Hoseok apareció en una habitación blanca. Había un ventanal enorme que daba hacia un hermoso jardín lleno de flores. Hoseok se asomó frunciendo el ceño, todo era desconocido.

Solo Hoseok estaba en esa habitación llena de adornos igualmente blancos. Se sorprendió al verse en el reflejo de un espejo a su izquierda. Sí, era él, pero estaba vestido completamente de blanco.

«¿Qué demonios tengo puesto? ¿Acaso es...? ¿Un traje de novio?

No. Imposible. ¿Por qué estaría llevando un traje tan elegante con detalles dorados?»

No se lo podía creer. ¿Era para la boda de sus amigos? ¿Entonces por qué destacaba tanto su traje?

Bajó la mirada para ver los detalles bordados de su traje, cuando vio ramos de flores en el piso, rodeándolo. También había ropa, maquillaje y productos de cabello entre las flores.

Aun con toda la confusión que tenía, logró discernir a su corazón latiendo rápido y sus labios permanecían estirados en una sonrisa. Estaba ansioso, emocionado y alegre.

De repente una puerta tras él se abrió y entró Seungmin. El chico venía vestido con un traje beige simple.

«Ok... Creo que esta no es la boda de Seungmin.»

—¿Estás listo? —dijo sonriente. Los ojos de su amigo brillaron al verlo de frente. Estaba feliz por Hoseok.

«¿Listo? ¿Listo para qué exactamente?»

Quiso decir, pero no salían palabras de sus labios. No tenía voz.

Como si no pudiera manipular sus acciones se encontró asintiendo hacia su amigo.

Seungmin le sonrió transmitiéndole seguridad al instante.

De la puerta donde aun su amigo estaba parado entraron dos niñas. La primera se parecía mucho a su sobrina, pero se veía más grande de lo que recuerda Hoseok, junto a ella estaba la otra niña que lo veía con una gran sonrisa cuadrada. No la conocía, pero esos ojos grandes y brillantes cubiertos de largas y espesas pestañas llamaron su atención, era muy bonita. Se le hacía familiar.

No pudo seguir analizando a la pequeña cuando ambas niñas se dirigieron a unas canastas repletas de pétalos que estaban en una esquina, para luego salir de la habitación destilando alegría.

Seguidamente, entraron dos personas más. Una la reconoció de inmediato era su madre, también sonriendo, pero tras ella venía un hombre.

«¿Seokjin? ¿Qué hace Seokjin aquí?»

Se preguntaba, no es como que se llevara mal con el papá de Taehyung, lo conoce de toda la vida, pero ¿por qué estaba allí? Seokjin también le sonrió, calmándolo sorprendentemente.

Seungmin le hizo una seña para que saliera de esa habitación, lo cual hizo. Los tres salieron detrás de Hoseok. Una vez fuera, estaban en la puerta de una iglesia.

«No puede ser.»

Su padre estaba ahí, también sonriendo, lo tomó de la mano y le susurró un "tranquilo" para abrir la puerta.

La iglesia era inmensa, en el medio estaba el altar y un cura, a los alrededores había personas de pie mirando algunas en su dirección y otras al lado contrario a él. Al fondo había otra puerta que también estaba abierta.

Hoseok primero divisó a la linda niña desconocida tirando los pétalos de rosas frente a él y su padre, luego vio que su sobrina realizaba lo mismo, pero para las otras dos personas que estaban entrando del lado contrario.

Los dos llegaron al mismo tiempo al medio del lugar, pero Hoseok no podía ver la cara de la persona con la que se iba a desposar.

Miró hacia atrás y solo pudo vislumbrar algunas sonrisas en rostros conocidos y desconocidos. Algunos, como su mamá, lloraban en silencio. Sin embargo, algo lo distrajo, fijó su vista en la puerta por la que había entrado.

Ahí estaba Taemi, con lágrimas en sus ojos. La chica no se movió, ni gritó, pero Hoseok escuchó sus palabras.

—Hoseok, ven conmigo, amor. Ven

Jung dejó caer la rosa que le estaba tendiendo a la persona con quien se estaba casando para correr hacia la vampira, cuando a mitad del camino Taemi sacó sus colmillos y sus ojos brillaron en un rojo sangre. Ella ya no tenía lágrimas, ella lo miraba con odio.

Hoseok se detuvo, quedó estático a medio camino, tanto del altar como de la puerta.

No obstante Taemi comenzó a andar hacía él, a paso fuerte y amenazador. Pero aquel hombre que había dejado solo en el altar se puso delante de él. La vampira saltó con la mandíbula muy abierta para clavarle los colmillos a la persona con quien se iba a casar y él solo...

- ˏˋ ❤️ ˎˊ-

—AAAAAAAAAAAAAAH

Gritó Hoseok preso del miedo. Estaba temblando de los nervios.

—¿Qué pasa? ¿Qué te sucede? —preguntó Taehyung preocupado, acercándose a él.

Hoseok se sentó y miró a su alrededor, estaba en su cama, en su habitación, en la escuela. Suspiró. También estaba Taehyung, pero no le tomó mucha importancia ese detalle. Quería asegurarse de que todo estuviera en su sitio.

—Estoy —carraspeó al sentir la garganta seca—. Estoy aquí —susurró.

—Tranquilo, Hoseok. Solo fue un sueño. Nada más.

—Tae... ¿Qué haces aquí?

—Vine a cuidarte. Ya te dije, no me fío de ti —rió—. Así que, ahora ya soy Kim, soy Tae —dijo alegremente.

—Mmm —dudó.

—Está bien —suspiró—. ¿Qué soñaste?

Hoseok solo lo miró por unos segundos para luego bajar la vista. ¿Le podría contar su sueño? ¿Reaccionaría mal? Ni él mismo sabe cómo reaccionar a su sueño. ¿Por qué Taemi me atacó? ¿Quién era el del altar? ¿Era...?

«No. Estoy exagerando. Este sueño es algo insignificante»

—Ok —murmuró Taehyung agachando la cabeza—. Entiendo si no quieres hablar conmigo.

Se alejó pausadamente de la cama, sus pasos eran cansados, tristes. Había interpretado la falta de respuesta en Hoseok como un "lárgate". Estiró su brazo y tomó el picaporte. El dueño del cuarto estaba confundido, ¿por qué se iba si hace menos de un día le insistió hasta el cansancio para que lo dejara quedarse?

Hoseok no quería que se fuera. Era raro para él, pero lo necesitaba.

- ˏˋ ❤️ ˎˊ-

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