☁️60: juegos de seducción☁️
Jimin miraba con curiosidad todo el lugar. La bolera estaba llena de personas, unos concentrados en jugar y otros sentados en las mesas, comiendo hamburguesas mientras miraban a los jugadores concentrados en la pista.
Según lo que Yoongi le había explicado cada jugador tenía diez turnos, en los que debería aprovechar para lanzar dos bolas de boliche en los primeros minutos. La elección del ganador era sencilla, la victoria iba para el grupo que hiciera más bolos en las dos jugadas.
El omega comprendió el objetivo del juego y estaba listo para intentarlo. Lo único que se lo impedía eran los demás que no terminaban de ponerse de acuerdo.
—¡Jimin va en mi grupo! —exclamó Alessia con rapidez—. Él y Hoseok, mientras que Nam, Tae y Yoongi van en el otro.
—¿Y SeokJin, Momo y Chanyeol? —preguntó el pelirrojo.
—Ellos decidieron comer y animar a los grupos, no están interesados en jugar —afirmó NamJoon.
—¡Vamos a iniciar! —gritó la beta, tomando la delantera para hacer su primera jugada.
Lanzó la bola y la observó desplazarse con rapidez en dirección hacia los bolos. El impacto fue inmediato, ganándose aplausos de todos los presentes cuando derribó absolutamente todos.
—¡Así se hace! —animó Hoseok mientras aplaudía.
Alessia repitió la jugada y obtuvo exactamente el mismo resultado. Sonrió llena de confianza, mirando con atención al chico de cabellera rosa.
—Inténtalo ahora —animó, dándole una bola de color rosita que hizo sonreír a Jimin.
Estaba nervioso y emocionado en partes iguales, se posicionó en el lugar que le indicó la beta y sin pensarlo tanto lanzó la bola. Logró derribar siete, quedando tres pendientes.
—Es un buen inicio —felicitó Alessia—. Mejóralo en este turno.
Jimin estaba más confiado, tomó otra bola y la lanzó. Sus ojitos siguieron el camino del boliche hasta que impactó contra los bolos, no pudiendo creer cuando todos los diez fueron derribados.
—¡Lo hice! —chilló emocionado, abrazando a Alessia y a un emocionado Hoseok.
Llevaban una excelente puntuación y estaban seguros de ganar, ahora todo dependía del desempeño que el rubio tuviera en sus turnos.
Llegó el turno del alfa. Hoseok lanzó el boliche con destreza, gritando emocionado cuando obtuvo los diez puntos completos. No perdió tiempo, tomó otra bola y la lanzó, sintiéndose invencible cuando obtuvo diez puntos más.
Las personas a su alrededor les aplaudían por la excelente puntuación, mostrándose curiosos por la respuesta que daría el otro grupo.
Yoongi fue el primero. Tomó una bola de color negro, pero antes de hacer su primer lanzamiento se acercó hasta su novio.
—Un beso para la buena suerte —murmuró bajo, con sus ojos en contacto directo.
Jimin se sonrojó, pero no se lo negó. Lo besó en los labios frente a una multitud de desconocidos y amigos, sintiendo como los latidos de su corazón ganaban rapidez y fuerza.
El alfa volvió a su sitio e hizo el lanzamiento. La bola impactó con fuerza en los bolos derribándolos todos en cuestión de segundos, y haciendo que el pelinaranja dibujara una sonrisa ladina por su excelente ejecución.
—Si perdemos culparemos a Jimin por ese beso —dijo Alessia para luego chasquear la lengua.
—Mejor a ti por hacer los grupos —respondió Hoseok y la beta no tuvo bases para defenderse.
El siguiente en jugar fue NamJoon quien también fue besado por su omega. Hizo los dos lanzamientos y en ambos obtuvo la máxima puntuación, llenando de tensión a Alessia y a Hoseok. Jimin no, él no estaba interesado en ganar o perder, sólo ansiaba diversión y era lo que estaba obteniendo.
Taehyung fue el último en jugar. Hizo su primer lanzamiento y los resultados fueron bastante buenos ya que pudo derribar ocho bolos; en el segundo intento le fue mejor, derribando nueve, y asegurando con ello la victoria de su equipo.
—Me iré a llenar la barriga de hamburguesas y papas fritas para matar la decepción —murmuró Ale, para luego dirigirse hacia uno de los tantos puestos de comida rápida.
Hoseok aprovechó para reunirse con su novia, Momo lo estaba esperando con una buena cantidad de pollo frito en una de las mesas más alejadas.
Jimin aprovechó para acercarse a Taehyung. Abrazó al alfa con mucha fuerza, sonriendo cuando su abrazo fue correspondido por el pelirrojo.
—Te extraño mucho, Tae —susurró, mientras continuaban abrazados.
—Yo también, pero me enteré de que pronto estaremos juntos en el centro médico de tu familia —mencionó el alfa.
—¿Mi tío te lo dijo?
—Más bien el Doctor Bae, todos estamos emocionados con tu llegada, y Kookie también.
Jimin se separó, mirando los ojos sonrientes de su amigo. Taehyung lucía mucho más relajado y feliz, esas mismas emociones eran percibidas por el pelirosa, quien se emocionaba porque ya podía imaginar los motivos.
—Tenemos que hablar de muchas cosas, Taehyung, y esta vez no te pienso dejar ir hasta que me cuentes todo —canturreó sonriente.
El alfa rodó los ojos, y al final terminó asintiendo.
—Lo haremos, pero ahora lo mejor será que te vayas con tu novio antes que se le salgan los ojos y me mate —dijo divertido.
—¿Te quedarás un rato más?
—Sí, le prometí a Alessia que jugaríamos más partidas, ahora ve con Yoongi, se nota ansioso.
El pelirosa dejó un beso en la mejilla de su amigo y luego corrió hasta la mesa en la que su novio lo esperaba. Sonrió al encontrarse a Yoongi con pizza y soda para compartir.
—¿Te gusta la pizza? —indagó el alfa, soltando un suspiro de alivio cuando Jimin asintió.
—Quiero hablar contigo de dos asuntos importantes —dijo el menor, mientras tomaba asiento al lado del pelinaranja.
—Yo también necesito decirte algo, pero empieza tú —solicitó el alfa.
Jimin le dio un mordisco a la pizza con la intención de ganar un poco de tiempo para ordenar sus ideas. Dejó el resto en el plato y se concentró en el alfa.
—Le conté a mi abuelo que somos novios y él quiere conocerte —confesó, detallando al alfa—. ¿Estás bien con ello?
Se sentía un poco nervioso porque no quería presionar al alfa, mas la sonrisa hermosa de Yoongi le dio la tranquilidad que necesitaba para saber que no habría problemas con ello.
—Me encantaría conocerlo también, por las cosas que me has contado de él, puedo asegurar que me caerá muy bien —respondió Yoongi manteniendo la sonrisa.
—Mi abuelo es genial —afirmó el omega.
—No tengo duda de ello —concedió el alfa—. ¿Cuál es el otro asunto que querías decirme?
—Esta mañana miré a Joohyuk —hizo una mueca—. Estaba en mi casa en compañía de sus padres, y él en serio pensaba que habíamos terminado.
—¿Hablaste con él?
—Sí, le aclaré que estaba equivocado y también aproveché para hacerle una amistosa advertencia —dijo tranquilo.
—¿Qué le dijiste? —cuestionó Yoongi totalmente curioso.
—Le dije que no se metiera en lo que no le importaba y que si lo hacía le pediría a mi abuelo que despidiera a sus padres para que se quedaran en la calle —admitió sin ningún ápice de vergüenza o culpa.
—Que bueno que fue una advertencia amistosa —respondió el mayor, para luego soltar una carcajada.
—Era la única manera para que nos dejara tranquilos, alfa —murmuró con un puchero.
—Lo amenazaste —dijo Yoongi, picándole la nariz de forma juguetona—. Ese es mi chico de ojos hermosos.
—Ya me tenía harto.
—Te entiendo, aunque no funcionó del todo porque llegó al estudio para amenazarme —soltó Yoongi.
Jimin se puso de pie por impulso, con toda su carita roja que evidenciaba el enojo creado tras esa confesión. El alfa lo tomó de las manos y lo sentó en su regazo para mantenerlo cerca y tranquilizarlo.
—No pasó nada malo, aunque me quedé con las ganas de partirle la cara —dijo con una mueca.
—¿Cuándo fue eso? —inquirió Jimin, mientras su mente se encargaba de matar a Joohyuk de mil formas diferentes.
—Hoy en la tarde —respondió—. Seguro fue un intento desesperado que nació por la amenaza que le hiciste.
—Es un estúpido atrevido —gruñó molesto, sintiendo sus mejillas calientes de ira.
—Ya, no te sigas atormentando —pidió el mayor, mientras sus labios rozaban cariñosamente la mejilla derecha del omega.
Sus labios se encontraron uniéndose en un beso que tranquilizó sus sentimientos. Los brazos de Yoongi rodearon la cintura ajena, mientras los dedos del omega se enredaban en la cabellera contraria.
Cuando el beso finalizó unieron sus frentes, y así estuvieron por algunos minutos.
—Te amo —susurró Jimin.
Yoongi sonrió, besó las mejillas de su novio en repetidas ocasiones, encantándole cuando lo escuchó reír.
—También te amo, mi ojitos bonitos.
Las luces de la habitación estaban apagadas, pero habían unas color neón que iluminaban el lugar para darle un ambiente erótico y sensual.
Yoongi estaba con la respiración pesada. Sentado en el sillón individual situado frente a la cama, el alfa tenía los vaqueros sueltos, usaba la chamarra de cuero dejando ver su pecho y abdomen descubierto. Estaba descalzo, y la mano derecha subía y bajaba con lentitud a través del tronco grueso que estimulaba constantemente.
Los ojos gatunos y oscuros estaban llenos de lascivia, miraban con atención al omega usando un conjunto de lencería rojo, con ligueros de encaje que hacían resaltar el grosor exquisito de ambos muslos, y el hilo de la braga que se perdía por completo en medio de los gordos glúteos que ansiaba morder.
Jimin estaba bailando para él, y lo hacía tan bien que Yoongi sentía como toda la sangre caliente amenazaba con hacer explotar a su miembro duro y punzante.
El alfa lo devoró con la mirada, lo saboreó y deseó sin reparos. Cayó rendido en el movimiento sensual de aquellas caderas, en el balanceo de ese trasero, en la mirada coqueta, en los labios rojos que le sonreían con malicia, tentándolo, haciéndolo caer en sus encantos.
Verlo bailar era un nuevo afrodisíaco que estaba disfrutando. Los masajes que su mano ejercía en su polla eran mucho más placenteros si los estaba acompañando con esa imagen tan caliente.
Yoongi podía sentir como las gotas de sudor se le formaban en la frente, sentía como se deslizaban hasta caer en su cuello tenso, inclusive había algunas que llegaban más allá y lograban cubrir su pecho agitado.
Instantes después el omega comenzó a acercarse sin detener el baile sensual. Yoongi se reclinó en el sillón permitiendo que su chico se sentara encima de su polla desnuda y comenzara a masajearla con ayuda del enorme trasero cubierto de encaje.
—Mierda bebé —gruñó extasiado, con sus ojos mirando como los glúteos ajenos alojaban todo su pene con facilidad.
Jimin hizo movimientos lentos, de adelante hacia atrás con la presión exacta como para que el pene bajo su trasero expulsara mucho más líquido seminal. Apoyó sus manos en ambas rodillas y continuó moviéndose, alternando sus movimientos entre circulares, como de lado a lado. Mas en ningún momento dejó que su trasero soltara el enorme miembro al cual le estaba otorgando infinito placer.
—Tócame, alfa —demandó, tirando la cabeza hacia atrás para apoyarla en el hombro del mayor.
Las manos de Yoongi tocaron los muslos desnudos, apretaron con fuerza y subieron hasta las caderas que continuaban moviéndose con experiencia. Los labios finos comenzaron a repartir besos en la espalda que tenía al frente, gruñendo excitado y disfrutando como nunca ese momento que estaban compartiendo.
Jimin gimió agudo cuando sintió el toque directo en su intimidad, Yoongi comenzó a masturbarlo con la misma intensidad en la que el omega movía las caderas, creando un ritmo perfecto que funcionó para ambos.
—Fóllame sin condón —provocó el pelirosa, para luego dar una lamida tentativa en la mejilla derecha del mayor.
—¿Es lo que quieres? —cuestionó ronco, con sus manos ocupadas en tocar todos los puntos sensibles del omega.
—Quiero sentir tu carne caliente en lo más profundo de mi interior —confesó Jimin, sintiéndose perdido en la bruma de su placer—. No te preocupes por lo demás, me inyecté.
—Te quiero en cuatro sobre el colchón, voy a darte lo que me pides —dijo con oscuridad, aumentando el libido en ambos.
El omega se puso de pie, y se colocó de la forma en la que el mayor solicitó. Apoyó ambas manos y rodillas sobre el colchón, dejando su trasero alzado y dispuesto para el alfa que ya lo estaba tocando con descaro.
Yoongi se inclinó, mordió cada glúteo hasta que sus dientes quedaron marcados, luego dejó una serie de succiones que iban combinadas con besos húmedos, mientras sus dedos hacían a un lado el hilo de encaje que hasta ese momento estuvo enterrado en medio de ambos trozos de carne.
Sus besos subieron por la espada baja donde estaba el tatuaje que él mismo había hecho, continuó besando y mientras lo hacía dos dedos entraban y salían del agujero mojado por el morbo de escuchar los sonidos húmedos que se creaban.
Alineó su pene en la entrada, sujetó con fuerza la cintura del menor y entonces lo penetró de una sola estocada.
—¡Ah! —gritó Jimin, con su cuerpo moviéndose constantemente debido a los empujes violentos que Yoongi ejercía.
Las manos del mayor tomaron la cabellera rosa y tiraron de ella con fuerza, las embestidas eran bestiales, profundas y rápidas, haciendo gritar a Jimin tan fuerte que incluso la garganta le comenzó a doler.
La sensación de piel con piel era adictiva, su polla libre de condón sentía la calidez y toda la humedad que el omega soltaba en fuertes cantidades de lubricante que se podía notar cuando el tronco salía completamente empapado.
Y fue en ese momento donde estaban en su punto máximo de placer que Yoongi se dio cuenta de algo:
Follarlo era exquisito y amarlo era un privilegio.
Rápidamente cambió las posiciones, el alfa se tumbó a la cama e hizo que Jimin comenzara a montarlo con rapidez. Los movimientos profundos del omega los guiaron al clímax, el cual se anunció con la presencia del nudo y la salida del líquido blanco que bañó sus cuerpos y llenó el interior del menor.
Ese fue el mejor orgasmo que Yoongi había experimentado en toda su vida, costándole creer que existiera un placer tan grande como el que acababa de sentir, reduciendo todo su cuerpo a una explosión de sensaciones.
Lucharon por controlar sus respiraciones, aunque dudaban mucho que pudieran conseguirlo pronto. Ese encuentro había sido explosivo, excitante y muy placentero.
Y como sucedió en muchas noches anteriores, no fue el único que tuvieron.
Espero que les haya gustado. 🤭
Y no puedo creer que ya vayamos por el capítulo sesenta. 👁️👄👁️
Infinitas gracias por leer, nubecitas.
☁️Yoon~
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