Jungkook sentía como si una pesada piedra apretara su pecho, estaba en su cuarto, las palabras de su padre aún resonaban en su cabeza, Jimin era un hijo de la luna, su omega y él lo podía matar. Él quería protegerlo, no quería que nada malo le pasará, pero ¿y si llegado el momento no podía controlarse?

—No, no puedo hacer eso, no me puedo arriesgar a hacerle daño.

Dicho esto se levantó dispuesto a ir donde su omega y alejarse de él, sabía que le haría daño, pero era preferible alejarse ahora antes de que fuera demasiado tarde. Tomó las llaves de su moto y salió de su habitación, cuando estaba por llegar a la puerta la voz de su madre lo detuvo.

—Cariño, espera por favor.

—¿Qué pasa mamá? —le contestó con un deje de molestia en su voz. Se sentía mal por hablarle asi a su madre pero aún tenía presentes las palabras que había escuchado antes.

—Hijo, discúlpame por favor, se que hice mal al decir que no quería que estuvieras con ese omega, pero entiéndeme, soy tu madre y eres mi único hijo y no quiero verte sufrir si algo le llega a pasar a ese muchacho.

—No le va a pasar nada, yo siempre voy a estar para protegerlo. Mamá durante toda mi vida he escuchado la leyenda y recuerdo que de niño cuando escuchaba que esos niños o niñas estaban destinados a morir sentía mucho coraje y decía que yo quería encontrar a uno y protegerlo, tal vez cuando crecí dejé de creer y suponía que todo era un simple cuento, pero aún así, en cuanto lo ví supe que mi destino era cuidarlo.

Las palabras de Jungkook provocaron lágrimas en su madre y también en él.

—¿Pero que va a pasar contigo hijo? ¿Qué es lo que vas a hacer con lo que tú le puedes hacer?

—No lo sé mamá, hace unos momentos estaba dispuesto a ir con él y dejarlo, pero no puedo, por qué eso en lugar de protegerlo lo va a lastimar.

Su madre se acercó lentamente y lo abrazó como cuando era niño.

—Se que lo vas a resolver hijo, tú eres inteligente y encontrarás una solución, pero también recuerda que por cada acción viene una reacción y que a partir de que tomes la decisión tendrás que lidiar con las consecuencias de eso, sea bueno o malo.

—Lo sé mamá, por eso es que tengo que pensar bien que es lo que tengo que hacer. Ahora me voy le prometí a Jimin pasar por él para llevarlo al lago.

—Esta bien hijo y sea cual sea la decisión que tomes, recuerda que nosotros siempre te vamos a apoyar, te amo hijo.

—Yo también mamá.

Dicho eso, se desprendió de los brazos de su madre y salió rumbo a la casa de su omega. Cuando llegó se bajó y tocó la puerta esperando que Jimin le abriera, pero grande fue su sorpresa al ver a su papá.

—Hola señor Park, soy Jeon Jungkook y vine a buscar a Jimin.

—Hola Jungkook, ya mi hijo me habló de ti, por favor cuídalo, mira que él es especial.

Jungkook pudo notar como el alfa mayor había escogido las palabras que le dijo, era más que obvio a lo que se refería, suponiendo que él no lo sabía, y no le vió caso a ocultarselo, al final los dos lo único que querían era proteger a ese pequeño omega.

—Lo sé señor, se que tan especial es y créame que lo voy a proteger con mi vida si es necesario. Jamás voy a permitir que nadie le haga daño, incluyendome a mi mismo.

Los ojos del alfa se agrandaron con sorpresa al escuchar las palabras de Jungkook.

—¿Lo sabes? ¿Jimin te lo dijo?

—No, me lo dijo mi padre después de que le dijera que él era mi destinado. Espero que no le moleste que lo haya hecho, él creyó que era necesario que yo lo supiera.

Jungkook prefirió evitar decirle el drama que se había hecho en su casa, antes de que su padre le dijera, no creyó necesario hacerlo.

—Muy bien, entonces siendo así, te lo puedo decir más claro entonces —la actitud relajada y cuidadosa del padre de Jimin cambió por completo, ahora frente a él estaba un alfa protector y dispuesto a arrancarle la cabeza si no tenía cuidado —. Más te vale mantenerte firme en tu posición de cuidarlo, y por tu bien espero que el cuello de mi hijo se mantenga intacto ¿me escuchaste? él es todo lo que yo tengo en esta vida y no voy a permitir que nadie me lo quité.

Las palabras del alfa fueron acompañadas de unos fulminantes ojos rojos que causaron escalofríos en Jungkook, sabía que él no estaba jugando al decirle que le cortaría la cabeza si algo le sucedía al omega.

—No tengo ninguna intención de hacerlo señor, por lo menos no ahora, lo que menos quiero es causarle algún daño créame.

La respuesta del alfa no llegó pues los pasos apresurados del omega bajando las escaleras los cayó a ambos, la actitud del hombre volvió a ser relajada y él olvidó todo lo que había pensado sobre dejarlo con sólo mirarlo, era imposible que él se alejara de ese hermoso omega.

Después de despedirse del padre de Jimin, ambos se subieron en la moto, sentir las manos del omega rodeándolo y su cuerpo pegado al suyo era para Jungkook una nueva sensación placentera, cuando estaban por llegar al lago detuvo la moto, bajaron y le tendió su mano para que caminarán juntos.

El lugar era precioso, principalmente a esa hora cuando el sol ya empezaba a ocultarse, Jimin quedó fascinado por los colores que el cielo tenía y el reflejo de este sobre el lago, todo se veía tan bello que deseo poder pintarlo.

—Es precioso Jungkook, gracias por traerme, ahora lo único que me hubiera gustado es tener mis pinturas a mano y poder plasmarlo en un lienzo.

—¿Pintas?

—Sí, de vez en cuando y sólo paisajes, pintar personas es diferente, más difícil.

—Me gustaría ver lo que has hecho, debe de ser tan bonito, como tú.

Jimin rió ante el piropo tan cliché de Jungkook, y el alfa también lo hizo contagiado por la risa de su omega. Luego poco a poco su risa se fue calmando y pensó en que debía decirle a Jimin que ya sabía sobre él.

—Jimin, hay algo que quiero decirte... —dijo mientras que él omega lo miraba fijamente —... Yo, me gustas mucho en serio, y siempre te voy a cuidar y proteger.

—Sí, lo sé, confío en ti Jeon Jungkook.

Le dijo Jimin, para después acercarse y darle un suave beso en la mejilla.

No, no podía decirle que estaba enterado, por lo menos no en ese momento, estaba tan feliz, que no quería arruinar esa felicidad. Después de eso, lo llevó hasta la cabaña que compartía con sus amigos, pasaron la tarde juntos, entre risas, juegos, y pláticas para conocerse más, para cuando lo dejó en su casa, ambos se conocían un poco más y sus lobos estaban más conectados, ambos lo podían sentir, sus lobos querían estar juntos y no separarse, querían completar el lazo.

Un precioso lobo blanco corría por el bosque, mientras dejaba un rastro de su aroma a su paso, aroma que un imponente lobo negro seguía gustoso, cuando llegó al lago se detuvo a esperar a su compañero. Cuando ambos estuvieron de frente y bajo la mirada atenta de la luna, ambos se transformaron.

Jungkook se acercó a Jimin, y lo tomó entre sus brazos, el deseo que bullía en su interior era tanto que no resistió más y tomó los labios de Jimin en un desesperado beso, mientras que sus manos comenzaban a recorrer su precioso cuerpo desnudo, disponible sólo para él, Jimin pasó sus manos por su cuello mientras de sus labios salían pequeños jadeos, provocados por las caricias del alfa.

Los labios de Jungkook viajaron hasta su cuello, el cuerpo de Jimin se amoldaba a la perfección al suyo, y cuando su nariz rozó es punto entre el cuello y el hombro donde su marca está destinada a estar, le dió un suave beso, segundos después todo se tiñó de rojo, ahora ambos estaban tirados en el suelo, Jungkook sostenía el cuerpo pálido de Jimin, mientras que un charco de sangre lo rodeaba...

Jungkook despertó sudando y con la respiración agitada. Todo había sido un sueño, un sueño que si no tenía cuidado se podía hacer realidad. Después de que se  tranquilizara su respiración, se levantó y fue a ducharse para tratar de borrar de su cabeza la imagen de Jimin sin vida entre sus brazos.

Jimin despertó agitado, había tenido un sueño bastante atrevido con Jungkook. Ambos estaban en el lago y comenzaban a besarse, mientras que sus ropas comenzaban a estorbar, las manos de Jungkook lo recorrían por completo, él sólo se dejaba, gustoso de recibir placer, pero todo se detuvo cuando al mirar a los ojos al alfa, los vió teñidos de rojo y asustado se alejó de él.

Después de ducharse, se arregló y dejó que los recuerdos del sueño se perdieran en su memoria, no valía la pena atormentarse por algo así, había sido sólo un sueño. Cinco minutos después su teléfono sonó anunciando un mensaje de Jungkook.

Mi alfa
Estoy afuera, te espero.

No contestó, sólo tomó sus cosas, y salió. El camino a la escuela fue rápido, cuando llegaron Jungkook lo acompañó hasta su casillero y se despidió dándole un beso rápido en los labios, todos los que los veían no podían dejar de sorprenderse de cómo el alfa más popular y más deseado, estaba derretido por ese pequeño omega. Unos lo envidiaban, otros se alegraban por la pareja y otros pocos lo odiaban.

—Nos vemos en el salón, ¿ok? voy a buscar a mis amigos, hoy regresa J-Hope y quiero darle la noticia de que te encontré.

—Sí, está bien —ambos se despidieron.

Jimin estaba terminando de guardar sus cosas, cuando un muy deprimido y lloroso Taehyung se acercó a él y sin más lo abrazó.

—¿Tae qué pasó? ¿Por qué lloras?

— Volvió con un omega Jimin —le contestó Tae entre lágrimas.

—¿Quién? ¿De qué hablas?

—De Hobi. Mi hermano me dijo que hoy volvía a la escuela, así que me arregle lo más lindo que pude para verlo, pero cuando llegué él tenía abrazado a otro omega.

Los sollozos de Tae se hicieron más fuertes, y Jimin sólo lo abrazó con más fuerza, tratando de tranquilizarlo.

—Calma Tae, todo debe de tener una explicación, ¿te acercaste a hablarle?

El omega se limpió las lágrimas que aún bajaban por su cara antes de contestar.

—No, en cuanto lo ví salí corriendo, no entiendo, él y yo estamos destinados,  ¿por qué tiene que abrazar a otro omega? Yo sabía que algo no estaba bien, lo presentí desde que no me contestó mis mensajes mientras estuvo fuera, me cambio por otro omega mucho más bonito que yo.

Jimin no sabía qué hacer, nunca había escuchado de que alguien cambiara a su destinado por otro, el lazo que unía a los destinados era poderoso aún sin marca de por medio. Taehyung se sentía tan mal que era imposible que pusiera atención a clases así que decidió acompañarlo, le mandó un mensaje a Jungkook diciéndole dónde estaría.

Ambos omegas iban caminando hacia las bancas que se encontraban fuera del edificio, estaban por llegar cuando Jimin escuchó una voz muy familiar llamarlo, se giró y vió a su mejor amigo correr hacía él. Cuando lo tuvo enfrente Jin lo abrazo

—Jiminie, no sabes que feliz soy de volver a verte, no sabes cuánto te extrañe y no podía creer que fueras tú cuando te vi.

—¿Jin, que haces aquí?

—Me acabo de mudar —le contestó su amigo mientras lo soltaba.

—Me alegra saber que estaremos juntos de nuevo, mira te voy a presentar a un nuevo amigo —dijo volteando hacia Taehyung.

—A mi no me interesa conocerlo Jimin, y será mejor que me vaya — contestó el omega antes de que Jimin pudiera decir alguna otra cosa.

—Tae ¿qué pasa?

— Él es el omega que tenía abrazado Hobi, y como comprenderás no voy a ser amigo del que me quitó a mi alfa.

Jin sonrió y dió un paso hacia Taehyung.

—¿Así que tú eres el omega de Hoseok? Me dijo que eres muy lindo, y no se equivocó.

—Sí, lo era pero te puedes quedar con él, ya no me interesa —dijo Taehyung aguantando las ganas de llorar, mientras Jimin lo abrazaba nuevamente.

—Gracias, pero mi primo es demasiado ruidoso para mi gusto, además de que dudo que quiera a alguien más que no seas tú —dijo Jin aguantando la risa.

—¿Tú... Tu primo?

—Así es, él es mi primo, y aunque no lo fuera, yo jamás me metería entre destinados, aunque dudo que eso pudiera suceder, mi primo te adora, no dejo de hablar de ti desde que lo conocí.

—¿En serio? Pero entonces ¿por qué no me contestó mis mensajes?

—De eso sí tengo la culpa, sin querer tire su teléfono y la pantalla se estrelló dejándolo inservible.

—Lo ves Tae, te dije que todo tendría una explicación —le dijo Jimin.

Tae se limpió las lágrimas que habían vuelto a salir, se disculpó con Jin y ya más tranquilo se  presentó cómo era debido, a Jimin le alegraba tener ahí a Jin, él era su confidente y moría de ganas por contarle sobre Jungkook, sabía que se sorprendería al enterarse.

La campana de la primera clase hace rato que había sonado, pero Tae y Jimin quisieron acompañar a Jin a terminar con los trámites para su ingreso, y después fueron a sentarse a platicar y contarle todo lo que había sucedido en el poco tiempo que tenía ahí.

Cuando estaba por hablarle de su alfa, este le mandó un mensaje preguntando dónde estaba, le contestó y él le pidió que lo esperara, al poco rato, lo vió acercarse, su corazón se aceleró como lo hacía cada que lo veía y su lobo aulló, sólo había pasado una hora desde que se habían visto y parecía como si hubieran sido años.

Jungkook corrió hacia él y lo abrazó bajo la sorprendida mirada de Jin.

—Minie, te extrañe durante la clase —le dijo mientras le daba un beso en la mejilla y después dirigía su mirada a Taehyung —no me lo vuelvas a robar Kim.

—Puedes culpar de eso a tu amigo —dijo Tae señalando a J-Hope que iba llegando a donde estaban, mientras se ponía de pie —me voy Jimin, no tengo ganas de hablar con alfas idiotas que no se acuerdan de sus omegas —se dió la vuelta y comenzó a caminar.

Mientras tanto J-Hope, se puso nervioso.

—Hola, ya me dijo Kook que eres su omega, mucho gusto soy Hoseok, pero me puedes llamar J-Hope o Hobi como tú quieras, ahora discúlpenme pero tengo que ir a contentar a mi omega.

Y dicho eso salió corriendo detrás de Taehyung.

—A veces me preguntó quién es el omega y quién el alfa, en esa relación —dijo Jungkook sin dejar de abrazar a Jimin.

—Minie, ¿me puedes explicar qué está pasando? ¿Por qué mi primo dice que él es tú alfa? —dijo Jin señalando a Jungkook —. ¿Y desde cuándo tú dejas que alguien que no sea yo te abrace.

Jimin sonrió y tomó la mano de Jungkook entre las suyas.

—Jinie, él es Jungkook y es mi alfa destinado.

Jin llevó sus manos a su boca con sorpresa.

—Jimin, felicidades me alegro por ti. Pero...

—Después hablamos de eso —dijo Jimin interrumpiéndolo.

Después de las presentaciones, se despidieron de Jin pues ahora sí tenía que entrar a clases, y Jin no entraría sino hasta el día siguiente. Jimin ahora sí podía decir que tenía todo lo que siempre quiso para sentirse normal, amigos que lo apreciaban y un alfa al que quería y que era su destinado.

Por primera vez en toda su vida, se sentía completamente feliz, sólo rogaba por qué eso no cambiará.