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Capitulo 6: El amargo descontento de la realidad

El campo se encuentra en tensión, las voces de los espectadores pasan a un segundo plano y en lo único en lo que puedo pensar, es en arrebatar la maldita pelota para anotar. La desesperación me sucumbe y antes de dar un paso en falso, logro arrebatarle la pelota al sujeto contrario, haciendo un movimiento rápido sin dejar salida para él. Me apresuro en tomar la delantera y anotar el punto ganador antes de que el último tiempo finalice.

La adrenalina me invade y, por unos instantes, todo parece ir en cámara lenta, mi vista se nubla y no logro ver el cuerpo que se me abalanza encima y me hace perder todo intento por anotar. La pelota corre pero es MíngHào quien la toma y antes de que alguien se atraviese en su camino, anota el punto dándole la victoria a nuestro equipo. El publico enloquece y las pancartas que llevan el nombre de nuestra escuela, son elevadas hasta más no poder.

Retiro mi casco con frustración a sabiendas de que no fui yo quien llevó el equipo a la victoria. No me siento ganador aun cuando todos festejan la victoria. MíngHào se convierte en el centro de atracción y el coach se acerca para despeinar su cabello. TaeHyung se mantiene a margen, no fue capaz de jugar porque los "astros" le dijeron que todo iría mal.

―¡Bien hecho, MíngHào! ―exclama el coach.

―Todos lo hicieron bien, no solo fui yo, entrenador ―pronuncia con algo de modestia.

Ruedo los ojos y me apresuro en abandonar el campo antes de que a alguien se le ocurra decir algo más.

―¡Kook! ―ignoro a TaeHyung, lo que menos quiero es que se me acerque y me diga alguna estupidez.

Estrello mi stick contra el suelo y con brusquedad, me retiro el uniforme. Escucho como los demás se acercan hasta los vestidores, así que prefiero meterme de inmediato a las duchas para bajar mi enojo. Ganamos, pero ¿Por qué mierda no me puedo sentir ganador? ¡Oh, claro! Porque no fui la estrella del partido. Es una completa estupidez que alguien quiera creerse mejor que yo.

―¡Vayamos a festejar esta noche, conozco un lugar muy bueno!

Escucho las estupideces que mencionan los miembros del equipo. Prácticamente se les ha olvidado que era yo quien organizaba las fiestas o proponía ir a alguna parte. TaeHyung entra a las duchas pero se mantiene en silencio, parece que finalmente comprendió que no quiero que me hable, ni que respire cerca de mí. Termino saliendo de las duchas con una toalla cubriendo la mitad de mi cuerpo, las risas y voces que antes se escuchaban en los vestidores se apagaron a penas notaron mi presencia.

―¿Qué? ―me limito a preguntar.

Nadie dice nada, todos se miran entre sí como si buscaran transferirse el peso de lo que sea que tuvieran para decirme. Ruedo los ojos, pero me mantengo en la misma posición frente a ellos. Ni siquiera el idiota de MíngHào se atreve a decir algo, pero entonces entra el entrenador con una sonrisa que no cabe en su regordete rostro.

―¿Ya están todos? ―pregunta.

―Falta TaeHyung ―menciona uno de los chicos.

―¡Ya estoy aquí! ―se asegura de informar a todos.

El coach asiente y procede a ocupar un puesto en medio de dos tipos que no recuerdo el nombre. Extrañamente me siento nervioso pero trato de relajarme y convencerme a mí mismo de que son ideas mías. Todo estará bien.

―El partido de hoy estuvo fabuloso, demonios ―menciona el hombre ―¡Todos lo hicieron increíble! BaekHyun, tú debes mejorar más la precisión de tus estrategias... ―continuo diciéndole a todos en lo que debían mejorar. A unos le dijo que se estaban volviendo muy lentos, a otros que debían concentrarse y en casos especiales como Kim TaeHyung, le dijo que dejara de confiar en los astros ―. Jeon JungKook, lo hiciste excelente pero fallaste en el último momento.

―Lo siento, entrenador, no volverá a pasar ―me siento un poco relajado, así que hago una reverencia para el mayor.

―Xú MíngHào, tú en cambio no tuviste ninguna falla ―ya no hay rastros de mi relajo, levanto la vista y veo el rostro sonriente del mencionado ―. Es por eso que he llegado a la conclusión de darte la capitanía, te la mereces. No solo has demostrado ser un gran jugador, sino que también eres perfecto para idear las estrategia en tiempo récord.

Mi rostro se desencaja, veo como todos comienzan a aplaudir por el nombramiento de MíngHào, inclusive TaeHyung lo hace, pero no con el mismo animo que los demás. El coach se acerca para felicitarlo y despeinar su cabello. Lo siguiente que sucede, es la oleada de murmullos que lanzan sobre mí al ver que el coach se me acerca para darme unas posibles "palabras de aliento" las cuales considero que no necesito.

―Lo hiciste bien en su momento, joven Jeon, pero es momento de darle el puesto a alguien más. Eres bueno pero bajaste en algunas cosas ―palmea mi hombro a modo de consuelo ―. Esfuérzate un poco más.

El coach continua alabando a MíngHào pero yo decido no permanecer un minuto más en el mismo lugar. Tomo mis cosas y me dirijo a otra parte de los vestidores para ponerme mi ropa. Doy zancadas hasta salir del lugar una vez que me encuentro listo, y es el rostro de SooHyun lo primero que veo. Sus expresiones son afligidas, por lo que parece que ya sabe lo que ocurrió, empezando porque TaeHyung y MinGyu están con ella. Los ignoro por completo, ni siquiera ella podría hacerme sentir mejor. Sigo mi camino ignorando el llamado que me hacen MinGyu y SooHyun. Finalmente la chica termina interponiéndose en mi camino, abriendo sus brazos para evitar que avance un paso más, pero se me hace fácil apartarla tomando sus brazos y haciéndola a un lado.

―¡Jeon JungKook, detente en este momento! ―toma mi brazo, haciendo que mis pasos se detengan ―¡Entiendo que estés enojado por lo ocurrió conmigo y con TaeHyung, pero seguimos siendo tus amigos y estamos preocupados por ti!

¿Preocupados? Quisiera reír, lo único que quieren ellos es buscar la manera de dejar de sentirse culpables, sin embargo no les daré el gusto. Me giro en dirección a ella, notando su pequeño ceño fruncido y sus labios ‒que en algún momento anhelé‒ abultados en un puchero. Una se sus manos se aferraba a mi brazo y la otra permanecía hecha puño.

―¿Preocupados por mí? ¿Es en serio, SooHyun? ―me aparté de ella ―No te importa nada que tenga que ver conmigo.

―¡Claro que si! ―elevó un poco la voz, frunciendo aun más su ceño y dejando que su rostro se fundiera en un rojo intenso ―¡¿Qué debo hacer para que dejes esa actitud tan petulante?!

―Termina a TaeHyung.

Mis labios permanecían abiertos, mis ojos no se apartaban del cuadro que estábamos viendo HyoRi y yo. Habíamos llegado a los vestidores para felicitar a MíngHào por la victoria y de pasada, también darle las felicitaciones a JungKook porque estuvo increíble, sin embargo, la disputa que había en frente de nosotras hizo que nos frenáramos y miráramos a escondidas todo lo que estaba pasando. HyoRi trataba de tapar sus labios para no soltar una queja dirigida al pelinegro, el cual discutía fuertemente con su amiga. Sorpresivamente, no esperaba que él le pidiera aquello.

Eso sólo me hace pensar en que él tiene sentimientos por ella, aun así, no debería ponerme triste imaginarlo, sin embargo, siento un hueco en mi pecho. Tuerzo mis labios en una mueca y observo como TaeHyung se mete en medio de la discusión.

―Viejo, no puedes pedirle eso ―sus mejillas se ven abultadas, y lo primero que hace luego de decir aquello, es poner a la chica de cabello corto detrás de su espalda.

―Entonces no me mientan, no digan que están preocupados por mí cuando sólo piensan en el bienestar de ustedes mismos ―el chico se veía molesto ―. Manténganse al margen, no los quiero cerca.

HyoRi y yo hicimos todo lo posible por camuflarnos con la blanca pared, pero no encontrábamos una manera adecuada, por lo que sólo nos dimos la vuelta, dejando nuestra espalda al descubierto, sin embargo, él ni siquiera se inmutó, sólo siguió caminando sin detenerse a mirar que mi amiga peliplata y yo habíamos escuchado todo. MíngHào venía saliendo de los vestidores, sosteniendo su mochila en el lado izquierdo de su hombro. Miró de reojo el circulo confidencial que habían formado los amigos de JungKook pero al final solo los ignoró.

Pretendió avanzar hasta nosotras pero fue MinGyu quien lo detuvo con su comentario para nada agradable.

―Ya estás muy contento ¿verdad?

MíngHào se detuvo, de cierta manera, él sabía que esas palabras iban en su dirección. Se giró para mirara al chico de cabello negro, obviando su rostro de seriedad. HyoRi me hizo señas para que saliéramos, después de todo, habíamos llegado hasta aquí por MíngHào.

―Sé un poco más claro ―mencionó el chico.

―Hablo de la capitanía ―dio un par de pasos hasta estar un poco más cerca del más bajo ―. Supongo que ya debes estar contento, finalmente lograste lo que querías. Robarle el puesto a JungKook.

HyoRi y yo nos miramos sin entender. MíngHào por su parte solo negó con diversión, pero a los segundos su rostro volvió a tomar ese gesto serio que anteriormente tenía. Acortó la distancia para con el contrario y se levantó un poco hasta estar a su altura.

―Yo no le robé nada, cada quien está donde debe estar ―el gesto de MinGyu me dejó muy en claro que no le había gustado la manera en la que MíngHào le dijo las cosas ―. Tu amigo necesita una lección de humildad.

―¿Y eres tú quien se la dará?

―No, no acostumbro a hacer obras de caridad ―recuperó su postura y se giró en su puesto para acercarse a nosotras ―. Pero ustedes deberían dejar de estar detrás de él, alimentando su ego como si fuera indispensable.

Concluyó aquello con esas simples palabras. Rodeó los hombros de HyoRi y los míos, girándonos inmediatamente en dirección a la salida. El aroma de MíngHào era muy masculino, y su atuendo decía a gritos que era un chico malo, pero todo ese concepto de fuckboy estaba alejado de la verdadera imagen del chico.

Especialmente cuando lo escuchabas reír y lo veías con las mejillas saturadas de comida.

Cuando la oscuridad abrazó la noche, me dediqué a mirar por la ventana, mi mente se perdía en las escenas vistas después del partido de lacrosse. JiHyun entró, dejando una taza de chocolate caliente y una rebanada de pastel en mi mesita de noche, así mismo, se posiciona a mi lado, apoyando su brazo en el borde de la venta.

―¿Qué miramos? ―pregunta.

―Nada, en realidad ―suspiro cansada ―. Sólo pensaba.

―¿Se puede saber en qué? ―asentí.

Le hice señas para que se acercara a la cama y se acomodara junto conmigo. Ella obedeció y se mantuvo frente a mí. JiHyun es una mujer bastante joven y muy guapa para ser honesta. Tiene hoyuelos en sus mejillas, sus ojos son bastantes claros y su cabello siempre se ve sedoso y suave, muy diferente a mis rebeldes hebras castañas que sólo están tranquilas cuando voy al salón de belleza para que los arreglen.

―Hay un chico, vive cerca de aquí, pero siento que está haciendo las cosas mal y aunque me gustaría ayudarlo en algo, sé que no me lo permitiría, su orgullo no sería capaz de soportar algo como eso ―me dejo caer de espaldas contra el colchón.

―Si quieres intentarlo, sólo hazlo, no creo que sea capaz de rechazar a una niña tan bonita como tú, Mulán ―imitó mi postura y se centró en mirar el coloreado techo de mi habitación ―. Cuentas conmigo para lo que sea, pero si se atreve a hacerte algo o siquiera tocarte un cabello, tendrá serios problemas conmigo.

Suelto una risilla por lo divertido que se ha vuelto su rostro. De alguna manera, me hace sentir mejor que me apoye en las decisiones que tome, y aun cuando me equivoco, siempre está ahí para ayudarme. Me pregunto si así se sentiría con mamá. Los siguientes tres minutos que pasaron, los aproveché para comer lo que JiHyun me había traído, sin embargo, tuvo que volver a la cocina para asegurarse de que no quedara nada fuera de su lugar. Pequeñas piedrecitas comenzaron a resonar en el cristal de mi ventana, así que me puse en pie y me acerqué, llevándome la sorpresa más grande de mi vida.

―¿Qué haces aquí? 

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