Ocho.
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—Yoongi-ah, yo.— Jimin rojísimo.
—Es broma, si lo haces se me va a parar, mí titan es sensible.— dijo riendo, guardando su pene de vuelta.
Jimin rió, como si eso no hubiera sido caliente.
—Bueno, ¿Quieres hacer algo?— Yoongi preguntó, acostándose totalmente, colocándose una almohada sobre el rostro.
Chupartela.
Chupartela.
Chupartela.
Jimin decía en su cabeza, pero no le iba a responder eso, Jimin es consciente.
—
¿Quieres ver una serie?— propuso.
Yoongi levantó la almohada y asintió.
Se pusieron a verla, juntos, Jimin recargo su cabeza en el hombro de Yoongi, él no tuvo problema con eso, le dio igual.
Pero Jimin se sentía en las nubes, estando juntos, sólos.
Se hizo aún más tarde.
Se escuchó que alguien llegó, Jimin bajó y Yoongi se colocó la camisa.
—¡Hola papá!—
—Hola Jimin ¿Tú madre aún no llega?— dejó sus cosas sobre la mesa.
—Nop dejó una nota diciendo que no llegaría a comer, sólo estamos Yoongi y yo en casa.—
—¿Vino Yoongi? Perfecto, dile que baje, los invito a comer.— le sonrió.
Pues ambos padres quieren mucho a Yoongi, aparte de que Jimin siempre les habla maravillas de él, Min siempre se porta bien estando en casa de los Park.
—Bien, iré por él.— Jimin subió.
—Yoongi, vamos abajo, mi papá nos invita a comer.—
Min se levantó, se estiró y bajó con Jimin.
—Hola señor Park.— Yoongi fue a darle la mano.
—¿Cómo estás Yoongi?—
—Bien, gracias, ¿y usted? ¿cómo va su trabajo?—
—Ya sabes, el jefe es tan insoportable.. Un momento, yo soy el jefe.— dijo desabrochándose su corbata, riendo.
Ambos jóvenes rieron.
Jimin miró a Yoongi, le gustaba su sonrisa.
Salieron y subieron a su auto, el señor Park iba conduciendo, Yoongi se subió adelante con él y Jimin iba atrás, en medio de ambos asientos asomado.
—Jóvenes, ¿puedo poner musica?— dijo el señor, amablemente.
Ambos accedieron. Puso rap, en inglés.
Yoongi amaba ese género de musica.
El padre empezó a cantar y Yoongi también.
Riendo rapeaban ambos, siguiendo extrañamente la letra.
Jimin se reía del show que montaban delante de él, pensaba lo bien que se caían, si Yoongi fuera su novio, esto sería perfecto.
Llegaron a un lugar donde vendían hamburguesas.
Jimin y Yoongi se sentaron juntos, el señor Park se colocó frente a ellos.
—Entonces Yoongi, ¿cómo vas con tu carrera?—
—Excelente, estamos apunto de acabar, muero por ejercer como administrador de empresas.—
—Genial, que orgulloso estoy de ambos, son unos grandes chicos con gran potencial.— dijo el padre de Jimin.
Hacia ambos jóvenes.
—Gracias, usted siempre ha sido como un padre para mí.—
—Y tú como mi segundo hijo.— sonrió.
Jimin sintió su corazón apretarse, era demasiado lindo y triste a la vez, Yoongi no tenía padre, vivía solamente con su mamá y siempre se apoyaba del suyo, haciéndolos tan cercanos.
Jimin abrazó a Yoongi. —Te queremos mucho.—
Yoongi solamente lo abrazó con una mano sobre su cadera. —Y yo a ustedes.—
Se soltaron y llegaron las cosas para comer.
Comieron juntos, pasaron un rato agradable de bromas y pláticas más.
Regresaron por la tarde - noche a casa.
Jimin y Yoongi subieron al cuarto de Jimin, se pusieron a platicar, cuando sonó el celular de Jimin.
Lo estaban llamando, Taehyung.
Jimin respondió frente a él. —Hola Tae.—
—Hola Jiminie, ¿cómo estás?—
—Estoy bien, ¿y tu?—
—También, oye, por cierto, disculpa si crees que en el beso de ayer me propase contigo.— Kim algo incómodo.
Jimin miró a Yoongi, este obviamente había escuchado y miraba fijamente al teléfono.
—No te propasaste, tranquilo.— Jimin dio una risita, para tranquilizar las cosas.
—Bien me alegra, oye, ¿Mañana puedo verte?—
—Ammm, ¿mañana?— Jimin miró a yoongi pidiendo respuesta inconscientemente.
Min asintió.
—para estudiar lo de Siwon, pero si no puedes está bien, te entiendo.— Tae muy lindo.
—Nop, sí puedo, estoy libre mañana, ¿quieres estudiar en mi casa o salir y estudiar en la calle?—
—En tu casa está bien.— respondió Tae.
—Bien, te espero mañana a las 6, adiós Taehyung.—
—Adiós Jiminie.—
Colgaron, Jimin miró a Yoongi.
—¿Estudiarán o cogerán?— dijo Min.
—Estudiaremos solamente, no me interesa coger con Taehyung, soy virgen aún.—
Yoongi asintió riendo del adorable Jimin.
—Bien, yo me largo, tengo que llegar a ordenar la casa o mamá empezará a joder, te veo después Jimin.— Yoongi se levantó.
Jimin también. —Está bien, con cuidado Yoongi, te quiero.—
—Y yo a ti Park.— dijo atrayéndolo a sus brazos, abrazándolo.
Jimin hundió su rostro en el cuello de Yoongi, discretamente, olía a Min, su olor extrañamente rico, siempre oliendo a vainilla con un toque leve de nicotina.
El olor habitual de Min.
Se separaron.
Yoongi bajó sólo, se despidió del señor Park y se fue a casa.
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Al siguiente día, Jimin esperaba a Tae, para estudiar juntos.
De nuevo ninguno de sus padres estaban en casa, hoy ambos trabajaban hasta tarde.
Le dejaron una nota sobre el refrigerador.
Jimin la leyó, compró algo y comió, ahora sólo esperaba a Taehyung.
Quien no tardó en llegar.
Traía sus lentes puestos, sólo los usaba cuando tenían clases, él no creía que se veía atractivo con ellas pero a Jimin le parecía bastante lindo, traía su mochila con sólo un tirante por el hombro.
—Tae pasa.— Jimin moviéndose.
Kim pasó. —Hola Jiminie.—
—Ven, por aquí está mi cuarto.— tomó su mano y lo llevó por las escaleras.
Hasta llegar a su habitación, tenía todo arreglado, sus libretas estaban exparsidas por la cama, para ponerse a estudiar.
Enseguida se pusieron a estudiar, Tae no entendió al principio, pero Jimin tuvo paciencia y le ayudó hasta entenderlo.
—Listo, ese era el último.— Jimin dijo, viendo a Kim acabar la última parte del proyecto.
Sonrió. —Gracias Jimin, muchas gracias.—
—No hay de qué Taehyung.— Jimin le devolvió la sonrisa.
—Jimin, ¿haz pensado en lo que te dije?—
Jimin se ruborizó, recordando en la propuesta de Kim de intentar algo. Yoongi le dijo que sí, así que aceptaría.
—Sí lo pensé y está bien, veamos que sucede.— Sonrió.
Taehyung no pudo haber recibido mejor noticia, sus ojos brillaron.
—Me haces muy feliz.—Tae a Jimin.
Jimin sonrió.
—y disculpa si es atrevido de mi parte pero, ¿puedo besarte? Es que al ver tu sonrisa no puedo evitar querer devorar tus dulces labios.—
Jimin miró a otro lado, apenado, estaban sentados juntos, pegados, Jimin asintió, se obligaría a querer a Tae.
Kim tomó su cadera y lo empezó a besar, cerrando sus ojos, Jimin puso sus manos en sus hombros, se besaban lenta y dulcemente.
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