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☁️58: dulces anhelos☁️

Min Jungkook estaba viviendo uno de los días más importantes de su vida.

Luego de semanas completas de estudios, terapias, tratamiento y una dieta especial, el equipo médico encargado de su caso había decidido que el omega estaba listo para ponerse de pie.

Por supuesto que no iniciarían con los pasos, y Jungkook se apoyaría en unas barras metálicas para mantener el equilibrio, pero ese pequeño suceso estaba alimentando sus esperanzas, y la sonrisa en su rostro era algo que jamás podría ocultar.

—Tu sonrisa es más hermosa —dijo Somi, con una sonrisa cálida dedicada a su cachorro menor.

—Estoy muy emocionado, madre —admitió.

Estaban en la habitación a la espera de los médicos para llevar a cabo el procedimiento. Jungkook sentía una pequeña dosis de nervios, pero suponía que era una reacción natural que todos los seres humanos sentían cuando estaban a punto de hacer algo que cambiaba sus vidas, es por ello que decidió no darle demasiada importancia, y concentrarse en lo más relevante.

Minutos después la puerta fue abierta por un alfa que ambos conocían muy bien. En ese momento la sonrisa de Kook creció más, sintiéndose mucho más apoyado por tener a su hermano allí, a su lado.

—Sí viniste —dijo, con sus ojitos emocionados puestos en Yoongi.

El alfa se acercó, saludó a su madre con un beso en la coronilla, y luego se concentró en su pequeño hermano. Se acuclilló frente al omega, sonriéndole pequeño al verlo todo nervioso y emocionado.

—Estamos juntos en esto, ¿recuerdas? —fue la respuesta del pelinaranja.

El pelinegro asintió, miró detenidamente a su hermano mayor, soltando una risita cuando lo notó tan demacrado y lleno de ojeras.

—¿No dormiste bien, hyung? —preguntó divertido.

—Dos horas, o menos —respondió con un encogimiento, sin darle real importancia.

Somi se escandalizó cuando escuchó lo que su cachorro mayor había dicho, se acercó hasta ellos, con sus manos acunando el rostro del alfa para mirarlo con mayor detalle.

—¿Por qué no dormiste bien, hijo? —preguntó preocupada—. ¿Mucho trabajo?

<<Mucho sexo>> pensó Yoongi. Definitivamente no era una respuesta para darle a su madre y hermano.

—Pasé entretenido y las horas se me fueron volando —respondió lo más cercano a la verdad—. No importa, descansaré por la tarde.

—Es importante que duermas y te alimentes bien —le recordó su madre.

—Lo estoy haciendo —aseguró Yoongi, para luego dejar un beso pequeño en la mano derecha de la mujer.

Una nueva interrupción hizo que la familia completa olvidara el tema. Se fijaron en la entrada, donde estaba el doctor Bae JinYoung en compañía de Kim Taehyung.

—Hola a todos —saludó Bae—. Vamos a llevar a cabo la prueba en la sala de fisioterapia, Taehyung los llevará, mientras termino con un papeleo para reunirme con ustedes.

Hizo una reverencia que fue respondida por el resto y en silencio abandonó la habitación, dejando a Taehyung a cargo de la preparación previa del omega Min.

—¿Estás listo, Kookie? —preguntó el pelirrojo, decidiendo sonreírle para brindarle confianza.

—Sí —respondió casi en susurros, permitiendo que el alfa comenzara a retirar los vendajes que habían en sus muslos.

—Cuando llegue el momento adecuado habrán dos enfermeras que ayudarán a Jungkook a ponerse de pie —informó Tae en voz alta—. Poco a poco lo irán soltando, y allí comenzaremos con el conteo de los segundos que soporta.

—¿Mi hermano podrá sentir algún tipo de sensación? —preguntó Yoongi, atento a lo que el otro alfa hacía con el omega.

—Sí, es importante que Kook nos informe de todo lo que va sintiendo.

—¿Cómo qué? —preguntó el mencionado.

—La sensación de adormecimiento será normal, el dolor también, así que no debes asustarte por ello —se dirigió al omega—. Tendrás un soporte para no caer, pero es importante que no presiones a tu cuerpo, cada segundo cuenta, así que no te exijas demasiado; recuerda que este será el primer intento.

Jungkook hizo nota mental de cada una de las indicaciones que le dieron, respiró hondo cuando supo que el momento había llegado, y fue entonces que salió de la habitación en compañía de Taehyung y su familia.

El salón de fisioterapia se encontraba en el mismo piso así que el camino resultó relativamente corto. Al momento de ingresar Jungkook se dio cuenta de que en el interior ya estaban los médicos esperando por él, haciendo que sus nervios se dispararan con mayor rapidez, aunque pudo seguirlos ocultando, o al menos eso creía él.

—¿Estás listo, Jungkook? —preguntó JinYoung a su paciente más perseverante.

El omega no pudo responder con palabras, estaba bastante seguro de que terminaría tartamudeando si lo hacía, por ello decidió asentir en silencio, mientras mantenía contacto visual con Bae.

Dos enfermeras se acercaron hasta donde estaba Jungkook, quien para ese momento tenía un desastre entero que bombeaba con violencia dentro de su pecho.

—Todo estará bien, hijo —habló Somi, reconociendo la lucha interna que su pequeño cachorro estaba llevando a cabo.

El omega miró a su madre y luego sus orbes se encontraron con los de su hermano. Yoongi fue capaz de sonreírle con los ojos, transmitiéndole fortaleza y confianza para que pudiera continuar.

—Puedo continuar —murmuró Jungkook a las enfermeras que habían detenido su labor al notarlo nervioso.

Ellas retomaron su trabajo. Lo sostuvieron con fuerza y le indicaron el momento preciso para que se impulsara, Kook escuchó atento, obedeció en todo lo que pudo y entonces...

Se encontraba de pie... él estaba de pie.

—¡Madre! ¡Hyung! —mencionó con lágrimas contenidas, y una sonrisa preciosa que abarcaba su rostro.

La sensación era liberadora, se sentía como esas aves que apenas aprendían a volar, que aunque al principio se equivocaban no se detenían, porque sabían que al hacerlo jamás podrían emprender vuelo para conocer la infinita belleza del cielo.

—Muy bien, Jungkook —felicitó el Doctor Bae—. Ahora te entregarán el soporte de metal para poder evaluar el tiempo que puedes permanecer de pie por ti mismo.

Taehyung le ayudó a sostenerse, el omega dejó las manos a cada extremo del soporte, sin hacer fuerza, sólo para mantener el equilibrio. El peso total de su cuerpo estaba siendo sostenido por sus pies que aún eran débiles, pero que tenían la voluntad de fortalecerse y así continuar avanzando.

—Iniciamos el conteo —habló JinYoung. En ese momento Tae activó el cronómetro.

—Me duelen las rodillas y no siento mis pies —informó Jungkook con una mueca, y cada uno de esos datos fueron anotados por el Doctor Bae.

—Yoongi, párate cerca de tu hermano para que puedas sostenerlo en el momento indicado —pidió JinYoung, siendo obedecido al instante.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Tae al omega.

—Comienzo a sentirme mareado —respondió—. Siento que caeré en cualquier momento.

Los brazos de Yoongi lo atraparon en el momento indicado para evitar que cayera al suelo. El alfa pelinaranja lo llevó de regreso a la silla de ruedas, temiendo encontrar tristeza y decepción en los rostros de todos los presentes, mas fue una genuina sorpresa descubrir que sucedió todo lo contrario.

El equipo médico estaba satisfecho, con sonrisas tenues que demostraban el avance, mientras que Somi y Jungkook eran puro llanto silencioso con miradas que demostraban los dulces anhelos por una buena noticia.

—Excelente trabajo, Jungkook —inició JinYoung—. Estuviste de pie por diez segundos y déjame decirte que es mucho si tenemos en cuenta tus antecedentes —continuó diciendo—. Tienes un buen tono muscular que con el tiempo se irá fortaleciendo, pero desde este momento puedo decir que estás calificado para lograrlo si sigues esforzándote.

—Muchas gracias, Doctor Bae —dijo el omega, sintiéndose sumamente feliz y orgulloso de sí mismo—. Gracias a todos.

—Como recompensa puedes salir del centro médico durante todo el día y regresar por la noche —dijo Bae—. Pasa un buen tiempo con tu familia, se lo merecen.

Los tres Min sonrieron al mismo tiempo con muchas ideas rondando en sus mentes, para poder disfrutar al máximo ese día que había dado inicio con buenas noticias.

El primer año universitario de Jimin dio inicio con clases de tres horas por materia. En su caso estaba estudiando dos: Anatomía y Química Orgánica.

La DHK se caracterizaba por diseñar un plan de estudios diferente para cada carrera y horarios, dicho plan era adaptado para las capacidades de sus estudiantes. De este modo la institución ofrecía mayor calidad en la preparación de profesionales íntegros que iniciaban con cursos intensivos de estudio para crear las primeras bases que les ayudarían en su etapa universitaria.

También contaba con seminarios semanales donde participaban diversos profesionales que se encargaban de pulir cada conocimiento otorgado, absolutamente todas las evaluaciones se llevaban a cabo de forma individual, con defensas orales y ensayos escritos.

Los estudiantes eran divididos por letras: A, B, C y D. Jimin se encontraba en el grupo A, al igual que dos chicos más que aún no conocía debido a que estaban en carreras diferentes.

La Dra Cha LeeAh sería su tutora dentro de la universidad, mientras que el Doctor Bae JinYoung sería su tutor en las horas prácticas que debía cumplir en el centro médico Milsun a partir del próximo mes.

Tenía un horario flexible y que le gustaba. Un día libre a la semana que aprovecharía lo mejor que pudiera, y la mayoría de sus clases eran por la tarde, dándole la oportunidad de despertar tarde luego de desvelos interminables de estudios.

Era su primer día, y el omega ya tenía todo acomodado a la perfección. La única parte que aún no terminaba de gustarle era toda la atención que se había ganado por parte de los demás estudiantes.

En esas horas recibió dos invitaciones para citas que amablemente rechazó, también se encontró con Suzan, aunque el encuentro no fue importante, sí resultó desagradable.

La omega se ridiculizó por sí sola al volverle a advertir que se alejara de Joohyuk, y también aprovechó para decirle que el alfa y ella habían dado inicio a una relación.

Jimin incluso ya se había quedado sin ideas, simplemente no sabía cómo hacerle entender que a él no le interesaba absolutamente nada de ellos.

Recibió la última clase con su humor mejorado. Yoongi lo había llamado durante el descanso para contarle cómo iba su día al lado de su familia, notándolo muy feliz por los avances que había demostrado Jungkook.

Quedaron de reunirse en el estudio para cenar. Luego el alfa pasaría la noche con él en el apartamento, y Jimin se hizo una nota mental para hablarle a su novio acerca de la petición de su abuelo.

Iba de camino hacia su casillero para dejar las cosas que no necesitaba en casa cuando un chico de cabello negro y ojos verdes se interpuso en su camino. Lo miró de pies a cabeza, esperando en silencio que se quitara.

—Eres Jimin, ¿correcto?

—¿Quién eres tú? —preguntó el mencionado, sin negar o afirmar la interrogante del extraño.

—Me llamo Adrian Wels, soy de Los Ángeles y tu único compañero de carrera —se presentó con una sonrisa que marcaba un par de hoyuelos.

—Oh, es un placer conocerte —respondió, al mismo tiempo que ofrecía su mano derecha—. Soy Park Jimin.

El alfa se mostró muy feliz y entusiasta con la idea de conversar con el omega, tanto así que incluso lo acompañó al casillero.

—Espero que mi comportamiento no te resulte extraño, simplemente me sentí fuera de lugar aquí, y me dio tranquilidad saber que tendría un compañero de carrera —habló Adrián, y a Jimin le parecía gracioso el acento del chico.

—Está bien —contestó, mientras aseguraba su casillero—. Fue un placer conocerte, pero ahora debo irme.

—Oh, por supuesto, supongo que te veré mañana —dijo el alfa con una sonrisa apenada.

Jimin asintió y luego salió apresurado de la universidad hasta que llegó al estacionamiento donde estaba su Ferrari. Subió e inmediatamente puso el motor a funcionar, saliendo de la institución bajo muchas miradas que sinceramente no le interesaban en lo más mínimo.

—¡¿No entienden lo que es privacidad?!

El grito rabioso de Kim NamJoon resonó en todas las paredes del estudio, logrando paralizar a Yoongi y Alessia.

El pelinaranja miró lo que NamJoon y SeokJin estaban haciendo en plena sala de espera, la primera reacción que tuvo fue tapar los ojos de una curiosa beta, y la segunda fue explotar contra el par de hormonales que se atrevían a molestarse.

—¡Ale y yo no tenemos la culpa de que ustedes dos sean exhibicionistas al follar en medio de la sala, mierda! —despotricó enojado.

—¡Suga déjame ver! —chilló la chica, pataleando cuando el alfa la sostuvo con más fuerza.

—Estate quieta —riñó a su amiga y luego se concentró en los otros dos—. Vístanse, Hope y Momo están por llegar, y mi ojitos bonitos también.

—Eso no será posible, estamos en medio de un nudo —respondió SeokJin con toda la naturalidad del mundo.

—Lo normal —dijo Alessia, riendo como una verdadera loca.

—Asqueroso —gruñó Yoongi comenzando a caminar hacia su área de trabajo. Si eran descubiertos por los demás, no era su problema.

Se encargó de enviarle una advertencia a su chico. En realidad no fue así, solamente le envió un mensaje de texto donde le pedía que le avisara cuando llegara, aunque el alfa esperaba que para ese momento sus amigos recobraran un poco de buen juicio.

Cinco minutos después una sonriente beta ingresó al pequeño espacio para tomar asiento a su lado.

—¿Ya terminaron? —cuestionó Yoongi con el ceño fruncido.

Alessia soltó una fuerte carcajada que hizo gruñir al alfa. Ella, a diferencia de Yoongi se había tomado todo con buen humor.

—Sí, incluso están vestidos.

—Menudos sin vergüenzas —refunfuñó el pelinaranja.

—Tú también eres así, ¿o me lo vas a negar?

—Olvídalo, es diferente —alegó convencido—. Este es un lugar de trabajo, ¿se entiende eso? Trabajo —repitió—. Y en todo caso en el piso de arriba hay una habitación para que forniquen las veces que quieran.

—Mejor hablemos de otra cosa —pidió la beta con una nueva emoción brillando en sus ojos—. Invita a Jimin para que vayamos a jugar bolos el próximo sábado, Hobi ya lo hizo con su novia, y sería lindo que todos saliéramos durante ese fin de semana.

—Se lo diré —asintió con su humor mejorando poco a poco.

—Tú realmente estas enamorado —dijo ella, empujándole de forma juguetona.

—No lo dudes en ningún momento, Ale —respondió Yoongi con una media sonrisa.

El ruido en el exterior les dio a saber que todos habían llegado. Ale fue la primera en salir, corriendo directamente hacia un resignado Sergey que no hizo algo para evitarla.

Yoongi salió después, siendo abordado por la energía de su chico que se le subió hasta la cintura, enrollándose por completo como osito panda.

—Motero —murmuró, mientras sus labios besaban constantemente la boca del alfa.

—Mi ojitos bonitos —dijo el mayor, recibiendo gustoso todas las muestras de cariño del omega.

La cena fue tradicional y acompañada de buena música, bromas, risas, y juegos, hasta que todos convirtieron ese momento en uno único, especial e inolvidable.

Porque los tiempos entre pareja eran valiosos, pero los que se vivían entre amigos... esos eran los que sin duda no tenían precio.





























El NamJin también es tremendo, aunque no lo parezca. 🤭

Gracias por leer~ 🫶🏻

☁️Yoon~

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