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Capítulo 16: Un minuto que parece eternidad

Pasé mis manos por mis brazos para abrigarme y entrar en calor, pese a que llevaba un abrigo, el frío comenzaba a hacerse insoportable. Eso sólo indicaba que la temporada de invierno llegaría muy pronto. Miré la hora en mi reloj de mano y, pese a que no estaba tarde, me preocupaba que aún no estuviera en casa.

Me tomé el atrevimiento de venir hasta aquí, aunque, después de todo no estaba muy lejos de mi casa. Solté un suspiro y caminé de un lado a otro para olvidarme del frío. Miré nuevamente el reloj de mi muñeca y noté que no había cambiado en lo absoluto, sin embargo, para mí era eterno. Un taxi se estacionó en frente de las rejas de la casa, la pelinegra bajó de este un tanto cabizbaja. En momentos como estos, me gustaría no ser tan impulsivo, pero mentiría si dijera que no me causa curiosidad saber lo que está pasando con ella.

No se presentó en la escuela, pese a que había prometido hacerlo y terminar de ver las atracciones, así mismo, MíngHào tampoco lo hizo, lo cual sólo me hace pensar en que estuvieron juntos. No sé si eso me enoja o sólo me parece fastidioso porque están pasando demasiado tiempo juntos.

―¿Kook? ―ladeó la cabeza y se acercó un poco ―¿Qué haces aquí?

―B-bueno...

¿Qué excusa podría darle? En realidad, no sé si habría alguna excusa para decirle, porque literalmente llevo cerca de una hora y media esperando en la puerta de su casa pese a que JiHyun me dijo que Mulán no estaba. Antes de decirle algo, noto que sus ojos están irritados, lo cual me indica que anteriormente estuvo llorando. Me acerco a ella y acuno su rostro con mis manos en señal de preocupación. Sus ojos verdes se ven cristalizados y, por primera vez, logro ver lo bonitos que son. Verde esmeralda.

―¿Qué ocurre? ―pregunto, acercando mi rostro al de ella.

―No es nada, no te preocupes ―lleva sus manos hasta las mías y las aparta de su rostro, sin embargo, encadena nuestros dedos ―. ¿Qué haces aquí?

―Sólo pasaba por aquí y pensé en saludarte ―trato de no mostrarme avergonzado, pero es inevitable cuando mis mejillas se han puesto de un exagerado color rojo ―. ¿Dónde estabas? ¿Estabas con MíngHào?

Asintió, bajando un poco la mirada. Vale, no era momento para pensar algo mal de ellos dos, pero entonces ¿Por qué estaba triste? Se supone que MíngHào es su amigo, no debería hacerla sentir mal, o, es que acaso él... ¿Intentó hacerle algo? No, no lo creo, es idiota y estúpido, pero dudo mucho que sea capaz de dañar a alguien.

La brisa fría comenzó a golpearnos un poco más fuerte, por lo que ahora, Mulán terminó encadenando mi cintura y enterró su rostro en mi pecho. Mis manos quedaron en el aire y aunque lo más lógico sería que yo rodeará su cuerpo, no me atrevía.

―Hace frío, deberías irte a casa ―murmuró, levantando un poco la vista ―. Nos vemos mañana ¿Sí?

Se separó un poco, arregló su cabello para seguido darme una sonrisa a medias. No sabía con exactitud lo que le pasaba, pero tenía algo muy claro y eso era que no podía dejarla ir así como si nada. Una vez que intentó avanzar, tomé su muñeca y la atraje de nuevo contra mi pecho y rodeé su pequeña cintura, sintiendo como mi corazón comenzaba a acelerarse y el frío que hace un rato sentía desaparecía.

¡Oh, mierda!

Sus manos empuñaron mi abrigo y sus ojos se cerraron. Tal vez sólo estaba cansada y, por esa razón, se veía tan decaída, aun así, no dejaba de pensar en que algo pasó entre ella y MíngHào.

―¿Te sientes mejor? ―pregunté.

―Si, un poco ―volvió a murmurar ―. Gracias.

Los siguientes minutos que pasaron, pude experimentar aquello que llaman «Una mirada que parece una eternidad». Tuve una arritmia cardiaca que por poco me hace tambalear. ¿Por qué de pronto empecé a sentir tantas cosas en menos de cinco minutos?
Mulán acarició mi mejilla, se puso sobre la punta de sus pies para poder dejar un beso en mi mejilla y luego me sonrió como si nada. Pasé saliva con dificultad, sin embargo, sentía que aún estaba atorada en mi garganta.

―Nos vemos mañana, ve con cuidado.

Sacudió su mano y avanzó hasta los escalones que estaban cerca de la entrada de su casa. Yo ni siquiera pude reaccionar, sólo me la quedé viendo como si se tratara de un espejismo...

¿Desde cuándo ha sido Mulán tan bonita?

―¡Levanta ese trasero, Jeon!

Es la quinta vez en el día que dice aquello, la próxima vez que lo vuelva a hacer, no dudaré en lanzarle mi zapato. He considerado que los entrenamientos con el idiota de MíngHào son un poco extremistas, mis piernas se cansan más rápido y aunque ahora juego mucho mejor que antes, siento que exagera con sus rutinas. Maldito presumido.

TaeHyung yace tirado a un lado de mí, mantiene la boca abierta, así mismo, tanto sus brazos como sus piernas se encuentran extendidos de manera exagerada en el pasto. Su frente y uniforme están empapados y su pecho sube y baja de manera irregular. Por otro lado, MinGyu sólo se encuentra oculto del sol leyendo algún comic de terror. Hoy sólo estamos nosotros, las chicas decidieron tener una tarde de compras.

―¡Levanta el trasero, Je... ¡Oh, mierda! ¡¿Qué te pasa, estúpido?! ―el pelinegro comienza a pasar su mano por su cabeza, haciendo muecas de dolor ―¿Crees que no duele?

―Es para que no vuelvas a repetir aquello.

―Pero es que en serio debes levantar el trasero, Kook, puedes perderlo ―comenta TaeHyung, manteniéndose sereno, luego de que casi muere por los ejercicios del idiota con cabello negro ―. A las chicas no les gustan los chicos con trasero plano.

Mi mueca de desagrado es bastante notoria, es entonces que MíngHào comienza a reír, casi al punto de suspenderse en el césped. Me parece un acto bastante exagerado de su parte, pero es Xú MíngHào, con el tiempo te acostumbras a sus dramas.

―Imagínate ¿Qué le queda a MinGyu que es más plano que las tablas de mi cama? ―el mencionado sólo se lo quedó viendo con desagrado ―. Es la verdad, eres igual de plano que yo.

―Igual nadie te lo preguntó ―extiende su dedo medio y continúa con su lectura.

Minutos después, seguimos con el entrenamiento; ahora corremos alrededor del campo durante al menos unos quince minutos. Nuestra rutina no es muy extensa, pero llega a ser muy agotadora, teniendo en cuenta que más tarde tendremos entrenamiento con todo el equipo y el coach acostumbra a sacarnos la mi... Bueno, sólo nos aumenta la dosis de entrenamiento.

Luego de media hora, terminamos los tres suspendidos contra el césped, ahora entiendo por qué TaeHyung se abrió de brazos y piernas. Nos arrastramos hasta las gradas por nuestros termos con agua y recuperar energía. Son las tres de la tarde, el entrenamiento con el equipo empieza a eso de las cinco y media a seis de la tarde. Por ahora hemos terminado, pero más tarde empezará el siguiente calvario.

Vemos aproximarse a los chicos de fútbol americano, lucen igual de presumidos que siempre, sin embargo, me enfoco en el sujeto de cabellera oscura que parece ir molestando a uno de sus compañeros más pequeños.

―Es un idiota ―murmura MinGyu ―. A veces quiero patearlo, siempre molesta a ese pobre chico.

Tomo la toalla que yace a un lado de mí y comienzo a pasarla por todo mi rostro con la intención de acabar con el sudor. Un carraspeo me hace levantar la mirada, solamente para toparme con el rostro sonriente del tal Lee DongMin y un par de chicos más que reconozco como Kim MyungJoon y Park JinWoo. Tres inútiles que se creen la gran cosa cuando, en realidad, son un trío de mediocres que sólo saben usar la fuerza bruta.

―Jeon JungKook ―menciona mi nombre con algo de burla ―. A ti te estaba buscando.

―¿En serio? ―me muestro desinteresado.

―Si, necesito pedirte que dejes de acercarte a Mulán, es por tu bien, no quiero verme obligado a hacerte algo.

Las risas de MíngHào, TaeHyung y MinGyu, no se hacen esperar. Mis comisuras se levantan y al ver como su rostro se contrae, doy por hecho que voy a disfrutar el momento. MíngHào se carraspea la garganta y se pone en pie.

―¿Qué buscas, DongMin? ―el chico hace el pobre intento de abrir la boca, sin embargo, es MíngHào quien lo interrumpe ―. Largo, sólo molestas.

―¿Por qué eres tan estúpido, MíngHào? ―menciona MyungJoon.

―¡Oye, tampoco te pases! ―habla TaeHyung ―Sólo nosotros podemos decirle estúpido al escorpiano, no te pases de confianzudo, piscis presumido.

―¿Piscis? ―hace su mejor rostro de confusión.

―No le hagas caso, este idiota cree que sabe manejar los astros y esas mierdas estúpidas ―JinWoo mira con desagrado a TaeHyung ―. Todavía no puedo creer que SooHyun haya preferido a un mediocre como tú, cuando claramente soy mejor.

Sólo bastaron tres segundos para ver como TaeHyung se abalanzaba sobre el cuerpo de JinWoo; los demás nos quedamos con los ojos y la boca abierta, al ver como el castaño prendía a golpes al otro chico. MíngHào sonrío y me hizo señas para que lo mirara, una vez que se aseguró que lo estaba viendo, avanzó un poco y estampó su puño contra el rostro de MyungJoon, dejando escurrir un hilo de sangre desde su nariz.

MinGyu y yo nos miramos, pretendiendo reír por lo graciosa de la situación, sin embargo, cuando volví la mirada a los otros que peleaban, sentí el puño de DongMin cerca de mi mejilla. Hice una mueca con mi mandíbula, sin embargo, limpié el delgado hilo de sangre que escurría y sonreí divertido.

―No debiste hacer eso ―menciono, avanzando hacia él.

―Creo que no.

Y antes de que pueda correr, termino lanzando golpes sobre su rostro. No entiendo cómo es que terminamos peleando con estos idiotas, pero si hay que culpar a alguien, claramente será MíngHào. 



He decidido subir el resto de capítulos en esta semana para darle fin a este proyecto y poder concentrarme en el resto. Deséenme éxito para que todo salga como lo planee JAJDJSKAJAA

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