⚠︎la respiración de ambos se volvía irregular, el beso ya no era solo un beso, y la situación pasa de castaño a oscuro.

El rubio comenzó a despojarse de la ropa del azabache con suma delicadeza y haciendo que esta callese bajo sus pies, dejando así al descubierto el pecho blanquecino del mayor.
No se permitió vacilar ni un momento y comenzó a besar aquellos hombros huesudos mientras el pelinegro se despojaba entre gemidos de la prenda inferior del rubio con ansias.

Se encontraban en la habitación del azabache, apoyados en la pared.
Cuando el rubio se cansó de besar el pecho descubierto de su maestro, decidió pasar a la acción y se deshizo con notable desesperación del pantalón de izzy.

Luego se deshizo de su propia camiseta, y con sumo cuidado tumbó a Stradlin en el colchón, allí se tumbó a su lado y luego colocó al pelinegro sobre él, le dedicó una mirada al azabache pidiendo así permiso para lo que seguiría

El azabache dio su consentimiento y entonces el rubio se despojó de la última prenda que quedaba en el cuerpo de izzy, se paró a admirar tan delgado y definido cuerpo, para luego colocarse sobre el e impartir una preparación previa
Introdujo dos dedos en la entrada del azabache, quién se revolvió algo adolorido.
El rubio simulaba tijeras y leves embestidas de vez en cuando.

Cuando se hubo cansado de torturar al pelinegro, alineó su miembro junto a la entrada de izzy y se introdujo en él, recibió un gemido de dolor muy agudo por parte de izzy, así que optó por esperar a que se acostumbrase a su tamaño.

-Hazlo despacio -dijo tímido el azabache que tenía su rostro enterrado en las sábanas.

El rubio comenzó un lento pero placentero vaivén en sus caderas, llevándose algunos gemidos por parte de izzy, cuando hubo estimado que podía aumentar la velocidad lo hizo.

Las estocadas eran cada vez mayores y los gritos del mayor resonaban en aquel dormitorio.

El ritmo se volvía más y más rápido y las estocadas cada vez más bestiales, dando en aquel punto que hacía enloquecer al azabache, este era un manojo de gemidos y gritos, pronunciaba con dificultad el nombre de su amante y le pedía más de cuando en cuando.

Finalmente, Duff acabó dentro de izzy y este acabó justo unos segundos más tarde.

Ambos se acostaron en la cama mientras que izzy los tapaba, Duff abrazó al azabache y ambos calleron rendidos.

El pelinegro no tenía idea de cómo afrontaría aquella situación el día siguiente.

...pero no sabía que problemas peores se avecinaban⚠︎

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ME SIENTO MUY SUCIA, AYUDA, CREO QUE ME VA A DAR UN PARRAQUE JAJAJAJJA