₵₳₱. 26 "Mío"
Luego de dormitarlo entre mis brazos y de trotar unos cuantos kilómetros para terminar de desestresar mi cuerpo por completo, me encuentro acomodando unos detalles agachado bajo la barra de madera del nuevo local.
Para nuestra suerte, un par de personas acudieron ante el llamado a laborar pero debemos aguantar cada vez que tiene tiempo libre, a mi roomie y su complejo de capataz. Que se para haciéndose el malo en medio del salón solo para observar sin objeciones el trasero marcado de cada uno de los empleados al realizar un esfuerzo. Y como fue el encargado de realizarles la entrevista laboral, les hizo creer que se encargaría de la supervisión de la obra en cuestión, y lo único que hace es comerse con los ojos cada nalga "jugosa" (según él) del lugar.
Dentro de lo que podemos, estamos apurándonos para pronto inaugurar, ya que varios días se suceden de tener cerrado el otro local. Así que esta tarde me dirigiré allí con el fin de promocionar el nuevo lugar y ver si logro captar la atención de los viejos clientes. El pensar en que se cruzarán media ciudad para disfrutar de mis creativas y exquisitas combinaciones dentro del mundo del café, según mi jefe, me resulta algo difícil de creer.
Pero así mismo, lo intentaré, para que al elevar mi rostro deje de observar a mi amigo desesperado y sin saber para dónde agarrar. Y esto, sumado a su creciente mal humor, me hace querer situarme en el medio de la calle y gritar "¡Bienvenidos al Coffe Bar!" Mostrando mi torso desnudo para atraer las distintas miradas hacia el interior del local...
Y la sola idea me hace sonreír al meditar que mi bello rubio se encuentra a sólo unos escasos pasos de mi ubicación, así que no puedo dejar de imaginarme su ruborizado rostro mientras me observa escondido desde su ventana, hacer un solo en medio de la avenida mientras me meneo sensual.
—¡Kook! —me saca de mi trance emocional las palabras de Tae al otro lado de la barra —¿Le vista la retaguardia que se carga ese maldito desgraciado? Te juro que le entro sin parar.
—¿No qué eras el rey de los pasivos con los buenos machos, según tú? —le suelto devolviendo sus propias palabras al ruedo.
—¡Sí! Pero con semejante culo ¡Déjame que me sienta un erudito descubriendo nuevas tierras! ¡Ah! Te aviso que hoy llevo compañía al departamento, así que si gustas quedarte con tu plebeyo o aguantar mis elevados gritos de perra en celo, es decisión tuya.
Y solo atino a revolear mis ojos, ya me parecía de más raro que se tardara en llevar nueva conquista a nuestro hogar.
—Y hablando de mi bello... Sus episodios de colgado de un árbol no han cesado para nada, o de sueños recurrentes en lamentos como últimamente le pasa... ¿Tú crees que acaso..?
—No creo, estoy seguro de que se relaciona con su pasado, dile que venga a verme y coordinamos horarios —me observa repentino frunciendo su ceño de pasada —¿Sabes que lo que suceda está relacionado directamente contigo, no? A ver si te organizas y me visitas o coordinamos juntos para una terapia de pareja.
—¿Acaso te has recibido de psicólogo y no me he enterado? —le cuestiono y me elevo mirándolo con desconfianza a sus ojos, porque una cosa es asumir lo que sientes y otra bien diferente es que te abran la mente removiendo mierda profunda quedando enteramente expuesto.
Él, me observa por debajo de sus oscuros lentes y suelta —¿Tú sabes que soy todo un maldito profesional en mis asuntos, no?
¡Y maldito Tae! Que me conoce hasta la médula dejándome desnudo bajo su atento escrutinio.
—¡Más vale que lo sé tarado! ¿Es qué acaso quieres que te bese las patas? Eso no va conmigo... Y agradece que permitiré que revuelvas las malditas mierdas escondidas en mi mente.
—¡Wow! Bájale a tus nervios principito, que lo única que quiero es ayudarte y ayudarlos —me suelta a lo que entre gruñidos le corrijo.
—Es guerrero, no príncipe...
—Y yo dije principito, no príncipe amorcito.
Y cuando estoy por objetar sus socarronas palabras, ingresa mi rubia debilidad por el acceso, todo retraído y tímido por innata naturaleza.
Y no puedo dejar de observar la tremenda dualidad que manifiesta en todo su esplendoroso andar, cabizbajo al saludarme con un asentimiento de cabeza desde lejos y en la cama toda una deidad poseída por el fuego abrasador de la vehemencia.
¡Y maldita sea! Si no quiero cruzar todo el condenado salón en tan solo unos pocos segundos y empotrarlo de lleno a la medianera mientras me ruega porque lo folle bien rudo, desgarrando cada una de sus prendas.
Sus torneadas caderas que se menean acompañadas de ese tremendo culo que se carga, provocan algo en lo profundo de mis entrañas. Pero no me gusta ni mierda cuando diviso a los costados, a uno de los laburantes observando más de lo normal su retaguardia.
—Jung Kook... Contrólate... —percibo la toma de mi amigo sobre mi brazo, el cual de inmediato se aleja poniéndome ojitos en el proceso. Y estoy más que seguro de que lo hace con la intención de redirigir todas las miradas hacia su trasero...
"Gurú sexual engreído" se me cruza por la cabeza. Y no es que me refiera a que es feo o algo por el estilo, pero creo que su seguridad es lo que le da esa personalidad avasalladora a la hora de levantar, porque donde pone el ojo pone la bala, mi querido amigo.
Entonces, regreso mi visión sobre el sexi hombre en cuestión, aquel que ocupa cada segundo de mis rememores de ensueño y otros tantos explícitos, para deleitarme con el placer visual de su impronta.
Se encuentra concentrado explicándole algo de sus papeles a Nam mientras realiza exagerados ademanes con sus brazos sonriendo.
Y como si fuera el mayor descubrimiento de la historia, verlo perder sus ojitos en dos finas líneas mientras disfruta de una trivial charla enfrascada en algún asunto laboral, me hace suspirar como un niño que mira apasionado del afecto que le profesa su primer enamoramiento.
Y recuerdo de inmediato sus palabras "Es amor"... ¿Es amor, adoración, calentura o una maldita obsesión esto que tengo? ¿Pero es que acaso, realmente importa?
Si lo único que siento sobre que lo observo, es como el gélido aire se me retiene en la maldita garganta ahogándome en el proceso.
Como si tan solo la acción de respirar provocara que en algún momento su imágen se desvanezca frente a mis ojos.
Como si pudiera alargar la brecha entre el espacio y el tiempo, haciendo estremecer cada célula de mi cuerpo, hasta el mismísimo tuétano de mis huesos. Temiendo por dejar de soñar despierto con el maldito anhelo de morar abajo o encima tuyo.
Es fuego puro, es pasión inconmensurable, es eterno anhelo y ferviente adoración... Es un maldito sentimiento que reviví por años entre sueños y que ahora, tengo la dicha de vivirlo, aquí a su lado.
Es el designio de las almas destinadas a morar ensimismadas...
Y con un creciente dolor en el medio de mi pecho que interpreto como la exacerbación de sentimientos que no me animo a etiquetar todavía, me dejó llevar por el eco del sonido de su hermosa sonrisa retumbando en mi interior.
Arrastrado como un animal enfermo de afección en busca de su maldito remedio...
De esa mágica poción que expide cada centímetro de su boca junto a sus fluidos que son el elixir para mi viveza y sostén, para sentirme aferrado a este mundo de los vivos.
Y atravieso todo el salón sin medir las malditas consecuencias de mis actos. Ya que nada me importa menos que sellar mi menesterosa boca a sus belfos, marcando lo que es mío como una necesidad ante los ojos ajenos.
Y al llegar a su lado, infinidades de miedos se consumen como fuego reavivado. Y el punzante dolor a mi costado se encrudece reafirmando que me siento vital cerca del calor de sus brazos.
"Jung Kook ¿Qué haces?" Escucho la objeción de mi jefe como en una nebulosa donde solo se observan nuestras hambrientas pieles sedientas por el toque del otro.
Te necesito más cerca o necesitas de mí... Es que -realmente- no sé muy bien, interpretar bien lo que me dictan tus brillantes ojos.
—Cariño... Se que dije que luego te llenaría de besos y todo eso, pero es que realmente no me las aguanto —susurro sobre el lóbulo de su oído para luego tomarlo desde su cintura y aferrando una de mis manos a su nuca, perderme en el néctar de sus dulces labios en un hambriento y exigente beso necesario mientras lo arrimo con ímpetu hacia mi conmocionado cuerpo.
Se escuchan bisbiseos por lo bajo y algún que otro silbido a lo lejos, pero yo, solo tengo ojos y oídos para interpretar cada uno de tus sentidos y estremecerme en lo que consigo que compartas sin resguardo.
Cómo este momento, este roce pasional desenfrenado, el maravilloso toque de tus trémulos labios que se ahogan en jadeos que son consumidos por mis ansias, en el firme agarre de mi camisa con tus dedos y en las maravillas que me transmiten tus ojos en cuanto se conectan con los míos.
—B-buen d-día mi pequeño... —le digo a escasos centímetros de su rostro que me observa embelesado mientras me percibo rodeado de una brisa y un aroma de pradera ya conocida.
Y solo puedo concentrarme en sus rojizos labios que se mueven un parvo con la intención de formular vocablo en cuanto responde para mi sorpresa.
—Buen día, mi amado guerrero...
Dios míaaa!! Quién pudiera ser transportado con semejantes roces la labios?🥺
La envidia misma hermana🤣
Gracias por leer, comentar y votar 😍
Los amito mucho❤️
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