『ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 46:"sᴀғᴇ"』
El titan comenzó a avanzar, pero lo curioso de esto era que se arrastraba, ya que sus piernas y brazos eran delgados a comparación a su cuerpo completo, haciendo que solo se desplazara de esa manera.
El miedo me invadió nuevamente y pensé en los peores escenarios. Ante tal transformación, era imposible que salieran sin herida alguna de allí o pensando en el caso más trágicos, puede que hayan muerto.
No, no quería pensar eso o aceptarlo. Todos pudieron haber muerto. Ni siquiera con Eren pudieron haberse salvado, ya que el poder del endurecimiento no lo tenía controlado.
La tierra aún mantenía su movimiento y el titan de grandes dimensiones, se comenzó a arrastrar, en una dirección en específico, destrozando todo lo que tenía a su paso.
El lugar del que salió quedó totalmente destrozado, quedando solo en pie, parte de las paredes de cristal que se encontraban en el subterráneo de aquella iglesia y que otro pilar.
Necesitaba saber que ellos estaban bien, no podían haber muerto, necesitaba buscarlos. Me intenté poner de pie, pero mis piernas aún no resistían el peso de mi cuerpo. Caí de rodillas, viendo como Armin se acercaba a mi.
—________, no te levantes.—Armin desvió su mirada hacia el lugar que estaba destruido.
—Armin, debemos buscarlos. No podemos quedarnos aquí sin hacer nada.
—________ tranquilízate, no podemos acercarnos todavía. El titan emite mucho calor, incendiando su alrededor. Debemos esperar a que se alejé un poco más.
Tenía razón, nosotros tampoco nos podíamos exponer de esa manera. No nos quedaba de otra que esperar a lo que Armin me dijo.
—Moblit, debemos preparar las cosas en el caso de que saquemos a los demás de ahí.—Hange dio la orden.
—Entendido—se puso de pie alejándose de Hange.—iré a buscar a los caballos y la carreta que habíamos traído. Cuida a Hange y a _______ a lo que vuelvo.—le dijo Moblit a Armin.
—De acuerdo. Apenas regreses, iremos a ver si los muchachos están bien.
Moblit asintió alejándose rápidamente en busca del transporte.
Pasaron unos 10 minutos y Moblit había regresado con todo lo necesario, además que el gigante se había alejado lo necesario para acercarse al lugar.
—Iremos a buscarlos—Armin acomodó su equipo tridimensional, al igual que Moblit.
—Tengan cuidado—dijo la castaña.
—Lo tendremos—Armin se acercó donde estaba—Por favor, no te muevas de aquí.
Armin sabía que dado mi desesperación por saber si habían sobrevivido, era capaz de ir arrastrándome hasta allá, pero solo pude asentí a su petición, mientras veía como rápidamente se alejaban de donde estábamos.
Espero que todos estén a salvo.
—Esto debe ser el endurecimiento. Aunque te arrancamos del titan, no desapareció. Es impresionante.
Ahora podemos observar como el titan de Eren, estaba cubierto por el mismo cristal que envolvía el sitio en el que estábamos.
—Sólo tomé la botella de la armadura y me transforme.—Eren comenzó a relatar como lo logró.
—Usaste el poder de endurecimiento que hasta ahora no dominabas y nos protegiste.
—Si, no creí que fuera capaz de hacerlo.
—Pero lo hiciste, y ahora gracias a esto, es posible tapar el agujero de la Muralla María.
—Si recuperamos la muralla, podremos descubrir que hay en el sótano de mi casa.
—Correcto. Así que ahora tenemos la certeza de que podrás hacerlo.
—Sí señor, no los defraudare.
—Gracias por protegernos, Eren—sus ojos brillaron al escucharme decir eso.
Ahora, podremos continuar con el plan sin ningún problema. Con el poder de Eren, lograremos nuestro cometido.
Viendo que ahora todos estábamos bien acá adentro, me preocupaba si los demás lograron salir a salvo.
—¡Capitán!—el grito de Sasha proveniente de arriba llamó nuestra atención.—¡Encontramos una salida!
—Los demás están bien. Moblit, Hange, Armin y ______ están a salvo—gritó Connie a la par.
Era un alivio saberlo. Se habían alejado lo suficiente para mantenerse a salvo y eso me dejaba más tranquilo.
—Buen trabajo.
Ambos llegaron donde estábamos todos reunidos.
—Capitán, Armin y Moblit nos ayudaran a salir, hay una parte un tanto empinada, lo que costará subir rápidamente.
—Comprendo. Eren, Historia—los llamé para capturar su atención—¿pueden moverse sin problemas?
—Yo estoy bien—respondió la rubia.
—Si, puedo moverme capitán, no se preocupe.
—¿Los demás?
—Si capitán—respondieron al unísono.
—De acuerdo. Ahora saldremos de aquí y seguiremos a ese titan antes que suceda alguna tragedia.
Los nervios me estaban matando. Había pasado un poco más de media hora y no había señales de Armin y de Moblit.
El panorama de la situación no se veía para nada agradable. El titan aun se lograba ver en el horizonte y no había avanzado mucho. Hange y yo guardamos silencio hasta ahora. Teníamos muchas cosas en la cabeza que ni siquiera una conversación fija nos distraería.
Había revisado su herida y el sangrado se había detenido. Dejé que siguiera reposando en su lugar mientras que los demás irían al lugar.
Vi unos movimientos a unos cuantos metros de donde nos encontramos y venían exactamente en la dirección que Armin y Moblit tomaron. Desde la lejanía pude ver a Eren y a Mikasa acercándose a nosotras.
Me comencé a mover para incorporarme un poco, logrando mi objetivo.
Eren estaba bien, estaba vivo. Rod Reiss no logró su objetivo. Ellos al verme, aceleraron el paso llegando rápidamente.
—¡Eren!—lo llamé al verlo llegar. Hange levantó su cabeza para ver que pasaba.
El ojiverde llegó y nos abrazamos. Me alegraba tanto de verlo bien y a salvo nuevamente.
Odiaba y me frustraba verlo pasar por todo esto. Es tan joven y hacerlo pasar por toda clase de dificultad, me deja ver que no soy capaz de protegerlo. Un par de lágrimas salieron de mis ojos.
—Eren, Mikasa ¿Están bien?—Mikasa asintió y aun me mantenía abrazada a él.
—Si, estamos bien—respondió.
—Eren, discúlpame—le dije al oído.
—Pero que dices _________—nos separamos pero cada uno sosteniendo nuestros brazos.
—No fui capaz de poder sacarte de ese lugar y por eso llegaste hasta aquí.
—No digas eso, no fue tu culpa. Recuerdo que ese hombre te trajo dejándote lastimada e inconsciente. Me preocupé mucho ya que no sabía nada de tu estado.
—Pensé que morirías allí adentro, después de escuchar lo que Rod Reiss quería hacer contigo. Intenté evitarlo, pero Kenny me sacó de ahí.
—Pensé lo mismo, creí que ese hombre te llevaría para matarte en otro lugar.
—Me alegro de poder verte bien.—él me sonrió, pero se notaba afligido. Pasó algo más.—Eso quiere decir que Historia...
—Evitó a toda costa ser manejada por su padre y logramos escapar—respondió.
Hange se había sentado y apoyado en un árbol que estaba a dos metros de mi, hablando con Mikasa.
—Eren, ¿Todos están bien?—pregunté un tanto desesperada.
—Todos están bien y sin ningún rasguño.
—Pero, ¿Cómo lograron salir ilesos?
—Fue por que logré realizar el endurecimiento, logrando crear una clase de barrera que impidió que los escombros cayeran sobre nosotros.
—¿El que Hange quería probar con los experimentos?
—Si, gracias a un frasco que contenía cierto liquido fue que lo logre.
Después de un par de minutos, se vieron llegar a Armin, Sasha, Connie, Jean, Moblit e Historia.
Unos pasos más atrás venía Levi.
El alma me volvió al cuerpo. Gracias al cielo estaba a salvo.
Al verlo sentí unas ganas tremendas de llorar que no se podían evitar con nada. Las lágrimas no dieron tregua y se deslizaban por mi rostro. Logré levantarme unos instantes, comenzando a gatear hasta su dirección. Levi, ante tal acto, comenzó a acelerar su paso hacia mi, llegando a los pocos segundos.
Se arrodilló quedando a mi altura, atrayendo mi cuerpo hacia él, envolviéndome en un abrazo. Lo rodee con mis brazos profundizando este gesto.
Su abrazo era tan cálido y me sentía nuevamente protegida y segura. Los sollozos salían de mi cuerpo al verlo junto a mi y el miedo que sentía de perderlo se esfumó apenas me tocó.
Pasaron tantas cosas ahí que sentía que era el momento para liberar toda la tristeza que tenía por tantas cosas que pasaron en tan poco tiempo.
—Pensé que habías muerto—dije con dificultad mientras reafirmaba su abrazo.
—Ya estoy aquí, tranquila—acariciaba mi cabello mientras dulcemente me hablaba en el oído.
—¿Estás bien?
Me separé de el unos instantes, pero me mantenía cerca de él, con sus manos en mi espalda. Puse mis manos en su rostro, notando un corte en su mejilla.
—Estoy bien—dijo suavemente.
—Tienes un corte en la mejilla y unas magulladuras por todo el rostro. Eso no es estar bien.—respondí molesta, haciendo que unas lágrimas siguieran cayendo.
—Yo estaré bien, pero eres tú quien me preocupa. Tienes heridas bastantes serias... ¿Qué pasó allá abajo?—mientras lo decía retiraba mis lágrimas que caían y analizaba mis muñecas.
No sabía si decirle, pero no sacaba nada con ocultarlo.
—Kenny me golpeó, pero la herida más grande que dejo fue más la emocional que la física.—me miró impactado por mis palabras.
—¿De qué hablas?—preguntó preocupado.
—Kenny me contó el motivo por el que mató a mis padres y yo... —mi voz comenzó a quebrarse, impidiéndome seguir hablando. Me atrajo nuevamente hacia él para contenerme.
—No te sientas forzada en contármelo. Cuando lo creas necesario, puedes decírmelo—besó mi frente.
Nos quedamos así durante varios minutos, logrando calmar mis sollozos. Nos separamos viendo como el titan se iba alejando a medida que pasaba el tiempo.
—¿De dónde salió ese titan?—Hange preguntó.
—Es mi padre—respondió Historia.
Tenía mucha lógica si Historia y Eren estaban aquí. El único que pudo haberse convertido era Rod.
—Historia, según lo que me dijo Kenny, tú serías la que devoraría a Eren, ¿Qué paso?—ella agachó la cabeza avergonzada.
—No permití que lo hiciera. Mi padre quería el poder del titan fundador de Eren usándome. Además descubrimos que si un Reiss posee dicho poder, lo posee la voluntad del primer rey y no liberaría a la humanidad de los titanes. Tenemos más futuro si Eren continua con esto.
Eren iba a interferir, pero Levi habló.
—Eso lo podemos hablar en el camino, debemos avanzar lo antes posible y adelantarlo.
—Tienes razón... ¡Es hora de marcharnos!—Hange dio la orden y todos comenzaron a moverse.
Moblit llevó a Hange a la carreta, al igual que a Eren y a Historia. Los demás fueron a sus respectivos caballos. Levi me tomó en sus brazos y se dirigió a su caballo. Lo miré confundida, ya que pensé que me dejaría con Hange y los demás.
—Levi, deberías dejarme en la carreta. Irás más cómodo sin mi.
—Prefiero que vayas conmigo. Después de lo que pasó, no quiero que te alejes de mi.
Mi corazón dio un vuelco al escuchar sus palabras.
Subimos a su caballo y me atrajo a él, pasando un brazo alrededor de mi cuerpo, mientras que con el otro, tomaba las riendas del animal. Yo pasé mis brazos alrededor de su cuerpo, apoyando mi cabeza en su pecho, sintiendo como su corazón latía rápidamente.
Mientras avanzábamos, mi cuerpo se fue relajando de a poco al ir escuchando sus latidos.
Mis ojos comenzaron a pesar, dejando que se cerraran para poder descansar unos instantes.
Ya nos habíamos alejado de la capilla en la cual sacamos a Eren y a los demás. Decidimos partir cuanto antes para seguir al gran titan que seguía su camino. Decidí que ________ se fuera conmigo. Estaría mucho más tranquilo si la llevaba junto a mi, por lo menos hasta que llegáramos a un lugar más seguro para que la revisaran.
Sentí que fue aflojando su agarre, soltándome de a poco. La miré y me di cuenta de que estaba durmiendo, ya que su respiración era relajada y tranquila.
Después de todo lo que pasó, era normal de que estuviera así de cansada.
Le pedí a Moblit que me pasara una capa que traíamos en los bolsos que estaban a un costado de la monturas de lo caballos. Me la extendió y la cubrí ya que la brisa de esta noche que estaba un tanto fría. Moblit le extendió una a Eren para cubrir a Hange.
A lo lejos vimos como se acercaban varias personas a caballo. Uno en particular llamó mi atención, ya que se distinguía de los demás. Un corcel blanco, con un hombre rubio, de estatura alta se acercaba. Erwin se hacía presente en la escena.
Llegó en donde nos encontrábamos, deteniendo nuestro andar, al igual que él y sus acompañantes.
—Erwin—apenas llegó, lo nombré. Apuntó su mirada directo a nosotros.
—¿Están todos bien?—preguntó preocupado.
—Hange y ______ fueron las únicas lastimadas.—reporté. Erwin miró a Hange para constatar sus lesiones y desvío la mirada hacia a ________.
Se acercó más a nuestro lado y la miró unos segundos, como si quisiera asegurarse por si mismo de que estuviera bien del todo.
—Erwin, ella está bien.—le dije para calmarlo. Vi como relajaba su cuerpo al escuchar la noticia.
—Bien hecho muchachos. Lograron su misión—cambió el tema al ver que no había nada de que preocuparse.
—Tenemos muchas cosas que comunicar.
—Lo sé, pero ¿de dónde salió ese titan?
—Es Rod Reiss—respondí. Erwin lo miró sorprendido.
—Necesitamos su opinión, comandante.—Erwin giró su caballo para avanzar.
—No podemos permitirnos hablar aquí. Regresemos a la muralla Sina.
—¿Vas a dejar que ese titan avance hasta allí?
—Hasta el distrito Orvud, para ser exactos. Creemos que se dirige allí.
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