Yoongi analizaba con ojo bastante crítico la imagen que el espejo frente a él le mostraba.

Alessia contribuyó para que su cabello luciera pulcro y peinado, también lo hizo al maquillarlo de forma sutil, dándole profundidad a su mirada, hidratación a la piel y a los labios, además que se encargó de perfumarlo para que llevara un aroma extra encima, que cubriera un poco su esencia natural.

El traje formal que estaba usando fácilmente le costó tres meses de salario; sin embargo, no fue el caso pues todos sus amigos contribuyeron para comprarlo, aunque Yoongi no haya estado de acuerdo en un principio.

Estaba nervioso, y en ese momento que se encontraba solo en su habitación, supo que era la oportunidad para admitirlo. Tenía pánico de causar un desastre, pero lo que más le preocupaba era dejar en ridículo a su chico.

Los últimos días estuvo asistiendo a la mansión del abuelo Park. Recibió la capacitación adecuada para poder mezclarse con facilidad en un entorno que le resultaba desconocido, así que Yoongi también tenía una diminuta pizca de confianza a la que se estaba sosteniendo fuerte para no tener algún tipo de crisis nerviosa.

Otro punto que ayudó a sus nervios fue saber que SeokJin también asistiría a la fiesta de aniversario. El omega iría con los gemelos Park, aunque se retiraría temprano del evento por órdenes de SeoJoon que no pensaba permitir que sus hijos pequeños estuvieran despiertos hasta altas horas de la noche.

Dejó de mirarse tanto en el espejo y caminó hasta la cama donde se sentó. Miró la pequeña cajita que el abuelo Park le regaló el día anterior, la abrió, sonriendo al ver el reloj Rolex brillar imponente entre el terciopelo oscuro.

"Cumpliste años, no podía quedarme sin darte un regalo. Úsalo con orgullo, y recuerda todo lo que aprendiste".

Yoongi se sintió más tranquilo cuando recordó las palabras dichas por el alfa mayor. Tomó el reloj, y con rapidez lo colocó en su muñeca izquierda; se quedó un par de minutos, sólo admirando lo bien que podía lucirlo, mientras que su mente se encargaba de anunciarle que el momento había llegado.

Salió de la habitación con pasos rápidos y seguros que no tardaron en llevarlo hasta las escaleras que bajó apresuradamente. Yoongi se sobresaltó cuando al llegar a la sala de su casa se encontró con todos sus amigos, lanzándole halagos, chiflidos y demás estupideces que pudieron sacarle una carcajada.

—Que guapo ese hombre, ten cuidado que pueden robarte y contigo se llevarían mi corazón completo —dijo Hoseok, suspirando con dramatismo.

—Así como estás de hermoso soy capaz de aceptar tu propuesta de matrimonio. Es más, yo mismo volveré a proponértelo —comentó NamJoon con una sonrisa.

—¡Absolutamente precioso! Vas a robar suspiros como lo estás haciendo con estos dos torpes —chilló Alessia, dándole una mirada ilusionada que causó ternura en Yoongi.

—Dejen las ridiculeces —murmuró el pelinaranja, con las mejillas encendidas de color rojo.

—Luces muy bien, hermano —comentó Nam, ganándose la atención de su amigo—. Dejarás con la boca abierta a todos esos tipos, y seguro enamorarás mucho más a Jimin.

—¿En serio me veo bien? —inquirió, dándose otra mirada.

—Sí, ese traje te hace ver muy elegante —respondió la beta.

Yoongi mostró complacencia con todo lo que estaba escuchando. Aprovechó ese momento para despedirse de sus amigos, y fue entonces que salió de la casa. En el exterior se encontró a Sergey con un auto que parecía más bien una limusina de color blanco con negro, y muy lujosa.

—¿Qué haces aquí? —preguntó el pelinaranja con verdadera confusión.

—Me enteré de que asistirás a la fiesta de aniversario del grupo Park, así que seré tu chofer por esta noche —informó con naturalidad, asustando más a Yoongi—. No te acostumbres, es sólo por hoy.

—¿Quién lo decidió?

—Yo lo decidí —respondió Sergey—. También alquilé esta limusina para hacer una buena entrada. Lo haremos en grande o no haremos nada.

El menor de los alfas sonrió de manera divertida antes de preguntar:

—¿Soy algún tipo de versión masculina del cuento de la Cenicienta?

—Yo creo que sí —respondió el ruso, para luego abrir una de las puertas del auto—. Sube, la fiesta está por comenzar, y Jimin entrará en crisis si no llegas a tiempo.

Yoongi no lo pensó tanto. Subió en la limusina, y sólo un minuto después, el vehículo arrancó con un destino claro, pero al mismo tiempo desconocido, incluso intimidante y aterrador.

El hotel Prinstom. Uno de los más exclusivos de la ciudad, y el lugar escogido donde se llevaría a cabo la fiesta a la que asistiría en compañía de su novio.

Jimin llegó al hotel en compañía de sus padres. Agradeció que el evento se llevara a cabo de forma privada, gracias a ello se libró del mal momento que seguramente tendría con los reporteros que nunca aprendieron a respetar su privacidad.

Sin embargo, sus padres le informaron que habrían un par de entrevistas en las que debía participar. Como sucesor del grupo Park era en demasía importante que Jimin comenzara a involucrarse en los asuntos de la familia, y el omega estaba dispuesto a hacerlo.

Los tres bajaron de la limusina. Jimin comenzó a mirar a su alrededor buscando a su novio, aunque ciertamente sabía que no lo encontraría. Sergey le avisó que iban en camino, calculando unos diez minutos para su llegada.

—¿Entrarás con nosotros? —preguntó su madre. Ella lucía completamente preciosa con el vestido largo de color dorado.

—No, esperaré a Yoongi —respondió, sin preocuparse por ocultar su emoción.

—Los esperaremos adentro, tu madre y yo debemos empezar a recibir a los invitados —informó Sehun, para luego ofrecer el brazo a su esposa.

El omega asintió, siguió el camino que sus padres hicieron cuando ingresaron al hotel, admirando la elegancia y lo bien que lucían juntos. Por otro lado, seguía estando nervioso, durante esa noche ellos conocerían al chico que lo había enamorado, y temía por Lía, aunque la omega estaba tranquila, Jimin no quería confiarse.

Aún así, había algo de lo que el omega estaba completamente seguro, y era que no lo pensaría dos veces en huir de ese lugar de la mano de Yoongi apenas notara una mínima señal de rechazo hacia él por parte de sus progenitores.

La presencia de una limusina blanco con negro lo sacó de sus pensamientos. Jimin sonrió tan amplio como pudo cuando la puerta trasera fue abierta, revelando con ello la presencia de su novio.

Dejó de respirar. Yoongi lucía apuesto, varonil, elegante y sobre todo muy seguro, dando más realce a su mera presencia.

—Sigue mirándome así, y pronto verás como me sonrojo con facilidad —comentó el alfa cuando estuvo frente a su chico.

Lo miró con amor y profunda admiración. Jimin estaba usando un traje que resultaba perfecto para la ocasión, de color negro; la tela se amoldaba a la figura del omega, favoreciéndole por completo, dando un excelente balance en compañía de los aretes largos y el maquillaje sutil.

—Ese traje te queda muy bien, motero —dijo, con sus ojos incapaces de soltar la imagen que estaba teniendo del alfa.

—Mis amigos y yo nos quedamos con los bolsillos vacíos para comprar este traje —inició, haciendo reír al menor—; así que, es una suerte que esté cumpliendo bien con su función de hacerme lucir bien.

—Tienes amigos excepcionales —confirmó el omega.

—Te doy la razón, algodoncito —respondió sonriente, y no tardó en ofrecerle el brazo derecho—. ¿Entramos?

—¿Estás listo? —inquirió Jimin, tomando el brazo que el alfa le ofreció, al mismo tiempo que sus ojos conectaban en una sola mirada.

—Siempre y cuando seas tú quien esté a mi lado —aseguró el alfa, dándole a entender que ya estaba listo para hacer su entrada.

Juntos ingresaron hacia el hotel que estaba completamente decorado para la ocasión; fueron recibidos por el personal de servicio, y continuaron con su camino hasta que llegaron a las puertas dobles que los separaban del resto de invitados.

Cuando las puertas fueron abiertas, Yoongi tuvo que reunir todo el valor que tenía para avanzar.

El salón estaba lleno de personas de la alta sociedad, la música clásica invadía cada rincón del lugar, incluso la iluminación era la indicada.

Justo en ese momento, el pelinaranja repitió en su mente todo lo que aprendió de YongSun y el abuelo Park. Mostró seguridad, sostuvo a Jimin como un caballero, mantuvo la espalda recta, la mirada en alto y sus facciones controladas. Si realmente estaba nervioso y muriendo por dentro, todos los presentes no pudieron verlo.

—Todos te están mirando —susurró Jimin.

Yoongi lo sabía, desde que ingresó sintió muchos ojos sobre su persona. Desconocía lo que esas miradas transmitían, ya que no se concentró en analizarlas; la prioridad principal para él era mantener oculto el desastre que se había desatado en su interior, y jamás soltar el brazo del omega que le acompañaba.

Hubo un momento en el que la mirada del alfa pelinaranja se encontró con la de Park SeungHoon, el mayor le mostró una sonrisa pequeña y un breve asentimiento que para Yoongi significaba: "lo estás haciendo bien".

Por otro lado estaba Park Lía y Park Sehun. Ellos no perdieron detalle del chico que sostenía el brazo de su hijo, lo observaron con recato, pero sin perder ningún detalle.

Para el alfa no era tan relevante, pues él ya había tenido la oportunidad de conocerlo. Sin embargo, Lía se tomó su tiempo para verlo, y así crear una primera impresión con el que sabía era el novio de su hijo.

Ella debía admitir que el alfa tenía presencia. Lucía seguro de sí mismo y eso le agradó, también era guapo, iba bien vestido, así que agradeció internamente que él se tomara la molestia de darle la debida importancia a ese evento.

Podía escuchar algunos susurros de las personas que estaban a su alrededor, todos los invitados miraban al chico de cabellera naranja con mucha curiosidad y Lía no podía culparlos. Entre ellos se conocían, así que la presencia de alguien completamente extraño, y que además iba acompañado del heredero del grupo Park, era un acontecimiento que no se podía ignorar.

Ella y su esposo compartieron una mirada fugaz cuando notaron que su hijo caminaba directamente hacia ellos. Las personas a su alrededor retomaron conversaciones pendientes, algunos incluso compartieron copas de champán, viviendo el momento ameno, e ignorando todo lo demás.

Jimin y su acompañante estuvieron frente a ellos. Lía los miró en silencio, permitiendo que Sehun hablara primero.

—Min Yoongi —mencionó el alfa Park—. Es grato contar con tu presencia.

—Es un placer volver a verlo, señor Park —respondió el mencionado.

—Madre —llamó Jimin, en ese instante Lía se concentró en su hijo—. Él es mi novio, Min Yoongi.

Los ojos de la omega hicieron contacto directo con el joven alfa. Detalló los orbes oscuros con sumo cuidado, relajándose casi de inmediato cuando no pudo descubrir malas intenciones por parte del menor.

—Es un placer conocerla, señora Park —habló el pelinaranja, para luego hacer una reverencia demostrando respeto.

Lía respondió con la misma cordialidad:

—El placer es mío, Yoongi. Espero que te sientas cómodo con nosotros.

Yoongi sonrió genuinamente, el recibimiento de los padres de su novio fue mucho mejor de lo que imaginó, así que en ese momento exacto pudo sentir como un peso enorme salía de su cuerpo, para darle paso a la tranquilidad.

—¿Vamos por una bebida? —preguntó Jimin a su novio. Estaba feliz con la reacción tranquila de sus padres, pero eso no significaba que estaría con ellos durante toda la noche.

—Está bien —accedió él. Ambos se despidieron de los señores Park y comenzaron a caminar hacia la mesa donde el champán brillaba bajo las luces doradas.

—Pensé que moriría —soltó el alfa, con su rostro un par de tonos más pálidos de lo normal.

Jimin soltó una risita que contagió al mayor. Poco tiempo después, el omega susurró:

—El que se está muriendo, pero del enfado, es Joohyuk —informó divertido—. No nos ha quitado los ojos de encima, y puedo jurar que se quedó sin dientes cuando presenció como mi madre reaccionó al verte.

Soltaron una carcajada que llamó la atención de algunos invitados. No pudieron evitarlo, les resultó divertido, liberador e incluso memorable ver la cara indignada de Nam Joohyuk al verlos ahí, a ellos juntos y siendo felices.

—Oye, no nos riamos más, eso no es elegante —regañó Yoongi, pese a ello, terminaron riendo.

—YongSun estaría muy decepcionado de nosotros si nos ve así, soportando las ganas de reírnos de los demás, en un evento de tal importancia —reveló Jimin.

—Aunque YoungJae sí estaría orgulloso —debatió el alfa.

En medio de risitas bajas que compartían un chiste secreto, alfa y omega llegaron hasta la mesa de las bebidas, cada quien tomó una copa y brindaron por ellos, y porque esa noche continuara de la misma manera en la que había iniciado.

Y quince minutos después, Chanyeol, SeokJin, los gemelos, Taehyung y Momo se reunieron con ellos para mejorar los ánimos y el ambiente.

El tiempo pasó sin pausas, aunque no fue algo que Yoongi notara como en un principio pensó.

Realmente estaba teniendo un momento agradable. Las ocurrencias de Park Chanyeol le sacaban muchas carcajadas, y ni mencionar a Momo y su chico fresa, ellos juntos eran una explosión completa de energía que le daba los colores adecuados a ese lugar.

También recibió gustoso las felicitaciones de YongSun, el niño estaba completamente complacido con el comportamiento que Yoongi demostró, asegurando que lo había convertido en un caballero, y que le gustaría compartir algunas tardes de té con él.

Por otro lado estaba YoungJae y sus deseos de tatuarse. A Yoongi le llevó cerca de media hora para poder convencer al niño que todavía era muy pequeño para pintar su piel de tinta, pero que cuando llegara el momento indicado y si él continuaba deseando tatuarse, el pelinaranja con gusto lo haría.

Una hora después, SeokJin se despidió de todos. La hora establecida por SeoJoon había llegado, así que el omega debía llevarse a los gemelos para que pudieran descansar.

Durante ese tiempo, Jimin estuvo presentando a su novio con las personas que le agradaban. Fue así como Yoongi conoció a los padres de Taehyung, eran hombres educados, muy tranquilos y que le dieron confianza.

También conoció a las madres de Momo. La omega era exactamente igual a su hija, risueña, bromista, bella; pero la alfa sí resultaba ser intimidante, provocando que el pelinaranja sintiera pena por su amigo Hoseok cuando llegara el momento de presentarse con ellas.

—El abuelo prometió venir a saludar después —informó Chanyeol—. No ha tenido la oportunidad por todas las personas que se acercan para hablar con él.

—Le dije que no se preocupara, siempre podemos ir a visitarlo —respondió Jimin, mientras que Yoongi asentía en silencio.

La repentina presencia de Park Lía ganó la atención de todos los presentes. La omega carraspeó con suavidad, mirando a su hijo cuando habló:

—Tenemos que dar una entrevista, Jimin —dijo—. No tomará mucho tiempo.

El pelirosa miró a su novio. Yoongi le regaló una sonrisa pequeña, animándole para que siguiera a la omega.

—Te esperaré aquí —prometió.

—Nosotros lo cuidamos —tranquilizó Momo con un guiño dedicado a su amigo.

Jimin asintió, tomó el brazo de su madre, y juntos se alejaron hasta que se reunieron con Sehun y el reportero que les entrevistaría.

—Me parece extraño que Joohyuk esté apartado de todos los demás —comentó Chanyeol.

Yoongi miró al alfa que le causó problemas en el pasado. El tipo también lo miraba a él, con ojos envenenados y la mandíbula apretada. El pelinaranja también notó la presencia de una mujer al lado de Joohyuk, ella a diferencia del alfa, le lanzaba miradas coquetas.

—No está solo —comentó, volviendo a concentrarse en sus amigos.

—Claro que no, está con la arpía —gruñó Momo.

—¿Quién es la arpía? —preguntó Yoongi, mirando divertido las muecas que la novia de su amigo hacía.

—Se llama Suzan Bonet —respondió Taehyung—. Es hija adoptiva de uno de los socios del grupo Park —explicó lo mejor que pudo—. Ella y Jimin nunca se han llevado bien.

—¡Ja! Ella envidia mucho a Jimin, siempre quiere lo que él tiene y no le importa si debe caer bajo para conseguirlo —aseguró Momo con enojo evidente y controlado.

—¿A qué te refieres? —cuestionó Yoongi, sintiéndose muy curioso al respecto.

—Ella se metió en la relación que Jimin tenía con Joohyuk, y no estuvo tranquila hasta que logró destruirla —contó la pelinegra—, pero no sólo es eso, siempre trata de hacer lo que mi amigo hace, vestir como él lo hace, es desesperante.

El pelinaranja formó un círculo con sus labios, miró una vez más a la chica que al parecer envidiaba a su ojitos bonitos. La descubrió mirándolo, así que supuso que, si todo lo que sus amigos le dijeron sobre ella era verdad, no era de extrañar que le estuviera lanzando miradas con la intención de molestar a su chico.

Era una lástima para ella que Yoongi no fuese como Joohyuk, y quedó demostrado cuando la ignoró olímpicamente para concentrarse en su novio que estaba reuniéndose con ellos luego de dar un par de entrevistas.

—¿Todo bien, algodoncito? —preguntó, mientras sus brazos abrazaban la cintura de su chico.

Jimin le dio un beso pequeño en los labios para luego responder:

—Todo bien, motero —respondió, y luego lo miró con travesura—. ¿Quieres continuar aquí o ya podemos comenzar a escaparnos?

—¿Y tus padres? —inquirió el alfa, mientras alzaba una ceja.

—Ya cumplí con mis deberes, ahora quiero escaparme contigo —luego susurró en el oído de su novio—. El traje me comienza a estorbar y quiero que me lo quites para que descubras lo que llevo debajo.

—No me digas eso, no cuando sabes la debilidad que tengo por tu trasero —se lamentó Yoongi, pero Jimin no pensaba darle tregua.

—¿Lo tomas o lo dejas? —presionó el omega, dándole una mirada de reto.

El alfa lo miró con oscuridad, y con una sonrisa coqueta que evidenció por completo la respuesta que daría.

—Lo tomo, sería un idiota de lo contrario.

Jimin tomó la mano de su novio, y con el sigilo de un par de ladrones, salieron del salón sin ser notados.

Se viene lo puerco. 🌚

No quise hacer de la fiesta de aniversario un drama ni nada exagerado, más bien me imaginé algo común, tranquilo y ya. 🥰

El drama es para después. 😎

¿Qué les pareció el capítulo? 👀👀

¿Qué les pareció la reacción de los padres de Jimin, más que todo la de Lía? 👀👀

Muchas gracias por leer, nubecitas. ❤️

☁️Yoon~