|𝙲𝚊𝚙 2 𝚂𝚞𝚎ñ𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚙𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘 †|

La Guardia le tomó una larga caminata llegar a su hogar, entró por la puerta viendo la sala de estar, puso su bolso en el sofá, fue subiendo las escaleras y abrió la puerta para dejarse caer en la cama, al poco tiempo se quedó dormida, no tenía tanta hambre ni no quiera cambiarse, solo dormir...

Pero no soñar ese día...

Ella al abrir los ojos, estaba recibiendo la brisa en su rostro, mientras su cabello era empujado por la misma, ella estaba regresando a casa en su bicicleta, ya que su madre la había enviado a comprar algo en la tienda. Durante el camino, vio un camión de mudanzas pasar por el frente de ella, Sarv por curiosidad fue a ver, dándose cuenta de que habían nuevos vecinos, pero entre los nuevos vecinos, había un niño sentado en una banca, tenía un parche en su ojo derechos además de usar chaqueta y botas de invierno, ¿Quien usaría ese tipo de ropa en verano? Hace demasiado calor, la curiosidad le ganó y se acercó para saludar.

La chica se apoyó en la banca donde estaba el niño sentado.

Sarv:— Hola — Dijo con un tono alegre y alto

El chico inmediatamente volteo y al ver a Sarv, está notó que tenía un rostro serio y, ¿Triste?

— Hola... — Dijo el niño con un tono melancólico

Sarvente sabiendo que no es fácil mudarse decidió subirle el ánimo de alguna manera.

Sarv: — Nuevo vecindario, nuevos vecinos y un nuevo hogar. ¿No? — Le pregunto con una sonrisa

El niño miró a su alrededor y después suspiró mientras la volvía a ver...

— Supongo que sí, pero extraño mi anterior hogar — Dijo nuevamente con el tono melancólico

Sarv: — Oh, ya veo. ¿En dónde exactamente vivías? — Dijo Sarvente curiosa para evitara que la conversación terminará

— Rusia — Respondió el niño sin mucho

Sarv:— Oh, por el amor de Dios. Eso sí que es lejos — Soltó completamente sorprendida de tal respuesta

El niño asintió ya que Sarv estaba en lo cierto, con la expresión seria y triste

Sarv: — Vaya... — Soltó nuevamente, hasta que rápidamente recordó que tenía que volver a casa para almorzar — Oh, es verdad. Tengo que irme, iré a almorzar. Ah, por poco olvido presentarme, soy Sarvente, pero todos me dicen Sarv — Le dijo con una sonrisa dulce

El chico estuvo callado unos segundos.

Ruv: — Ruv, ese es mi nombre...

Sarv: — Lindo nombre, bueno. Bienvenido al vecindario, Ruv — Dicho esto empezó a dirigirse a su casa, subió las escaleras de la entrada y agregó — ¿Qué te parece si hablamos al rato?

El chico estaba ahora sorprendido, estuvo callado un momento.

Ruv: — Está bien. Y buen provecho — Dijo mientras se levantaba de su asiento

Los dos niños entraron a sus casas, desde ese momento en que cruzó la puerta. La guardia despertó, se sentó en la cama y miró el piso...

Sarv: — Es muy lindo recordarlo muchas veces de ese modo... — Suspiró con una sonrisa — Lo extraño mucho... — Agregó para tomar una ducha y después hacerse algo de comer

Después de darse una ducha de agua caliente, hacerse algo de comer, decidió arreglar un poco su casa, pues no pasaba mucho tiempo en esta, fue poniéndose la ropa de trabajo, ya que no le quedaba tanto para volver al PizzaMax. Sin embargo, logró terminar de comer, acomodar un poco y se alistó para trabajar.

Una vez terminó todo, fue rápidamente, tuvo cuidado de no caerse con el propio piso o sus pies. Logró llegar y se puso su gorro para empezar su turno, no antes avisarle al jefe que llegó por la radio...

Caminó por un largo rato y encontró nuevamente a Ruv, está vez El nombrado miraba fijamente una foto de una antigua pizzería que cerró por qué hubo muchos asesinatos en esta...

El robot se le pusieron los ojos negros, parecieron unos códigos y una vez terminó lo que hacía se fue a su habitación. Eso fue muy extraño, pero cuando Sarvente miro la foto, Casi se cae, era una foto de una robot, el nombre estaba algo dañado, además de que mostraba el año donde su mejor amigo falleció... Pero cuando leyó más a fondo, se dió cuenta de que una trabajadora murió por el traje de los robos por culpa de su compañero...

Sarv: — Debió ser horrible... — Pensó en voz alta pero ella sabe que era peor para sus amigos que fallecieron ese día

Hizo todo lo posible para no recordar más de aquel accidente, ya que cada vez que lo hacía se ponia a llorar hasta el cansancio, nunca pudo lograr superar la muerte de su mejor amigo, por lo cual se borró las lágrimas traicioneras de su cara, no quería quedar mal con el jefe o con el trabajo, por lo cual siguió en su trabajo.

Lo que no sabía era que alguien la vio llorar, eso fue gracias a que una pequeña luz se asomó de una de las 4 habitaciones.

Sarvente al ver de dónde provenía la luz, notó que era de la de la habitación de Ruv, por lo cual entró, viendo a este desactivado ya que estaba consiguiendo carga más rápida.

Sarvente se fue de la habitación para patrullar nuevamente.

En el camino durante su patrullaje, los demás robot de la banda hacían lo mismo, Pico destrozando la habitación sin razón, Girlfriend mirándose en el espejo diciendose cosas de qué es la mejor, es hermosa y siempre la más popular. Boyfriend, lo bueno es que estaba tocando la guitarra y no comía las pizzas o la basura.

Todo igual y tranquilo, a diferencia de que Ruv es el único que hace cosas diferentes, las cosas que los demás o que hacen siempre por su programación.

De allí, fue a la guardería para ver cómo andaban las cosas con las niñeras, Damien y Cassandra, por alguna razón eran la misma persona, solo que con diferentes programaciones, diseño y el carácter de esas dos.

Sarvente entró a la guardería cuando las luces estaban prendidas, eso es bueno ya que Cassandra no la molestara.

Sarv: — ¿¡Damien, estás en el Castillo!? — Gritó preguntando por ella, sintió unas manos en su cadera y fue elevada al aire, sabía quién hacía eso — ¡¡Damien!! — Agregó gritando

Damien: — Oh, señorita Sarvente. Cuánto tiempo, debería visitarme más a menudo, amiga — Dijo la robot, la sostenía en los aires abrazándola, era una monada el comportamiento de Damien con todos

Sarv: — Damien, ¿Puedes bajarme? — Dijo Sarvente con algo de miedo, ya que no le gustaba para nada las alturas

Damien: — Oh, está bien, señorita Sarvente — Dijo Damien mientras la bajaba

Una vez en el piso, Sarvente se calmó y Damien se puso de pie en el piso.

Damien: — ¿Cuál es la visita, señorita Sarvente? — Le preguntó Damien con una sonrisa dulce, era típico por su programa

La guardia suspiro recuperando el Aliento.

Sarv: — Solo vine a ver cómo andaban todo por acá, y por lo que veo todo está en orden — Dijo Sarvente Mirando alrededor y volver a ver a la robot

Damien: — Si, todo va de maravilla — Dijo Damien haciendo gestos de alegría y también aplaudió un poco rápido por la emoción

La guardería estaba arreglada, acomodada y en orden.

Sarv: — Eso es bueno. Además, el jefe me dijo que vas a tener un compañero de trabajo — Dijo la guardia Sarvente apenas se acordó.

Damien: — ¿¡De verdad!? — Grito Damien asombrada y sorprendida.

Sarv: — Si, completamente — Le respondió con una sonrisa

Damien: — Un nuevo amigo — Dijo Damien bastante sorprendida y alegre

Era bueno que la robot de la guardería con sus luces encendidas lo tomara bastante bien, aunque el problema era decirle a la otra, Cassandra. Damien le emocionaba un montón la noticia, pero Sarvente también tenía que saber que decía Cassandra.

Sarv: — ¿Y que opinara Cassandra? — Preguntó, sabía que la nombrada estaba durmiendo, siempre lo hace con las luces encendidas.

Damien: — Eh, no lo sé. Déjame le pregunto — Dijo Damien para rápidamente irse al Castillo con ayuda de las poleas

Pasaron unos minutos, Sarvente miraba la guardería y accidentalmente tiró una torre al piso, trato de ponerla como antes ya que sabía que Damien no le gustaba las cosas desarregladas.

Damien: — Señorita Sarvente — Aviso Damien antes de caer frente a ella y quitarse la polea del enganche de su espalda — Ella solo dice "Si me deja dormir, no me importa" — Dijo mientras usaba un tono melancólico y agotado, para cambiarlo a su tono energética y alegre — Así que ella le gusta la idea también — Agregó

Sarv: — Genial — Dijo Sarvente

Damien se puso a arreglar la torre que Sarvente había tumbado y desarreglado.

Sarv: — Bueno, volveré a mi estación. Te avisaré cómo se llamaba y como es, para así estés preparada para cuando lo conozcas — Le dijo Sarvente mientras se dirigía a la gran puerta de la guardería

Damien: — Oh, está bien — Dijo Damien con una sonrisa — Visitame más menudo, señorita Sarvente — Agregó

Sarv: — Vere si puedo, Descansa — Le dijo antes de irse

La guardia mientras se alejaba, se dirigía a la sala de seguridad para ver en las cámaras, su rutina de siempre.

Mientras que Damien, le emocionaba mucho de saber que va a tener un nuevo amigo y compañero de trabajo. Pero de ahí, se tuvo una falla en las luces, "No, otra vez, no", las luces volvieron a la normalidad, lo que aliviaba a Damien, ya que si se apagaran las luces y ella está dormida, se molestara. Ellas hablan en la mente, o cuando se hacen errores en la luz, Cassandra se comienza a despertar y hablan ellas.

Mientras en el fondo de la mente de Damien, se oía la voz de la otra niñera, Cassandra.

Cassandra: — ¿Ahora quién me interrumpe mi sueño, carajo? — Esa era la voz de Cassandra, era sorprende el mal lenguaje que tenía, y eso que tenía que cuidar a los niños en sus horas de siesta

Damien: — Cass, lenguaje — Dijo Damien mientras terminaba de colocar la torre, había hablado en voz alta por accidente

Cassandra: — De acuerdo... — Dijo de mala gana Cassandra — Solo espero que ese tal nuevo compañero no me moleste en mis horas de sueño — Agregó

Damien: — Cassandra, vamos sería muy divertido, sabes muy bien que mientras más personas mejor — Le dijo Damien con una sonrisa, empezó a dirigirse al Castillo con la ayuda de las poleas

Se oyó un gran suspiro de parte de Cassandra.

Cassandra: — De acuerdo, pero no voy a prometer nada — Dicho ésto se retiró para dormir otro poco

Una suave risa sonó, Damien llegó a la entrada del Castillo y se quitó la polea

Damien: — Sabía que iba a convencerte — Dijo mientras entraba al Castillo que tenía su iluminación para poder dormir un poquito

Mientras en otro lado, Ruv estaba despertando, tenía toda su batería, salió de su estación de recarga y se fue caminando, no sabía exactamente dónde, solo caminaba, hasta que se dió cuenta de que estaba dirigiéndose hacia la sala de seguridad.

Con cuidado se asomó por las compuertas, observando a Sarvente, ella estaba revisando otras cámaras, así que no lo notó.