하나 | 𝘜𝘯 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘦𝘯𝘻𝘰 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰。
Tobe, treinta años.
Mi última relación acabó hace unos dos meses. Tuve que irme de la casa que había construído para no hacer planes legales.
Me escapé de Tokio y de mi antigua pareja. Todos aquí me llaman por mi apodo, "Tobe". Fui profesor de artes marciales mixtas por casi ocho años, me despidieron hace dos días.
Vengo buscando una nueva vida.
ㅡBuenos días ㅡsaludé, con una sonrisa, a la chica de recepción.
La recepcionista tiene unos ojos marrones oscuros encantadores, lleva un fleco perfectamente liso sobre su frente y dos coletas a los costados de sus orejas, sobre ella se posó una gallina que me miraba con una extraña expresión de enemistad absoluta, ¡hasta me soltó un bufido!
ㅡBuenos días, mi nombre es Ching ㅡme sonrióㅡ. ¿En qué pudo ayudarle?
ㅡMi nombre es Tobe ㅡofrecí mi mano, ella la tomó y le di un suave apretón, para luego separar mi mano de la suya y tomar los papeles de mi bolsoㅡ. Soy el nuevo inquilino del cuarto piso, me dieron éstos papeles.
ㅡAh, sí... ㅡdijo, echándoles un ojo en cuánto se los pasé, luego me los devolvió y tecleó un par de cosas en la computadoraㅡ. Bueno, señor Tobe, puede utilizar el elevador que está a la derecha, a la izquierda hay escaleras, por si quiere subir por ellas ㅡme señaló con la mano, volteó para tomar unas llaves y me las tendióㅡ; su habitación en la cero treinta y cinco, qué tenga un gran día y sea bienvenido con amor.
ㅡMuchas gracias, qué tú también tengas un excelente día ㅡvolví a sonreírle y a tomar su mano en modo de despedida.
Me fui con el bolso y una de las últimas cajas que habían en mi auto hacia el asensor, suspiré tocando el botón número cuatro y esperé. Cuando las puertas volvieron a abrirse noté cómo fuera de mi puerta había una caja, por lo que pensé que lo que había llegado por correo ya estaba aquí.
Caminé hacia la puerta, dejando mi bolso y la caja sobre el suelo para ver la otra, la cuál estaba medio machucada. Sonreí al ver que lo que había dentro no se había dañado.
Me levanté del suelo y moví las llaves entre mis dedos hasta poder abrir el cerrojo de la puerta, me adentré en ella, dónde todas las cosas ya estaban en su lugar.
Había un pequeño pasillo que se dirigía a dos puertas, una de ellas era blanca y conducía a una alacena pequeña. La otra era una puerta transparente que mostraba un pequeño ropero para las visitas. Y luego un umbral con flores de cerámica rodeándolo.
Después del umbral podía verse el pequeño living, con una alfombra bordó debajo de la pequeña mesa de vidrio, un florero sobre ésta con rosas rojas dentro. Del lado derecho había un pequeño sofá azul gastado en el cuál dejé el bolso y un sofá grande del mismo color donde dejé las dos cajas.
Donde estaba el sofá grande, justo encima, había un espejo ancho cómo el mismo sofá, en el cuál me observé por un rato para atar mi cabello en una coleta más alta. Giré sobre mi mismo y caminé a la gran ventana con balcón, abriendo las cortinas amarillas ㅡcasi transparentesㅡ, para luego abrir la ventana.
El fresco aire me hizo inhalar y exhalar un par de veces antes de volverme a voltear.
Frente al gran sofá había un televisor grande colgado en la pared y una pequeña ㅡpero largaㅡ mesita en la cual había pequeñas macetas con cactus junto a fotos familiares y de amigos; bajo la mesa estaban los trofeos y medallas que había ganado hace años, les sonreí con nostalgia.
Volví a girarme. A la izquierda, había una puerta que llevaba al baño, luego volteé nuevamente a la izquierda y caminé por otro corto pasillo. La cocina era amplia y el comedor también.
A mi derecha, había una mesa con cuatro sillas alrededor ㅡcon su pequeña distancia de dos metrosㅡ y un florero con flores de plástico se encontraba en el centro de aquella mesa de madera redonda. A mi izquierda, la cocina. Caminé hasta la nevera para sacar un poco de agua.
ㅡDebería salir a comprar mañana... ㅡme dije, pensando en el dinero que tenía y admirando la nevera vacía antes de cerrarla.
Seguí caminando por otro pequeño pasillo hasta chocar con tres puertas; la de mi izquierda la usaría cómo oficina ㅡya que tenía una ventana grandeㅡ, la de la derecha era una habitación para huéspedes y la última, la que estaba frente a mi, sería mi habitación.
ㅡMañana empieza un nuevo día ㅡme alenté, sonriéndole a la cama sin sábanas.
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