Me acerco lo más rápido que puedo al lugar de la obra en remodelación, luego de la tremenda regadera de reclamos que me lanzó mi amigo jefe al oído.

"¡Qué no sirven para nada! ¡Qué me rompen las placas! ¡Qué no hacen lo que quiero!" Y un montón de improperios refiriéndose a todos los ancestros de los contratistas que acordó para el arreglo.

Traté de calmarlo por teléfono diciéndole que solicite hablar con algún superior de ellos y así llegar a un acuerdo. Pero es que ¡vamos! Tener a Nam como jefe supervisor de obra, creo que solo yo lo aguanto... Yyyy, quizás el doctorcito castaño ese que como quién no quiere el asunto, siempre tiene que pasarse a despejarse con un americano mientras lo conversa de algún asunto trivial y sin sentido alguno.

Pobrecito de él, lástima que mi amigo tiene de gay lo que yo tengo de heterosexual: Absolutamente nada. Es más, creo que más gay podría ser Tae, aunque tira a bisexual, porque ese es un desgraciado follador de lo que venga.

"¿Mira quién se asusta?" Dicta la maldita voz de mi consciencia. Pero para mi querella, follo solo cuando la oportunidad se presenta y si se me da la reverenda gana, y por supuesto que no con cualquiera. Aunque a mi mejor amigo le hago creer que soy un pervertido, para que no me rompa las que me rellena como pavo de fiesta.

Y volviendo al tema anterior, la cuestión es que a mi amigo y jefe si no le salen las cosas a la perfección y como él quiere, seguramente correrá sangre y sin conmiseración. Y su último mensaje me alarmó a sobremanera:" ¡Cierra el café y ven ahora mismo o atente a las malditas consecuencias!"

Así que con mi mejor sonrisa tuve que prácticamente echar a dos clientes del café. Y espero que realmente valga la pena, porque con todo esto de la mudanza del local, seguramente perderemos clientela. Así como otros nuevos vendrán, o eso espero, porque sino ¿Quién lo aguanta al jefecito Nam?

A lo lejos, lo observo refunfuñar perdido con su mirada en algún punto adelante de su cuerpo. Y me río al observar su ceño fruncido y su creciente mal humor a medida que me acerco.

"¡Maldición!" Espero que se le pase pronto porque encima que dormí relativamente poco, tener que aguantar sus rezongos, me va a transformar el buen humor.

Así que tirando de mis renegridos cabellos hacia atrás, inspiro profundo llenando mis pulmones de la mayor cantidad de oxígeno posible que se me permita para controlar mis acciones cuando la avalancha de reclamos me azote.

De inmediato, percibo su cara de entre asombro y perdido provocando al curioso dentro mío, así que dirijo mi visión sobre la línea de sus ojos congelándome en el momento en que mis orbes observan un pequeño cuerpo huir como hoja que lo lleva el viento.

En ese momento, una inquietante necesidad de seguir posando mis ojos en ese respingón trasero me inundan por completo. Pero, al cabo de unos segundos, algo más allá de solo querer hundir la punta de mis dedos con aprensión en esa retaguardia se asoma por cada fibra de mi cuerpo.

Una percepción, un naciente dolor en el medio de mi pecho, dolor que me comprime como peso muerto, me toma por sorpresa.

Mi respiración se eleva provocando mi repentina agitación y mis manos sudan como si estuviera por recibir una buena nueva o una desgraciada noticia en su defecto.

Y me quedo perdido en el legado de su escasa impronta a medida que, velozmente, se aleja entre las sombras. Y el hacerme conocedor de que me cautivó con su mera presencia sin observar siquiera cómo era, llama aún más mi atención.

—¿Se puede saber qué demonios haces Kook? —escucho la gruesa voz de Nam a mí costado y rascando mi nuca me viro a observarlo con mi mente completamente en blanco.

—Ehhh... ¿Ese...? —señalo hacia donde solo queda la efímera sombra de lo que fue su agitado pasar.

—¿Viste eso? ¡Increíble! —dice mi jefe.

A lo que respondo enseguida con el mismo vocablo más la coincidencia entre la afirmación y los hechos.

—Increíble... de v-verdad —anuncio perdido en lo imposible de quedar con ganas de correr y darlo vuelta para mirar de frente sus orbes y que me respondan todas mis dudas existenciales sin necesidad de palabra alguna.

—¡Totalmente! Le pedí una mísera ayuda para elevar este panel de porquería y se me quedó viendo como si fuera un bicho raro o algún tipo de depravado. Y encima, luego salió huyendo a toda velocidad. ¡De más raro ese sujeto!

"¡Maldición!" La percepción de lo increíble del sujeto de mi conmoción difiere uno del otro. Así que solo me dedico a asentir mientras lo escucho rezongar.

Pero no pudo controlar cuando mis ojos barren, cada tanto, la estela de lo que fue su escapatoria. Junto al anhelo que acompaña las inmensas ganas de echarme a correr hasta su encuentro.

"Y entonces, ¿qué le dirías genio?" Me susurra mi intranquila consciencia... Maldita voz traicionera que no sirves para nada, más que para cuestionar cada cosa que se me ocurra.

—Kook ¡Ni siquiera me estás escuchando! ¡Pero será posible! ¿Ya tan temprano en trance? —cuestiona con cierta normalidad de conocer lo poco que le digo o le cuento.

—¡Nada que ver Nam! —Me hago el desentendido con tal de zafar de la problemática cuestión —. A ver qué te ayudo ¿para ésto me hiciste cerrar? —Anuncio tomando el extremo de una de—las placas dispuestas sobre la entrada del amplio local.

La verdad, es que el lugar está hermosamente iluminado aunque le falte algo, algún tipo de ambientación o que algo que combine con algo.

—Dime la verdad Kook... ¿Está todo cómo muy desordenado, no? —cuestiona mi jefe mientras coge el otro extremo de la placa.

—¡Tú nunca dijiste que el lugar estaba quedando horrible! Debes contratar un diseñador o cambiar de contratista en todo caso ¿Cómo vas a seguir gastando todos los ahorros de años con este tipo de trabajo cómo resultado?

De inmediato, me pego mentalmente por bocón, cómo se me va a escapar semejante modo de expresarme frente al señor drama delante de mis ojos.

—¡Maldición! Jin tenía razón, el personal que contraté no tiene buena buen acabado de obra, si antes ya está horrendo, no quiero ni pensar en el resultado final. —Cabizbajo Nam se pierde en sus pensamientos mientras agarra con fuerza sus cortos cabellos.

—Mira Nam... esto es tu sueño, el sueño de tu propio lugar, el fruto de tu constante esfuerzo. No pienso dejar que un par de buenos para nada arruinen lo que tanto te costó alcanzar. Así que tranquilo amigo, que si debemos ser albañiles por unos cuantos días hasta acomodar este bendito lugar, seré el puto albañil más sexi que hayas visto en tu condenada vida.

Finalizo contento de obtener unas cuantas sonrisas remarcando los hoyuelos de mi amigo. Aunque no se me pasó nada desapercibido el nombre de "Jin" en toda ésta cuestión.

—Con que Jin se llama el susodicho... —digo carraspeando mi garganta mientras ignoro como me fulmina con su mirada. Frunciendo su ceño de inmediato, mientras acomodo la placa a un costado de la entrada.

—¡No sé de qué hablas! Y si te refieres al doctor Seok Jin, déjame decirte que ha sido un buen amigo que me ha dado buenos consejos, aunque parece que no los tomo muy en cuenta.

—¡Pero Nam! Jin te quiere dar... Y no precisamente consejos —le digo risueño mientras refunfuña por lo bajo diciéndome que no me crea cualquiera, y que no me olvide que él, es completamente heterosexual.

—Y casi, casi virginal amigo... Te aviso que está comprobado científicamente que si no la usas, se achica —le digo provocando su inminente enojo mientras contesta:

—Tengo el sexo justo y necesario...

—!Pero la mano no cuenta Nam! —acoto esquivando un objeto arrojado sobre mi cuerpo, mientras me alejo riendo y aprovecho a increpar al encargado de la supuesta obra del lugar que ingresa por el acceso.

Qué impresión 😱 el JungKook, se nos quedará loquito con las buenas curvas😏

Si yo fuera Jimin y lo veo a JungKook, a lo albañil sudado y caliente como las brasas del infierno, me tiro a la pileta de cabeza😏🤣

Gracias por leer, comentar y votar 😍

Los amito mucho♥️