—Entonces… ¿Estás compartiendo la habitación con ella?— preguntó Jeongyeon al otro lado del teléfono, Nayeon podía oir claramente como su amiga devoraba una gran bolsa de ositos de gomitas y se sintió tan celosa por ello que casi destruye su celular entre la palma de su mano.

—¡Sí! ¿Puedes creer que el maldito hostal se confundió de reservación y nos designo una habitación matrimonial?— la mejor forma de sacar todo su resentimiento y nerviosismo por compartir el cuarto con Mina, para Nayeon, es explotar en histeria y quejarse de todos y de todo con su alma inseparable.

—Vaya que sufres…— dijo con mofa en su tono.— A todo esto ¿Dónde está ella?

—Le di dinero para comprar la cena en este estúpido pueblo, no entiendo al maldito estudio y a los encargados de esta mierda ¿Cómo carajos tuvieron la maldita idea de traernos a ningún lugar solo para un par de estúpidas fotos?

—Exclamo la gentil dama…— susurró Jeongyeon.— Como sea, ya estás ahí con ella, no puedes hacer nada tan solo esperar a mañana para realizar el photoshot, fingir que odias tener a esa chica a tu lado y posiblemente esperar a que algo surja entre tú y ella… ¡De forma consensuada y sin drogas!

—De todas las cosas estúpidas que haz dicho en toda nuestra amistad, está ocupa por mucho un segundo lugar.

—¿Ah? ¿La primera cuál es?

—Decirme conejo feo en cuarto semestre.— Nayeon tuvo que apartar su celular de su oreja al escuchar la explosiva risa de su amiga.— ¡Mierda, cállate!

—Oh Dios, lo había olvidado, gracias por recordármelo, conejo feo.— Jeongyeon dejó salir un suspiro.— Escucha, tonta, lo digo en serio, intenta divertirte con Mina, es una buena persona y alguien interesante, cuando jugamos Apex realmente me hizo sentir en casa… Como si todo estuviese bien, trata de llevar las cosas bien con ella ¿Sí?

—¡¿Cómo carajos jugaste Apex con ella y conmigo no?— indignada Nayeon sacó bruscamente una bata de para dormir de su gran maleta.

—Eres muy mala en Apex, Mina es muy buena es fácil elegir con quién jugar.

—Jodete, tonta.— Nayeon pudo escuchar un pequeño “te amo” antes de colgar abruptamente lo cual le hizo sonreír.

Pero como si tuviese una crisis bipolar su sonrisa se esfumó y trajo la múltiples preguntas a su cerebro.

—¿Realmente es agradable? Mina ebria me agrada pero Mina sobria es… insufrible, no la soporto, no soporto su estúpida sonrisa engreída porque todo lo que hace lo hace perfecto, tampoco sus estúpidos y bonitos lunares, o sus firmes abdominales y la manera que se marcan cuando usa camisas blancas o esos muslos apretados o sus bonitas manos… y… yo-

Nayeon rápidamente sacó un pequeño tubo de textura aterciopelada, echó un vistazo a la puerta, miró la hora y Mina se había ido hace poco.

Su mente hizo un cálculo veloz para poder “relajarse” con todo gusto sin interrupciones. Desabrochó su pantalón y sacó todo hasta quedar en bragas.

Se puso su bata de seda egipcia y se acostó en la cama de la habitación extendiendo sus piernas, verificó la hora nuevamente y soltó un gran suspiro.

—Es para relajarte no porque te excites con esa idiota, ¿Bien? Bien.— dijo en un susurro mientras bajaba su mano a su entrepierna estimulando con ojos cerrados su intimidad húmeda.
Suavemente se tocó a si misma hasta crear humedad en ella.

Imágenes borrosas de encuentros anteriores con Mina iban y venían, incluso se atrevió a imaginar un poco más allá de su extraña relación, se tuvo que recordar a si misma que todo era para su bienestar.

¿No fue Jeongyeon la que escribió una columna de todos los beneficios de masturbarse seguido? Porque es el único consejo que seguirá de ella.

Un suave jadeo salió de su boca cuando se sintió un poco más sensitiva y aproximó el juguete a su hinchado clítoris.

—Uhmm…— apretó sus labios ante la sensación maravillosa que alguien en alguna parte del mundo y tiempo descubrió y así hizo un juguete. Nayeon le podría besar el trasero a esa persona si se lo pidiesen.

Sintió mojarse aún más cuando una imagen fugaz de Mina con su camisa empapada por el sudor de verano mientras limpiaba su ventanal, ver esos abdominales tan marcador y firmes y esos muslos hinchados era una maravilla para su líbido.

Al diablo, ella se sentía tan excitada por Mina como una perra en celo.
Subió el juguete hasta su vista y movió la rueda ajustando el nivel de intensidad.

—¡No pude comprar tus malditos fideos! No estan disponibles en este pue-

Mina entró por la puerta dejando caer las bolsas de sus manos, abriendo enormemente sus ojos.

—¡IDIOTA! ¿NO SABES TOCAR?

—¿Te estabas masturbando?— preguntó Mina conteniendo la risa.
¿Qué tan probable sería encontrar a la vieja perra teniendo una sesión consigo misma? Exacto, es casi imposible, por supuesto que exprimiría todo tipo de bromas con esta situación.

—¡NO ES LO QUE PARECE!— dijo Nayeon con el pequeño vibrador en su mano brillante por sus jugos.

—¿Así?— dijo Mina enarcando una ceja.

—Yo… Uh… ¡Estos es un masajeador facial!

—No lo parece…

Nayeon tragó pesado.— Es que este es automático y…— Nayeon miró a Mina que seguía estoica ante su intento de persuasión, pero obviamente no iba a dejarse ganar y que la descubriese.
Llevó el mojado juguete a su rostro y lo frotó en sus pómulos y mejillas.

—¿Lo ves? Esto hace que no me vuelva vieja y fea como tú.

—Claro…— dijo Mina dejando las bolsas en su cama mientras contenía su risa, había tenido suficiente con ver a Nayeon humillarse con su intento de excusa, lo suficiente ñara burlarse quizas muchos años.— Te compré otros fideos, espero te gusten sino vete a la mierda.

—Gracias que amable.— dijo sarcástica Nayeon y procedió a engullir cada tira de masa ni bien abrió el paquete.

Mina puso algo en la televisión, alguna serie que apenas entendía pero le estaba incomodando por el terror psicológico que tenía.

Inconscientemente se apegó más a Mina.

—¿Te da miedo o por qué rayos quieres treparte encima de mí?— dijo Mian empujando a Nayeon un poco.

—Siendo honesta… me da un poco de miedo.— dijo con una voz frágil Nayeon. No le gustaba para nada ese tipo de películas o series, odiaba todo lo que fuese de miedo y no entendía porque la gente como Mina lo disfrutaba tanto.

¿Qué tenía de bueno asustarse o ver como un grupo de personas va muriendo por un loco con una sierra?

—Jum… no eres tan perra cuando te asustas ¿no?— dijo Mina con burla subiendo el volumen.

Miró de reojo a Nayeon subir las mantas hasta su barbilla como escondiéndose y bueno…

— Oh por… Ven aquí, tonta.— pasó sus empaques vacíos al suelo, y acomodó a Nayeon en su regazo mientras la apretaba en un abrazo.— Nada va a pasarte, Im. No mientras estemos juntas.

Nayeon sonrió de forma instantánea, sintiendo como el miedo se desvanecía por el atrevimiento de Mina en cobijarla en sus brazos.

Tal vez Jeongyeon no mentía cuando dijo que Mina era un lugar seguro y agradable.

—Por cierto compré otros 3 tomos de Chainsaw Man. No me alcanzó para tus fideos.— dijo sin remordimiento Mina.

Quizás podría ser un 30% agradable.

chainsaw GOD 🤑