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1.8

Especial HopeTae




Taehyung salió de la casa a toda prisa, subió a su auto y condujo hasta el apartamento de su novio, aunque Hoseok le hubiera dicho que estaba bien, él necesitaba comprobarlo por sí mismo. Durante el corto recorrido, no pudo evitar pensar en cómo, si hace unos meses le hubieran dicho que estaría preocupado por él bienestar de su novio se habría reído.

Cuando llegó al edificio donde vivía Hoseok, salió casi disparado hacia los elevadores, la necesidad de ver al castaño y asegurarse de que estuviera bien era más fuerte que la máscara de frialdad y desinterés detrás de la cual se protegió durante los últimos cinco años. Cuando por fin llegó al piso de Hobi y tocó los segundos que tardó su novio en  abrir los sintió eternos, hasta que lo vio por fin frente a él y el nudo que sentía que apretaba su pecho se deshizo.

Y de forma automática se abrazó de él, mientras respiraba con tranquilidad, al sentir su brazo rodearlo.

—Ahora tengo que agradecer a ese hijo de puta por haberme aventado, gracias a eso te tengo aquí abrazándome —habló Hoseok cerca de su oído.

—Eres un idiota, me asusté, no sabes todo lo que pasó por mi mente, creí que la mue… —cuando se dió cuenta de lo que iba a decir se calló de inmediato.

—¿La que?

—Nada, ya no sé ni lo que digo. ¿Ya te revisó un médico? —preguntó cambiando de tema.

—Sí, estoy bien, tengo algunos golpes menores y se me dislocó el hombro,pero me lo acomodaron y ya estoy mejor, solo me duele un poco, lo prometo —le respondió Hoseok con una sonrisa, mientras dejaba que Tae lo llevará hasta el sofá.

—¿Y la moto?

—Eso no me lo recuerdes que me dan ganas de salir a buscar a ese imbécil, todo el costado izquierdo quedó deshecho, me costará unos cientos de miles volver a dejarla como nueva. Pero ahora no hablemos de eso. Mejor dime porque te preocupaste tanto, cuando me viste estabas pálido, era como si esperaras verme medio muerto.

—Soy demasiado dramático, y alarmista, eso es todo, además eres mi novio, sería un insensible si no me preocupara, pero si te molesta, no lo volveré a hacer.

La respuesta, sumisa junto a la expresión triste y dolida de Taehyung, hicieron fruncir el ceño de Hoseok, no estaba acostumbrado a ver ese lado de su novio y sin duda no le gustaba, si algo amaba del rubio era su carácter fuerte y directo.

—Hey, ¿por qué no habría de gustarme? ¿Y qué es eso de que no volverás a hacerlo? ¿Desde cuándo eres así de sumiso? Ese no es el Taehyung que yo conozco.

El rubio levantó la vista y lo miró con un brillo extraño en sus ojos, esa clase de mirada que le hacía saber a Hoseok, los muchos fantasmas que su novio trataba de ocultar y que hasta el momento él no había querido forzar a que se los mostrará, pero si ya eran novios, era justo que compartiera eso que tanto lo atormentaba.

—Bebé, ¿Qué pasa? ¿A qué le tienes tanto miedo? Dime por favor, ya te dije que yo siempre voy a estar aquí para tí.

Por toda respuesta Taehyung se acurrucó contra su pecho, cuidando de no lastimar su brazo, y cerró los ojos, Hoseok lo tomó como una negativa pero no insistió, iba a preguntarle si quería comer algo cuando la suave voz de Tae lo detuvo.

—Conocí a Woosik cuando estaba en secundaria, en ese entonces yo era un chico bastante tímido y retraído, al ser hijo único mis padres me habían sobreprotegido demasiado, al grado de que no me dejaban salir solo y sin su supervisión. A mis quince años yo actuaba como un niño de siete, no conocía la maldad que se puede esconder detrás de una sonrisa, ni las más oscuras intenciones ocultas detrás de una palabra aparentemente inofensiva, estaba desprotegido.

Una silenciosa lágrimas había comenzado a formarse en la esquina de los ojos del rubio, y Hoseok se dió cuenta, un hueco en su pecho comenzó a formarse, presentía que lo que seguiría sería algo que se lamentaría de escuchar.

—Cuando entre al salón el primer día de clases, para todos fui la novedad, la mayoría de mis compañeros se conocía por haber estado en el mismo grado juntos los últimos seis años, aún así logré adaptarme relativamente bien para mí todo era nuevo, interesante, llamativo, y por supuesto que el niño más popular del salón llamó mi atención. Ese fue mi primer error.

—Tae…

—Shhh… no me interrumpas. En poco tiempo Woosik se convirtió en mi amigo y yo me sentí especial, importante. Pase de ser el nuevo al que nadie conocía, al amigo de Choi Woosik, el chico más popular, todos me hablaban. Sin darme cuenta poco a poco mi personalidad y actitud fue cambiando, pero no para bien, iba siendo modelada poco a poco al gusto y antojo de él. Él decía salta y yo le preguntaba que tan alto. En segundo año me dió mi primer beso y ese fue mi segundo error, el tercero fue entregarme a él y enamorarme como un estúpido.

Con cada recuerdo una lágrima se acumulaba en su rostro pero no dejaba que Hoseok las limpiará, el castaño no lo sabía, pero era la primera vez que él hablaba de esa época con alguien y también sería la última, sabía que después de esa noche ya no habría necesidad de volver a revivir aquello, era hora de enterrar esos recuerdos junto con su dueño.

—Los primeros años de relación con él fueron el paraíso, mis padres lo amaban, y no se cansaban de decirme lo afortunado que era. Pero lo que yo no sabía es que ese solo fue el inicio en mi descenso hacia el infierno. Cuando entre a la universidad todo se jodió, convencí a mis padres de ir a vivir a un dormitorio universitario, cuando en realidad me fui a vivir con él. El primer golpe vino después de una pelea porque llegué quince minutos tarde, porque me quedé platicando con una compañera, el segundo llegó después de que un compañero me pidió mi número, el tercero porque le reclamé por llegar oliendo a perfume de otra persona, no todo eran golpes claro, también había gritos, insultos, ofensas, sus palabras lastimaban igual o peor de lo que lo hacían sus puños, a su lado aprendí que soy una persona demasiado dependiente y sofocante.

Hoseok tenía los puños apretados al punto de que sus nudillos se veían blancos, en su mente solo se  las ganas de matar a ese malnacido que se había atrevido a dañar al rubio.

—¿Sabes qué es lo peor? Que yo sabía que no era correcto, que yo sabía que no debía permitir que me hiciera daño, sabía que debía denunciarlo y no podía hacerlo porque lo amaba, porque después de cada golpe me juraba que iba a ser el último, y yo creía como estúpido. La única vez que quise dejarlo y denunciar lo que pasaba, les pedí su ayuda a mis padres y no me creyeron. No le creyeron al hijo que habían sobreprotegido toda su maldita infancia, pero si al hijo de puta que les dijo que yo estaba demasiado estresado por la escuela y había comenzado a tomar pastillas.

Por puro instinto de protección los brazos de Hoseok se cerraron más sobre el delgado cuerpo de Taehyung, queriendo de alguna forma hacerle saber que él sí lo protegería como nadie supo hacerlo antes, ni siquiera él mismo.

—Durante meses estuve aguantando, enceguecido por un amor mal entendido, por la desesperación de no quedarme solo ahora que mis padres me habían dado la espalda, él era todo lo que yo tenía. O así fue hasta que llegó Jimin a mi vida, él fue el primero en notar los moretones, y no dudo en brindarme su apoyo, aún cuando yo seguía negando todo. Hasta una noche en que todo terminó de joderse.

—Tae, bebé, no digas nada más, por favor, no quiero que sigas sufriendo —le pidió el castaño, imaginando que era eso pero que había pasado, sin siquiera pensar que lo que pudiera imaginar no era ni la mitad.

—Dejame decirlo, necesito que sepas, que me entiendas, necesito decirlo porque ya siento que me estoy ahogando, quiero olvidarlo, dejarlo atrás, comenzar contigo sin ningún tipo de mancha empañando lo que podamos tener, por favor —suplico el rubio, y Hoseok asintió, y se prometió aguantar y ser fuerte por él.

—La última noche de mi relación con Woosik, fue un viernes. Yo llegue de mi última clase pasadas las siete y media de la tarde y él estaba con sus amigotes jugando y tomando. Nada más poner un pie dentro del apartamento supe que sería una larga noche, y no me equivoqué, pero fue mucho peor. No recuerdo cómo comenzó, solo se que yo estaba en mi cuarto tratando de dormir cuando unas manos tocandome me despertaron, pensé que era él, pero no fue así, grité, pero nadie fue a ayudarme, y al final su amigo dijo que solo había sido el primero y no se equivocó, después siguió otro y otro, y otro.

Hoseok no supo en qué momento comenzó a llorar.

—Al final entró Woosik y me gritó que no era más que una perra en celo, a la que le gustaba la polla y me golpeó, y después me violó también él. Cuando terminó me echó a la callé, como pude le llame a Jimin, cuando me encontró, me juro que nadie jamás me volvería a dañar y lo cumplió, Yoongi y él se deshicieron de Woosik y sus amigos y yo entre a los vigilantes.

Hoseok no dijo nada, solo lo abrazó con todas las fuerzas de las que era capaz sin lastimarlo y lloró su impotencia, el no poder revivir a ese hijo de puta y volver a matarlo él mismo. Mientras le juraba cuidarlo y protegerlo siempre.

—Jamás Taehyung, óyeme bien, jamás nadie mientras yo viva va a volver a hacerte daño, porque quien se atrevía siquiera a pensarlo se puede dar por muerto. A partir de este momento y para siempre no hay nadie más importante para mí que tú. Te amo Kim Taehyung y mi misión en esta vida es protegerte.

Taehyung se limpió las lágrimas y besó a Hoseok en los labios, sabía que esa no era una promesa vacía, el castaño le había demostrado que podía confiar en él, y estaba seguro de que no se equivocaba al hacerlo.

Poco a poco el beso cambió de intensidad, pero Hoseok se controló, aunque en ninguno de sus encuentros anteriores había sido rudo, esa noche quería hacerlo lento, tenía la sensación de que jamás lo había hecho así con aquel imbécil. Y también con su cuerpo le demostraría que el amor no debe de doler.

Tomó a Taehyung de la mano y lo llevó hasta su habitación, ahí se dedicó a desnudarlo con calma y sin prisa, mientras besaba cada parte de su cuerpo, lo preparo con paciencia y delicadeza hasta que estuvo listo. Cuando entró en él lo hizo lento y diciéndole en cada momento cuánto lo amaba. Cada movimiento, cada caricia, cada beso, fue para el disfrute y placer del rubio.

Taehyung lloró una vez más, al llegar a la cima del clímax, cuando su cuerpo se liberó por completo de las cadenas que lo ataban al pasado, Hoseok le había enseñado lo que era amar de verdad. Ambos terminaron agotados, pero saciados y muchos más enamorados que antes.

Entre caricias y palabras dulces los dos se perdieron entre los senderos del sueño y por primera vez desde hacía cinco años, en la mente de Taehyung no se presentó Woosik, por fin había logrado expulsarlo de su vida, su cuerpo y su mente por completo.


















Por fin después de casi tres semanas sin actualizar está historia aquí estámos. Perdón por la tardanza pero estaba malita.

Un capítulo corto y emotivo espero que les haya gustado.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘

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