O18
" ¿Hay alguien que pueda sanar mi herida? El amor y las personas realmente me asustan. Tengo miedo a estar solo, tengo miedo a ser olvidado. "
— Yo ya no puedo estar contigo.
A veces la vida amorosa suele ser un maldito cliché decepcionante, con trabas en la ejecución y desvíos emocionales, ¿Quién puede ser tan desafortunado como para tener una vida tan podrida?
Tal vez era la sociedad la que tenía una mente retorcida, donde te califican por ser el número uno o la decepción.
Todos los seres vivos tenemos algo especial con lo que nacemos; en el caso del ser humano es algo lo cual permite pensar, sentir, actuar, algo que jamás podrá ser comprado incluso por las epifanías materiales que existan; el alma.
La persona de vida podrida escondió su alma para no sentir el dolor de vivir, esa persona abre los ojos porque su sistema así lo quiere, pero por dentro está muerto.
— Soy estéril.
Y su mejilla dolió, su espalda también, sintió su cuero cabelludo arder por los bruscos jalones que recibía de parte de su querido amado, su garganta había quebrado, ahora solo podían salir débiles jadeos y sollozos, aunque ya se haya deshidratado por los largos minutos en los cuales las lágrimas no dejaban de escurrir.
Pensó que era tarde para arrepentirse por el haberse mostrado, ahora no tendría tiempo para marcharse y curar su herida. En ocasiones, distanciarse es la única manera de encontrar paz.
Escuchaba gruñidos de fondo, gruñidos que dañaban de manera tosca su corazón, jamás había pensado que la persona a la cual amaba con su alma llegaría a odiarlo. Pero bueno, el también se odiaba a si mismo, ¿Que se podía hacer? La culpa la tiene el náufrago por enamorarse de un barquito de papel, el amor que el sentía por esa persona no tenía cura, el amor era la cura para sus males.
¿Estaba soñando?
— Vengo por un señorito llamado Kang YeoSang, es muy lindo, hermoso, tan tierno y amable, ¿Lo conoces?
— ¡Seonggie! — Ambos soltaron pequeñas risas, acercándose de inmediato para unirse en un precioso y cálido abrazo que revivió el alma de el Omega.
— La pasaremos muy bien corazón, serán las mejores vacaciones que hayas tenido.
El día había llegado, tanto SeongHwa como YeoSang estaban más que emocionados, habían dado un paso más en el cortejo, se irían de paseo juntos, disfrutarían un precioso paisaje el cual sería acompañado con una serie de besos y mimos mutuos, demostrando el cariño que sentían el uno por el otro.
El castaño daba brincos con alegría y emoción, dando pequeños piquitos en los labios del moreno, siendo correspondido de manera dulce. Decidieron separarse, pues una tercera persona los estaba observando con cierta burla, Song.
— ¡Busquen un motel! — Gritó un Alfa que se encontraba en el asiento piloto, con unas gafas de sol que le daban un estilo único y cool.
— Tuve que traerlo, espero que no te moleste. — Hablo SeongHwa un poco apenado, acariciando la cintura de su menor con cariño.
— Claro que no Seonggie, tu amigo Minky me cae muy bien. — Sonrió.
Una vez los dos ya estuvieron en el auto, este empezó a andar, siendo conducido por el Alfa de nariz respingada que iba tarareando una canción y conversando con el dúo empalagoso que iban en los asientos traseros.
— ¿Te gusta cantar, YeoSang? — Preguntó con una suave sonrisa, fijando su vista en la carretera despejada, en estos meses casi nadie visitaba la playa, así que el tráfico no era para nada pesado en la carretera y las playas estarían casi vacías, más limpias y más bonitas, el paisaje se disfrutaba mejor.
— No lo hago siempre, pero si me gusta mucho cantar mientras cocino. — Respondió el castaño, acomodándose en el asiento para que su Alfa recostara su cabeza en sus piernas y así poder masajear y acariciar los cabellos negros de SeongHwa.
— A SeongHwa le gusta que le canten en la cama, pero más le gusta los altos, esos que son así como "¡Ah!~". — Dijo como "dato", levantando sus cejas de manera pícara.
— Joder, ya empezó. — Murmuró el moreno soltando un suave suspiro, disfrutando de las caricias que el precioso Omega le brindaba.
— Seonggie no groserías. — Regañó Sanggie, inclinándose para dejar un lindo besito en los labios contrarios que lo recibieron gustoso. — Minky Hyung no seas pervertido. — Regañó También, volviendo a su postura de antes y ahora mirando al otro Alfa con una suave puchero.
MinGi casi protestaba, pero se sintió un poco intimidado y a la vez enternecido por la expresión del Omega, solo soltó pequeñas risas sintiéndose algo apenado, su mente seguía con el mismo tema aunque hubiera prometido dejarlo, no podía evitarlo, cada vez que veía a YeoSang su Alfa se sentía extraño, triste, como si tuviera pena de la vida del menor, estaba confundido, pero lo que más le hacía pensar era la preocupación, estaba preocupado por SeongHwa, por su amigo, no quería que este se llevara decepciones o viviera una mentira si se llegaba a saber que YeoSang era estéril.
MinGi veía a SeongHwa ser feliz con ese Omega tan lindo y noble, podía respirar el aroma agradable que ambos desprendían, podía incluso jurar que ellos dos habían nacido para vivir hasta la muerte tomándose de la mano para así brindarse todo el amor del mundo.
Solo por eso dejaría los pensamientos respecto a la condición de YeoSang, respetaría la relación de ambos e intentaría no tocar más el tema, aunque su lado de amigo se lo pedía.
Por otro lado, YeoSang estaba más que feliz dándole mimos al Alfa que descansaba en sus piernas, los ojos de este mismo estaban cerrados, transmitiendo tranquilidad y paz por lo calmado que se veía.
— Seonggie... Eres tan lindo. — Susurró el pequeño, siendo escuchado por ambos Alfas, SeongHwa abrió sus ojos y esbozó una pequeña sonrisa, llevando una de sus manos a la de YeoSang, para así repartir pequeños besos en los nudillos rositas del menor.
— Si yo soy lindo, entonces tu eres una obra de arte.
— ¡Oh por Dios, ustedes son tan cursis! — El momento romántico fue interrumpido por el grito de MinGi, haciendo sobresaltar ambos cuerpos que hace unos segundos estaban en su burbuja.
SeongHwa refunfuñó, levantando su cabeza del regazo de su querido para después sentarse y dar un pequeño zape en el cuello de su amigo, suspirando. — Te daré muchos más una vez bajemos del auto. — Amenazó, sonriendo levemente y con un poco de burla.
— A la violencia dile no. — Se defendió su amigo, haciendo reír a la pareja.
El resto del camino fue así de divertido, conversaban y bromeaban, soltando risas por los chistes tan graciosos de MinGi, YeoSang lloraba de risa por las cosquillas que recibía por parte de su Alfa, mientras que este reía por el simple hecho de ver a su Omega Sonreír.
Cuando llegaron al destino, Sanggie podía sentir el olor a mar y arena salada, podía sentir la brisa, el ambiente tan relajante y cálido, tuvo inmediatamente una sensación de relajación, haciendo que soltara un suspiro tranquilo y dejara un beso en la mejilla de su Alfa.
— Hoy el sol brilla mucho, no traje protector solar, creo que nos vamos a broncear. — Habló el moreno aún sin bajar del auto, suspirando.
— Más moreno que tú no quedaremos, tal vez rojos si. — Bromeó MinGi con la intención de molestar un poco a su mejor amigo, mismo que le regaló una mirada fulminante mientras escuchaba la risa de su Omega y su mejor amigo.
— Seonggie no le hagas caso. — Habló entre risas YeoSang, acariciando las suaves mejillas de su mayor. — Tu eres un moreno muy lindo y guapo, no le hagas caso a ese tonto MinKy Hyung. — Defendió.
— Ah, pero bien que te reíste YeoSang.
— Me reí porque fue gracioso, pero mi SeongHwa es muy guapo y lindo. — Dijo el Omega mimando a su Alfa, para después reír de nuevo. — Yo si traje protector solar, así que no se preocupen. — Tomó su bolso para poder buscar el bote de protector y una vez lo tuvo en sus manos lo abrió y colocó un poco en sus dedos, para después mirar al de su costado. — Cierra los ojos Hwa, te lo pondré.
— Gracias corazón. — Murmuró obedeciendo, sintiendo como la crema fría tocaba su piel y era frotada con las manitos del castaño, primero la frente, después las mejillas y la nariz, para así finalizar con la aplicación del protector solar.
— Listo... Ya quedó, ahora si no te broncearás, ¿Me pones a mi también? — Preguntó YeoSang, esbozando una dulce sonrisa.
— Por supuesto cariño. — Ahora fue SeongHwa el que tomó el control, haciendo los mismos movimientos en el rostro de su pequeño pero más cuidadosos y delicados, es que todo de YeoSang era tan frágil y hermoso como una pieza de cristal, que daba miedo dañarlo.
— ¿Y yo donde quedo? — Un tercero se escuchó. — SeongHwa, me hubieras dejado traer al polvo, yo con ustedes soy como el violín.
— Minky Hyung también te pondré protector, no te preocupes. — Habló YeoSang para que su Hyung no se sintiera excluido, sonrió.
— Eso es ser un buen amigo, deberías aprender SeongHwa. — El de nariz respingada reclamó de manera bromista, haciendo reír de nuevo a sus compañeros.
Y como era de esperarse, MinGi no dejó de reclamar hasta que el pequeño Omega le pusiera el protector solar, y así lo hizo YeoSang, frotó la crema por el rostro del contrario mientras soltaba risas pequeñas, pues su Alfa y el mejor amigo aún estaban en sus pequeñas e infantiles peleas.
— Ahora que ya estamos listos, el auto lo dejaremos aquí porque es el estacionamiento, será cuidado por los guardias, nosotros tendremos que caminar un poco para llegar a la cabaña, no está lejos. — Indicó SeongHwa, tomando su mochila y también el bolso de su casi novio. — Lo llevaré yo por ti.
Segundos después el trío emprendió su camino hacia la cabaña que ya estaba esperando la llegada, la sonrisa del castaño no se borró en ningún momento, iba tomado de la mano del moreno y observando de manera atenta su alrededor, veía poca gente pasar, algunos puestos de tiendas abiertas, un restorán pequeño y también puestos de comida, podía ver el mar a lo lejos y la arena que se podía sentir tibia incluso si no la tocabas.
Al llegar a lo que era el hospedaje se escuchó un pequeño chillido de emoción, YeoSang estaba tan sorprendido al darse cuenta de lo bonita que era esa cabaña, se notaba que había tenido un buen mantenimiento y cuidado, de inmediato todos entraron, sintiéndose más sorprendidos por la decoración hogareña y cómoda que había.
— Yo sabía que la cabaña era bonita, pero no tanto. — Declaró SeongHwa, dejando la mochila y el bolso en uno de los sillones que habían ahí.
— Wow, y tiene dos habitaciones, eso significa que ustedes dos dormirán juntos y harán... — Antes de que MinGi terminara su oración obviamente perversa, SeongHwa lo calló con un carraspeo.
— Tenemos dos horas para descansar un poco y comer, a las 4:00 pm haremos la fogata. — Sonrió el moreno.
— ¿Habrá fogata Seonggie? ¡Eso es genial! — Exclamó YeoSang, teniendo algunos recuerdos borrosos de cuando el estaba en primaria e iba a paseos escolares con sus maestras, el solía ser el más emocionado.
Comieron algo simple y ligero, ensalada de atún, ensalada de frutas junto a un refrescante y dulce refresco de piña, lo cual los dejó totalmente rendidos y llenos, no había nada más delicioso que disfrutar un plato de comida muy bien servido.
Fueron a sus habitaciones, apenas ingresaron el pequeño Omega corrió a la cama para lanzarse a ella, disfrutando lo blando y suave que era aquel colchón, sonrió con felicidad cuando sintió su lado hundirse y vio el cuerpo del Alfa a su lado, no dudó en apegarse a este para abrazarse al torso y recostar su cabecita en el fuerte pecho.
— Seonggie esto es muy cómodo. — Habló Jin, sintiendo los fuertes brazos de su acompañante rodear su cintura, eso hizo que se sintiera aún más cómodo y seguro a su lado.
— ¿Sabes por qué es más cómodo?
— ¿Por el colchón? — Preguntó con inocencia.
— Porque tú estás a mi lado, tú haces mis días felices, los haces tan suaves que el tiempo no se siente para mí, simplemente somos tu y yo. — Murmuró con una suave sonrisa el moreno, admirando lo precioso que era el rostro de su pequeño con ese rubor durazno instalado en sus mejillas, disfruto cada segundo el cual la madre luna le permitía observar la Epifanía que tenía frente a sus ojos.
— Seonggie, desde que llegaste a mi vida no he dejado de estar agradecido, t-tu eres simplemente todo para mí, eres tan perfecto que de verdad siento que te mereces algo mejor que un simple cocinero... — Contestó agachando su vista, el bien sabía a lo que se refería.
— Para mi no eres un simple cocinero, dejaste de serlo cuando derramé café sobre ti, dejaste de ser un simple trabajador de mi cafetería cuando me mordiste por romper tu florero, cuando tuvimos nuestra primera cita en el parque de diversiones, cuando acaricié tu pancita, desde el primer beso dejaste de ser simple para mí, porque tú eres maravilloso, eres perfecto, tan lindo, amable, noble...
— B-basta... — Estaba al borde de las lágrimas, se sentía tan feliz y conmovido, pero a la vez tan miserable y horrible por estar mintiendo al hombre del cual se había enamorado, ¿Por qué era tan difícil decir que era estéril? — De verdad no soy lo que tú crees. — Dijo en un susurro casi inaudible.
— Corazón, no llores, ¿Qué pasa? ¿Estás triste por algo? — Murmuró tomando las mejillas contrarias entre sus manos, pasando sus pulgares por el borde de los ojitos marrones para así quitar algún rastro de lágrimas.
— Es que me gustas mucho Seonggie, tu y tus lindas palabras me conmueven. — Mintió un poco.
SeongHwa tomó la iniciativa, se acercó a dejar besos pequeños, a la vez suaves en los labios dulces y rositas del menor, empezando así un beso lento, lleno de sentimientos de por medio, la conexión y química entre ellos crecía cada vez más que ya no era necesario expresar el cariño que sentían con palabras.
Las manos más grandes sujetaron con firmeza la pequeña y delicada cintura, logrando así pegar el cuerpo al suyo. Los pensamientos negativos desaparecieron mágicamente de la cabeza de YeoSang, cosa que no le sorprendió, pues SeongHwa era la cura para todos sus males, decidió disfrutar el beso, la cercanía y lo hermoso que era aquel contacto, sus manitos se posicionaron en la nuca del moreno para poder tener más cercanía y también; hacer el beso profundo.
Sus labios se movieron más rápido, SeongHwa sentía las manitos de YeoSang acariciar sus cabellos pequeños que empezaban un poco más arriba de su cuello, sabía lo que se aproximaba, esperaba esta vez sí poder tener un momento íntimo con el Omega, aunque por parte sería difícil ya que no estaban solos en esa cabaña.
Poco a poco, el beso se fue intensificando, la boca ágil del Alfa se movía sobre la del pequeño Omega que correspondía con torpeza, siguiendo el ritmo rápido de su acompañante, ese beso era tan tentador que empezó a sentirse como se sintió aquella vez en el vestidor, donde sus caderas se movían sobre la entrepierna casi dura del Alfa y el gemía intentando callarse. El aire les faltó, se separaron un poco para tomar una corta bocada de aire y así seguir con ese beso que pasó a ser cada vez más caliente, el rostro de ambos estaban tibios, al igual que sus respiraciones agitadas, literalmente se estaban comiendo con la boca.
Una mordida que logró hacer gemir a YeoSang, obviamente SeongHwa no lo iba a desaprovechar, metió su lengua a la boquita de su querido Omega para así continuar el beso, paseó su lengua por la cavidad bucal, sintiendo un sabor dulzón, cual logró reconocer como el jugo de piña, le encantó, una de sus manos juguetearon en la pequeña espalda, para así viajar hasta la espalda baja del Omega.
Por otro lado, Sanggie ya estaba con sus hormonas alborotadas, su cuerpo estaba acalorado, sentía su zona intimida caliente y eso fue lo que más lo avergonzó, pues no quería verse como un nene precoz ante los ojos de su Alfa.
Pudo sentir las grandes y fuertes manos de SeongHwa llegar al borde de su pantalón, su cuerpo se estremeció, sus labios se separaron del beso para así tener unos segundos para disfrutar de su vista, el Omega con los labios rojizos e hinchaditos por las mordidas, húmedos y jadeantes puso por completo a SeongHwa.
— Joder...
— S-seonghwa... Estoy calientito a-aquí... — Señaló su entrepierna con timidez.
— SeongHwa intentará bajar el calor, ¿Si? Solo quiero que confíes en mí, tal vez esto sea nuevo para ti y no quiero pasarme. — Se sinceró, tomando las pequeñas caderas del castaño para así colocarlas cobre su abdomen, subiendo el cuerpo más pequeño sobre el suyo.
— Yo confío en ti, Alfa, yo soy tuyo. — Murmuró, pasando sus manos por el fuerte pecho para apoyarse ahí, sabía lo que estarían apunto de hacer, había prestado mucha atención a sus clases de cívica cuando hablaban de tener relaciones sexuales. El se entregaría a SeongHwa fuera lo que fuera.
Las manos más grandes viajaron de las caderas de YeoSang hasta su trasero, siendo acariciado con delicadeza y cariño para que entren más en confianza, el cuerpo del pequeño tembló por una sensación placentera que recorrió su espina dorsal, haciendo que su cuerpo se estremeciera una vez más.
SeongHwa estrujó las esponjosas nalgas entre sus manos, pudo sentir el roce que hubo entre su miembro y el trasero de su Omega el cuál ya lo empezaba a excitar, estaba por hablar para pedirle a YeoSang que empezara a moverse, pero se sorprendió ya que este había empezando a hacerlo por su propia cuenta.
Soltó un gemido agudo, otro más, y después de algunos minutos ya eran un desastre de jadeos, sus movimientos eran cada vez más rápidos sobre el pene duro de su Alfa, podía sentirlo cada vez mejor, se movía de adelante hacia atrás, y de vez en cuando se frotaba en círculos para que el roce tuviera más fricción, se sentía en el cielo con esas simples acciones, incluso podría correrse en ese instante.
— Joder, si... — SeongHwa gimió grueso, mordiendo su labio y ahora subiendo sus manos a la cintura pequeña para apretarla. — Lo haces genial, mh...
— A-ah! — Soltó un fuerte y agudo gemido, sintiéndose avergonzado de repente pero aún así sus movimientos no pararon, sus manitos fueron con un cierto temblor a los botones de la camisa del moreno, cuales fueron abiertos con torpeza hasta que pudo ver el abdomen fuerte y marcado de SeongHwa.
— SeongHwa, venía a decirte que la leña ya está lista y que debemos de ir ya para la... — Su voz se cortó al entrar a la habitación y sentir una ola de feromonas y olor a sexo. Tenía que ser Song. — ¡Oh por Dios!
Al menos no estaban desnudos.
" Yo no miento, tus ojos lucen como diamantes, son más hermosos que cualquier otra joya, me cautivan mucho. "
5/6
Preparen sus pañuelos. 🤧
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro