Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ VI

Importante: En este capítulo se trata el tema de maltrato y violación un poco más explícito. OJO no se busca promover dichos actos ni mucho menos apoyarlos.

Es ficción y forma parte de la trama.

Si eres sensible a esto, por favor, abstente de comentarios ofensivos y malinterpretaciones. Dejaré este símbolo →⚠️←en dicha escena.

Muchas gracias y disculpen el inconveniente.




(...)

«Flashback»

Ese día, Jin llegó a casa sintiendo el corazón en la garganta. Dejó lo que llevaba en sus manos tirado en algún lugar y siguió aterrorizado los gritos en una de las habitaciones.

“Dios, no, Jibeom, no” pensaba asustado. Luchó con la puerta cerrada y la derrumbó encontrándose con la peor escena que había visto.

→⚠️←

Jibeom tenía su rostro enrojecido, bañado en lágrimas. Estaba acostado en la cama, con las muñecas amarradas a las esquinas al igual que sus pies. Su cuerpo desnudo estaba a merced de Albert, quién se encontraba encima de él, su boca rodeando el pene del menor y su entrada siendo invadida por un par de dígitos.

—– ¡Maldito! —– gritó con furia y se lanzó sin pensarlo empujando el ancho cuerpo de Albert.

Había una gran diferencia de contextura, aun así, Jin devolvía los golpes que recibía, con pesadez y dificultad, pero lo hacía.

Una estocada en su estómago lo hizo inclinarse de dolor, el aire escapó tortuosamente por su irritada garganta.

—– Hijo de perra —– susurró Albert y le dio otra estocada tumbándolo al suelo de largo a largo —– No quería hacer las cosas difíciles —– jaló su cabello quedando frente a su rostro —– Pero así lo quisiste, Jin —– se levantó golpeando abruptamente la cabeza de Jin contra el suelo —– Lo voy a follar delante de ti y luego, vendrás tú.

El miembro de Albert salió de sus apretados pantalones y se cernió sobre Jibeom que gritaba y forcejeaba. Jin no tenía fuerzas para levantarse, le dolía el cuerpo entero, sin embargo, logró moverse hacia una de las mesas tomando el florero de porcelana.

Se sostuvo de las paredes y se impulsó de ellas hacia la cama, rompiendo el florero en la cabeza de Albert.

—– Maldito —– susurró, viéndolo caer encima de Jibeom luego de soltar un grito ahogado. Lo empujó lejos y le ató las manos. Abrazó a Jibeom y sobó las heridas que habían causado las cuerdas que lo aferraban a la cama —– Estoy aquí, Ji. Estoy aquí —– murmuró con lágrimas en sus ojos y con un dolor intenso en su sien.

→⚠️←

«Fin del Flashback»

Jin dejó de mirar sus moretones y se colocó una camisa de botones rosa pálido, acompañado de unos vaqueros negros y sus zapatos deportivos.

Su contextura era delgada siendo extremadamente lindo y atractivo, pero, si mirabas de cerca se podía apreciar que Jin padecía de desnutrición, aunque no era algo que él quisiera.

—– Jin —– el nombrado volteó —– Ya estoy listo —– Jin sonrió al ver a su hermano con una camisa negra y unos vaqueros del mismo color, acompañado de una gran sonrisa.

—– Te ves muy guapo, Ji. Seguro cuando salgamos, no podrán quitarte la mirada de encima.

Jibeom sonrió —– Eso espero. ¿Necesitas ayuda?

—– Sí —– asintió el mayor —– Guarda la ropa que te llevas.

El menor asintió y obedeció al azabache, terminando minutos antes de que sonara el timbre.

Cuando Jin abrió la puerta, se encontró con un joven de traje pelirrojo, que le sonrió y le hizo una reverencia.

—– Buenas tardes ¿Kim Seokjin?

—– Sí, ¿Usted es? —– contestó cortésmente.

—– Jung Hoseok, encargado de llevarlo a su nuevo hogar —– esa oración causó un escalofrío en Jin, quien trató de ignorar esa sensación

—– Por supuesto, me falta guardar algo si quiere pase y nos espera.

—– Está bien —– asintió el pelirrojo pasando a la sala de la casa.

—– Por cierto… —– Jin volteó a verle —– Cree que haya algún inconveniente en que lleve a mi hermano a mi… —– carraspeó —– ¿A la nueva casa?

Hoseok sonrió —– Me gustaría contestar su pregunta, pero, me temo que eso no lo decido yo, eso es entre usted y su pareja.

Jin se sonrojó al escuchar la palabra pareja.

—– Entiendo —– murmuró —– Nos va–

La puerta fue abierta de golpe, dejando ver el rostro de un monstruo, con las venas sobresaliendo en su cuello a punto de estallar.

—– Ustedes no se van a ninguna parte —– escupió ese hombre con molestia —– ¡Aquí se quedan! ¿Entienden?

Albert se lanzó hacia Hoseok golpeándolo en el proceso. Jin tomó una pequeña navaja que siempre cargaba en su llavero, se volteó y vio a Albert lanzar a Jibeom encima de la mesa de vidrio, aprovechó la oportunidad de clavarle la navaja en el hombro derecho que había quedado vulnerable a su posición.

Había acertado, aunque no fue impedimento para Albert quien con un fuerte puñetazo en la mandíbula, lo hizo tambalear. Por detrás, Hoseok lo empujó y de su bolsillo, sacó una pistola eléctrica, que nunca había usado, y descargó el voltaje sobre Albert.

—– ¡Vámonos! —– gritó Hoseok, Jin tomó la bolsa con la ropa, a Jibeom y salió de la casa a velocidad, no sin antes, escuchar a Albert diciendo que los encontraría.

Hoseok tiró en los asientos traseros la bolsa y Jin entró asustado al auto con Jibeom en brazos llorando, con algunos vidrios muy pequeños clavados en sus costillas y brazos, su camisa salpicada de sangre y quejándose de dolor.

—– Jibeom —– susurró.

—– Iremos al hospital —– dijo Hoseok.

—– No —– contestó inmediatamente Jin —– Vámonos de aquí, por favor.

—– Pero, mire cómo–

—– No es grave, son solo rasguños de verdad. Lo más importante es salir de aquí, por favor, por favor, se lo pido —– Hoseok titubeó y refunfuñó un poco, pero al final asintió.

—– Está bien —– respondió —– pero comentaré esto a la policía para que investiguen —– Jin lo miró —– No lo haré ir ahora, pero, eventualmente lo hará y no recibiré un no como respuesta.

Jin terminó asintiendo, nunca antes la policía le había creído, no tenía pruebas veraces y el poco personal estaba ocupado en casos relevantes.

Suspiró y poco después, sus ojos fueron cediendo y apoyó su cabeza en el vidrio del auto, rindiéndose al sueño escuchando de fondo, una lluvia tenue y ligera.

(…)

—– Seokjin —– escuchó a lo lejos —– Seokjin —– nuevamente, se removió en el asiento, al final, los toques en su brazo lo despertaron —– Seokjin, ya llegamos —– Abrió sus ojos completamente y miró hacia afuera, la lluvia era fuerte y violenta. Suspiró y miró a Jibeom quién permanecía dormido.

—– Muchas gracias —– le dijo y sonrió —– Muchas gracias —– volvió a repetirle.

Hoseok negó —– No es nada. Lleve al niño al médico, recupérese y no se olvide en ir a la policía, de igual forma, le estaré informando —– Jin asintió —– Déjame ayudarte.

—– No, no, estoy bien, podré llegar hasta la entrada sin problemas —– sujetó a Jibeom —– Gracias, Hoseok.

—– Seokjin —– lo llamó —– Dile a tu pareja —– Jin quedó inmóvil en su lugar —– puede sonar descabellado y tal vez, inapropiado porque no se conocen, pero, sé que él te ayudará —– el pelirrojo le sonrió —– Él lo hará.

Jin asintió —– Tomaré su consejo. Gracias —– el pelirrojo asintió —– Ji —– llamó al menor —– Súbete a mi espalda, te cargaré —– el menor asintió y así lo hizo. Abrió la puerta y enseguida sintió las gotas mojar sus ropas —– Sujétate fuerte —– Hoseok le extendió las bolsas de ropa y como pudo caminó hacia la entrada de la casa.

Con lentitud y sin apuros.

Se sentía agotado y cansado, no quería saber de problemas, pero el nerviosismo de conocer a una persona que resultaba ser su pareja sumado al inconveniente antes de llegar no lo relajaban lo suficiente.

Sentía como corazón latía fuertemente llegando el sonido hasta sus oídos, y sus ojos estaban hinchados a causa del llanto tortuoso y resignado que acompañaba su caminata.

Llegó a la puerta totalmente empapado, sacó de su bolsillo las llaves de la casa y abrió la puerta.

El interior estaba limpio y tenuemente iluminado, recibiéndolo con agrado. Con temor, Jin se acercó un poco y observó todo tan extrañamente cálido y  silencioso.

—– ¿Hola? —– Llamó y a los pocos segundos lo vio.

Estaba de espaldas hacia él, un sobre cayó al suelo de sus manos. Lentamente se volteó y dejó ver sus ojos color caramelos, su cabello rubio ligeramente despeinado.

Al principio, su mirada era brillante y una pequeña sorpresa iluminó sus pupilas, acompañado de algo más que Jin no pudo descifrar y tampoco tenía las fuerzas para ahondar en ello. Sin embargo, ese brillo desapareció, en cuanto él inspeccionó su cuerpo.

La preocupación bañó sus facciones, sentimiento que no había visto en nadie hacia su persona.

Sentimiento que lo invadió de una forma abrasadora. Se sintió tan vulnerable que sintió como sus lágrimas se desbordaron y con voz temblorosa le dijo.

—– Por favor, ayúdame.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro