Cuarenta y ocho.
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Taehyung se quedó ahí, dejado, mirando al suelo, simplemente procesaba todo.
Chanyeol se acercó. —Hey, ¿todo bien?—
Taehyung negó con el rostro.
—Soy un imbécil.— Afirmó eso con palabras.
—¿Por qué?— Chanyeol.
—¿En serio creí que Jimin podría ser mío? Soy muy patético.— cubrió su rostro, frustrado, avergonzado.
—A ver, Kim Taehyung debes escuchar una cosa, tú amor por Jimin parece mentira y ahora sólo se ve como una obsesión, por decir que es tuyo, que ganaste, lo quieres porque es un capricho para ti.— Yeol tocó sus hombros.
—No lo entiendes, yo en serio lo quiero.— Tae destapó su rostro.
—¿Por qué lo quieres? ¿Qué tiene Jimin de especial para ti?—
Taehyung se quedó callado, no sabía que decir porque lo olvidó, no sabía en qué parte de todo este camino se le había ido la magia de Jimin, por un segundo notó que ya no veía nada en él, lo veía inalcanzable, por eso lo quería.
—Contesta.— Chanyeol.
—Es que no lo sé.—
—Tal vez en un principio lo querías, pero esto se convirtió un una ola de problemas, en un triángulo amoroso horrible y en un juego en el que quieres ganar.—
—Pero.— Tae.
—No, sabes que es verdad, tienes que entrar en razón ya.— Chanyeol firme.
—Sí, lo sé.— Tae, levantó la cara, se giró y se fueron con sus demás amigos.
Miró a Jungkook, quien estaba aún con NamJoon y Hoseok.
Se sintió mal también por como trató a Jungkook.
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Jimin vio a Yoongi recargado en su auto, fumando y tomando uno de sus famosos “jugos” que realmente era alcohol.
—Yoongi.— Jimin acercándose.
Yoongi dijo un “oh no”, silencioso para sí mismo.
Jimin se acercó a él. —¿Es cierto que besaste a Jungkook?—
—¿Me vas a reclamar algo? ¿te sientes con derecho de hacerlo?— Yoongi serio.
—¡Pues claro! Es que me parece una tontería, te acostaste con su novia, provocaste que terminaran ¿y ahora sales con él o algo por el estilo?—
—Eso no te importa a ti, además fue por Taehyung.—
Jimin fruncio el ceño. —¿Qué tiene que ver Taehyung en esto?—
—¿Acaso no te dijo que Jungkook está enamorado de él?— Yoongi se cruzó de brazos, aun con la botella en mano.
—No, pero no les iba a funcionar al único que le romperían el corazón es a mí porque a Taehyung no le importa, él me quiere a mí.— Jimin molesto, aún no toleraba la idea de que Yoongi lo haya besado.
—Tal vez había una doble intención, no eres el único con el corazon roto, Jimin. —
—Eso no estuvo bien, yo incluso venía a decirte que dejé todo con Taehyung, no quiero a nadie más que a ti.— Jimin enojado, pero sus mejillas estaban bastante rojas.
—Lástima, para la próxima pensamos mejor ambos, antes de arruinarlo.— Yoongi dio un trago a su botella, se giró e iba a subir al auto.
Jimin detuvo su muñeca y lo giró.
—Ya hablamos de jalarme así.— Yoongi a truena dientes.
—No quiero que te vayas. Dime ¿cómo lo reparo? Lo que tu digas, lo voy a hacer, en serio no quiero perderte.— Jimin, apunto de llorar.
—No.— Yoongi, resistiendo.
—Por favor.— Pucheros, tristes pero jodidamente lindos.
—No hagas esto más difícil de lo que ya es.— Yoongi, quitándose.
—Dame un último beso, Yoongi.—
Min miró sus labios, preciosos, apetitosos, los labios más hermosos de este mundo eso se podía jurar.
—Sólo uno.— Yoongi, antes de tomar a Jimin entre sus brazos, que débil, que tonto, no debió, pero lo está haciendo.
Lo está besando.
Sabía que tal vez era un error, todo lo que había pasado fracturó su relación, pero aquí están, queriéndose, abrazándose y besándose.
Yoongi sintiendo los suaves labios de Jimin, suaves, cómodos.
Mientras Jimin saboreaba los labios de Yoongi, los cuáles tienen un ligero sabor a alcohol con jugo de naranja natural, una delicia.
Yoongi disfrutaba demasiado el beso, no quería acabarlo. Pero su mente lo traicionó, pensó en Taehyung besándolo de la misma forma, en ellos dos en la cama.
Soltó a Jimin, no pudo con eso.
—Yoongi, quedate conmigo.— Jimin.
—Dijiste el último, tengo cosas que hacer.— subió por fin al auto.
Jimin se quedó triste.
Cómo podía acabar todo así, parecía irreal.
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Pasaban los días, Jimin seguía sin hablar con Yoongi, parecía que la vida de todos y sus historias habían cambiado un poco el rumbo.
Jungkook sólo se juntaba con el equipo cuando había entrenamiento, el demás tiempo se la pasaba con NamJoon, Hoseok y Yoongi.
Yoongi no había vuelto a ver a Jimin, o tal vez si se habían topado en la escuela, pero hacía como si no estuviese ahí.
Jimin trató de seguir, estaba con Rosé y las demás chicas, en ningún momento dejó de pensar en Min, es la verdad.
Taehyung parecía haber tomado el lugar de líder en el equipo, estaba trabajando con olvidar a Jimin, se concentraba en la escuela y en sus prácticas, de vez en cuando extrañaba a su mejor amigo.
Todo parecía quedarse así.
Nadie hacía nada para cambiar las situaciones.
—Jeon Jungkook a la oficina del director.— se escuchó en el megáfono de toda la escuela, todos escucharon.
Jeon con calma, sabía que no había hecho algo mal, tomó su chaqueta y le pidió al maestro en turno permiso para salir momentos antes de la clase.
Fue a la sala del director.
Taehyung escuchó eso por el megáfono de su salón y miró a Chanyeol quien ya lo veía de vuelta.
—¿Crees que se metió en problemas?— Chanyeol.
—Seguramente sí, ahora sus amistades son las peores.— Tae, mirando su cuaderno, resentido.
—Esperemos que no, es nuestro capitán, me tiene algo preocupado.—
—Ya está grande, sabe como comportarse.— Tae serio.
—No, claramente ninguno de los dos sabe, ni tú ni él, me enteré que Jungkook lleva tiempo fumando.— Chanyeol susurró, no iba a exhibir a su capitán.
Digo no hay nada de malo con que fume, la mayoría de los alumnos lo hacen, pero los deportistas no, se supone, porque afecta a su rendimiento.
—Ojalá no sea así, porque afectará al equipo.— Taehyung fingiendo que no le importaba ni un gramo.
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