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" Tus ojos son el río en el que quiero morir. "
- Hoy te enseñaré a hacer unos deliciosos fideos de tomate. - Exclamó un feliz y emocionado Omega, poniéndose en seguida un delantal rosa pastel que tanto le gustaba, para después acercarse a su mayor y colocarle con cuidado su delantal naranja.
- Yo no sé picar tomate YeoSang.
- Pero yo te enseñaré Seonggie.
- ¿Seonggie? ¿Un nuevo apodo? Al menos es mejor que el otro. - Bromeó el mayor soltando pequeñas risas, ordenando los ingredientes en la barra donde trabajarían juntos.
- Tu con nada te conformas. - Murmuró el castaño acompañando las pequeñas risas de el Alfa con las suyas. - Primero cocinaremos el pollo en agua, así que pon en una olla agua, ¿Si? Yo cortaré el pollo.
El moreno asintió obediente, siguiendo las instrucciones de su querido profesor que ahora estaba cortando el pollo en planchas que pudieran alcanzar para dos platos, lo cortó con cuidado de no lastimarse y de no cortar de más, guardó el pollo restante en la nevera cuando acabó su tarea, seguido por colocar las planchas en un plato, poniéndole un poquito de sal para darles una leve sazón.
- ¿Ya tienes lista el agua?
- Si, pero será difícil de mover la olla.
- ¿Por qué? - El castaño se giró, viendo con el ceño levemente fruncido como el Alfa trataba de levantar la olla la cuál estaba llena por completo, no pudo evitar suspirar pesado, negando. - Esa es mucha agua para dos planchas de pollo Hwa, tenía que ser menos, ¿Ahora que haremos? No podemos desperdiciar mucha.
- Pero no especificaste... - Susurró un moreno haciéndose el lobo regañado, para después suspirar y vaciar hasta la mitad el agua en otra olla. - ¿Así está bien?
- Mucho mejor, bobo. - Murmuró un pequeño YeoSang intentando aguantar la risa, pues el Alfa si que era torpe en la cocina, pero a la vez le daba ternura pues la mayoría de Alfas tenían una agenda muy apretada, pero además de eso algunos pretendían tener una imagen seria y en ocasiones ruda, entonces aprender a cocinar y tener a un Omega de profesor no ayudaba mucho a mantenerla. - Ahora prende la cocina y pon a calentar el agua, cuando empiece a hervir pondremos el pollito.
- Bueno, prender la cocina si sé. - Manifestó el moreno un poco avergonzado, haciendo lo que el castaño había pedido.
- SeongHwa, ¿Quién no sabe prender la cocina?
- Yo aprendí tan solo hace unos meses... - Murmuró el moreno avergonzado, colocando la olla de agua en la estufa, para después girar a mirar al pequeño que se encontraba observándolo con una sonrisa divertida.
- Eres un bobito. - Ambos soltaron pequeñas risas, después de que el menor recibiera esa lindo regalo por parte de el Alfa el ambiente se había vuelto feliz y armonioso, ambos se sentían cómodos incluso si no había diálogo, o si solo habían pequeñas risas, ambos disfrutaban estar juntos en esos momentos. - Es hora de hacer el aderezo, yo cortaré el tomate y tú la cebolla, recuerda hacerlo en cuadraditos super chiquitos, porfavor no vayas cortarte los deditos.
- Claro que no lo haré, no soy tonto.
- ¿Ah sí?
- Tal vez un poco a veces, pero no siempre.
Ambos volvieron a reír con suavidad, para después seguir con sus deberes, el menor cortó el tomate de manera fina y pequeña para que no fuera incómodo comerlo, lo hizo rápido pues ya tenía experiencia, pero al mirar lo que hacía el Alfa a lado suyo no pudo evitar suspirar pesado, negando.
- No, no, cuidado. - Tomó las grandes manos de el mayor con delicadeza, pues no quería hacer un mal movimiento y ocasionar un accidente con el cuchillo, empezó a guiarlas para cortar la cebolla en cuadrados pequeños, la posición era un tanto incómoda, así que prefirió ponerse entre los brazos de SeongHwa, sintiendo el fuerte pecho de el moreno pegarse a su espalda, era como la escena de una película romántica, donde la pareja cocinaban juntos, uno abrazando al otro por detrás y brindándole calor amoroso.
Ninguno pudo concentrarse después de eso, estaban ruborizados por lo ocurrido, todo lo que empezó por una inocente intención de tener una posición cómoda con la cuál trabajar terminó en una más apegada, más romántica y emocionante para ambos.
Por otro lado sus lobitos saltaban de emoción por el reciente acercamiento que habían tenido, sus corazones se estremecían cada vez que recordaban lo recientemente ocurrido, mantenían también unas pequeñas sonrisas en sus rostros.
La noche pasó rápido, en una hora ya habían terminado de poner la mesa y de servir la comida que ahora se olía por toda la casa y hacia babear al Alfa.
- ¡Mh!~ Wow... En serio eres el mejor maestro. - Habló un Alfa muy impresionado al mirar los platos servidos, con una muy buena pinta.
- No es verdad, si salió así de bueno es porque lo hiciste tú Seonggie, yo solo te ayudé.
- Entonces eres el mejor ayudante, merezco un premio. - Pidió el moreno sirviendo en dos tazas té para ambos, mirando de reojo al castaño.
- ¡Un abrazo!
Los cortos bracitos de un Omega rodearon el torso de un Alfa que sintió un leve rubor en sus mejillas, mientras que sus manos se colocaban en un costado del pequeño y frágil cuerpo que ahora se encontraba entre sus brazos, no podía creer que el Omega tuviera la iniciativa de acercarse tanto a él y menos después de dos ocasiones en las cuales aún se negaba a tener alguna clase de amistad hasta ahora, mientras que su lobo se sentía con total dicha, al fin tenía a su pareja entre sus lados, aunque su lado humano fuera un idiota distraído, agradecía que el Omega del castaño no le fuera indiferente.
Por otro lado el bajito se encontraba totalmente sonrojado y avergonzado por sus acciones, no podía creer que su impulsivo lobito lo haya llevado a eso con su jefe, con el cuál tanto había luchado para mantener una distancia, lo que mas le confundía era que su pequeño lobo se sentía bien entre aquellos brazos y contra ese fuerte pecho, su lado animal lo llevo a enterrar su nariz en el pecho del más alto, el cuál por inercia empezó a soltar feromonas llamando a algo más al Omega, intentando propiciar el celo durante todo aquel caluroso abrazo, pero sus planes fueron truncados por el mismo de piel Nivea que se separó de él con un precioso sonrojo en su angelical rostro.
- Bien, ya hay que comer que tanto el pollito y el té se enfriarán. - Se separó de manera rápida para ir a su lugar y empezar a cortar su pieza de pollo.
- Te ves precioso, ¿No entiendo cómo no tienes un o una Alfa? - Preguntó inconscientemente, tal vez porque de verdad deseaba que el bonito castaño no tuviera a ninguna pareja sentimental o tal vez por mera curiosidad, ni el sabía con exactitud, pero imaginarse que su pequeño tuviera algún romance lo ponía nervioso en incluso enojado.
- No deberías de preguntarme eso... Seonggie, vamos a comer.
El Alfa suspiró casi vencido, intentando no decir algo más fuera de lugar al dejarse llevar por su lobo. - ¿Puedo conocerlo?
- ¿Conocer a quién?
- A tu Alfa.
- ¡Yo no tengo ningún Alfa! Y si lo tuviera no deberías conocerlo Seonggie tonto.
- Ah, me parece muy bien, ahora sí vamos a cenar.
- Eres un Alfa muy raro, no te preguntaré si tienes Omega porque se que terminaron hace un tiempo... Seonggie, ¿Como te sientes? Casi ya pasará un mes. - Habló el pequeño de manera inocente, sirviendo la comida en dos platos, para después sentarse al lado de el moreno el cuál lo esperaba ya sentando con una gran sonrisa en su rostro.
- Si te soy sincero extraño la compañía, pero no a él, me siento mejor... Pero hoy me pidió disculpas en la empresa... Dijo que había encontrado a mi destinado.
- ¿Empresa? Creí que solo trabajabas en la cafetería... Espera, ¡Ah! Cocinaste muy bien! Está muy rico.
Par de tórtolos.
- ¡Ah! Tienes razón, sabe muy bien, wow... Es lo primero que hago bien en la cocina. - Exclamó el moreno asombrado, empezando a devorar la comida hambriento. - ¿Esto hice yo?
- Gracias a mi. - Murmuró el castaño con una sonrisa egocéntrica, intentando empezar una pequeña pelea de juego.
- Gracias a ti, Yeo.
Pudo sentir sus mejillas sonrojarse de nuevo, a este paso parecería un tomate en vida, pero no lo podía evitar, ese Alfa le ponía los nervios a mil con tan solo una sonrisa tan encantadora como la de el, siendo adornada por sus blancos dientes y sus hoyuelos marcados.
- No hagas eso, se supone que teníamos que pelear. - Susurró desviando la mirada para continuar comiendo sus fideos, llenando sus mejillas con comida para evitar responder a lo que diga el moreno.
- ¿Querías pelear? Eres un cachorro peleonero, pero muy tierno.
- ¡Nof sof uf cachorrf!
- Claro que lo eres, mírate. - El moreno llevó su mano a la mejilla de el pequeño sonrojado, acariciando la delicada y suave piel, la cuál se encontraba rellena por la comida, eso le causó aún más ternura.
El menor tragó rápido, atragantandose en el proceso, palmoteó también la mano de el Alfa, apartandola. - No toques ahí, es privado. - Ambos empezaron a reír por lo reciente dicho, un chiste mal contado pero de todos modos gracioso.
La cena terminó y pronto llegó la hora de despedirse, ambos se sintieron un poco desanimados, pues la noche había pasado rápido y ahora el pequeño Omega se encontraba guardando sus cosas, listo para irse.
- Yo... Te llamaré un taxi Yeo. - Murmuró el moreno, tomando su teléfono para marcar a su Uber de confianza, cuando culminó la llamada se acercó a YeoSang para poder tomar su pequeña manito y colocar tres billetes en ella, sonrió. - Gracias por ayudarme hoy, es la primera vez que no ceno algo comprado.
- No hay de que Seonggie, pero... Esto es mucho dinero, déjame devolverte...
- Para nada cachorro, quédate con eso, te mereces más.
- ¿E-en serio? - Murmuró YeoSang sorprendido, pues no había recibido en mucho tiempo esa cantidad de dinero, no pudo evitar saltar a los brazos de SeongHwa, rodeando su cuello con fuerza por la emoción que sentía, los brazos de el Alfa lo sujetaron con firmeza e incluso sintió sus pies levantarse de el suelo, pues el moreno lo estaba levantando, se sentía tan cómodo, estar en los brazos de el mayor era como estar en las nubes, tan suave, tan encantador y más por el hecho de que podía respirar el aroma a vino tinto de manera más cercana.
Pero la linda burbuja tuvo que romper por el sonido de el claxon de un auto en espera, se separaron de inmediato, soltando pequeñas risas nerviosas.
- Pasaré por ti mañana Yeo, espérame listo.
- Claro que lo haré, duerme bien, ¿Si? Y no olvides limpiar lo que ensuciamos.
- Lo haré porque me lo pides, pero no prometo nada. - Rieron alegres, pero seguidamente YeoSang tuvo que correr a la puerta de la casa de el mayor para salir de ella, sintiendo su corazón latir a mil por las recientes experiencias, sus sonrisa era de oreja a oreja al recordar cómo el Alfa lo tomaba en brazos con tanta delicadeza y cariño, se sentía incluso conmovido.
¿Qué pasaría cuando el Alfa supiera que el era estéril?
Sus ánimos cayeron, si eso pasaba el mayor se alejaría de el y lo abandonaría como su familia lo hizo, nadie desearía tener a un Omega defectuoso como amigo, mucho menos como pareja.
Su lobito empezó a llorar también, pero de tristeza al ver como su humano estaba sufriendo de manera silenciosa y más aún al saber que probablemente se alejaría de su destinado, su vida era tan vaga y triste mientras que al mismo tiempo era perfecta con tan solo estar unos segundos cerca de SeongHwa.
" Mi corazón, mi mundo, todo te pertenece a ti. "
¡Holi bebes!, ¿que opinan de la nueva remodelación del fic?, ¿les gusta? espero que sí.♡
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