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10

—Recuestate —ordenó Namjoon, soltando brevemente las piernas de su mayor. Seokjin asintió, acatando la orden con algo de inseguridad, olvidándola por completo en cuando sintió al moreno comenzar a besar sus muslos, dejando suaves y húmedas mordidas por donde pasaba, lamiendo de manera ruda y acentuada en las zonas más sensibles de sus muslos, evitando a propósito su palpitante miembro.

—Nam... —suspiró, sintiendo el aliento del chico sobre él al rozar su pene—. Namjoon, hazlo por favor —suplicó al estar siendo torturado de esa forma.

—No hyung, aún no —ronroneó el menor, subiendo por su vientre, depositando suaves mordidas húmedas hasta llegar a sus rosados y erectos pezones, los cuales lamió y mordió de manera deliciosa, arrancando gemidos quedos de los gruesos labios del mayor.

Seokjin suspiraba, gemía y mordía sus labios, deleitándose con las deliciosas sensaciones que la boca y manos del menor dejaban sobre su cuerpo, deseando grabar todo en su memoria.

Namjoon besó los labios del mayor, estirando brevemente el brazo para tomar el lubricante que guardaba en el buró junto a su cama.

Seokjin observó detenidamente sus movimientos, a la expectativa de lo que su novio haría. No sentía miedo, solo curiosidad. Claro que sabía lo que se hacía, pero no podía imaginarse a sí mismo tomando un rol específico, por lo que decidió dejarlo en manos del menor, que con manos expertas vació un poco de aquél líquido viscoso sobre sus dedos, mirándolo de reojo.

—Hyung es tan grande... —susurró mientras dejaba el bote en algún lado de la cama. Eso hizo a Seokjin enrojecer, cubriendo su cara con ambas manos, rehuyendo la mirada pervertida del menor.

—¡Namjoon! No digas esas cosas —dijo, aún detrás de sus manos, con las orejas rojas y sin poder mirar al hombre sobre él.

—Pero... es verdad... —gimió Namjoon, provocando que Seokjin apartara un par de dedos de sus ojos, encontrándose con la imagen más morbosa y sucia que había visto en toda su vida, haciendo que su ya erecto miembro, palpitara dolorosamente en excitación.

Namjoon se masturbaba lentamente sobre su vientre, tomando su miembro de manera firme, apenas moviendo de arriba abajo la mano, sus ojos se encontraban cerrados, con el cuello estirado hacia atrás y gimiendo hacia el cielo. Seokjin lo sentía moverse ligeramente sobre él, percatándose que su otra mano, se encontraba entre sus nalgas, haciendo la labor de preparar su propia entrada de manera lenta y sumamente excitante.

—Seokjin... —Suspiró namjoon, metiendo un segundo dedo empapado en lubricante, gimiendo quedito mientras mordía su labio inferior. El mayor alejó poco a poco sus manos de su rostro, posándolas sobre los muslos del moreno, acariciando suavemente la tersa piel—. Hyung... quiero tenerte dentro. Por favor.

Seokjin casi pudo sentir su cabeza explotar en mil pedazos, al igual que su duro pene bajo el menor. Sin rastros de timidez o vergüenza en el rostro, Jin tomó la cintura de Namjoon, ordenándole que se levantara levemente para poder posicionar su miembro debajo de su entrada. Namjoon obedeció, sacando sus dedos y haciendo una mueca que volvió loco a Seokjin.

Con lentitud, el moreno fue bajando sobre el largo miembro de su amado, sintiendo sus músculos estirarse dolorosa y deliciosamente, aceptando la intromisión. Sus manos sobre el níveo pecho del mayor estaban firmemente posadas, aguantando el resto de su peso, permitiéndole bajar lentamente hasta sentir que toda la extensión del mayor estaba dentro, palpitante, gruesa y cálida. Ambos se quedaron en silencio, mientras Namjoon se acostumbraba al miembro dentro de él y Seokjin intentaba no terminar en ese preciso instante, al sentir el cálido y apretado interior del menor.

—Nam... —gimió al sentir un pequeño movimiento por parte del moreno al acomodarse mejor.

—Aaah... Jin... —Namjoon mordió sus labios, deleitándose con el panorama frente a él; Seokjin se encontraba con las manos firmemente apoyadas sobre sus caderas, presionándolo contra su cuerpo, manteniéndolo inmóvil, deleitándose con la calidez y humedad del estrecho interior, con los ojos fuertemente cerrados y la boca entreabierta, dejando escapar su entrecortada respiración.

—Nam... muévete por favor —susurró Jin después de unos instantes, aprovechando el tener al menor firmemente agarrado de la cadera, comenzó a dirigir sus movimientos de forma lenta y pausada, saliendo centímetro a centímetro para luego volver a presionar su cadera hacia abajo, deslizándolo poco a poco—. Aaah... eres tan cálido... y apretado...

—Hyung pervertido —gruñó Namjoon al cielo, sintiendo su próstata ser rozada por la punta del miembro de su novio, comenzando a acelerar sus movimientos, saltando sobre el duro y largo miembro del mayor. Gimiendo con cada centímetro que entraba de forma rápida y certera, suspirando cada vez que el miembro del mayor salía de él.

—Ah, ah, ah, Seok-jin... —gemía con su voz saliendo entrecortada al ritmo de sus saltos, con Seokjin apretando los ojos y sentándolo de forma ruda sobre él, moviendo sus caderas de arriba hacia abajo para poder entrar más profundo, golpeando su próstata con cada dura estocada.

—Nam... ya n-no... no puedo... —Seokjin intentaba no hacer mucho ruido, hablando lo más controladamente que la deliciosa sensación de tener las calientes y húmedas paredes del menor rodeando su miembro le provocaban, así como la hermosa vista de sus músculos bien delineados tensándose con cada embestida. —Naam...

—Aaah... Seokjin... —Namjoon gimió sonoramente al sentir el punzante miembro en su interior liberarse, provocándole un deliciosa sensación que lo hizo dar un último y fuerte sentón, tocando de manera violenta y certera esa zona en su interior que lo hizo correrse de inmediato, soltando el semen en largos y finos hilos que mancharon su abdomen y el ajeno, llegando incluso hasta el cuello del mayor, que respiraba entrecortadamente al sentir las paredes del menor contraerse con su orgasmo, apretándolo aún más, casi haciéndolo desmayarse de placer.

Namjoon cayó rendido sobre el pecho del mayor, que subía y bajaba regularmente, escuchando sus latidos desenfrenados irse acompasando con el paso del tiempo.

—Nam... quítate de encima o harás que se me ponga dura de nuevo —susurró Seokjin, gimiendo levemente cuando Namjoon obedeció en silencio, sacando su miembro lentamente, disfrutando de esa sensación y acostándose a su lado un momento, solo levantándose para limpiar el pegajoso desastre de ambos cuerpos para luego volver a recostarse en su pecho.

Ambos estaban cansados y agitados, pero se sentían felices, cómodos y sobre todo, en una hermosa burbuja llena de amor, en donde el silencio no era problema, pues todas las palabras cursis que podían haberse dicho eran sustituidas por suaves roces de los dedos del mayor sobre la espalda ajena, acariciando toda su columna, arrullandolo y por los pequeños besos que Namjoon iba repartiendo por todo el pecho de su novio.

No supieron cuánto tiempo pasó, tampoco cuándo fue que se durmieron, solo hasta que la luz del amanecer se coló por la ventana fue que se dieron cuenta del problema en el que estaban.

—Namjoon... —susurró Seokjin al escuchar ruidos provenientes de la parte baja de la casa, suaves voces y el tintineo de cubiertos sobre platos llegaron hasta sus oídos—. ¡Namjoon! —Intentó alzar la voz, moviendo ligeramente el hombro del menor, que solo se removió en su lugar, sin despertar.

Seokjin intentó quitarse al menor de encima, pero su brazo estaba siendo utilizado como almohada, almohada a la que Namjoon se abrazaba fuertemente. Las sábanas estaban hechas un ovillo sobre el suelo, el edredón se encontraba revuelto y enredado con sus cuerpos, apenas cubriendo su desnudez y la del menor.

—¡Namjoon! Maldita sea... despierta o van a descubrirnos —una vez más, Seokjin intentó despertar al menor, agitando más fuerte su cuerpo, obteniendo un quejido ronco por su parte.

El peli purpura entró en pánico, las voces comenzaban a hacerse cada vez más fuertes y Seokjin no supo si la familia de Namjoon era demasiado ruidosa o eran muchas personas.

—¡Namu! ¡Papá dice que bajes a desayunar! —La voz infantil y aguda de una niña se escuchó detrás de la puerta, provocando que Seokjin casi gritara al no poder cubrirse con nada, pero se relajó un poco al poder escuchar sus pasitos alejarse.

—¡Maldición, levántate! —casi le gritó, dando una fuerte palmada en su hombro, despertándolo por fin.

—¿Eh? ¿Qué? Yo no quemé el cucharón ni ensucié el mantel, madre. —Namjoon se sentó de golpe en la cama, mirando en todas direcciones con el cabello revuelto y enredado, asustando a Seokjin por un instante.

—¿Jinnie?

—¡Idiota! Tu familia ya despertó —susurró Seokjin, volviendo a golpear al menor, que esta vez se sobó el golpe con semblante de duda.

—¿Qué familia? —Seokjin rodó los ojos y se palmeó la cara para luego tomar a Namjoon de los hombros y sacudirlo.

—¡Despierta! Namjoon, tu familia, tu casa, desnudos. Sexo... —Seokjin intentó resumir la noche y la situación en la que se encontraban, deteniéndose abruptamente por el sonido que llegaba desde la puerta.

—Namjoon, tu hermana te habló hace veinte minutos, debes bajar o... —La puerta fue abierta de manera despreocupada, dejando ver a una mujer joven parada con la mano aún sobre el pomo y los ojos abiertos desmesuradamente. Su vista se paseó por el cuarto de manera veloz, reparando en el revoltijo de ropa tirada, las sábanas y por último en un incandescente y desnudo Seokjin.

—¡Dios bendito! ¡KIM NAMJOON! —gritó la recién llegada, cerrando la puerta con un fuerte golpe.

Namjoon, sentado aún en la cama, no pudo reaccionar a tal grito, observando a su madre salir de forma rápida de su habitación, dando un portazo.

—¡Namjoon! ¿Qué hacemos? —Seokjin comenzaba a hiperventilar.

—Calma, lo peor que pudo haber visto es la ropa tirada en la habitación —respondió Namjoon, intentando tranquilizar al mayor. Se levantó lentamente, comenzando a vestirse con la misma ropa del día anterior—. Vamos, debemos ir a desayunar.

Seokjin abrió los ojos enormemente, evidenciando su desacuerdo y miedo.

—Ni pienses que bajaré. Moriré aquí y deberás arrastrar mi cadáver hasta el jardín y enterrarme a las 3 am ahí para que no te vean —respondió, cubriéndose hasta la nariz con el edredón.

—Jini, no pasa nada. Mi madre sabe todo de mí... Pero debemos bajar pronto o va a venir a jalarme las orejas.

—Me parece perfecto, estaré debajo de la cama, por favor no saques mi cuerpo hasta que estés seguro de que morí.

Namjoon rodó los ojos y tomando a Seokjin desprevenido, lo besó profundamente, usando su lengua para acariciar los labios del mayor, que le respondió abriendo la boca tímidamente, permitiéndole pasar.

Ambos sonrieron en medio del beso, sintiéndose más relajados. Seokjin volvió a besar al menor, de manera lenta y tierna, mordisqueando un poco su labio inferior. Para cuando se separaron, el mayor sonreía ligeramente mientras que Namjoon no podía dejar de estirar los labios en una enorme y hermosa sonrisa de hoyuelos, enamorando aún más al mayor.

Seokjin se paró de la cama,  imitando a su novio y vistiéndose rápidamente con la única ropa que tenía disponible, arreglando su cabello tanto como le fue posible. Con un suspiro y una profunda respiración para darse valor, ambos chicos bajaron las escaleras, encontrándose con la atenta mirada de todos los presentes.

—Buenos días ma... —Empezó a saludar Namjoon, siendo interrumpido por un fuerte golpe en el hombro por parte de su madre. 

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