✷•𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓮•✷
❗AVISÓ❗He tomado la decisión de reducirle un año de edad a Jimin, por lo que ahora tendrá dieciocho y Jungkook veintiséis, es decir que le lleva ocho años.
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Así sintiera miedo quería seguir adelante solo por estar contigo. Porqué no importa lo que pasé más tardé, mañana o en una semana; Siempre habrá valido completamente la pena estar al menos un solo segundo a tu lado.
Jimin, te convertiste en mi mundo desde que naciste. En aquel entonces no lo comprendía, tan solo tenía ocho años y no sabía realmente el significado de las almas gemelas; no tenía ni la menor idea de que tú serias la luz de mi vida y la causa de mi sonrisa.
Tuve que esperar ocho largos años para poder conocerte y muchos más para poder llamarte oficialmente mi novio, pero definitivamente se dio y valió completamente la pena. Esperaría lo que sea necesario solo por tener a mi precioso ángel junto a mi toda mi vida.
Juró que haré hasta lo imposible por hacerlo feliz y que siempre este seguro y sano; Es lo que más deseó.
Un jadeo me saco inmediatamente de mis pensamientos y enfoque la vista en el precioso cuerpo de Jimin bajo el mío. Mis labios se paseaban sensualmente sobre su cuello y parte de sus clavículas, mientras que mi mano apretaba suavemente su miembro despierto.
—T-te amo hyung —soltó el pelirubio con una sonrisa tímida. Acarició los negros cabellos del mayor y nuevamente cerró los ojos dejándose llevar por las deliciosas sensaciones.
Amaba tanto a jungkook, que en ocasiones no tenía ni la menor idea de como describir todo lo que sentía por él.
Por más que muchos asegurarán que solo eran un niño ingenuo él sabía perfectamente que no era así. Desde pequeño sabía lo que quería y se decidió a luchar por el bello amor de kook, hasta que finalmente lo consiguió.
—Mm, me encanta cuando sonríes así —susurre con voz ronca sobre su oído provocando que se estremeciera con suavidad—. Dígame una cosa joven park, ¿Acaso soy yo el causante de tal sonrisa tan preciosa?
Jimin abrió los ojos lentamente y asintió con suavidad.
—Tú eres el único que siempre me hace sonreír...—sus pequeñas manos se deslizaron por los hombros de Jeon y comenzaron a bajar hasta llegar al elástico de su pantalón—. ¿Me dejará quitarlo doctor? —soltó coqueto.
—Déjame decirte que me pasa lo mismo, no se porqué pero...—lo observé fijamente— Últimamente no puedo evitar sonreír como un completo idiota cada vez que pienso en ti amor
Esas palabras eran música para los oídos de Park, había soñado tantas veces con este momento y vivirlo finalmente era una completa locura.
—Respecto a lo otro...—me aleje ligeramente de su cuerpo y acaricie sus manos— Puedes quitarme lo que quieras, no tienes que pedir autorización —nuevamente acerque mi rostro al suyo y roce con delicadeza nuestros labios—. Por cierto, También te amo; te amo con todo mi corazón Jiminie y siempre lo haré —mordi juguetón su labio inferior y seguido lo bese con desespero. Realmente lo necesitó, lo deseo con todas mis fuerzas y lo que más anhelo es hacerlo mío una vez más.
Segundos después el húmedo sonido de nuestros labios chocando invadió por completo la habitación. Ambos estábamos teniendo una pequeña lucha por llevar el control del beso, nuestros dientes chocaban ligeramente y una que otra mordida se nos escapaba.
Finalmente Jimin cedió y mi lengua se deslizó al interior de su boca con lentitud. Un jadeo escapó de su garganta y luego otro; comencé a restregar mi pelvis contra la suya sin dejar de besarlo.
Debo admitir que hoy estoy siendo mucho más intenso que en las ocasiones pasadas, antes me controlaba más con él. Pero simplemente hoy no puedo y tampoco quiero...
—H-hyung, la tela del pantalón me hace daño —soltó con la respiración agitada. Sus pequeñas manos subieron hasta la nuca del pelinegro y lo observó sonrojado. Dios, hoy Jungkook estaba mucho más caliente que las demás veces; eso sí que le encanta.
—Lo siento cariño, debiste decirme antes —murmure ronco y me aleje de su cuerpo. Me apoye sobre mi rodillas comenzando a desvestirme frente a sus ojos— ¿Solo yo me voy a desnudar? —cuestione levantando una de mis cejas.
El menor negó rápidamente con la cabeza y de inmediato comenzó a quitarse la ropa. Jungkook al ver su apuro soltó una carcajada y lo detuvo.
—No hay prisa amor, vamos a tu ritmo. ¿Si? —acaricie sus manitos y me acerqué a la tersa piel de su cuello dejando un húmedo beso en la zona—. Mi bebé, eres tan lindo —mis grandes manos se deslizaron por su abdomen hasta llegar al cierre de sus jeans. Con facilidad solté el botón y seguido baje la cremallera lentamente provocando un temblor en él.
—Mm, Hyung...—levantó su pelvis permitiendo que así kook bajara su pantalón completamente. Al estar tan solo con sus boxers blancos abrió las piernas y observó al mayor con deseo. Su ropa interior parecía una carpa.
—Veo que tu amiguito esta contento —pase uno de mis dedos sobre su miembro delineando este sobre la fina tela— Mm, me pregunto que lo habrá puesto así...
—Eso es vergonzoso hyung —murmuró el rubio. Sentía que sus mejillas se estaban incendiando, así no fuera su primera vez nunca se iba acostumbrar por completo a estar desnudo frente al amor se su vida.
—No tiene porque darte vergüenza amor —levanté el elástico de su boxer dejando a la vista su glande, este se encontraba brillante y con un par de gotas de pre-semen—. Mmgh, eres jodidamente lindo —mi voz se encontraba mucho más grave de lo habitual, eso siempre me sucede cuando estoy muy excitado. Levanté la mirada y le dedique una sonrisa torcida antes de bajar por completo la prenda. Separe sus piernas y deje un beso rápido en sus labios antes de bajar de la cama y posicionarme entre estas.
—¡N-no hyung! —un gemido agudo escapo de sus gruesos labios al sentir como su glande era devorado por Jeon— mmmgh, M-me voy a terminar c-orriendo si continuas...—soltó con dificultad. Hablar era muy complicado en esas circunstancias.
Jungkook sostuvo la base de su pene y con agilidad creo un vaivén. Su cabeza se movía de arriba abajo mientras que uno de sus dedos acariciaba la pequeña y rosa entrada del rubio.
Jadeos y palabras sin coherencia escapaban de los labios del más bajo mientras se retorcía del placer. Joder, Jungkook es un dios en esto.
—S-si, ¡A-ah! Hyung no pares —enredó sus pequeños y regordetes dedos en las hebras de cabello de su querido hyung y tiro con suavidad de estos— ¡a-ah! ¡Ah! —separó lo más que pudo sus piernas y empujó suavemente su pelvis contra el mayor ganándose la mirada de este.
—Mmgh, ¿cómo? —solté juguetón, acaricie toda su extensión comenzando a masturbarlo lentamente— ¿Quieres más? —lami su glande— ¿o quieres que te haga mío?
—Y-yo...—sus deditos viajaron hasta la nuca de Jeon y acarició la zona nervioso. Quería seguir pero sabía que se terminaría corriendose muy rápido. Y lo que más quería era llegar con Jungkook dentro suyo—. Q-quiero que me hagas tuyo, pero antes quiero tocarte —se sentó e hizo que kook se levantará del suelo. Con rapidez guió sus manos hasta su cinturón y comenzó a desabrocharlo de forma ansiosa. Seguido tiro suavemente del pantalón bajando este y de paso la ropa interior.
—Veo que estas ansioso —reí y pase una de mis manos por su cabeza—. Vamos cariño, chupame la polla...—mi voz sonó ronca y rasposa. Nunca le había hablado de tal forma, esto era algo completamente nuevo para ambos; cambiar un poco de vez en cuando no le hace mal a nadie.
Jimin abrió la boca ligeramente sorprendido por la forma de hablar de kook. Debía admitir que aquello lo había calentando como nunca antes.
Sin hacer esperar más a su hyung tomó su miembro y lo guío a su boca. Chupando su glande con parsimonia.
—Mierda, mm me vas a volver loco bebé —acaricie su mejilla— ¿eso es todo lo que entra?
El menor hizo un ruido de negación y engullo fácilmente la mitad de su dura erección. Segundos más tardé comenzó un vaivén rápido, su lengua acariciaba toda su extensión prestando más atención aquellas venas que sobresalían.
Una de sus manos acariciaba suavemente parte de la extensión que no entraba por completo en su boca.
Sus miradas en ningún momento se habían despegado. Jimin lo miraba con ternura e "inocencia" sabía que eso prendía al mayor, por otro lado kook observaba a Park con deseo y lujuria mientras dejaba escapar suaves suspiros y gruñidos.
Un par de minutos más tardé Jeon alejó al rubio con suavidad provocando que soltara un húmedo sonido al dejar su miembro libre.
—Si continuabas voy a terminar corriendome en tu boca cariño y no queremos eso, ¿o me equivoco? —cuestione con un tono coqueto.
—Yo si quería doctor —susurro con el mismo tono coqueto—. Quería que me diera de su lechita —lamio sus labios lentamente dejándolos aún más brillantes e hinchados.
—Maldición amor, hoy te haz vuelto un pequeño diablillo —me acerqué a mi mesa de noche y de allí saqué un preservativo y lubricante—. Ponte en cuatro amor
—Hyung no es necesario que uses el condón, recuerda que estoy usando anticonceptivos —susurro y se acomodó como le indico el mayor.
—Aún así es mejor prevenir pequeño —me acomode detrás suyo y amase sus redondos glúteos.
—Por favor kooki, por eso empecé a tomar los anticonceptivos...—volteó a verlo sobre su hombro—. Quiero sentirte sin nada de por medio
Guarde silencio por unos segundos mientras abría la botella de lubricante con aroma a chocolate.
—No lo sé Jiminie, puede ser peligroso...—llene mis dedos de aquel líquido frío y viscoso. Seguido los guíe hasta su entrada y comencé a masajear esta delicadamente. Segundos después empujé con cuidado uno de mis dedos haciéndolo gemir bajito—. ¿Duele?
—T-te aseguró que no pasará nada, me inyecte hace tres meses, aún no se vence...—susurro, no recordaba el día con exactitud pero estaba más que seguro que aún no se cumplía la fecha para su segunda dosis— no duele hyung —empujó su trasero suavemente incitandolo a seguir.
—Esta bien, te creo cariño —agregué un segundo dedo y comencé a estirar su pequeño agujero. No bromeaba al decir que confiaba en él, realmente lo hago y estoy seguro que si dice que aún no hay riesgo, es porque es verdad.
Momentos después Jimin se encontraba gimiendo contra la almohada mientras Jeon entraba de forma lenta.
Se sentía como tocar el cielo, ahora que no había ningún plástico de por medio era mucho más placentero. O al menos para él.
Al estar completamente dentro Jungkook se quedó quieto y comenzó a repartir suaves besos sobre su espalda y nuca.
—¿Estás bien? —susurre sobre su oído.
—Lo estoy, se siente muy rico S-sin condón —lo observó sonrojado y tomó una de sus grandes manos para llevarla a su miembro— A-ah ..tócame hyung
—Me alegra saber que te gusta —solté una risita y uní nuestros labios en un beso lento. Saque la mitad de mi pene y volví a entrar de golpe haciéndolo gritar—. ¿Te hice daño?
—N-no, ah. S-e sintió bien —dejo caer completamente su cuerpo en la cama— Vamos hy-ung, sigue follando a tu bebé
—Definitivamente me vuelves loco mi amor —acaricie su miembro de arriba abajo y comencé a embestirlo a un ritmo rápido y constante—, mmgh, tan apretado uhg
Con mi mano libre lo sostuve de la cintura y acelere el ritmo.
El sonido de nuestras pieles al chocar inundó la habitación siendo acompañado de nuestros gemidos y el rechinar de la cama.
Mi duro miembro entraba y salía de él una y otra vez haciéndolo chillar de placer.
Pasados alrededor de quince minutos decidimos cambiar de posición. Me recosté en el espaldar de la cama y espere a que un sonrojado y jadeante Jimin se sentará en mi regazo.
—¿Que vas a hacer lindo? —baje mis manos a su trasero y lo apreté.
—Lo voy a montar doctor Jeon —contesto con la voz temblorosa. Jimin se sostuvo bien de los hombros de kook y con un poco de su ayuda se autopenetro. Un agudo gemido escapo de sus gruesos y rosados labios.
Santo cielo, no quería sonar exagerado o muy obsceno. Pero el pene de Jungkook realmente era su cosa favorita, bueno. Mierda eso sonó mal.
Una sonrisa de vergüenza se formó en el rostro del menor provocando confusión en el pelinegro.
—¿Que tanto estas pensando? Enano pervertido —reí y lo sostuve de la cintura acelerando el ritmo— Mm, si. Salta más pequeño —le di una suave nalgada y me acerqué a su cuello para dejar un par de chupones no tan notorios.
—Mmgg, S-solo pensaba que amo tu polla — confeso sin vergüenza alguna.
Al escuchar aquello sonreí con picardia y golpee una vez más su glúteo derecho, uní nuestros labios en un beso hambriento y desesperado, al tiempo que aceleraba cada una de las embestidas.
Será una larga, muy larga noche...
{...}
《Tres semanas y cinco días después》
Observé de reojo a Jimin. Estábamos en su casa cenando con Yoongi y viendo una película de terror.
Estaba jodidamente aburrido, pero eso no era lo peor. Jimin ha estado extraño hace varios días, no come mucho, su ánimo ha decaído y estoy más que seguro que no ha estado durmiendo bien.
Eso me tiene realmente preocupado, por más que le preguntó que es lo que tiene nunca obtengo una respuesta.
Hoy aprovecharé que lo pude venir a ver para hablar en persona, pero para eso debo esperar a que Hoseok llegué.
Y como si lo hubiera invocado el timbre retumbó en las paredes con fuerza haciendo a los tres saltar del susto.
Min rápidamente se levantó e hizo seguir a su pareja.
—Chicos sigan viendo la película, nosotros iremos a comprar algunos dulces —habló Yoongi mientras tomaba sus llaves.
—Claro, aquí los esperamos —dije sin mirarlo.
El mayor de todos asintió y sin más salió de la casa con su pareja.
Jungkook aprovecho la oportunidad y rápidamente se acercó a Jimin.
—¿Que tienes cariño? —cuestione y tome el plato aún con las cuatro rebanadas de pizza— haz estado muy raro...—fruncí el ceño—. ¿Estás enojado conmigo?...¿te sientes mal?
Jimin al escuchar las múltiples preguntas Trago grueso y negó lentamente. Tenía algo que hablar con su hyung, tenía tanto miedo y unas terribles ganas de llorar.
—Y-yo...—cubrió su rostro con sus manos y respiro profundamente sintiendo sus ojos llenarsen de lágrimas— Por favor perdóname hyung, lo siento. Soy un imbécil
Jungkook lo observó sin entender y tomó sus pequeñas manitos para poder ver su carita.
—¿Por qué me pides perdón amor?, no haz hecho nada malo —limpié sus mejillas con delicadeza—. ¿Que sucede bebé? —susurre con suavidad.
—Kooki...—su cuerpo enteró comenzó a temblar y nuevas lágrimas rodaron por sus mejillas hasta caer al suelo. Respiro profundamente y antes de hablar observó con tristeza al amor de su vida; definitivamente la había cagado—. Estoy embarazado —habló finalmente.
Santa mierda...
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