Cerré mi sombrilla y la dejé en la entrada de la empresa. Entré como sí nada, mientras saludaba a uno que otro miembro del staff que se me cruzaba, hasta que lo ví.

No dejé de caminar, hasta que él me tomó del brazo y me hizo mirarlo.

—¿Podemos hablar?— negué.

—No tenemos absolutamente nada de qué hablar, así que déjame en paz— me solté de su agarre, él bufó y evito que me fuera.

—Es necesario hablar, no podemos hacer como que nada haya pasado y eso lo sabes bien.

—Mira Kihyun, me vale miles y miles de hectáreas de mierda, lo que sea que me vayas a decir— dije, soltandome de su agarre, por fin. —Te ví y eso no va a cambiar nada.

—Fue por pedido de la empresa, además, era solo una sesión de fotos Yoongi, ¿Por qué actúas de esa manera?— preguntó.

—Oh, ¿Entonces las sesiones de fotos también se hacen en los sanitarios y con poca ropa?— al parecer no esperaba eso, ya que parpadeó varias veces y tragó saliva. Se notaba nervioso. —No mereces ni que te dirija la palabra, Ki-imbécil-hyun.

—Yoongi, lo que viste fue un error, sabes que yo al que amo es a tí— trato de volver a tomarme del brazo, pero yo di dos pasos hacia atrás.

—¡Deja de decir estupideces, Kihyun!— exploté. Pude sentir miradas de algunas personas, pero no me importo, yo no hice nada malo. —¡Deja de decir que me amas cuánto tenías la polla en la boca de alguien más!— todos los del staff, empezaron a murmurar, incluso algunos se sorprendieron.

—¡Basta, Yoongi!— gritó y yo levanté una ceja, mientras soltaba una risa sarcástica.

—¿Qué? ¿Te duele que digan tus verdades? Deberías de tener un poco de humildad— me giré y empecé a caminar, dejándolo en medio del pasillo.

—¡Se que regresarás conmigo!— escuché su gritó a la lejanía, yo reí y también le grité, sin detenerme o sí quiera voltear.

—¡Prefiero andar con un demonio, que contigo!

Jamás debí de haber dicho eso.