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—¡Hey! No te atrevas a tocarme Yoongi.

—Pero Seokjin, tu cara está llena de yogurt y cereal.

—Me importa un carajo, iré a lavarme yo solo, no quiero que tus manos toquen mi hermoso rostro.

Seokjin se encontraba parado a mitad del pasillo en la universidad, llamando la atención de todos los que pasaban por ahí, quienes lo miraban con asombro y miedo.

Él era conocido por la mayoría de los alumnos y absolutamente todos los empleados de aquél lugar, ya que desde su ingreso se había encargado de moldear su reputación y situaciones como la que estaba viviendo, no eran algo a lo que no estuviese acostumbrado.

Estaba más que familiarizado y sumamente orgulloso de las consecuencias de sus actos, sabía que esas reacciones no eran otra cosa que la demostración de que sus métodos daban frutos, y es que él definitivamente no tenía problema alguno con las chicas y chicos homosexuales, ni con cualquier otra persona, claro que no, pero detestaba por completo la falta de pudor que tenían, tocandose y besuqueandose en espacios públicos.

—Jin, hermano, creo que deberías dejar de hacer esta mierda, algún día alguien va a golpearte.

—Que siquiera lo intenten y ya verán, les echaré a un enfurecido, rabioso y gay Min Yoongi encima para que jamás se les vuelva a pasar por la mente el siquiera mirarme.

Yoongi rodó los ojos, más divertido que molesto.

—Te acompaño al baño, tienes que limpiarte eso de la cara o dirán que se la chupaste a alguien y no quisiste tragarlos.

Seokjin miró con indignación a su amigo de largo cabello negro, quería golpearlo, pero una gota de yogurt de fresa entró a su ojo, haciéndolo cerrarlos con fuerza por instinto.

—Mierda... Está bien, guíame. —Yoongi bufó con diversión mientras tomaba del brazo a su amigo y lo llevaba lentamente al sanitario, apoyándolo en los lavabos para que se pudiera lavar la cara.

Jin enjuagó su rostro con cuidado, limpiando los restos del yogurt y cereal también de su cabello color lila, haciendo que el agua se tiñera ligeramente de ese tono.

—Llegué demasiado tarde para ver quién fue esta vez. ¿Qué hiciste?

—Ahj, esa maldita de Moonbyul y su noviecita estaban compartiendo comida y dándose piquitos en los labios frente a todos, como si no tuvieran vergüenza alguna, así que me acerqué amablemente y les pedí que se moderaran, pero la otra chica se molestó mucho, dijo algo sobre que me metiera algo por el culo y luego me lanzó esto... al menos el yogurt no se ve en mi sudadera rosa y no quedará manchada, porque de lo contrario, ella estaría muerta.

—No es muy hetero de tu parte traer una sudadera rosa.

—¿Qué mierda dices Min? ¿En qué siglo crees que estás? Los colores y la ropa no tienen género ni son específicamente para alguien de una orientación sexual diferente a la heterosexual, ya madura. Además, nunca dije que fuera heterosexual —dijo en tono indignado, apenas susurrando lo último, por lo que solo él lo escuchó.

—No entiendo cómo es que piensas de esa manera, pero sigue molestándote ver muestras de afecto en público.

SeokJin iba a responder con algúncomentario ingenioso y afilado, pero la puerta de uno de los cubículos se abrió, dejando ver a un muy alto y apuesto chico, vestido todo de negro, con el cabello platinado y las mangas recogidas sobre sus antebrazos, dejando ver su piel ligeramente más bronceada que la de los demás y un tatuaje de una serpiente saliendo de un cráneo en su antebrazo izquierdo.

—Eso, amigos míos, se llama envidia, a tu amigo aquí presente se le antoja lo que ve, pero como nadie lo soporta por demasiado tiempo, entonces quiere que seamos tan miserables como él.

—Namjoon, creí haberte dicho que esas mierdas no van conmigo, es solo que no me gusta la falta de vergüenza y decoro.

—Como digas Seokjin. —El recién llegado hizo un gesto vago con la mano, no queriendo pelear con Seokjin a sabiendas que era inútil.

Namjoon caminó lentamente hasta posicionarse a un costado del chico que parecía recién salido de la ducha, guiñandole un ojo al de cabello más largo, sonrojándolo.

Lavó sus manos con lentitud, tomándose el tiempo de reacomodar su cabello y quitar una inexistente pelusa de su jersey y viendo a Yoongi por el espejo, poniéndolo nervioso a propósito. Luego de un rato, caminó a la salida del lugar, sin embargo se detuvo y decidió volver con paso firme hasta estar a unos centímetros de Seokjin, quien retrocedió cubriendo su pecho con sus brazos y los puños cerrados, listo para golpear a quien sea que se atreviera a tocarlo, sin embargo, la acción del otro chico fue más rápida que su cerebro tratando de procesar la cercanía, el calor y las acciones de Namjoon.

—Parece que te quedó algo de semen en el cuello, dejame quitártelo. —Namjoon tomó con firmeza la cabeza del mayor, ladeándola ligeramente y con delicadeza; dejando su cuello expuesto, por donde pasó la lengua de manera rápida, pero firme, provocando en Jin un escalofrío de cuerpo entero que le dejó los brazos con los vellos de punta.

—Oh... sabe a fresa, dile a tu amigo que me pase el tip. —Guiñó un ojo al sorprendido y aturdido Seokjin y salió del lugar, tarareando una canción.

—Dejame ser el primero que hable... ¡Que maldita puta suerte tienes Seokjin! ¿Sabes cuánto tiempo llevo intentando que esa majestuosidad de hombre me haga caso?

—¡Cierra la puta boca Min! Además —gritó, interrumpiendose a media frase para mirarse en el espejo con pánico. Con prisa y esta vez sin cuidado, Seokjin empezó a frotar su cuello, dejando su piel roja por la fuerza que ponía al intentar quitarse de encima la sensación de esa lengua sobre su piel—. El muy imbécil te estaba comiendo con la mirada, seguro solo es un hijo de puta narcisista al que le gusta que le rueguen.

—En ese caso, sí me pondría de rodillas por él... y no precisamente para rogarle, tú me entiendes.

—Min, no me des detalles, ve y chúpasela si es lo que quieres.

—Si pudiera hacerlo ¿Crees que estaría aquí?

Seokjin rodó los ojos, mirándose el cuello con detenimiento, como si sus ojos pudieran comprobar si quedaba algún resto de saliva ahí. Sin embargo, verlo rojo e irritado le bastó para saber que se había tallado lo suficiente como para quitar todo rastro de fluidos de su piel, pero lamentablemente su mente aún recordaba la tibia y húmeda lengua ajena acariciarle.

Un escalofrío le recorrió la columna una vez más, sintiéndose asqueado por haberlo disfrutado un poco.

—Vamos, quiero bañarme cuanto antes.

Yoongi lo siguió por los pasillos, observando detenidamente a su amigo.

Seokjin no era, a ojos de Yoongi y por lo que había escuchado en los pasillos a ojos de nadie, alguien feo o poco deseable, al menos la mitad de la universidad  tenía un crush con aquél huraño y poco tolerante chico, hombres y mujeres, hasta las profesoras comentaban lo guapo que se veía, siendo tan misterioso y serio, regañando a toda persona hormonal que encontrara por los pasillos.

Sabía que Seokjin no era homofóbico, pero sus actitudes poco tolerantes lo hacían enojar muchas veces, ya no eran los años 90, la gente podía ir por la calle tomada de la mano con su pareja, independientemente de si eran o no del mismo sexo.

—¿Qué tanto me ves? Harás que piense que te gusto, aunque no te culpo, con este rostro ¿A quién no?

—Deja tu ego a un lado Kim, solo pensaba lo horrible que te dejaste el cuello, van a decir que te hicieron un chupetón.

Seokjin abrió los ojos con sorpresa, cubriéndose con la sudadera hasta la nariz, provocando que Yoongi soltara una carcajada.

—Tranquilo, se quitará en una hora por mucho.

Jin se tranquilizó, pero por si las dudas y en lo que se desvanecía la marca de irritación, se puso el gorro, apretando un poco las cintillas para que no se resbalara de su cabeza.

Durante toda la clase no pudo concentrarse, por una parte porque Yoongi  babeaba ligeramente el pupitre donde tenía recargada la cabeza, durmiendo plácidamente y por supuesto que no pudo desaprovechar la gran oportunidad de sacarle fotos en aquella situación.

Y por otra parte, porque la mirada de aquél chico alto lo ponía nervioso, Namjoon no dejaba de mirarlo sin disimular siquiera un poco, pasando la lengua por su labio inferior para después morderlo, haciendo que Jin, al percatarse del movimiento, volviera a sentir esa lengua sobre su cuello.

—Sokjin, por favor deje de ver al compañero Namjoon, él ya sabe conjugar el verbo "To be", pero no puedo decir lo mismo de usted, así que preste atención acá.

Las orejas de Seokjin enrojecieron violentamente y posando su vista al frente, se propuso no volver a mirar al moreno en todo lo que restaba de las clases.

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