseok traía un tinte lila que lo hacía ver sumamente atractivo, provocando que Yoongi ni siquiera pudiera dejar de mirarlo por más de dos minutos. El mejor amigo de Seokjin lucía tan diferente, con el cabello negro, chino y largo, arrancando suspiros y miradas enamoradas no solo de su novio, que celoso ante las personas que se atrevían a mirar al amor de su vida, lo tomaba de los hombros para plantar un enorme y sonoro beso en su mejilla.

-Bien, si estamos todos listos, creo que debemos irnos. -Todos asintieron, dirigiéndose a sus respectivos autos. Seokjin y Namjoon tomaron el del mayor, mientras que Yoongi y Hoseok usaron el del moreno, dejando así a los tres más pequeños a cargo del bonito deportivo de Hoseok.

-Si le hacen un solo rayón, si tiene el más mínimo golpe, les juro que voy a raparles el cabello, hacer nidos para las aves con él y venderlos hasta que puedan pagar el daño. -Advirtió al trío, que estaba demasiado emocionado como para preocuparse por pequeñeces como esa.

-¡Yo conduzco! -Gritó Jungkook, ganando las llaves de la mano de su mayor, con Jimin corriendo detrás de él, pero prefirió sentarse solo en la parte de atrás, con un par de gafas puestas y las manos extendidas por todo el respaldo del bonito descapotable.

-Yo los cuido, hyung. -Suspiró Taehyung, intentando ocultar su emoción.

-Cuídense los tres. -Le respondió, dándole una caricia en el cabello antes de subir al auto junto a su novio.

-¿Ya vas a decirme a dónde vamos? -Hoseok lucía alegre y relajado, sintiéndose tan cómodo al lado de su chofer favorito en todo el mundo.

-Es una cena especial, Hobi, para celebrar que estamos juntos de nuevo.

-Claro, y por eso tú y Namjoon cuchicheaban en cada esquina y se miraban como si hubiesen enterrado un cuerpo en el jardín trasero.

-¿Viste cuando lo hicimos, o cómo sabes tanto? -Se burló el mayor, intentando distraer a su novio.

-Descubriré qué traman. -Hoseok entrecerró los ojos, escudriñando el bonito perfil de Yoongi, olvidándose rápidamente de su tarea al verlo sonreír, perdiéndose en aquellos delgados y bonitos labios y ese hermoso, afilado y varonil perfil.

~○~

El restaurante era lujoso, con candelabros por todas partes, largos manteles color crema y lámparas gigantes colgando del techo, proyectando una cálida luz ambarina. El ambiente olía a suaves jazmines mientras la hoster los guiaba hasta su mesa, en donde siete asientos estaban acomodados alrededor del mueble circular, con la música de un par de violines llegando hasta sus oídos.

Todos tomaron asiento en silencio, nadie sabía el verdadero motivo de aquél detalle, pero se sentían sumamente felices de poder estar juntos de nuevo.

-Nam hyung, ¿Qué tal Australia? -Preguntó Jungkook llevando un trozo de pan a su boca.

-Caluroso y lleno de tantos bichos, que seguro a Hoseok le da un infarto apenas poner un pie afuera del avión. -Todos rieron, excepto el aludido, que hizo una mueca desagradable.

-Ese lugar debería estar rodeado por muros de concreto con veinte centímetros de espesor y una bóveda -susurró, aunque todos pudieron escucharlo.

-¿O sea que si me voy a vivir allá, no cuento contigo para una visita, ¿Verdad? -Namjoon solo jugaba, pero el rostro de su propio novio, muy semejante al de su mejor amigo, le hizo saber que no era una posibilidad.

Un mesero se acercó a ellos para pedir su orden, por lo que hubo un pequeño momento de silencio en lo que todos decidían qué pedir.

La noche comenzó a transcurrir lenta y amena, con sus platillos humeantes y deliciosos adornando la mesa y un par de botellas de champagne desapareciendo rápidamente.

-Chicos, por favor permítanme hacer un brindis. -Seokjin tomó la palabra una vez se hubo extinto la comida, dejando la mesa vacía a excepción del postre y sus copas.

Todos lo miraron, expectantes.

-No saben lo feliz que me hace tenerlos aquí hoy. Yo no tenía idea de que vendrían y no sé si era sorpresa o alguien olvidó comentarlo, pero sepan que no hay nada que pudiera ser mejor que esto, excepto quizá, anunciarles que a partir de hoy, la casa en la que nos hospedamos es oficialmente mía. -Las reacciones no se hicieron esperar, todos aplaudieron y vitorearon al castaño.

Namjoon lo veía con una mezcla de orgullo, asombro y amor puros. Seokjin lo miró, formulando un "Sorpresa" con los labios, a lo que Namjoon solo pudo responder con una sonrisa enorme y un fugaz beso en los labios de su amado.

-Yo sí que sé cómo podría ser mejor -murmuró Yoongi, poniéndose en pie mientras llamaba al mesero con dos dedos al aire.

El chico, sonriente y amable, se acercó con prisa hasta la mesa, con bandeja en mano y un par de copas llenas de vino tinto sobre ella, siendo seguido por el dueto de violinistas que tocaban en el lugar. Dejó aquél objeto frente al pelinegro, que lucía sumamente nervioso, mientras que Namjoon lo observaba con una sonrisa enorme y radiante.

Una canción de fondo sonaba, suave, melodiosa, romántica y hermosa, dando el toque perfecto a la situación. Seokjin observó a Hoseok, esa canción la conocían, pero parecía que no terminaban de dar con el nombre, pues ambos tenían la duda impresa en sus facciones, cosa que solo aumentó cuando vieron a sus respectivas parejas sonreirse mutuamente, tomando cada uno una copa de vino.

-Namjoon, sé que tú y yo no tuvimos el mejor comienzo como amigos, incluso parecía que jamás podríamos llegar a serlo. -Comenzó Yoongi, sonriendo como pocas veces se le veía hacerlo.

-Pero el tiempo tenía otras cosas planeadas. -Completó Namjoon, observando de reojo a sus tres amigos más pequeños, que si bien estaban confundidos, se les veía felices, grabando el momento tal y como supuso que lo harían sin que se los pidiera.

-El día de hoy quiero agradecerte, no solo por convertirte en ese gran amigo que eres, sino también por haber conquistado a Seokjin, demostrarle que el amor y las muestras de afecto no tienen nada de repulsivo.

-Y yo, quiero agradecerte por darle a Hoseok esa calma que tanto necesitaba, ese pequeño espacio de relajación a su tan animada y brillante personalidad.

Ambos sonrieron en grande, chocando las copas y entrelazando sus brazos antes de beber de un solo trago todo el contenido.

Hoseok y Seokjin se miraban uno al otro, perplejos ante la situación, para luego observar a sus parejas, tan sonrientes y amigables como jamás creyeron que serían. hasta parecía que hubiese sido ayer cuando Yoongi deseaba arrancarle la cabeza a Namjoon.

Ambos chicos se dieron un corto abrazo antes de girarse hacia sus parejas y tomarles de las manos.

-Mi sol -murmuró Yoongi al tiempo que Hoseok sonreía en grande, sonrojándose levemente por la repentina atención y la atenta mirada del pelinegro.

-Mi luna -dijo Namjoon al mismo tiempo, observando cada emoción atravesar los ojos de Seokjin, que miraba hacia todos lados en busca de respuestas. -Te amo como jamás creí que amaría a nadie.

-Eres todo lo que nunca imaginé que tendría. -La voz de Yoongi sonaba a la par de la de Namjoon.

-Y no hay nadie a quien pueda volver a querer de esta forma. -Dijeron al unísono. -Por eso esta noche... -Como si lo hubieran ensayado, ambos sacaron de su bolsillo interno del saco una cajita. Yoongi tenía una color plateada, mientras que la de Namjoon era dorada.

Una vez más, los pelinegros se observaron durante unos segundos, intercambiando cajitas con una enorme y nerviosa sonrisa en el rostro.

-Quiero pedirte que te cases conmigo. -Ambos se agacharon con extrema sincronía, incluso sus movimientos estaban acomodados para verse como un espejo, mientras uno tenía la rodilla derecha sobre el suelo, el otro tenía la izquierda, con los movimientos de las manos igual de bien planeados, abriendo la cajita, dejando ver un anillo de oro.

Seokjin tenía lágrimas en los ojos, pero ni siquiera eso le impidió ver el bonito color plateado de la joya, resplandeciendo bajo la cálida luz. Hoseok estaba igual, a diferencia de que su anillo era dorado.

Ambos amigos que se encontraban de pie se miraron por un segundo, asombrados, conmovidos y al borde de las lágrimas, bajo la atenta mirada no solo de sus otros amigos, sino de al menos la mitad de los comensales del lugar. Todo estaba en completo silencio, a excepción de aquella hermosa melodía que seguía sonando, llenando el vacío del ambiente, dándole un toque sumamente especial.

-Te amo tanto, Kim Namjoon. -Seokjin fue el primero en salir del shock, estirando su mano frente a la cajita para que su novio le pusiera la joya.

-Estás lleno de sorpresas, Min Yoongi -susurró Hoseok, asintiendo enérgicamente antes de imitar el gesto del mayor.

El lugar estalló en aplausos, gritos de felicidad, chiflidos y vitoreos, con los amigos más pequeños corriendo para abrazar a sus hyungs. Namjoon y Yoongi se miraron antes de abrazarse y soltar el aire contenido, con los nervios menguando a cada segundo.

Jungkook y Jimin fueron los primeros en soltar un par de lágrimas de felicidad, abrazando a Hoseok y Seokjin al mismo tiempo, para luego atraer a Taehyun a ese apretado abrazo, el cual terminó con los siete hechos un revoltijo.

Una vez la euforia pasó y los comensales volvieron a sus lugares, igual que los meseros, las preguntas no se hicieron esperar.

-¿Cuándo tuvieron tiempo de planearlo?

-¿Quién eligió los anillos?

-¿Ensayaron la coreografía?

-¡Fue tan bonito!

-¿Para cuándo la fiesta?

-¿Podemos ser los padrinos?

Miles de preguntas más llenaron el silencio, nadie estaba menos entusiasmado que nadie, pues incluso si ellos no eran los comprometidos, la felicidad de sus hyungs era como su propia felicidad, Seokjin seguía admirando la joya, tan sencilla, pero de una belleza inigualable. Hoseok no paraba de soltar risitas esporádicas cada que veía su dedo adornado con el círculo dorado.

Un chico se acercó a la mesa poco tiempo después con un par de pequeños pasteles en sus manos.

-Los manda el chef señores, como felicitación por su reciente compromiso. -El mesero sonrió en grande, mostrando una hermosa sonrisa, deteniendo la mirada en el chico de cabello gris. -Con su permiso, me retiro, pero si necesitan algo, mi nombre es Bogum.

El chico se alejó de la mesa, dejando la vista fija durante un par de segundos más en los ojos de Taehyung, provocando en él un leve sonrojo antes de que pudiera desviar la mirada.

Nadie mencionó nada, pero todos entendieron que, aunque el chico era su mesero, esas palabras no eran para nadie más que para el chico de cabello gris.

El resto de la noche fue tranquilo, ameno y alegre, Seokjin se juntó con Hoseok a platicar y ver sus anillos juntos. No eran iguales, por lo que había mucho en lo qué fijarse.

-Esa canción... ¿No te suena de algún lado hyung?

-Bastante, pero ¿De dónde?

-¿Aún no lo descifran? -Yoongi se sentó detrás de Hoseok, abrazándose a su fina cintura.

Por otra parte, Namjoon tomó asiento a un lado de Seokjin, agarrando una de sus manos para poder entrelazar los dedos.

-Ambos son fanáticos de "El hombre araña" y no pueden descifrar esto, qué decepción.

Ambos chicos fruncieron el ceño mientras el entendimiento llegaba hasta ellos, abriendo los ojos desmesuradamente antes de girarse para ver a sus prometidos.

-¿En serio?

-¡No puede ser!

-¡Es la canción que canta Mary Jane! -Casi gritaron al unísono, recibiendo un asentimiento y una sonrisa enorme como respuesta.

-Tú siempre decías que te gustaría tener una propuesta de matrimonio como la de Peter a Mary. -Yoongi besó la mejilla de su prometido. -Pero sin la parte en la que ella lo rechaza.

-Creí que nunca captabas la indirecta.

-Oh mi amor, ¡Claro que lo hice! Después de escucharlo unas veinte veces, habría sido imposible. -Hoseok golpeó el hombro de su novio mientras este reía ampliamente.

-¿Y tú? Yo jamás dije nada de esa escena. -Seokjin observó el rostro sereno de Namjoon, recibiendo una mirada divertida.

-Por favor, Jin... por como veías a Peter pedir todo en la recepción y tú cantando "It's wonderful" a todo pulmón durante una semana luego de ver la película, habría sido muy estúpido de mi parte haber elgido otra manera.

Seokjin no pudo evitar suspirar de manera larga, con los ojos casi hechos un corazón y el amor aflorando de cada uno de sus poros.

-Hyungs, no quisiera interrumpir, pero ¿Han visto a Tae? -Preguntó Jimin, mirando a su alrededor. Jungkook hacía lo mismo unos pasos más allá.

-Tranquilos, seguro se anda besuqueando con el mesero bonito -dijo Seokjin con desinterés.

Namjoon levantó una ceja, pero antes de que pudiera replicar, aquél al que buscaban llegó a la mesa, siendo escudriñado por todos los presentes.

-¿Qué? -preguntó al sentir la mirada de todos sobre él.

-¿Qué tal besa el mesero? -Fue Yoongi el que se atrevió a preguntar.

-¿De qué hablas, hyung? Yo solo fui al baño. -Su voz tembló un poco por la repentina pregunta, pero justo cuando creyó que le creían, el chico que dijo llamarse Bogum salió de aquellas puertas que tenían el letrero de "Sanitarios" con un pequeño letrero de led.

El sonrojo que le cubrió la cara entera competía con las rosas rojas del centro de mesa. Quiso negarlo, pero la voz ni siquiera le salía mientras todos reían a carcajadas.

-Espero que te hayas tomado el tiempo de pedir su número también, porque ya nos vamos. -Los ojos abiertos enormemente y la pequeña mueca de pánico que atravesó el semblante de Taehyung le confirmaron a Seokjin que no lo había hecho. -Bien, en ese caso, ve a dejar esto, la contraseña es 1306.

Le entregó una cartera con un ticket y una tarjeta de crédito dentro.

Taehyung aceptó de inmediato, intentando recomponerse para no lucir nervioso ni avergonzado mientras se acercaba al lindo chico en el área de pago.

Luego de un rato, todos salieron por la enorme puerta, dirigiéndose a los autos de nuevo.

-¿Podemos esperar a Bogum? Él está por salir, su turno acabó y le dije que podíamos llevarlo a casa. -Taehyung sonaba tímido, rehuyendo a la mirada de todos, sobre todo la de Jungkook, que apretaba la mandíbula cuando no estaba presionando su lengua contra el interior de la mejilla. -Jungkook, yo conduciré, ve atrás con Jimin.

-¿Por qué no puedo conducir yo y que tú vayas atrás con él? -Lo pensó un momento y prefirió reformular sus palabras. -¿Sabes qué? Tienes razón, conduce tú, después de todo, tú dijiste que lo llevarías a casa.

Taehyung sonrió con suficiencia, aceptando las llaves de inmediato. Los demás ya se habían marchado.

-Kookie, ¿Estás bien? ¿Te pone celoso que Tae salga con alguien? -Preguntó Jimin con diversión.

-¿Qué? ¡Claro que no! Somos hermanos por si no lo recuerdas. -Jimin se encogió de hombros, no muy convencido, pero prefirió no insistir más, por el bien de su propio corazón, seguía sin estar listo para escuchar otro de los románticos momentos que el chico que le gustaba había tenido con el que ahora llamaba hermano.

~○~

La noche se elevaba sobre sus cabezas, hermosa y llena de estrellas, con las luces del jardín apenas iluminando todo y el agua de la piscina humeando. Taehyung y Jungkook platicaban tranquilamente, un tanto alejados de todos, compartiendo su botella por ratos, bajo la atenta mirada de Jimin. Yoongi y Hoseok se besaban tranquilamente, acostados en las sillas de playa, tan inmersos en su propio mundo que ni siquiera habían tocado la botella entre ambos. Namjoon y Seokjin estaban dentro del agua, jugando como un par de niños.

-Jin, ¿Estás seguro de que esta cosa es resistente al agua? No quiero morir con el trasero frito.

-Claro que lo es, tranquilo. No te pondría en riesgo solo por diversión. -Seokjin le guiñó un ojo, recibiendo una mirada incrédula, pero divertida.

-¡Oye Seokjin hyung! ¿Quieres un poco de soju de fresa? -Le gritó Taehyung desde la cocina.

Seokjin aceptó, saliendo del agua para poder ir por la botella. Namjoon lo siguió con la mirada, deleitándose con la hermosa vista de su fuerte espalda y lo estrecho de la cintura.

-Cierra la boca Namjoon, se te va a meter una polilla. -Hoseok llegó a su lado, sonriendo en grande y con los labios extremadamente rojos e hinchados.

Yoongi estaba junto a Seokjin, platicando animadamente, sonriendo y bebiendo.

-Felicidades por tu compromiso. -Namjoon observó a su mejor amigo, sonriendo con sinceridad mientras Hoseok se tornaba rojo y ampliaba aquella sonrisa ya de por sí enorme.

-Digo lo mismo, Namjoon. Lo lograste.

-Lo logramos. -Lo corrigió, abrazándolo fuertemente.

No había palabras qué pronunciar entre ellos, su felicidad era palpable.

Hoseok iba a separarse de aquél apretado abrazo, pero un pequeño gruñido de parte de su amigo y sus brazos apretándose en torno a él, lo hicieron asustarse.

-¿Estás bien? -Intentó alejarse de Namjoon, pero este lo apretó más contra su cuerpo, recargando la frente sobre su hombro.

Incluso debajo del agua, Namjoon podía sentir el calor de su cuerpo aumentar y sus manos comenzar a sudar.

-S-sí, sí, solo... un calamb... ¡Joder! -Gruñó, apretando la mandíbula, haciendo un esfuerzo descomunal para no enterrar las uñas en el cuerpo de su amigo.

Hoseok se preocupó más, por lo que se alejó de Namjoon a toda prisa, llamando a alguien más para que lo ayudaran a sacar al moreno del agua.

-¡Yoongi! Ayúdame. -El aludido llegó corriendo, bajo la atenta mirada de Seokjin, quien no se movió de su lugar, sonriendo casi imperceptiblemente con su teléfono en mano.

Namjoon hizo lo posible por no dejar que su algo despierta entrepierna quedara a la vista de sus amigos mientras lo sacaban del agua, caminando encorvado hasta que un nuevo "calambre" lo hizo caer de rodillas sobre el pasto, aferrándose a su abdomen. Seokjin llegó segundos después, con el semblante fingidamente preocupado y una mueca de sorpresa.

-¿Qué está pasando? -Preguntó en tono serio, ganándose una mirada cargada de indignación de parte de su novio.

-Estábamos platicando y de pronto le dio un calambre. -Respondió Hoseok, acariciando la espalda de su amigo, quien lo único que podía hacer, era apretar la mandíbula para no gemir.

-Gracias chicos, creo que debería quedarse acostado aquí en el pasto un rato, vayan a divertirse y yo me encargo, tengo experiencia con los calambres. -Hoseok y Yoongi asintieron antes de alejarse, no sin dedicarle una mueca preocupada a su amigo.

-Jin... por favor...

-¿Qué pasa, mi amor? ¿Te duele mucho? -Seokjin sonrió de lado, dando la espalda al resto de las personas para que solo Namjoon lo viera. -Busquemos cómo hacer que se te pase pronto.

Namjoon iba a protestar, pero apenas Seokjin tomó su teléfono sintió el placer abrumarlo y hacerlo caer de costado sobre el pasto. El vibrador dentro de él se movía, mandando escalofríos por todo su cuerpo, haciéndolo arquear la espalda y cubrir su entrepierna con las manos para evitar que alguien más lo viera.

Sus mejillas sonrojadas y el brillo cargado de placer mal disimulado en sus ojos le daban a Seokjin la vista más hermosa que había tenido de Namjoon siendo torturado por él.

-¿Debería hacerte un pequeño masaje para aliviar el dolor? -Seokjin comenzó a tocar las piernas de su amado, que observaba las estrellas con los ojos cristalizados y sus dientes apresando el ya más que maltratado labio inferior.

Namjoon pudo relajarse un momento, disfrutando del toque suave de esas fuertes manos. Seokjin se tomó el tiempo necesario, observando de reojo a sus amigos, que de vez en cuando los observaban desde la distancia, genuinamente preocupados.

Masajeó las largas y tonificadas piernas, poniéndose de pie para fingir ayudarle a estirar sus músculos. Namjoon se dejó hacer, intentando recuperar la respiración y bajar la erección entre sus piernas.

-Jin, no hagas esto frente a nuestros amigos. -Namjoon cubría su rostro con ambas manos, podía sentir sus mejillas sonrojadas.

-Es parte de tu castigo, cariño. A ver si a la siguiente carrera, ya no eres tan lento. -Seokjin sonreía en grande, disfrutando de darle aquella placentera tortura a su novio.

Incluso él se sentía excitado al ver a su novio sonrojado y sudando, encogido sobre su abdomen para tratar de ocultar aquella hermosa erección que le había provocado.

-Hyung, les traje un poco de soju para que se relajen. ¿Estás mejor? -Jimin se inclinó sobre el pelinegro, quien se puso en guardia al instante, regresando sus manos a la entrepierna.

-Estoy bien, Jiminie. Gracias, puedes ir con los demás.

-No, espera Jimin, iré a por un poco de aceite para masajes, Namjoon lo necesita.

El rostro de Namjoon se convirtió en una mueca suplicante hacia su novio, quien no le hizo caso para después correr hacia la habitación.

-Hyung, parece que tienes fiebre, ¿Seguro que estás bien? -Jimin tocó la frente de Namjoon, pero no había nada extraño, a excepción del sudor que le perlaba la piel.

-Jimin, vuelve con el resto, estoy bien. -El tono serio de Namjoon lo descolocó un poco. -Iré a la habitación para descansar, ¿Bien? No quiero arruinarle la velada a nadie.

Jimin frunció los labios, no muy convencido, pero aceptó, tendiéndole una mano a Namjoon para ayudarlo a ponerse en pie. Namjoon respiró hondo antes de tomar la pequeña mano, esperando que Seokjin no hiciera nada antes de que él llegara a la habitación.

Jimin caminó a su lado, percatándose del ligero temblor en las rodillas de su amigo, pero sin mencionar nada, solo cuidando que este no cayera de nuevo. Faltaban solo unos metros antes de poder abrir la puerta de la habitación, cuando Namjoon volvió a gruñir con la mandíbula apretada, agarrándose de la pared para no caer de bruces al suelo.

-¡Hyung! -Jimin se alarmó, tomando a Namjoon de la cintura para intentar ayudarlo.

Los jadeos contenidos del pelinegro salían de su boca, entrecortados y al ritmo del aparato dentro de él. Podía ver a Seokjin asomado detrás de la ventana, jugando con el celular, sonriendo burlón.

-Jimin, vete, puedo ir solo.

-¿Qué?

-Por favor Jimin. -No muy convencido, Jimin dejó al moreno recargado en aquella pared, girando el rostro cada tanto hasta que vió a Seokjin salir por la puerta, corriendo a su encuentro.

-¿Estás bien, cariño? -Namjoon ni siquiera pudo responder, el aliento se le cortó antes de siquiera poder empezar a formular una respuesta cuando los esponjosos y deliciosos labios de Seokjin lo tentaron de cerca, su aliento rozándole el rostro a cada palabra.

Namjoon tragó grueso, relamiéndose los labios con expectativa y deseo, al mismo tiempo que su entrepierna punzaba por atención, asintió lentamente, sin poder pronunciar palabra alguna antes de sentir sus labios siendo atacados de lleno, sintiendolos ser mordisqueados y la traviesa lengua de su novio colarse entre ellos.

Sus rodillas volvieron a temblar por el contacto, delitándose con la húmeda y amaestrada lengua, succionándola y sonriendo triunfante cuando un gemido abandonó la garganta Seokjin.

-Vamos adentro -susurró el castaño, pegándose aún más al cuerpo de su novio, rozando ambas entrepiernas.

Namjoon obedeció, comenzando a caminar lentamente sin despegarse de la boca con regusto a soju de fresa. Los chasquidos de su saliva llenaron rápidamente la habitación, siendo interrumpidos solo por el discreto "click" del seguro al ser puesto de manera veloz por Seokjin.

Namjoon ni siquiera tuvo que ver hacia dónde estaba siendo llevado, solo segundos después sintió el colchón contra la parte trasera de sus rodillas, obligándolo a sentarse; su rostro quedó a la altura del abdomen níveo y plano de Jin, sobre el cual dejó un húmedo y lascivo beso, saboreando su piel, succionando cada pequeña porción, arrancándole otro hermoso gemido.

-Déjame quitarte eso, Nam. -La voz de Seokjin salió ronca y excitada, con el aliento entrecortado de puro placer.

Obediente, Namjoon se puso de pie, permitiendo a Seokjin trabar los pulgares en el elástico de su short antes de bajarlos muy lentamente hasta quedar de frente al semi duro y palpitante miembro. Jin sonrió antes de pasarse la lengua entre los dientes, saboreando aquél falo. Un rápido vistazo hacia arriba lo hizo encontrarse con el sonrojado rostro de Namjoon, que se mordía los labios en un vago intento por no gemir.

Seokjin sacó la lengua sin apartar sus ojos de los del contrario, regalándole una lenta y dura lamida a su miembro antes de dejar caer los shorts. Namjoon cerró los ojos antes de gemir hacia el cielo, provocando en su novio una enorme y triunfante sonrisa. Seokjin aprovechó el momento para girarlo sobre sus pies y empujarlo ligeramente en una orden muda para que Namjoon se inclinara sobre el colchón.

Las rodillas de Namjoon temblaron cuando sus manos tocaron la mullida colcha y su pierna derecha fue acariciada por Seokjin con extrema suavidad, deteniéndose en su trasero para amasarlo. Iba a protestar cuando una nueva y violenta vibración lo hizo aferrarse a la prenda debajo de sus manos, arrugándola con fuerza.

-Ah... Jin... -La vibración no se detuvo, ni siquiera cuando Seokjin tomó un extremo del aparato y lo retiró de su interior con extrema lentitud.

Namjoon gimió prolongadamente, sintiendo cada centímetro saliendo de él para luego volver a introducirse de la forma más deliciosa y delirantemente posible.

-Seok... Jin... -Sus rodillas temblaron, estaba seguro de que aquella sobreestimulación lo mandaría al suelo, por lo que hizo lo único que se le pudo ocurrir en ese momento: subir una de sus piernas a la cama para poder ponerse en cuatro, pero no se esperaba que en ese momento, el aparato en su interior, vibrante y delgado, tocara aquél punto que lo mandó de boca contra el colchón antes de gemir hermosamente el nombre de su novio.

-Jin... Jin... yo no... espera... -Gimió de manera aguda, incapaz de hilar una sola frase coherente.

-¿Te gusta? -Una vez más, el aparato fue casi retirado de su interior sin parar de vibrar antes de sentir cómo Jin lo embestía de nuevo, tocando su punto G gracias a la posición en la que se encontraba.

Namjoon asintió con la cara pegada al colchón, ya ni siquiera podía pensar coherentemente. Seokjin sonreía, sintiendo su propio miembro clamando por atención, deseoso de ser él quien se enterrara entre aquél par de nalgas redondas y carnosas. Lentamente, su otra mano acarició los suaves y cálidos testículos de su novio, amasándolos entre sus dedos antes de tomar su extensión y pegar el pecho a su espalda.

La punta del duro miembro goteaba líquido preseminal, el cual esparció lentamente con los dedos, sacándole otro gemido ronco a Namjoon.

-Jin... v-voy a... Mgh. -Namjoon se mordió el interior de la mejilla cuando el vibrador fue retirado de su interior con algo de prisa. El vacío en su interior y la falta de estimulación lo hicieron sentir frustrado.

-Aún no es momento. -Seokjin se separó de su cuerpo, observándolo desde arriba mientras Namjoon temblaba, recuperando de a poco el aliento. -No te toques.

Namjoon detuvo la mano que comenzaba a dirigir hacia su miembro. Frustrado y dolorido, observó a su novio por encima de su hombro, percatándose de cómo tomaba lubricante entre sus dedos para masajear su pene. Su entrada punzó con anticipación al ver a Jin colocarse detrás suyo. No supo cuándo se había quitado la ropa, peor tampoco le importó mucho, estaba demasiado excitado y sobre estimulado como para pensar en eso.

-Te recuerdo que nuestros queridos amigos están allá afuera, así que no hagamos ruido ¿De acuerdo?

Namjoon iba a responder, pero antes de siquiera poder tomar aire, Seokjin comenzó a hundirse en su interior, lenta y tortuosamente, abriéndose paso entre sus apretadas paredes, provocando que gimiera y escondiera el rostro en la mullida prenda debajo de él.

Una vez Jin estuvo dentro, le dió tiempo a Namjoon para acostumbrarse, acariciando lentamente la línea de su espalda, presionando su cintura y recostándose sobre él para poder besar su nuca y hombros.

Un gemido largo y grave salió de sus labios cuando sintió la primera embestida, rápida y certera, tocando aquél delirante punto de su interior.

-Shh... -lo acalló Seokjin, hundiéndose hasta el fondo de su apretada entrada, reprimiendo sus propios gemidos sobre la tersa piel del cuello de su amado. De a poco aumentó el ritmo de aquél movimiento de cadera, el sonido de sus gemidos contenidos era opacado por los para nada discretos de Namjoon, pero ya no podía ni quería parar, podía sentir su orgasmo formarse en la parte baja de su abdomen, obligándolo a aumentar el ritmo, optando por utilizar la única solución que se le ocurría.

Con cuidado de no lastimarlo y sin salir de él, atrajó a Namjoon hasta su pecho, alzándolo del colchón con suma delicadeza. Una de sus manos la acomodó sobre el pecho del moreno, acariciando sus erectos pezones, haciéndolo suspirar mientras que la otra le tapó la boca, dejándole libre solo la nariz para que pudiera respirar.

-Ahora sé un chico bueno y correte para mí sin hacer ruido -le susurró cerca de la oreja, dejando una lamida sobre su nuca.

Namjoon gimió contra su mano, respirando entrecortadamente en cuanto Seokjin volvió a embestirlo. Podía sentir cada centímetro de aquél largo y grueso miembro entrar y salir de él, su próstata siendo maltratada y mandando su conciencia y cordura más allá de la vía láctea.

Estaba seguro de que, de no ser por la mano sobre su boca, allá afuera todos sabrían lo bien que Seokjin follaba. Apretó los ojos en cuanto su pezón fue rodeado por los dedos de Jin, el placer lo abrumaba sobremanera y el líquido preseminal saliendo de la punta de su pene sin siquiera tocarse le avisaba que estaba por correrse.

Seokjin no estaba mucho mejor, podía sentir las cálidas y resbaladizas paredes de Namjoon rodearlo y apretarlo, su orgasmo estaba a nada de estallar, intentó retenerlo un poco más, pero le fue imposible hacerlo cuando Namjoon abrió aún más la boca para atrapar dos de sus dedos entre sus labios, succionarlos y empaparlos bien. Las vibraciones de su garganta sobre sus dígitos lo llevaron directo a la locura, provocando que apretara la espalda de Namjoon contra su pecho y embistiera su trasero un par de veces más, con fuerza.

Los gemidos ahogados de Namjoon se vieron interrumpidos por uno mucho más largo y agudo al sentirse lleno del semen cálido y espeso de su novio. Podía sentir cada descarga salir en su interior mientras Jin era apretado aún más por sus paredes gracias al fuerte orgasmo que lo abordó.

Namjoon abrió la boca para gemir el nombre de su novio, sin importarle un carajo que alguien pudiera escucharlo, pero Seokjin fue más rápido, tapando su boca y nariz al mismo tiempo, ahogando cualquier sonido.

Seokjin se quedó quieto por unos segundos, recuperando el aliento y permitiendo a Namjoon liberarse sobre su abdomen mientras se recostaba en su hombro, intentando respirar con normalidad.

Durante un par de minutos no hubo otro sonido más que el de sus respiraciones, agitadas y entrecortadas. Seokjin salió lentamente de Namjoon, provocando que otro gemido bajo saliera de su boca. Con cuidado, lo tomó entre sus brazos, recostándolo en la cama lentamente a sabiendas de sus temblorosas piernas y la poca fuerza que le había quedado en el cuerpo.

-Nam -susurró a su adormilado novio, quien no respondió más que con un sonido ronco y cansado. -¿Vas a dormir?

Namjoon asintió ligeramente, intentando asimilar todo el placer que aún le recorría las venas junto al cansancio. Seokjin sonrió, complacido y enternecido a partes iguales, tomando lugar detrás de él para pasar un brazo sobre sus hombros y atraerlo a su pecho.

-Bien, durmamos un poco, pero después nos duchamos y seguiremos celebrando con los chicos.

Namjoon asintió, girando lentamente hasta quedar de frente a aquél hermoso rostro de mejillas sonrojadas y labios maltratados por tantas mordidas. Una sonrisa leve y cansada, pero no carente de amor se formó en sus labios antes de abrirlos para soltar una sola frase.

-Te amo Seokjin.

El mayor sonrió, pero no respondió, en su lugar acortó la poca distancia entre ambos y besó la sudorosa frente, acariciando su negra cabellera y rodearlo con brazos y piernas.

El calor de sus cuerpos se complementaba perfectamente mientras se iban sumiendo en un sueño ligero y reparador. No les importó estar llenos de semen, tampoco que afuera las risas y gritos de sus amigos les dijeran que se estaban perdiendo de una buena mini fiesta, en ese momento solo existían ellos, el amor y sus tranquilos corazones, latiendo al unísono mientras morfeo los cobijaba en sus brazos.

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

Oficialmente, terminamos con esta divertida y bonita historia.
Espero que les haya gustado tanto como a mí.

Pequeño dato por si no lo notaron: Namjoon cumplió de alguna manera aquél sueño de Jin en el que nadaban y se besaban.

Por otra parte, no soy mucho de Jikook, pero me parecía que quedaba bien aquí, igual que Bogum y Tae. Nada qué decir del HopeGi, porque me encantan.

Como sea, gracias por leer, comentar y compartir mis historias. ❤️✨️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro