☁️76: el precio de la libertad☁️
A la mañana siguiente, el abogado dio la noticia que Yoongi podría salir de la cárcel bajo fianza.
Sin embargo, los problemas no habían terminado. La fianza impuesta era una fortuna completa; la familia del alfa junto a sus amigos hicieron cuentas con todo lo que tenían, y no reunían ni la mitad del capital. Estaban desesperados, quedándose sin ideas para poder avanzar.
—El señor Lee dijo que haría lo posible para reducir la cantidad, pero no podemos confiarnos —comentó Alessia.
—Todo esto está mal, con todo lo que reunimos no cubrimos gran cosa —dijo Nam—. Además, dudo mucho que a Yoongi le agrade la idea de vender la casa de su familia.
—Eso no es relevante ahora —intervino Somi—. Lo importante es sacar a mi hijo de ese lugar.
—Podríamos vender las motocicletas —opinó SeokJin.
—No se puede, no nos pertenecen —dijo Hoseok—. Son de los patrocinadores de las carreras, nos permiten usarlas con la condición de participar en las carreras. Yoongi se había animado a comprar la Harley que él conduce, pero luego se arrepintió.
—Esto está mal —suspiró Ale, mirando los pocos billetes que consiguieron.
—La buena noticia es que muy pronto Nam Joohyuk estará encerrado en prisión —comentó NamJoon.
Somi había escuchado algo del tema. Sabía que los amigos de su cachorro mayor se reunieron con el abogado para plantear la situación del verdadero culpable. Entregaron las pruebas que Yujin facilitó, así que ahora estaba en manos de las leyes que, afortunadamente comenzaron a trabajar con rapidez para que el arresto fuese en esos mismos días, sin la posibilidad de fianza o alguna esperanza de libertad.
—Si no podemos sacar a Yoongi de la cárcel, ese tipo se habrá salido con la suya —gruñó Hoseok.
Estaban por entrar en verdadero pánico, cuando tres personas más se hicieron presentes en el lugar.
Momo, Taehyung y Sergey iban con maletines negros que inevitablemente revivieron las esperanzas en todos.
—Tenemos el dinero para pagar la fianza —informó Momo.
Ella, y los alfas que la acompañaban dejaron los tres maletines encima de la mesa. Abrió cada uno de ellos, logrando sorprender a todos los presentes cuando miraron las marquetas de dólares ordenadas de forma pulcra.
—¿Cómo pudieron conseguirlo? —preguntó Hoseok, sintiendo emoción y al mismo tiempo confusión.
—El equivalente está en dólares, pero no habrá problemas al momento de pagar la fianza —dijo la omega—. Están los tres millones de dólares que pidieron, así que no tienen que vender la casa, ni afectar las ganancias del estudio de tatuajes —aseguró ella—. No tienen que preocuparse, solamente acéptenlo.
—Ustedes no debían hacer esto —respondió Somi, sintiéndose afectada y profundamente agradecida.
En ese momento, Taehyung decidió intervenir:
—Nosotros sólo estamos cumpliendo el favor que nos pidió Jimin —confesó—. Fue él quién consiguió el dinero.
—Yoongi no podrá aceptarlo —debatió Hoseok.
—No está a discusión —respondió Momo.
—¿Cómo hizo Jimin para conseguir una cantidad tan grande en poco tiempo? —preguntó Somi, temerosa que el omega tuviese problemas con sus padres.
—La madre de Jimin le quitó las tarjetas, así que no le quedó otra opción que vender uno de sus autos —contó Momo—. Nosotros lo acompañamos, y afortunadamente el pago fue en efectivo.
La omega sacó dos sobres de su bolso, los contempló con melancolía y luego se los entregó a la madre de Yoongi.
—Son dos cartas —explicó en voz baja—. Jimin me pidió que se las entregara. Una es para usted y la otra es para Yoongi.
Somi guardó ambos sobres, haciendo un recordatorio mental de entregársela a su hijo en el mínimo tiempo posible.
Sehun llevaba varios minutos en la puerta del salón de música; desde su lugar observaba en silencio a su hijo, quien estaba recostado en el suelo al lado del ventanal de cristal, mirando fijamente hacia el jardín.
—¿Podemos hablar? —preguntó con cuidado, sonriendo cuando el menor lo miró.
El alfa terminó de ingresar al lugar, se sentó en el suelo al lado de su cachorro que lo miraba en silencio y curioso al mismo tiempo.
—¿Cómo te sientes? —preguntó el alfa.
—Bien —respondió, con una sonrisa escapándose de sus labios de forma repentina—. En realidad, estoy muy bien.
—Me enteré que vendiste el Ferrari rosa —inició el alfa, mientras se hacía el desentendido—. ¿Ya no te gustaba el auto?
—No, era horroroso —respondió con el ceño fruncido.
—¿Y qué hiciste con los tres millones?
—¿Cómo sabes que me pagaron esa cantidad por el auto?
—Yo pregunté primero —atacó Sehun—. Sin embargo, no necesito que me respondas porque ya sé lo que hiciste —hizo una pausa y luego agregó—: el abogado me comentó que pagaron la fianza, y que para mañana Yoongi estará libre de todos los cargos.
Jimin no pudo seguir fingiendo, rápidamente se lanzó a los brazos de su padre mientras reía contento, y tanta felicidad fue la suficiente como para contagiar a Sehun.
—¡Sí fue posible! —chilló, disfrutando mucho de la calidez del fuerte abrazo que el mayor le estaba dando.
—Ese muchacho tendrá una nueva oportunidad para mejorar su vida —dijo el alfa, y de alguna manera compartía el sentimiento de felicidad que tenía su hijo.
—Estará con su familia, con sus amigos —habló Jimin con una sonrisa—. Podrá acompañar a Kook en su recuperación, ¡estará para la cirugía! —exclamó—. Nunca pensé que vender el Ferrari me haría tan feliz.
—¿Y tú dónde quedas? —preguntó el mayor.
La sonrisa en el omega tambaleó lo suficiente como para alarmar al alfa. Sehun no quería que su hijo volviera a ser infeliz, jamás se lo perdonaría y fue por ello que tuvo una discusión fuerte con Lía, donde se encargó de dejarle las cosas claras, aunque a él le doliera, pues amaba profundamente a su esposa.
—Yoongi estará con su familia y yo...
—Estarás con él —interrumpió el alfa, logrando sorprender al menor.
—Padre, la situación de Yoongi es un poco delicada y mi madre es una de las personas más difíciles que he conocido —confesó—. Me da miedo que si insisto en estar con él, ella intente alejarlo de mí por la fuerza.
—¿Lo amas?
—¿Qué?
—¿Amas a ese chico, Jimin?
—Lo amo, es mi vida entera —respondió, sintiéndose tonto cuando descubrió que fácilmente podría llorar.
—¿Y él te ama a ti? —inquirió Sehun.
—Soy su ojitos bonitos —afirmó, con una sonrisa triste.
El alfa suspiró, él no era el mejor para hablar de sentimientos, pero al menos lo intentaría. Se acomodó mejor en el suelo, con su hijo abrazado entre sus brazos. Ellos se miraron por algunos segundos hasta que el alfa se animó a hablar.
—La primera vez que me enamoré, fue increíble —inició el alfa—. El primer amor tiene una chispa distintiva de todos los amores que conocemos en la vida, y cuando se es correspondido —suspiró—. No existe algo mejor en el mundo, ni las palabras exactas para describirlo.
—¿Por qué me dices esto? —cuestionó Jimin, identificándose con el brillo melancólico que existía en la mirada de su padre.
—Porque entiendo como te sientes —respondió el mayor—. Estuve enamorado por mucho tiempo de alguien, y aunque no sucedió como yo hubiese querido, sí me hizo soñar despierto —hizo una pequeña pausa—. Tú sabes que ese amor que sientes es cuidado y correspondido, yo... yo nunca pude saberlo.
—¿Por qué? —preguntó el omega, mirando a su padre con tristeza.
—No fui como tú —dijo Sehun—. No tuve la valentía para confesar mis sentimientos, mucho menos para luchar por ellos. Todos estos años los viví sin saber si hubiese tenido una oportunidad o no, pero contigo es diferente—aceptó con leve amargura—. El amor por si solo no es suficiente, debemos alimentarlo, cuidarlo todos los días para que no desaparezca —lo miró a los ojos—. No hagas lo mismo que yo.
—Mi madre...
—Ya hablé con Lía —cortó el alfa—. Le dije que tú contabas con mi apoyo, que no permitiría que te haga infeliz y que tú tomarás tus propias decisiones —aseguró—. Si ella no lo entiende, el divorcio quedó como último recurso, porque no permitiré que te dañe.
—Tú la amas, y yo no podría ser el culpable de su separación.
—Te amo más a ti, y ella también, aunque esté actuando mal —suspiró—. No serás el culpable de nada. Las decisiones dentro del matrimonio no te incluyen, Jimin, siempre tenlo presente.
El omega se sintió muy feliz y sobre todo afortunado. Su padre se encargó de abrazarlo, llenarle de besos las mejillas y decirle cuánto lo amaba. Esos minutos fueron suficientes para que Park Sehun demostrara a su cachorro lo que en años no pudo hacer, convirtiendo ese momento en uno sumamente especial que viviría por siempre en sus recuerdos más valiosos.
—¿Qué harás ahora? —preguntó Sehun con una ceja alzada.
—Prepararme para recibir a mi novio como se debe —respondió con energía.
—Así es como habla un Park —halagó orgulloso.
El ambiente se tensó un poco cuando Park Lía ingresó al salón. La omega lucía impecable; sin embargo, también estaba cansada y su mirada expresaba los sentimientos que quizá resultaban difíciles de exteriorizar con palabras.
—Necesito hablar con ambos —pidió ella, permaneciendo de pie frente a las dos personas que amaba.
—Te escuchamos —habló el alfa, mirando con calidez a su esposa, teniendo la esperanza de que ella hiciera lo correcto, por la felicidad de su único cachorro.
Ella tomó una fuerte cantidad de oxígeno, para luego comenzar a decir todo lo que tuvo guardado durante los últimos días.
—Ustedes dos son los amores más grandes de mi vida —inició, con sus ojos cristalinos—. Hijo mío, te pido perdón por la forma en la que reaccioné —miró a Jimin con arrepentimiento sincero—. Nada justifica que te haya golpeado y me di cuenta demasiado tarde —soltó el aire—. También quiero disculparme por controlar tu vida, no soy quien para hacerlo, no tengo el derecho —reconoció—. Y siempre he confiado en ti, eres mi mayor orgullo, así que, espero que puedas perdonarme.
—Te perdono, madre —respondió el omega, lo hacía porque él la amaba y Lía pudo saberlo en ese momento.
—Sobre ese muchacho —continuó ella, mientras cerraba los ojos por un momento—. Admito que me es difícil confiar en él, pero confío en ti, Jimin —recalcó—. Si estás seguro de amarlo y estar a su lado, yo no seré quien se interponga.
—¿Puedo confiar en tu palabra? —cuestionó el pelirosa.
—Completamente —respondió Lía, para luego entregarle todas las tarjetas que anteriormente le había quitado—. Ya no eres un chiquillo, me costó admitirlo.
—Aprecio lo que estás haciendo —reconoció el omega. Posterior a ello se puso de pie y le dio un abrazo a su madre quien lo recibió con las emociones mezcladas.
—Te amo, hijo —le dijo, besando la cabellera rosa segundos después.
—También te amo, madre. —el omega continuó abrazándola, hasta que un barullo bastante fuerte se escuchó en el piso de abajo.
"¿CREEN QUE PORQUE ME TENÍAN ENCERRADO EN MI PROPIA CASA NO IBA A DARME CUENTA? ¿DÓNDE ESTÁ MI NIETO? ¡VINE A LLEVÁRMELO DE AQUÍ!"
—Abuelo —musitó Jimin, echándose a correr hacia el lugar donde se escuchaba la voz del enfurecido patriarca de la familia.
Lía se quedó procesando lo que había ocurrido en cuestión de segundos, siendo sorprendida después con el beso largo que le otorgó su esposo.
—Estoy orgulloso de ti —dijo el alfa, con sus manos acariciando las mejillas de su hermosa esposa.
—No podía perder a las personas que amo por algo tan banal como el orgullo —confesó, dándole una sonrisa preciosa al alfa que la miraba embelesado—. Por suerte, pude darme cuenta a tiempo.
Sehun abrazó la cintura de su omega y juntos salieron del salón rumbo al piso de abajo. Cuando llegaron se encontraron una escena bastante tierna, y hasta cómica.
Jimin estaba siendo asfixiado por los fuertes brazos de su abuelo, quien no se detenía en refunfuñar la injusticia que estaban haciendo con su nieto, mientras un silencioso Chanyeol disfrutaba de lo que estaba pasando en uno de los rincones del salón.
—¡Ustedes dos! —gritó SeungHoon, con sus ojos aniquilando a su hijo y a su nuera—. ¿Por qué no me dijeron lo que estaba pasando con el novio de mi nieto?
—Nosotros no queríamos preocuparte —dijo Sehun, sonriendo divertido cuando su padre se indignó más.
—¡Otro lobo con ese hueso! —gruñó el mayor de los Park—. Lo que ustedes querían evitar era que impidiera sus planes, ¡ja! Pues Jimin no está solo, ¿comprenden?
—Abuelo, no respiro —se quejó el mencionado.
—Todo está solucionado, señor Park —intervino Lía, temerosa que la rabia del alfa le afectara. Después de todo, SeungHoon seguía recuperándose.
El abuelo Park aflojó el agarre que mantenía en Jimin, miró al matrimonio con duda, aunque los ojos de su hijo lo tranquilizaron por un momento, debía asegurarse.
—¿Qué pasó con Yoongi? —exigió saber.
—Saldrá bajo fianza —respondió Sehun.
—¿Quién pagó la fianza?
—Jimin —respondieron Lía, Sehun y Chanyeol al mismo tiempo.
—Yo... vendí el Ferrari rosa, abuelo —confesó el omega.
SeungHoon miró con orgullo a su nieto, lo volvió a abrazar con fuerza, al mismo tiempo que invitaba a Chanyeol para que se uniera al abrazo.
—Soy muy afortunado al tener nietos valientes y decididos —afirmó orgulloso.
—Tú amabas el Ferrari rosa —dijo Chanyeol, mirando a su primo menor.
—Amo más a Yoongi —respondió con certeza.
—No te preocupes, cachorro. Yo mismo me encargaré de recuperar tu Ferrari rosa —prometió SeungHoon, mientras sus ojos audaces hacían contacto visual con su nuera—. Y Lía va a ayudarme, ¿no es así?
—Sí, señor Park —respondió ella, evitando rodar los ojos cuando escuchó la carcajada de su esposo.
Motero, te escribo esta carta porque quería ponerme dramático.
La fianza la pagué yo, así que no quiero que te pongas de orgulloso, ni que tampoco pienses que estás en deuda conmigo.
Lo hice por una razón simple y poderosa: te amo, y no iba a tolerar que estuvieras más tiempo en la cárcel.
Tampoco pensaba permitir que tus amigos y tu madre sacrificaran lo que tanto les ha costado conseguir, cuando yo tengo las posibilidades y la voluntad de hacerlo.
Probablemente no esté ahí para recibirte, pero a través de estas letras quiero expresar mi felicidad y pedirte que con esta oportunidad que se te presenta te vuelvas más fuerte e imparable.
Devora el mundo, no te lamentes por decisiones que tuviste que tomar. Vive sin límites, conoce, siente, utiliza más el color rosa (sólo aquí admitiré que te queda mejor a ti que a mí) apóyate en profesionales si sientes que lo necesitas, desahoga tus miedos, y compra esa Harley que tanto amas.
Contigo descubrí que la vida es demasiado corta y valiosa como para derrocharla en cuestiones materiales, que con el paso de los años pierden todo su valor.
Te convertiste en lo más valioso de mi vida, y haré lo que sea para que siempre estés bien.
No sé si esto es una despedida, espero que no, porque no estoy listo para dejarte ir.
De lo único que estoy seguro es que, chico... me tienes loco por ti, y fue encantador conocerte.
Tu ojitos bonitos.
|Final del cuarto arco|
Recuerden que esa carta Jimin la mandó antes de hablar con sus padres, no entren en pánico. 🥰
Estamos rozando la recta final de la historia. 🥺
Muchas gracias por leer, nubecitas.
¡Hasta el próximo capítulo!
☁️Yoon~
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