Capítulo 1
Abro los ojos topándome con el techo de madera de la habitación, giro mi cabeza hacia el costado esperando encontrarme con alguien, en su lugar solo está el lado izquierdo de la cama; Solo y vacío.
Suspiro antes de sentarme en la cama, retiro las sábanas de mi cuerpo y me acerco a la ventana, abro las cortinas y luego la ventana dejando que el viento entré por la habitación, últimamente los días eran fríos, pero las reacciones que tenía mi cuerpo al clima eran una de las pocas cosas que me hacían sentir viva.
Salgo de la habitación, sin esperanza de encontrar a Sunwoo en el apartamento, después de tres días seguidos sin que haya venido ya no sé si quiero verlo, esta no es la primera vez que hace algo como esto, pero si es la primera vez en la cual saber si volverá no está entre mis preocupaciones.
Me acerco a la cocina y pongo una olla con agua caliente con la intención de hacer un café, admito que no soy de las personas que desayunan, pero tampoco soy capaz de iniciar el día sin un café.
Luego de tomarme una taza de cafeína con excesiva azúcar, decido que es hora de asearme luego de mirarme al espejo y encontrarme una imagen nada agradable a la vista, mi pelo enmarañado, mis ojos cansados y la ropa que le pertenecía a mí "novio" no eran precisamente la definición de algo lindo para mí. Si iba a iniciar un nuevo plan para mejorar mi vida debería iniciar mejorando los pequeños aspectos de mí misma.
Tras tomar un largo baño y con una exhaustiva búsqueda en los cajones del armario me di cuenta que no tenía ropa limpia, y esa era la principal razón por la que utilizaba ropa de Sunwoo, supongo que era más fácil cuando pasaba la mayoría del día vagando por el apartamento con somnolencia.
Mi nuevo comienzo no era para nada como lo imaginaba, pero no iba a dejar que eso me desanimara, después de todo había tenido problemas peores en mi vida que tener un montón de ropa sucia, así que, luego de tomar unos pantalones de pijama y una camisa blanca del armario de Sunwoo me dediqué a tomar toda la ropa sucia que se encontraba en el piso, debía lavarla si quería tener algo propio para ponerme, y con ese optimismo recorriendo mi cuerpo decidí que mi hogar también debería tener un poco de orden por primera vez en mucho tiempo.
"Mi hogar" deje de barrer para reírme de mi misma, este no era mi hogar, era un apartamento que Sunwoo logró conseguir luego de que huyéramos juntos, un fallido intento de hogar, tal vez era el lugar donde había pasado los peores momentos de mi vida, había tratado de convencerme a mí misma que no estaba del todo mal durante estos nueve meses, pero ahora estando tan lucida no podía intentarlo más.
Cuando tanto mi ropa como el apartamento estuvieron limpios me acerque con cuidado a la ventana, esta vez era incapaz de sentarme en el borde, así que, en su lugar apoye los codos en el marco y mi mentón sobre mi palma.
De hecho, esto era más entretenido que cualquier programa de televisión barato que estuvieran pasando en este momento, tanto el clima como las personas, todo muy diferente día a día.
No podía negar que a veces me sentía como una acosadora, gracias a este raro pasatiempo sabía muchas cosas de mis vecinos sin haber hablado una sola vez con ellos. Sabía que la señora del 204 salía todos los días a las 8:30 de la mañana a sacar a su perro y siempre volvía con la bolsa de una pastelería, el señor del 602 trabajaba, salía de aquí a las 6:15 y volvía casi siempre a las 7:40 a excepción de los viernes, esos días se podía apreciar de su estado de ebriedad y como disfrutaba de la compañía de una mujer diferente cada semana.
Podía pasar horas observando, era exactamente lo que hacía siempre, casi sin darme cuenta el reloj marcaba las 4 de la tarde y aunque normalmente no era una persona que se alimentará habitualmente decidí si quiera tener una comida decente diaria, era un buen comienzo al menos para acostumbrarme y llegar a la normalidad de tres comidas, así que ahora estaba en la ventana con un plato de espaguetis en mi mano y un tenedor, llenando mi boca de comida sin dejar de observar.
Fue algo sorpresivo ver al mismo chico de anoche, veía más claramente su rostro, pero fue aún más sorpresivo cuando volvió a levantar su mirada, conectando sus ojos con los míos, esta vez igual que la anterior decidí dejar de mirarlo y volver adentro, por alguna razón no me importaba lo que el resto de vecinos pensarán sobre mí, pero si él pensaba que era una acosadora... sería un poco decepcionante.
Incluso aunque su existencia fuera algo nuevo para mí ya le estaba dando más importancia a su opinión que a la de cualquiera que hubiera visto antes -Tal vez exceptuando a Sunwoo-, pero la verdad es que él me había sorprendido, digamos que el hecho de que cualquier chico diferente a Sunwoo me mirara ya era algo extraño.
Me había acostumbrado a no lidiar con ningún chico, en realidad con ninguna persona que no fuera Sunwoo desde que decidí no salir con el si sus amigos estaban presentes, lo que en realidad abarcaba todas sus salidas, ¿Qué puedo decir?, odio a sus amigos y sé que ellos me odian de vuelta.
Soy consciente de que no estoy entre el patrón de chicas con el que se debería involucrar Sunwoo según lo que piensan sus amigos, soy una intrusa y la razón de su cambio, muchas veces me han recalcado que Sunwoo ha dejado de hacer cosas que normalmente hacía sin pensar por mí.
Termino mi plato de espagueti y lo lavo dejando el lavaplatos libre, vuelvo a mi cama ya que ni siquiera quiero molestarme en volver a mirar a la ventana, nuevamente la necesidad de tomar píldoras para dormir se hace presente, creo que el no tener algo en que centrarme deja mi mente a la deriva, presentando nuevamente una dependencia hacia un medicamento que sé que no necesito y que no tiene ningún efecto.
Por una fracción de segundo el deseo de que Sunwoo llegué con una bolsa de medicamentos llega a mí cabeza, pero lo desecho totalmente, teniendo razonamiento, cualquier cosa que represente algún tipo de dependencia no es buena, por más que Sunwoo nunca se niegue a darme lo que le pido sé que el siente lo mismo.
Todos mis pensamientos se esfumaron con el timbre resonando por el apartamento, porque automáticamente aquello me puso nerviosa, durante todos estos meses no fue usual que alguien tocará a la puerta, Sunwoo siempre usaba sus llaves y nadie además de él y yo entra al departamento.
Además, podrían suponer que no soy la persona con las mejores habilidades comunicativas si llevo tanto tiempo encerrada aquí.
Él timbre suena de nuevo, así que, con un suspiro y pasos lentos, mantengo mi mirada en la puerta, timbran una vez más, y aunque estoy nerviosa actuaré como una persona normal lo haría en esta situación.
-¿Quién es? -Cuestiono alzando la voz-
-Soy Nara, traigo a tu noviecito, ábreme la puerta antes de que lo dejemos caer al suelo -contestó a la defensiva-
Suelto el aire algo más tranquila pero aún algo... Asustada, digamos que Nara no era precisamente amable conmigo ni nada parecido, se podría decir que yo para ella algo así como su rival considerando que siempre ha intentado que Sunwoo caiga en sus garras, aunque en realidad su existencia tiene cierta irrelevancia para mí ya que solo la he visto tres veces en mi vida y hasta donde sé Sunwoo siempre ha sabido rechazarla.
Abro la puerta y puedo ver a Nara sosteniendo a Sunwoo con un brazo por encima de su hombro y a otra chica desconocida haciendo lo mismo del otro lado, una vez la abro completamente ellas entran pidiendo indicaciones hasta dejarlo tendido en la cama, desde el primer momento en que vi a Sunwoo sabía que no había estado en un plan tranquilo para ser precisos, y que probablemente le cueste hasta hablar.
Una vez las chicas lo dejan bajo las sabanas -Como si desconfiaran de mi para hacerlo- las acompaño hasta la salida ya que se supone que es lo que debería hacer.
Nara llega hasta la puerta y se gira para verme de pies a cabeza y hacer una mueca de desagrado.
-Supongo que no hay que cuestionar el que nunca esté aquí -me sonríe con superioridad- Dile que no me busque más, al menos hasta que se deshaga de su juguete desquiciado.
Mira a la otra chica y le hace una seña con la cabeza para empezar a caminar, cuando están fuera de mi campo de visión simplemente cierro la puerta.
-Juguete desquiciado... Deberían ser más creativos -pensé en voz alta-
-¡Yunsoo!
Me espanto un poco por los llamados que venían de la habitación, no porque no los esperara, ya que era lo que el habitualmente hacía, sino porque aún no me acostumbraba a la urgencia que se reflejaba en su voz cuando me llamaba borracho.
Mire el reloj, las 4:35 de la tarde, demasiado temprano para dormir, pero seguro no pudo dormir bien estos tres días.
Suspiro tratando de dejar mi enojo de lado y camino hacia la habitación.
Lo haces porque lo quieres, lo quieres y él te quiere.
Repito esa oración tres veces antes de abrir la puerta y encontrarme a Sunwoo sentado en la cama con los ojos llorosos y su mirada en la puerta.
-Yunsoo, por favor no me dejes -Susurra con la voz quebrada-
Y solo entonces me doy cuenta de lo difícil que va a ser llevar a cabo mi plan.
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