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ADIÓS

Dicen que debes luchar por lo que quieres, que en la guerra y en el amor todo se vale. Pero ¿qué pasa cuando sabes que esa guerra la tienes perdida y aún así sigues luchando? ¿Eres un guerrero o simplemente un perdedor que no acepta la derrota?

¿Hasta qué punto es válido aferrarte a la idea de continuar con algo que sabes que no tiene futuro?

¿Es realmente amor o solo una obsesión? Cuando sabes que la persona que amas no te ama pero aún así te aferras a permanecer a su lado.

¿Es válido hacerlo en nombre del amor? ¿Quién resulta más dañado? El que ama sabiendo saber que su amor no es correspondido, o el que se siente obligado a permanecer al lado de alguien que no ama solo por compromiso.

¿Es válido ser egoísta y aferrarte a ese amor? ¿Lo más sano es dejarlo en libertad aunque te quedes destrozado?

Todas esas preguntas rondaban por la cabeza de Joon Sik constantemente, desde que Jimin y él arreglaran las cosas al día siguiente de su pelea en el restaurante. Cuando lo vio llegar por un momento había pensado que le diría que volviera solo a París, que habían terminado, y le sorprendió gratamente cuando le dijo que Jungkook lo había acompañado a ver al doctor y que este le había dado la autorización para viajar.

El que Jeon hiciera eso y aceptará su decisión sin pelear, prometiendo estar en París para él nacimiento del bebé, era otra cosa que no dejaba de darle vueltas en la cabeza.

Un mes después de que volviera de París, estaban los tres en el departamento viendo una película, y Jimin terminó dormido en medio de ambos, ellos hablaron con honestidad, y Jungkook le dijo que amaba al castaño y no se apartaría con facilidad.

¿Entonces por qué ahora había aceptado su decisión sin discutir?

Cómo lo esperaba el médico le dió autorización de volar solo hasta antes de que Jimin cumpliera los ocho meses, y eso era en dos semanas, y se apresuró a arreglar todo para volver cuanto antes. Una semana después, con los boletos de iba en la mano, la respuesta a todas esas preguntas había llegado.

Su necesidad de volver no era otra que el querer alejar a Jimin de Jungkook, quería que el castaño volviera a ser suyo, que sus planes volvieran a incluirlos solamente a ellos dos, y comprendió que estaba actuando de manera egoísta.

¿Por qué tenía tanto miedo de Jungkook si Jimin estaba con él? La respuesta era simple.

Porque sabía que si el modeló seguía a su lado no era por amor. Era por compromiso, por un absurdo sentido de lealtad por su amistad, esa amistad que él forzó a convertirse en algo más, aún cuando sabía que sería difícil por no decir imposible que Jimin lo amara, esa era la verdad. Guardó los boletos en el interior de su chaqueta y sacó su teléfono, una sonrisa irónica se dibujó en su rostro, jamás pensó que llamaría a  ese número.

—Jungkook soy Joon Sik ¿estás ocupado? Necesito hablar contigo… bien, te veo en tu oficina, llegó en media hora —dijo y después colgo.

✨✨✨✨✨

Decir que le extrañó la llamada del rubio era poco, cuando había visto el numero Jungkook se preocupó, pensó que tal vez algo malo le había pasado a Jimin, pero se tranquilizó al escuchar la voz tranquila del otro lado de la linea y ahora pensaba que tal vez quería restregarle en la cara que él había ganado y se iba a llevar al amor de su vida para siempre.

Se sentía un cobarde por rendirse sin luchar. Amaba a Jimin con todo su ser, pero no podía obligarlo a hacer algo que no quería, jamás volvería a hacerlo. Con todo el dolor de su alma aceptó su decisión de irse y no pensaba evitarlo. De la misma forma en que antes tampoco lo había detenido, aunque las circunstancias eran distintas, aquella vez no lo había hecho porque no quería seguir haciéndole daño, ahora lo hacía porque quería verlo feliz y si su felicidad era en los brazos de otra persona lo aceptaría, aunque le doliera.

Media hora después la puerta de su despacho sonó y entró Joon Sik. Su expresión no era la de alguien feliz por llevarse al hombre que ama lejos de su rival, parecía más bien triste. Se puso de pie, se obligó a saludarlo con amabilidad y le ofreció sentarse en el pequeño conjunto de sillones que frente a su escritorio, creía que sería más cómodo y menos incómodo para ambos, le pidió a su asistente café para los dos y espero a que él hablara.

—Vengo del aeropuerto, fui a recoger los boletos —comenzando diciendo y Jungkook tomó aire para soportar lo que sea que hubiera planeado decirle.

—¿Cuándo se van? —pregunto controlando las ganas de aventarlo por la ventana y deshacerse de él.

—Mañana a mediodía.

—Muy bien, cuidalo mucho por favor, y sobretodo hazlo feliz —le pidió sin mirarlo de frente.

Le dolía perderlo, pero ya no podía ser egoísta.

—¿Por qué? —preguntó de pronto el rubio logrando confundirlo.

—¿Por qué, qué? No te entiendo.

—¿Por qué dejas que me lo lleve? ¿por qué no estás luchando? Me dijiste que lo amas, pero aquí estás tan tranquilo aceptando que otro hombre se lo lleve, y no solo a Jimin, también a tu hijo, ¿por qué? —lo interrogó, con clara molestia en su voz.

—Porque lo amo —contesto con simpleza y sin dudar—. Porque para alguien que ha hecho el daño que yo hice, y haber caído hasta el fondo como me pasó, es más fácil dejar de ser egoísta. Yo no puedo forzar a qué Jimin se quede a mi lado si no lo desea, me niego a volver a lastimarlo, si su felicidad está a tu lado yo lo debo aceptar. Pero eso no significa que me vaya a hacer a un lado y desaparezca de su vida, él y yo tenemos algo que nos va a unir para siempre, y eso es algo que ni tú ni nadie va a poder cambiar. Yo voy a estar ahí para ellos siempre que me necesiten.

—En pocas palabras lo amas tanto que lo dejas libre —concluyo Joon Sik.

—Así es, ya lo lastimé en el pasado, no pienso volver a lastimarlo ahora obligándolo a elegir entre tú y yo, o a utilizar a nuestro hijo como excusa para forzarlo a quedarse.

—Entiendo. Eso es todo lo que quería saber. La duda de porque lo hacías no me deja tranquilo —dijo y se puso de pie, se despidió de él y se fue sin más.

Jungkook se quedó sentado un rato más pensando en lo que le había dicho al rubio y en qué se sentía mejor al decírselo. Ahora solo tenía que mantenerse tranquilo y tarde a la cama si era necesario, para evitar ir mañana al aeropuerto e impedir que Jimin se fuera.
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Jimin estaba terminando de alistar su maleta y con cada prenda que metía en ella, un pedacito de su corazón se desprendía, pensaba en lo difícil que estaba siendo seguir adelante con su decisión. La primera vez quería alejarse y ahora quería quedarse, y ambas veces era por la misma persona... Jungkook.

Siempre había sido él, lo amaba antes y lo amaba ahora, pero tenía un compromiso con Joon Sik, él lo había ayudado tanto y había estado para él en sus peores momentos, siempre apoyándolo, cuidando de él mientras le recordaba lo mucho que lo quería.

—Mimi ya van tres veces que te habló y no me haces caso, ¿en qué tanto piensas? —la voz de Taehyung interrumpió sus pensamientos.

—En que ya son dos veces las salgo huyendo a París para alejarme de Jungkook —respondió casi sin pensar, dándole voz a lo que pensaba.

—¿Qué? Pero si tú y Jungkook ya están bien, ¿Por qué estarías huyendo? —preguntó Taehyung confundido.

—Por lo mismo que la primera vez. Porque lo amo demasiado y si sigo cerca de él, voy a terminar por correr a sus brazos y me aterra que lo que Joon me dijo sea cierto.

—¿Que fue lo que te dijo? —volvio a preguntar su amigo.

—Me dijo que Jungkook no cambio, que solo está tratando de engañarme para que regrese con él. Yo sé que él ya no es el mismo de antes y después de hablar con su psicóloga entendí muchas cosas acerca de su comportamiento anterior, pero aún así tengo miedo de volver a entregarle mi amor y confianza y que las cosas vuelvan a ser igual que antes, y debo de pensar en mi hijo y en su bienestar. Además Joon ha sido tan bueno conmigo, ha estado ahí para mí, y yo acepte estar con él, le prometí que aprendería a amarlo…

—Mimi no —lo interrumpió Taehyung—. No sé puede aprender a amar, o amas o no así de simple. Podrás acostumbrarte a esa persona, llegarás a tenerle cariño y hasta a quererla, pero jamás podrás amarla si tú corazón así no lo desea. Mira entiendo tus miedos y son muy válidos creeme, pero no creo que sea justo para ninguno de los tres que no afrontes las cosas.

Jimin intentó volver a hablar pero su manager se lo impidió poniendo un dedo en su boca y lo obligó a sentarse a su lado.

—Si bien Jungkook y yo nunca hemos sido amigos, y me caía muy mal por todo lo que te hizo, yo he sido testigo de cuánto ha cambiado y te puedo asegurar que la oscuridad que siempre había en su mirada se ha ido, hay cosas que simplemente no se pueden fingir. Y Joon Sik es el novio que cualquiera quisiera, dispuesto a hacer hasta lo imposible por ti. Pero seamos honestos sin importar que sigues amando a Jungkook y no es justo para Joon que lo sigas ilusionando con un amor que nunca va a llegar.

—Pero es que yo le prometí que… —insistió Jimin.

—Entiende, no puedes prometer amar a alguien, y no digo que no es algo que no pueda suceder, pero solo sería posible si tú corazón estuviera dispuesto, y el tuyo no lo está. Tú corazón sigue ocupado por Jungkook y eso es algo que también Joon debe entender, no obligarte a que lo ames.
No es sano ni para tí, ni para él, lo único que van a conseguir si siguen con esta relación es lastimarse mutuamente. Tú por no estar con la persona que amas y él por aferrarse a un amor que no es suyo.

—Maldita sea Taehyung, ahora estoy más confundido que antes —se quejó Jimin mientras se pasaba las manos con frustración por su rostro.

—Solo quiero que pienses bien las cosas, escucha tu corazón. Ahora terminemos de arreglar esta maleta por si si o por si no —concluyo Taehyung y se paró a seguir doblando ropa.

Los dos continuaron acomodando la ropa sin darse cuenta de que su plática había sido escuchada por alguien más, que ahora tenía más claras las cosas, sobre lo que tenia que hacer. La noche fue demasiado corta para Jimin, Jungkook y Joon Sik, cada uno con sentimientos y emociones distintas embargandolos, mientras la luz de un nuevo día los iluminaba.

✨✨✨✨✨

Jimin y Joon Sik desayunaban en silencio, mientras esperaban el momento de partir al aeropuerto, mientras que Jungkook se refugiaba en el consultorio de Ji Sun para no salir a impedir que Jimin se fuera. Las horas parecían pasar rápidamente, cada vez faltaba menos para que ese avión partiera con el amor de su vida.

—Kook basta, ya me cansé, no puedes seguir así, en lugar de estar aquí mordiéndote las uñas. Si ya tomaste la decisión de dejarlo ir ¿por qué no vas al aeropuerto? Despídete correctamente, cierra el ciclo, deséale buen viaje, prométele estar ahí para cuando su hijo nazca y dale tu apoyó.

—¿Y si en lugar de apoyarlo, terminó rogándole por qué no se vaya?

—Eso también es válido, que él sepa que lo sigues amando y aún así estabas dispuesto a dejarlo ir, solo pensando en su felicidad. Esa es la mayor prueba de tu cambio.

—¿Me acompañas? —le preguntó por fin después de pensarlo por varios minutos.

—Vamos.

Ahora la ansiedad era otra, ahora solo rogaba por llegar a tiempo.  Condujó sin parar hasta el aeropuerto pidiendo que el tiempo disminuyera su paso.

Eran las once menos quince cuando Jimin y Joon Sik llegaron al aeropuerto, faltaban cuarenta y cinco minutos para su partida y los dos estaban demasiado nerviosos aunque tratarán de ocultarlo, sin darse cuenta el momento de abordar llego.

—Jimin, ya es hora —dijo por fin el rubio llamando su atención.

Joon se puso de pie y le ofreció su mano para ayudarlo a ponerse de pie, al ver la mano frente a él Jimin dudo, su corazón le gritó que no tomara su mano, que no se fuera.
Con ojos brillosos por las lágrimas acumuladas contempló al rubio que le sonrió con cariño y no pudo más, comenzó a llorar desesperadamente, mientras su novio se ponía de rodillas frente a él y lo consolaba.

—No llores mi amor por favor, no me dejes ir con esa última imagen de ti —le dijo Joon Sik suavemente al oído.

Jimin separó su rostro de él y lo miró sin entender sus palabras, pensando que había escuchado mal.

—¿Qué dijiste?

—Que no me quiero ir y lo último que vea de ti sea tu carita llena de lágrimas —repitio el rubio—. Jimin lo siento, siento haberte presionando por aceptarme, siento haberte comprometido a estar conmigo, de verdad lo siento. Ya entendí que tú no me amas y nunca lo harás, para ti solo soy un amigo y eso no va a cambiar por mucho que yo lo desee.

—Joon yo… lo siento —nuevas lágrimas salieron de sus ojos —yo te quiero, y estoy muy agradecido contigo por todo lo que has hecho por mi, de verdad quería intentarlo pero…

—Pero no me amas, lo sigues amando a él, siempre va a ser él. Y me hubiera encantado que me amarás, aunque fuera solo un poco de lo que amas a Jungkook —dijo interrumpiendolo.

—Perdón por no poder amarte como tú lo mereces, pero estoy seguro de que vas a encontraras a alguien que solo tenga corazón disponible solo para tí —aseguro Jimin.

—Eso espero. ¿Me puedes acomodar a abordar? Ya le llamé a Taehyung y el vendrá por tí,seguramente ya no tarda en llegar.

Jimin asintió, preguntándose en que momento lo había hecho, si habían permanecido juntos, en cuanto llegaron a la sala de abordaje, Joon Sik se pare frente a él y besó su frente.

—Se feliz Jimin, y por tu trabajo no te preocupes, Dior siempre tendrá las puertas abiertas para recibirte si decides regresar, y no tendrás que vivir en París, solo ir de vez en cuando.

—Lo pensaré.

Ambos se dieron un abrazo de despedida, al tiempo que Jungkook llegaba corriendo a su encuentro.

—Jimin —casi grito con la respiración agitada y ambos se separaron para verlo.

Joon Sik sonrió al comprobar que Jungkook no podía dejar ir a Jimin así como así, y que tenía que luchar aunque pensará que era demasiado tarde. Jimin se sorprendió al verlo ahí, pensaba que tendría que ir a buscarlo y decirle que había decidido no irse.

—No te vayas por favor, no me dejes de nuevo —comenzo a suplicar con vehemencia sin darle tiempo de hablar—. Te prometo que cambie, yo cambié ya no soy lo que era antes, por favor déjame demostrarte cuánto te amo, se que ahora sí puedo hacerte feliz como te lo mereces. Quiero formar una familia como la que no tuve, llenarlos de amor a ti y a nuestro hijo, por favor no me dejes.

Jungkook ya no pudo continuar hablando, las lágrimas se lo impidieron, Jimin también lloraba su corazón brincaba de alegría, caminó hacia el pelinegro y levantó su rostro empapado en llanto para que lo mirara.

—No me voy a ir Kook, me voy a quedar contigo, te amo demasiado para irme.

Jungkook no respondió al instante, su mirada viajo hasta Joon Sik que solo sonrió y asintió mientras le decía que lo cuidará y se daba la vuelta para caminar hacia la puerta de abordaje, Jimin se giró para verlo marchar y se despidió nuevamente, agradeciéndole por todo lo que había hecho por él, hasta el último instante. Las puertas se cerraron, el personal que había sido testigo de todo los dejó solos, pero sus miradas estaban fijas en el contrario y no se habían percatado de nada.

—Te amo Jimin, prometo hacerte inmensamente feliz y borrar de tu memoria todo lo malo del pasado.

—Yo también te amo Jungkook y prometo amarte siempre y ayudarte a continuar sanando tus heridas, sanemos juntos y formemos esa familia que los dos soñamos.

Jungkook acercó a Jimin a su cuerpo tomándolo por la cintura y sintiendo su vientre abultado contra su abdomen, inclinó su rostro y beso esos lindos labios que tanto amaba.

Jimin cerró sus ojos y se dejó envolver por el amor que sentía por Jungkook, fue un beso lento, lleno de amor y ternura, una promesa de amor y de un futuro juntos, que se había abierto paso atraves del dolor.

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