•°.● Then, twice ●.°•
Holly no reconoció el lugar, no sabía a dónde se dirigían y aquello no le daba buena espina. ¡Su dueño no había dejado de sonreír ni una sola vez! Muy seguramente era un impostor.
—¡Wof, wof!
—No te preocupes, Holly, iremos a comprar unas flores, son para el apartamento
¡¿Flores?! ¡¿Para el apartamento?! Min Yoongi, a quien le importaba un carajo la decoración del lugar y quien era incapaz de cuidar flores, ¡¿quería gastar su precioso dinero en flores para decorar?! Ridículo, me largo.
Para desgracia del poodle, la correa atada a su cuello le impedía huir, así que tuvo que resignarse y permanecer al lado de aquella bola de masa sonriente-andante que se hacía pasar por su amo.
Entraron a un lugar lleno de flores tanto por fuera como por dentro, y Min se vio confundido, no percibía ningún toque de canela y vainilla, y eso le decepcionó a tal punto de que dejó de sonreír.
Y Holly se sintió aliviado.
¡Momento! Fosas nasales recibiendo aromas, afirmativo, canela con vainilla, repito, canela con vainilla y polen a las doce.
El pelinegro casi se desnuca girando la cabeza en dirección al olor, el castaño salía del baño del local y se secaba las manos en el delantal para después peinarse rápidamente. No pasó un microsegundo cuando el Omega se dio cuenta de la presencia del Alfa y antes de que el mayor pudiera dar dos pasos, Taehyung volvió a entrar al baño, cerrando con seguro.
No puede ser se lamentaba el menor.
Min caminó con prisa hacia el baño, pero no fue capaz de siquiera intentar abrir la puerta porque, aún sin verlo, sabía que nuevamente, el castaño tenía miedo. Y estaba realmente preocupado de ser la causa de su temor.
¿Es mi olor? ¿Me veo mal? Yoongi buscaba la razón del por qué Taehyung lo evitaba, y muy desanimado de no encontrarla, inconscientemente sus mejillas se inflaron en un puchero y para acompañarlo sus cejas se fruncieron.
Min dio dos leves golpes a la puerta y apoyó su oreja lo más cerca de esta para poder escuchar.
—¡Lárgate! -se oyó desde el interior-, por favor...
—No voy a hacerte daño, solo quiero hablar, Taehyung -afirmó con un tono triste-
—¿Cómo sabes mi nombre?
—Jimin me lo dijo, soy Yoongi, Min Yoongi
—¡No me importa! Ya vete, por favor
Y el pelinegro no pudo más con el dolor en su corazón, el cual apretaba con su mano por encima de la tela de la ropa.
El menor no sabía la razón de su miedo hacia el pelinegro, si ni siquiera le había dirigido la palabra hasta ese momento.
Bueno, si lo sabía, y no era miedo exactamente, más bien estaba incómodo. Taehyung sabía que había encontrado a su predestinado, a su alma gemela y todos los sinónimos que se puedan conocer, y ciertamente, pensándolo bien, era miedo e incomodidad.
No quería que la desagradable historia de sus padres se repitiera, por lo que, al momento de encontrar a Yoongi, decidió huír de su destino, por lo menos hasta crecer un poco más. Tenía miedo de que fuera igual a su padre, o incluso peor, y sentía que era demasiado joven para todo ese rollo de las parejas predestinadas.
No quería casarse, ni tener un bebé, ni mucho menos ser marcado. Sentía que la marca lo volvía un objeto y odiaba la definición que todos tenían de los Omegas; débiles, inútiles para el trabajo, sumisos y con el único propósito de atender a sus Alfas, o en muy raros casos, a sus Betas.
Odiaba ser Omega, pero no podía hacer nada para cambiarlo.
—No entiendo...
Kim sacudió su sabeza para salir de sus pensamientos, puso atención y se apoyó en la puerta para entender las palabras del Alfa.
—Yo... no sé qué hice mal, en el momento en que te ví sentí muchas cosas que no había sentido con nadie, me latía el corazón a mil y sé que a ti también, pero huiste. Pronunciar tu nombre me da una sensación de calidez, pero el tono frío en el que contestas me la arrebata. Traté de arreglarme bien para venir a verte y te asustaste de nuevo, ¿soy tan feo para ti? De verdad que no entiendo...
Terminó de hablar y Holly le ladró, se veía realmente abatido y al cachorro no le gustaba verlo así. El poodle lo tomó de la manga de su chaqueta e intentó llevarlo con él a la salida, primero, para alejarlo de lo que sea que lo hubiera puesto tan triste y, segundo, porque tenía hambre.
Pero lo soltó cuando la puerta del baño se abrió. Taehyung tomó la mano de Min con lágrimas en los ojos y pidió perdón una y mil veces, mientras que el pelinegro solo supo reaccionar con un abrazo. Entonces y solo entonces, el menor dejó de tenerle miedo.
Después de que el castaño cerrara la floristería, decidieron que ir a pasear por el parque no era una mala idea. Ahí Holly conoció a Yeontan, el pomerania de Taehyung de dos años de edad, quien lo acompaña a donde quiera que el menor vaya.
—¿Quieres tomar algo? O ¿Tienes hambre?
El joven Omega se rió con ternura ante el entuciasmo y nerviosismo del mayor.
—No, pero podemos sentarnos aquí
Taehyung señaló una banca y se sentaron como él sugirió. Hablaron por horas de esto y de aquello, reían y se sonreían, Taehyung aún era tímido y no estaba totalmente seguro de todo, pero la preciosa sonrisa del pelinegro le hacía perder cualquier rastro de inseguridad y lo cambiaba por pequeñas descargas en su sistema que lo hacían estar cada vez más seguro de que todo iba a estar bien.
Pronto se hizo tarde y caminaron juntos hasta los edificios en donde habitaba Yoongi. Mientras hablaban de cómo Taehyung llegó a tener su propia floristeria, Yeontan y Holly se habían hecho muy buenos amigos.
—Wof, wof (Tu dueño está muy apegado al mio, no me gusta para nada)
—Wof... ¡Wof, wof! (Pero... ¡Mi amo es una muy buena persona!)
—Wof, wof... ¡Wof, wof! (Se ve malo, no creo que tenga buenas intenciones... ¡Malo, malo!)
El pequeño, pero no inofensivo, pomerania logró liberarse de los brazos de Taehyung y saltó hacia el Alfa, haciéndolo caer. El poodle, enojado, no perdió el tiempo y haló bruscamente de la correa de Yeontan. El descuidado Omega estaba tan inmerso ayudando a Yoongi y preguntándole si estaba bien que ninguno de los dos notó que la mascota mayor arrastraba al pobre pomerania por el lugar.
Al percatarse Taehyung se asustó por el grito que Min le había dirigido a Holly. El poodle soltó la correa de inmediato y caminó con la cabeza gacha hacia su dueño, apenado por sus acciones. Por otro lado, Yeontan corrió al refugio que le brindaban los brazos del Omega, chillando en el camino.
—Cuánto lo siento -se disculpó Taehyung después de ver el leve rasguño en la mejilla del mayor-
—No es nada -le contestó él, mirando enojado a Holly-
Te defendí, no me mires así malagradecido le respondía el poodle con la mirada.
—Te puedo acompañar hasta tu piso -se ofreció el castaño-
—No es necesario, ten, para un taxi
El mayor le extendió unos billetes que el menor, luego de varias insistencias, aceptó.
Se acercaba la hora de despedirse asi que Min tomó la mano de Kim y plantó un beso en ella.
—Gracias por darme una oportunidad
Y sin más, se dio la vuelta y se alejó.
El pobre corazón de Taehyung latía a un ritmo considerablemente rápido y a pesar de tratar de controlarlo, simplemente no podía. Sin dejar de inconscientemente acariciar su mano, se dió la vuelta y se fue para esperar por un taxi.
Estando en el vehículo y mirando hacia el exterior no pudo evitar pensar, ¿voy demasiado rápido? ¿Estoy haciendo las cosas bien? ¿Por qué me escapé en un principio? Es un buen chico.
Es lindo, su cabello se ve suave, al igual que sus mejillas, también es caballeroso y agradable...
...adoro su sonrisa...
Y ahí sacudió su cabeza, al darse cuenta de que había llegado a su destino. Él no lo sabía, pero, poco a poco, iba callendo en las redes del destino. Taehyung se estaba enamorando.
Y las próximas tres semanas, luego de la universidad, Min iba a la floristería a pasar más tiempo con el Omega, en cada encuentro se conocían y agradaban más.
Estaban en su más reciente cita, ubicada en una pacífica zona llena de césped con flores y una vista al mar, habían organizado un picnic donde las mascotas fueron invitadas.
Yeontan aún desconfiaba del Alfa, y al ver que estaba sentado en la manta sobre el césped y que el poodle estaba persiguiendo mariposas a unos metros de distancia, no desaprovechó la oportunidad de lanzársele una vez más.
Pero esta vez el pomerania había causado una herida algo seria en la cara de Yoongi, ese rasguño le había causado sangre y este líquido bajaba por su mejilla con rapidez, acompañado del quejido del mayor.
—¡No puede ser! ¿Estás bien?
—Eso creo... -se incorporó Min-
Yeontan se iba a acercar pero abruptamente el castaño le gritó que se alejara, el enojo con el que lo miró le dio escalofríos e inmediatamente se dirigió a donde se situaba Holly.
—En serio lo siento tanto -se lamentó Kim poniendo un trapo en la mejilla de Yoongi para detener el fluido de sangre-, no sé por qué te tiene tanta rabia
—Deben ser mis feromonas -razonó, quedándose quieto para recibir de los cuidados de Taehyung-, tal vez se siente amenazado
—No le da el derecho de atacarte
Después de asegurarse de que el rasguño ya no sangraba, mojó con agua otro trapo y limpió la herida con sumo cuidado, pero pronto se dió cuenta de que el Alfa estaba demasiado tenso.
—¿Qué pasa?
—Es que... -Yoongi titubeó- ...estás un poco cerca
Y se percató de que, prácticamente, estaba sentado en el regazo del pelinegro, a unos centímetros de sus delgados labios.
|𝔸|
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