"ESPERO QUE EXTRAÑES
ESTAR A MI LADO."

— ¿Estás seguro de que no quieres que vaya con ustedes? —preguntó HoSeok, visiblemente inseguro—. ¿Estás molesto conmigo?

NamJoon terminaba de arreglarse frente al espejo, sin responder a las preguntas del alfa.

— Es por lo de JiMin, ¿cierto? —insistió HoSeok, acercándose un poco más.

NamJoon simplemente se alejó, tomando otra dirección.

— NamJoon... por favor —suplicó HoSeok, siguiéndolo mientras bajaba las escaleras.

— Una relación se basa en la confianza, HoSeok, y tú no la tuviste conmigo —respondió NamJoon, sentándose en el sofá con cuidado—. Te conté el nombre del omega con el que JungKook me fue infiel, incluso te mostré una foto... y no me dijiste absolutamente nada —se cruzó de brazos, evitando la mirada de HoSeok.

— Cuando te conocí, no me importó que estuvieras embarazado de otro alfa —dijo HoSeok, poniéndose frente a NamJoon—. Cuando JiMin me dejó, me destrozó. Tenía miedo de decirte que el omega que te alejó de JungKook había sido el mismo omega al que yo amé con todas mis fuerzas. No quería perderte —incapaz de controlarse, se arrodilló frente a NamJoon—. Perdón por ser un cobarde —dijo, dejando escapar feromonas de tristeza mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

— Hyung... —la voz de NamJoon lo obligó a mirarlo—. No me vas a perder, solo... debiste decírmelo —NamJoon tomó el rostro de HoSeok y lo besó.

— Eres el mejor omega que pudo existir —dijo HoSeok tras el beso, pero NamJoon lo interrumpió antes de que pudiera decir más.

— Y no, no puedes ir con nosotros —rió al ver la expresión de inconformidad de HoSeok.

— Pero...

— No quiero lidiar con dos alfas posesivos. Piensa en Moonbyul —NamJoon tomó las manos de HoSeok y las guió hasta su vientre.

HoSeok suspiró y se puso de pie justo cuando el sonido de una bocina se escuchó desde la calle.

— Debe ser JungKook, es hora de irme —dijo NamJoon, poniéndose de pie y dándole un beso de despedida.

HoSeok gruñó al escuchar la puerta cerrarse, recordando que había olvidado dejar su aroma en NamJoon

En la sala de espera del hospital, JungKook y NamJoon aguardaban su turno en silencio.

— ¿Acaso olvidaste cómo hablar? No resolveré todos tus problemas. Ayúdate un poco —gruñó el lobo de JungKook en su mente.

— Kim NamJoon —llamó una enfermera desde su escritorio.

Ambos se levantaron y se acercaron a la enfermera, quien los identificó de inmediato—. Pueden pasar.

Entraron al consultorio y NamJoon se atrevió a romper el hielo—. Buenos días.

El doctor sonrió al verlos—. NamJoon, hola. ¿Creí que vendrías con HoSeok?

Jeon reprimió un gruñido al escuchar aquello.

— Tuvo que atender algunos asuntos —respondió NamJoon con una pequeña mentira.

— Ah, entiendo —el doctor miró a JungKook—. Entonces, asumo que tú eres el padre de la bebé —extendió su mano—. Soy Park Chanyeol, el doctor a cargo del embarazo de NamJoon.

— Jeon JungKook, un placer —estrechó la mano del médico.

Park soltó su mano y miró a NamJoon—. Bueno, NamJoon, ya conoces el procedimiento.

NamJoon asintió, se recostó en la cama y levantó la sudadera. El doctor aplicó el gel en el aparato y lo deslizó suavemente sobre el vientre del omega—. Miren ambos a la pantalla —indicó.

En la pantalla, apareció la imagen de la bebé que crecía en el vientre de NamJoon—. Escuchen los latidos de su corazón —un suave silencio se rompió con el ritmo tranquilo de los latidos—. Todo está en orden; la bebé está dormida —dijo el doctor—. Esperen un momento mientras les agendo la fecha de parto.

El doctor salió, dejándolos a solas.

— ¿Estás bien, JungKook? —preguntó NamJoon al ver al alfa en silencio.

— Es nuestra hija —respondió Jeon con una sonrisa.

NamJoon también sonrió—. Sí, JungKook, es nuestra hija.

Jungkook conducía, y NamJoon, sentado a su lado, disfrutaba del viento que entraba por la ventana. Algunos mechones de su cabello se movían suavemente, sus ojos cerrados y con una sonrisa tranquila en su rostro. Al estacionarse, JungKook salió primero y le abrió la puerta, ofreciéndole la mano para ayudarlo, gesto que NamJoon aceptó con una sonrisa.

— Gracias por darme este hermoso momento, NamJoon —dijo JungKook con gratitud.

NamJoon entendió perfectamente a qué se refería—. No tienes nada que agradecer. ¿Quieres pasar? —preguntó amablemente.

— No creo ser bienvenido allí dentro —respondió JungKook, al notar cómo HoSeok los observaba desde una ventana, oculto tras las cortinas.

Jungkook, detenido en un semáforo, sostenía en su mano la foto del ultrasonido. NamJoon le había regalado una copia para poder ver a su bebé. El sonido de un claxon lo sacó de su ensueño, y guardó la foto en el bolsillo de su camisa antes de avanzar.

— Ya sabes lo que tienes que hacer... —le dijo su lobo.

— Sí —respondió JungKook, decidido.

Editado: 06/11/2024