Parte 1
Disclaimer: El personaje de Reiji Sakamaki no es mío, es de rejet al igual que las otras menciones que voy hacer.
Pareja: Male!oC x Sakamaki Reiji.
Advertencia: Ninguna hasta ahora.
Género: yaoi/BL, vampiros.
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Un pequeño suspiro salió de sus labios, dejó el pincel de lado frunciendo un poco el ceño al ver que su reciente obra no salió como él esperaba. Se sentía frustrado y sin animos, nuevamente su inspiración desaparecía y por más que viera imágenes de aquellas bellas muchachas vestidas de hermosos kimonos, no volvería hasta nuevo aviso.
Él joven tomó con sus manos aquel cuadro para luego dejarlo junto a las que había realizado anteriormente, ¿por qué era tan difícil dibujar algo tan...común? bueno, algo tan bello y exótico como una geisha no era tan fácil de retratar ni muchos menos plasmar su belleza. Paso su vista a todos los cuadros que tenía acomulados en su habitación, la mayoría de ellos apenas estaban terminados otros solo eran un montón de garabatos, y los que estaban realizado al cien porciento tenían una cruz en el medio que demostraba el rechazo de su propio creador.
Lo había intentado de todo desde los más finas pinceladas hasta la de mano alzada, pero nada, absolutamente nada era capaz de crear la perfecta pintura que tanto anhelaba. Sentía que por más que intentara nunca lograría su cuadro tan preciado, así que decidió no seguir pintado esa tarde.
Con cierto cansancio miro el reloj que se encontraba colgado sobre la pared de la habitación, se dio cuenta que en pocas horas tendría que ir al Instituto así que se quito el delantal y lo dejó acomodado sobre la mesa que también habitaba en su lugar de trabajo. Camino directamente hasta el baño de la casa, para darse un aseo y así preparse para ir a la tan proclamada escuela.
Al terminar de alistarse se miro al espejo sin poder evitar soltar una pequeña carcajada al verse como el típico bad boy de los fanfic's de rayita siendo que el es lo contrario a eso, aun así no se veía nada mal para ser sinceros. Luego de eso, tomó su tan amada mochila y bajo a comer algo antes de irse.
Mientras se dirigía a la cocina Camilo no pudo evitar soltar un pequeño bostezo, no había dormido en todo el día y ahora que asistiría a una escuela nocturno su cansancio aumentaría más junto a su trabajo de medio tiempo. Tendría que esperar unas largas horas a volver a casa y poder dormir de manera a gusta.
—(Debí haber dormido un poco) — pensó con cierta culpabilidad, pues él no era de dormir mucho pero ese día se la había pasando pintando sin siquiera parar aunque sea para prepararse algo de comer. Quizás si estubiera en su hogar su madre le hubiera dicho que parara un poco y que descanse, pero ya no estaba en su país natal así que tendría que acostumbrarse a vivir de esa manera.
Al llegar a la cocina, camino hasta la heladera y se fijó que había de comer en ese momento, la elección de comida no era mucha debido a que no había ido a comprar provisiones. Así que solo agarro una manzana que se encontraba en buen estado por lo visto, y luego fue a lavarla pues, ni modo que se la comiera así como si nada.
El chico de cabellera azabache se encontraba puteando mentalmente, estaba llegando tarde y todo porque el reloj de casa tenía unos minutos atrasados. Por lo tanto se le estaba haciendo tarde para llegar a clases y justo en su primera noche de clases, si hubiera sido por su madre o padre de seguro lo estarían regañando por su tardanza. Aunque eso no era tan malo para él, ya que estaba acostumbrado a llegar tarde ya sea a clases o para cualquier evento.
Eso sí la única desventaja que tenía en ese momento era que no podía detenerse a observar el bello paisaje que proporcionaban las calles de Tokio, quizás eso podría darles motivos para poder seguir con su obra...quizás. No estaba seguro de eso todavía, pero realmente le gustaría observar el paisaje que estaba presente, aunque de regreso a casa podía ver nuevamente el paisaje, sentía que eso no iba a ser lo mismo.
Luego de unos cuantos minutos había llegado a la tan conocida Academia Ryoutei, una de las más conocidas en todo el país debido a muchos hijos de gente importante como politicos asistían allí, sus padres no eran una excepción de ello pero no eran conocidos en aquel lugar.
Camino con tranquilidad hasta adentro del establecimiento, sintiendo unas cuantas miradas femeninas o masculinas mientras escuchaba algún que otro murmullo. No le prestó mucho atención a eso, y solo siguio caminando tranquilamente.
Oh hubiera hecho eso si no fuera porque empezó a escuchar los gritos de muchas chicas y algún que otro chico, así que por curiosidad dirigió su visita hacia donde venía todo ese escándalo y se encontro con una multitud de adolescentes en la entrada de la escuela recibiendo a una limusina que acababa de llegar. Sonrió de manera divertida y siguió mirando el espectáculo viendo como la mayoría de las femeninas se alborotaban.
Quizás las personas de ese lugar eran muy reconocidas y por eso tenían muchos fans por lo visto, aun así trataria de no meterse mucho con esa persona o personas eran muy populares como para poner a media escuela de esa manera, no quisiera imaginar de lo que eran capaces de hacer si alguien se metiese con él o ella (ellos en todo caso).
Miro atentamente a las personas que salían del vehículo y se noto que eran bastantes atractivos.
En eso pudo visualizar a una chica de cabellera rubia y ojos rosados, no pudo evitar sentir ternura al ver esa chica pero a la vez también sintió un poco de pena, ya que las chicas que se encuentraban queriendo abalanzarse hacía los chicos parecieron ignorarla por completo.
Decidió seguir caminando hasta su salón, oh eso iba hacer hasta que vio aún lindo chico de gafas saliendo de aquel vehículo negro, sintió como sus mejillas empezaban a ponerse rojizas con tan solo ver a ese chico de penetrantes ojos.
—( ¿Sera este mi ser amado? no lo se, pero si es una buena fuente de inspiración es) — pensó el joven de orbes avellanas, sintiendo que todas las ideas que tenían en mente para lograr su pintura volvían de manera inmediata. Pronto se le ocurrió todos los proyectos que lograría con ese chico siendo su modelo, o como muchos llamarían, su musa.
Lo malo era que no sabría como podría acercarse aun chico como él, pero esa sería una nueva meta que lograría desbloquear, cueste lo que cueste. Con una linda y amplia sonrisa camino hasta su aula, sin dejar de pensar en aquel presioso chico sin percatarse en la fija mirada de cierto joven de orbes magneta.
—¿Un ser tan insignificante como tu se atreve a amenazar me? — pregunto un enojado azabache mientras se cruzaba de brazos.
—No te estoy amenazando, solo estoy proponiendo un trato — contestó la voz pacífica del menor, mientras guardaba su celular en su bolsillo.
De seguro muchos se preguntarán que estaba pasando, así que se los resumire, hace unas dos semanas Camilo había entrado a la Academia Ryoutei y había “conocido” aun guapo chico de nombre Sakamaki Reiji que le devolvió las ideas para sus cuadros. Él azabache menor había tratado hablar con él mayor, pero esa casi imposible debido a que este se retiraba antes de tiempo o siempre estaba rodeado de chicas, lo que hacía imposible que pudiera interactuar con él.
Pero todo cambio hasta hace dos días, cuando el menor encontró al de elegante vestimenta con la misma chica rubia que había visto, todo normal hasta allí. Sino fuera por el hecho de que Reiji estuviese bebiendo de la sangre de aquella muchacha, digamos que el de mayor estatura aprovechó y saco una foto de eso para luego poder conversar de manera tranquila al mayor y hacerle la propuesta de que el sea su musa para sus cuadros, sip todo un plan perfecto según él. Aunque era obvio que estaba sobornando a el vampiro, eso le daba igual en aquellos momentos, aunque el muy idiota estuviera poniendo su vida en peligro por una estúpida pintura.
—Te das cuenta que podría matarte aquí mismo, ¿no? — volvió a preguntar él azabache con su típico tono de voz serio, mientras se acercaba de manera amanezante al de orbes avellanas. Este por su parte soltó una pequeña carcajada, haciendo que el mayor alzara una ceja en señal de confusión, ese chico realmente era raro por así decirlo.
—Mira seré tonto pero no idiota, así que le mande esa imagen a unos de mis contactos así que, si algo me pasa a mí mi contacto se encargará de subir esas fotos a todas las redes que existen — explicó de manera breve y directa, solo para ver una mueca de desagrado por parte del chico de gafas.
Eso fue como un golpe justo en el orgullo para Reiji, así que soltó un pequeño suspiro de frustración y se paro frente al de cabellera larga, sintiendo como un exquisito aroma golpeaba sus fosas nasales. Para ser sincero, que Camilo fuera hombre no quitaba el hecho de él tuviera una aroma atractivo, y eso le llamó la atención desde la primera vez que lo vio, aun así eran hombres y eso prácticamente estaba mal para él.
—Los humanos como tu dan asco — escupió (por así decirlo) con una voz ronca, recorriendo con la mirada de pies a cabeza el cuerpo del menor, para luego mirarlo fijamente a los ojos — pero no me quedara de otra que escuchar tu propuesta, así que te escuchó — decía en un tono algo interesado, no muchos humanos como él tenían las agallas para pedirle algo sin vivir para contarlo.
Por otro lado, Camilo esbozo una sonrisa triunfadora en su rostro, sintiendo un poco de nerviosismo ante la fija mirada del mayor, más no lo demostró y siguió con su actitud completamente tranquila.
—Bueno hace días e estado intentado pintar una geisha — decía mientras que el de orbes magneta lo escuchaba atentamente — pero mi inspiración se había ido a la mierda por lo que no pude seguir pintando, hasta que te ví, de manera inmediata sentí que todas las ideas volvían a mí — hizo una breve una breve pausa para luego tomar de las manos al joven vampiro frente a él, sin apartar la vista de sus ojos — así que te ruego Reiji Sakamaki, se mi musa por favor — rogó haciendo que el antes mencionado abra los ojos como platos, sin creer lo que aquel humano decía.
Repentinamente el joven antes mencionado sintió como un fuerte rubor en sus mejillas aparecían en sus pálidas mejillas, mientras soltaba de manera brusca las manos de ese chico. En ese momento no supo si sentirse alagado o insultado, básicamente ese muchacho le estaba pidiendo que posee como si de chica se tratase para realizar una insignificante pintura.
—¿Acaso piensas qué soy una chica para que puedas realizar tus fetiches? — pregunto nuevamente en un tono molesto ante tal atrevimiento, sintiendo que su orgullo era golpeado por segunda vez.
—Oye solo te estoy pidiendo que poses para mi pintura, no que me dejes darte latigazos a lo Christian Grey — demandó el joven pintor.
—Sea como sea, no voy a hacer esa estupidez — volvió a responder el vampiro, cruzándose de brazos.
—Entonces voy a subir esa foto a Internet, nos vemos — dijo con una leve sonrisa, dándose la vuelta para marcharse del lugar, a lo que se escucho un suspiro de resignación por parte del chico de gafas.
Reiji no creía lo que estaba apuntó de hacer en aquel momento, por lo que no le quedó de otra que tragarse su orgullo y contestar:— oye espera! — exclamó — seré tu musa y todo lo que quieras, pero no le muestres esa imagen a nadie más — decía con cierta desesperación pues, esa persona seria capaz de darle un castigo y uno muy severo por dejar la existencia de los vampiros en cubierto, se maldicio a si mismo por ser tan descuidado por eso.
Al escuchar eso, Camilo se dio la vuelta y miro al azabache con una sonrisa de oreja a oreja, se sintió realmente feliz por aquellas palabras.
—Me acabas de hacer la persona más feliz Reiji, gracias a ti ahora voy a poder realizar mi cuadro — dijo el chico con una leve y hermosa sonrisa, mostrando lo alegre que estaba en ese momento.
—No te creas, luego de que realices tu pintura voy a cobrar venganza de esto — aclaró con su aura de seriedad, mientras se acomodaba en las gafas con el dedo del medio.
— Sisi ya a la chingada — respondió sin prestarle mucha atención a la amenazada del azabache mayor, mientras sacaba un papel de su bolsillo — mira como sabía que ibas tener que aceptar mi propuesta, me tome la libertad de anotar mi dirección de mi casa y a la hora que tienes que estar allí — decía con una leve sonrisa mientras le pasa el papel al serio vampiro frente a él.
La cara de Reiji en ese momento fue todo un poema, ese humano no sólo lo estaba humillando de tal manera sino que también estaba ignorando su amenaza de muerte. Además le estaba dando su dirección como si nada, sin duda ese tipo era raro, pero de igual manera tomó aquel papel y lo guardo en su chaleco.
— ¿Necesitas algo más? —
— No sólo eso, y bueno me tengo que ir, así que espero que tengas una noche tranquila — dijo mientras hacía una reverencia — nos vemos mañana Reiji — dicho eso, el menor se dio la vuelta y se marchó dejando aún confundido y serio vampiro solo.
Y aquí es cuando el de orbes magneta se hace la pregunta, ¿cómo se supone que tenga una noche tranquila con lo que acaba de pasar?, su orgullo fue pisoteado como si nada y ese chico realmente lucia muy tranquilo. Sin duda luego tomaría venganza luego de que eso se acabe, sería divertido tomar la vida de aquel humano con sus propias manos.
— Reiji-san te estaba buscando — dijo una dulce voz femenina, haciendo que el azabache saliera de sus pensamientos haciendo que mire a la chica que acababa de llegar en ese momento, noto que ella estaba algo preocupada lo que dedujo que algo andaba mál.
— ¿Qué sucede humana? — pregunto con su típico tono serio, mantiendose de esa manera.
Yui sintió un pequeño escalofrío recorrer al escuchar aquel tono de seriedad por parte del chico, y con su linda y suave voz respondió:— los demás te están esperando para ir a la mansión, y ayato-kun y Subaru-kun parece que en cualquier momento se van a pelear — decía la muchacha con cierta preocupación, tratando de evitar la penetrante mirada del vampiro.
Por otra parte él de cabellera negra soltó un pequeño suspiro de frustración, esos dos idiotas no podían verse ni por dos minutos que ya estan armando una tercera Guerra Mundial en su ausencia.
— Esta bien, vámonos — contestó mientras empezaba a caminar hasta la limusina, a la que la femenina asintió y lo siguió, esa sería una larga y agotadora noche.
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