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CAPÍTULO 7

- No quiero pensar, recordar o hablar de mi pasado. Sería como volver a vivirlo y eso lo hace más difícil para mi. Aun sigo sintiendo sus pesadas cadenas sin importar que demuestre que jamás me afectó nada. –Dijo mientras giraba el vaso que poseía agua creando pequeñas ondas circulares.

- El pasado nos llega a doler si solo recordamos lo malo. Pero los bellos recuerdos siguen ahí y son esos los que tienes que mantener con vida en la memoria. -Dijo Akiko tomando la mano de su compañero.

- Desde niño tuve al ángel más hermoso para cuidarme. Mi madre, no solo la veía así por el hecho de ser mi madre, no miento cuando digo que era un ángel porque realmente lo era. -Comenzó su relato sin quitar la vista del agua de su vaso.- Oh... mi padre fue todo lo contrario, su frialdad y la manera en como te miraba fijamente, juzgando mínima acción que hicieras, hacía sentir un escalofrío en mi cuerpo. Solía desaparecer días, pero sin importar cuantas veces preguntara a mi mama por eso nunca me respondía, por el contrario, jugaba conmigo o hacíamos pequeñas actividades que hasta yo olvidaba de la existencia de mi padre. Hasta el día que descubrí a mi mama cubrir moretones de sus brazos con maquillaje...

...

Black con tan solo siete años de edad descubrió que su padre no solo aparentaba dar terror con su apariencia, de verdad lo ocasionaba; incluso parecía disfrutar del terror de otras personas. Ese día él jugaba con un pequeño gorrión sin descubrir la presencia detrás suyo de aquel hombre.

- ¿Estás gastando tu tiempo en ese animal en vez de estar estudiando? -El niño se dio media vuelta ocultando al animal detrás suyo y sintiendo su respiración acelerada cuando su padre se acercaba más a él.- Muéstralo, confía en tu padre.

Y sin importar nada, dio unos pasos donde su padre para mostrar al pequeño pájaro que estaba entre sus manos; era la primera vez que vio la sonrisa de su padre y jamás imaginó que iba a sólo sentir miedo.

- krutit' -Susurro señalando al gorrión con su varita. Black solo vio como el ser más pequeño se torcía; sacaba quejidos de dolor hasta quedar tieso y frío.- Entiende tu lugar, un Lee es más fuerte que cualquier indefensa especie, mínima compasión y nos verán iguales. Toma en cuenta mis palabras si no quieres quedar en la misma posición que ese animal. 

Se alejó de su hijo quien aún seguía mirando al gorrión para luego hacer un pequeño hoyo debajo la tierra y depositarlo ahí cubriendo con la misma tierra, Quedándose sentado al lado donde estaba enterrado el pajarito. ¿Su padre sería capaz de dañarlo? Sabía la respuesta pero prefería ignorar y creer que no sería capaz de ello. Aquella noche escuchó gritos provenientes de la sala de su casa, salió de su habitación y bajó con cuidado de las escaleras con su corazón palpitando a gran velocidad. Sus ojos cafés quedaron fijos en su madre en el suelo con una mancha rojiza a su alrededor; el aire se le fue al igual que todo uso de pensamientos.

- ¡Te dije que te movieras! -Alzó la voz quien solía creer como su padre.- ¡No perderé mi tiempo esperándote!

Un golpe preciso en su nuca dejó inconsciente al niño, el hombre lo cargó sobre su hombro dejando el cuerpo de aquella mujer como sus cosas en esa vieja casa. Habían encontrado el lugar donde solía esconderse y no iba permitir que quitaran su magia que era lo que más apreciaba, en realidad era ambicioso; deseaba más magia de la que ya tenía. Quería más poder del que ya tenía. Más para él era toda su felicidad. 

Los crímenes de magia oscura eran imperdonables pero ese tipo de hechizos eran su día a día, algo sin importancia y una pequeña diversión. Un intento de destierro fallido. Siempre lograba ocultarse pero en ese caso no lo había logrado a causa de quedarse a recoger a su hijo, fue finalmente desterrado al bosque muerto pero no permitió que le quitaran a su hijo quien fue distracción para recuperar su varita de las manos de esos kidemónes. Unos guardianes elegidos por el rey que consiste en diferentes especies que estaban decididos a proteger no solo a la realeza si no también a cualquier ser de Akai Tsuki de la magia oscura o acciones oscuras por otros.

En esos años el castillo estaba en un buen estado con pequeñas decoraciones hechas por un oro negro como el petróleo. Solo eran Black, su padre y sus secuaces unos simples sirvientes que eran tratados como poca cosa, a causa de los acciones de su padre ellos veían como carnada al niño, un minuto de descuido y recibía burlas o golpes por parte de ellos. Fue un abuso interminable durante dos años, llegó a sentirse más solo que nunca, hasta que llegaron los hijos de uno de los más fieles lacayos de Satsujin. Las cosas dejaron de ser tan sombrías, tenía un pequeño escape o simple resiliencia.

...

- No estuve mucho tiempo con mi padre gracias a un amigo logré escapar, supe días después de irme que habían terminado por asesinar a todo el clan. En cierta parte sentí tristeza pero no por mi padre. No tengo ningún afecto hacia él, me sentía libre. -Apoyo todo su cuerpo contra el sillón.- Logre encontrar un hogar para vivir y poder estudiar gracias a mi esfuerzo de estudiar en casa fueron comprensibles conmigo, jamás di datos de mi familia me quede con el apellido de mi madre olvidando y borrando cada sangrado de mi pasado. Incluso de niño yo mismo me veía como un mustio entre tanta gente que parecía vivir en armonía y paz...

- Espero que entiendas que tu pasado no hará que seas igual a tu padre, si antes llegaste a sentirte solo esos son lejanos recuerdos. Lo que pasó en un inicio de tu historia no te forma completamente, tu decides quien ser, como ser, que camino tomar; tu eliges tu final feliz. -Dijo Akiko para dedicarle un pequeño abrazo que fue correspondido, las demás chicas también se unieron y Black agradeció aquello interiormente ya que no deseaba que lo vieran llorar sintiéndose otra vez un niño.

- Debería estar feliz que tres chicas hermosas me den toda la atención a mi. -Bromeo y frotó su cara con las palmas de sus manos cuando las demás se alejaron.

- Y volvió el idiota de nuestro amigo. -Sonrió Sabrina.

- Fue una noche muy tensa para nosotros y siendo sincero el sueño es lo de menos para mi. -Dijo Black quien ya tenía una pequeña sonrisa.

- Propongo una pequeña reunión entre nosotros, además tenemos una nueva amiga entre nosotros. -Sugirió Sabrina estirando sus brazos hacia el frente.

- Si tu sugerencia consiste en beber... -Antes de que terminara de hablar Black le cubrió la boca a Haruki.

- Después podemos mañana levantarnos tarde y darnos un pequeño viaje. Quiero realmente distraer mi mente. -Habló y se alejó de su compañero.

- Además no es necesario que tomen si no quieren pero yo y mi hermano lo hacemos, sobre Black estos últimos lo vi hacer eso. -Dijo Sabrina.

Los demás asintieron y solo pusieron música mediante el celular de uno de ellos, Akiko aprovechó para en la cocina preparar unos pequeños bocadillos con Black presente ahí mientras los demás se acomodaron afuera. 

- ¿Sigues intranquilo? -Se atrevió ella a preguntarle.

- Se me nota mucho, ya lo sé. -Dijo mientras entrelazaba sus manos y apoyaba su mentón en estas. Suspiro y cubrió su rostro.- Jamás había hablado de eso con nadie y tampoco es que me afecte, creo que dejo de importarme...

- No pareces muy seguro. -Akiko dejo de hacer los pequeños bocadillos y tomó asiento a su lado.- ¿Tienes miedo?

- No. -Respondió cortante y la miro a los ojos. - Le tengo miedo, me doy cuenta que no cambió pero quisiera que fuera diferente, que me vea, quiero ser su hijo... Ser lo más importante y tener al menos su afecto. -Abrió los ojos asustado después de darse cuenta lo que dijo, se levantó de golpe asustando a su compañera.

 - Black... -Susurro preocupada y tomó su brazo dando leves caricias.

- No lo necesito y nunca voy a necesitarlo.

Aún si aquellas palabras salieron de su interior y de sus labios muy en el fondo tenía una pequeña esperanza de que las cosas iban a suceder como él quería y anhelaba. Quería el mismo amor de su madre por parte de su padre. Un pequeño suspiro desde niño. ¿En serio crees que ese monstruo es capaz de amar? Que triste deseo tienes Black.

Akiko no había bebido junto con sus compañeros, se apoyó en la pared y veía reír a todos con una copa en su mano cada uno, ella se perdió en sus pensamientos desde...Ni ella lo recordaba exactamente, estuvo casi de perder a su padre y después de la conversación con Black sabía que la tranquilidad es un sentimiento que debía dejar enterrado muy dentro de sí misma.

- ¿Tienes frío? -Pregunto Eli poniendo una chaqueta de cuero sobre sus hombros abrigándola, su chaqueta favorita era esa y ahora la tenía puesta Akiko.

- Gracias Eli. -Susurro ella saliendo de sus pensamientos.

- No la molestes. -Black se levantó del sillón y se acercó a ambos.

- Mierda, vamos Black el único que llega a molestar a las chicas eres tú. -Soltó una risa nerviosa mirando a otro lado.- Vamos amigo estas ebrio déjalo así, contrólate no es nada diferente a lo que haces todas las noches solo en tu habitación.

¿Cómo sabía eso? No le dio importancia esa pregunta de su cabeza y empujó a Eli de Akiko con mucha fuerza haciendo que retroceda sus pasos. Con la respiración agitada y la mirada tensa siguió empujando nuevamente al vampiro sin importarle nada, no había mucha diferencia de tamaño así que ahí estaban con miradas asesinas frente a frente.

- Chicos...

Hablaron por casualidad las chicas al mismo tiempo, fueron ignoradas entonces Haruki se metió en medio de ambos empujándolos.

- Se están comportando como niños. -Dijo calmado y nervioso por la mirada de ambos compañeros.

- El no debió hablar de mi. -Expresó con rabia Black alejándose un poco. Sabrina se acercó a su hermano y apretando un poco su brazo para tener su atención decidió llevarlo a su habitación y evitar que los chicos llegaran a pelearse.- Esto es una estupidez...

Sin decir nada más Black se retiró empujando con su hombro a Haruki. Angelica soltó un suspiro y se acercó a su compañera.

- Tan bonita noche y tenían que discutir, iré a esperar a Sabrina para luego irnos a nuestra cabaña, quiero descansar. -Un abrazo de despedida para Akiko y Haruki fue lo que sucedió antes de irse hacia dónde Sabrina estaba.

Akiko y Haruki estaban completamente solos. ella se iba a quitar el chaleco pero el chico a lado suyo sostuvo sus manos para detenerla, claro que le molestaba que él no fuera tan valiente para atreverse a ser más cercano a ella y que alguien más lo hiciera pero aun asi le importaba más el como estaba antes que otras intenciones románticas. Le entregó una sonrisa para intentar calmarla.

- Se está haciendo más tarde, hará mucho frío y es mejor que descanses. -Dijo suave mirando a los ojos de la muchacha con ojos bonitos color café. Suspiro y miro a otro lado. - Akiko

- ¿Si?

- Me gustas, es muy corto el tiempo, no espero que sea correspondido. -Tomo las manos de la chica y deja caricias en esta.- Pero quiero que lo sepas, las emociones que me haces sentir me pone tan mal como tan bien, estoy confundido por que tengo miedo pero tu haces que siempre quiera arriesgarme.

Sabrina estaba oculta escuchando todo, con la mano en sus labios cerró los ojos y sintió una molestia en su pecho. Ella quería que las cosas fueran diferentes, sentía mucha envidia, Pero sabía que no sería capaz de dañar a Akiko y se sentía confundida solo quería que ambos se detengan o al menos se callen y lo que está sucediendo solo sea parte de su imaginación por sobrepensar las cosas.

- ¿Qué? -Fue lo que se escuchó en el pequeño silencio del lugar, Akiko estaba esperando que todo fuera una broma, no estaba bien en ese momento para una relación. Pero tampoco quería rechazarlo.

- Fui sincero y directo, Akiko, me gustas mucho. -Volvió a repetir mientras ambos aún tenían la mirada perdida en los ojos de la persona contraria como si lo demás dejará de existir.

Nota de autor/ra:

Antes de que la universidad me mate tenia que actualizar. Estaba mas concentrada haciendo un ensayo... Y este capitulo si que esta corto pero antes de editarlo ya lo era JAJAJA Cosas que nunca se cambiara.

Manifiesto para que los ensayos y monografías dejen de existir. Pongan velitas de comentarios.

Y nuevamente gracias a las personitas que leen mi libro. Lo único que queda es ser feliz y llorar de felicidad, recibí la reseña mas linda así que por ello le dedique un capitulo.  

Realmente deseo llegar lejos junto con mi libro y poder tenerlo en físico.


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