じゅうに | 12
Sus brazos rodeaban su torso por completo, sentados en un pequeño sofá mirando la gran pantalla de aquella casa.
La chica soltaba suspiros de vez en cuando, mientras que Jimin tenía su mirada pérdida en la nada.
—¿Sabes?, por lo menos podrías hacer el intento de abrazarme.
—Cállate Lina, eres molesta.
La chica rápidamente se separó del cuerpo de su novio, su semblante mostraba molestia.
—No sé por qué me pediste ser tu novia, pareciera que no me quieres.
Jimin soltó un suspiro de exasperación, todo lo que salía de la boca de aquella mujer era completamente molesto para el joven Park.
Se levantó del sofá, dejándola sola en este. Se puso de cuclillas, tomó su mandíbula con una de sus manos y la miró a los ojos.
—Eres molesta.-volvió a repetir.—No quiero que siquiera hables, cuando estés conmigo quiero que te calles y mantengas la boca cerrada, no quieres que me enoje contigo ¿cierto?.
La chica negó moviendo la cabeza, sus ojos bien abiertos. Cualquiera podría notar que estaba asustada, aunque su mirada cambió rápidamente. Relajó su ensamble y sonrió de manera coqueta.
—Me encanta que seas así, tan dominante.
Jimin rodó sus ojos, empujando a la chica lejos de él, se puso de pie y salió de aquél lugar. Escuchando como la chica le llamaba, pidiéndole que no se vaya, petición que ignoró completamente.
Iba a pasos lentos, tratando de calmar la molestia que sentía dentro de él, sacó una paleta de su bolsillo y la colocó en su boca, sintiendo el dulce sabor en su lengua.
Era dulce, cierto, pero no tan dulce como los gemidos de Min Yoongi.
Aún recordaba aquella noche, sus gemidos lo acompañaban todo el tiempo y solo con el más pequeño recuerdo, su pene se endurecía de manera increíble.
Una pequeña sonrisa ladina apareció en su rostro, sacó la paleta de su boca y pronunció aquel nombre que tanto le enloquecía.
—Ahh, Yonnie.—suspiró.—¿Qué estarás haciendo a estas horas de la noche? ¿Acaso estás lavando ese erótico cuerpo tuyo? ¿Lo estarás tocando? Eso me molestaría mucho, yo soy el único que puede tocarlo.—sacó el celular de su bolsillo trasero y miró la hora que se mostraba en este. Pasaba de media noche, eso explicaba el porqué estaba el solo en las calles.
Giró su cuerpo y caminó en la dirección contraria de dónde estaba.
Después de unos minutos, vislumbró la blanca fachada a la que quería llegar, caminó pacientemente hacia la ventana más grande del lugar y la abrió con facilidad. La familia Min era muy confiada de sus vecinos, por lo cual no había mucha protección a su alrededor.
Jimin agradecía aquello.
Caminó a pasos lentos por el hogar, abriendo silenciosamente cada una de las puertas hasta encontrar la que estaba buscando desde un principio.
Entró a la habitación y fue directo a la cama. Era una noche calurosa, pero el calor ahora era más insoportable que cuando llegó. Min Yoongi dormía solamente con una ligera camisa sin mangas y unos muy cortos shorts que apenas le cubrían lo necesario.
Mordió su labio y deslizó una de sus manos por el suave y blanco muslo, mientras con la otra daba caricias a su muy necesitado miembro.
Se masturbó a la orilla de la cama del chico que yacía profundamente dormido.
El cuero de sus pantalones ahora estaba húmedo y pegajoso, soltó una sonrisa satisfecho.
Miró nuevamente su reloj y miró la hora por segunda vez esa noche, eran las tres treinta de la madrugada, alzó sus hombros con desinterés, suponía que mirar a Yoongi mientras imaginaba un sinfín de escenarios en los que lo tomaba para él solo, tomaba mucho tiempo.
Salió tan silencioso como había entrado, y dejó la casa de los Min.
Joder, seguía duro.
Agradecía tener una novia a la que follar, entró a la casa de la chica sin importar si había sido invitado o no, ella le había dado una llave cuando este se la pidió.
Subió a su habitación y una vez en su cama la giró quedando el entre sus piernas.
Bajó su pijama junto con su ropa interior dejándola desnuda mientras que él bajó su pantalón y bóxer sin quitarlo.
Tomó una bolsa de plástico que tenía la chica en la mesa y la colocó en su cabeza.
Comenzó a penetrarla de manera rápida y certera, haciendo a la chica despertar de su sueño.
—Ahh, Jimin sí.-gimió, Jimin tomó sus muslos con más fuerza, creando marcas que de seguro se pintarían de morado al día siguiente.
—Cállate, no hables.—gruñó.
La chica seguía gimiendo sin pudor alguno, pronunciado el nombre de Jimin. Alzó sus brazos para abrazarse a su cuello pero Jimin los tomó y los sostuvo arriba de su cabeza con una de sus manos.
—Cállate no hables, ¡No digas ni una sola puta palabra!.
La chica seguía haciendo caso omiso, haciendo a Jimin llegar a su límite.
Posó ambas manos en el cuello de su novia, apretando fuerte y firme mientras seguía repitiendo que se callara en cada instante.
Las manos de la chica se dirigieron a su cuello, tratando de quitar las manos de su novio.
—J-Jimin...n-no...p.—la chica trataba de generar alguna palabra, alguna frase para detenerlo pero las manos en su cuello y la bolsa en su cabeza no le ayudaban en nada.
La fuerza en su cuerpo se había esfumado, ella ya no se movía, ella ya no hacía nada.
Las embestidas en su cuerpo fueron más rápidas, Jimin se vino dentro de ella.
Respiraba agitadamente mientras salía de dentro de ella, acomodó sus ropas y tiró de sus cabellos hacia atrás.
—Te dije que te callaras.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro