DIECIOCHO.
—¡Cinco minutos JungKook!
—¡Ya voy!
Se observó por última vez al espejo, era una inmaculada representación de blanco; pantalones cargo, borcegos, sudadera sobre otra dejando parte de sus brazos y pecho aceitado expuestos. Mordió su labio inferior gustándole lo que veía, realmente lucía muy bien y su emoción por salir a bailar no tenía límites. La pantalla de su teléfono se iluminó con una notificación. Sonrió abriendo la aplicación y contestando rápidamente el mensaje de Maelie.
En todo el día no habían parado de escribirse, tanto que JungKook andaba distraído, todo por seguir organizando la salida que tendrían. Quería que la cita —en su mente sonaba muy lindo— fuera perfecta. Quería ser sincero, quería perder el miedo y contarle lo de Dyonisus, para él la opinión de Maelie era importante, era necesario que ella supiera sobre eso si el día de mañana quería tener algo más serio. Quería su aceptación.
—¡Jeon JungKook! —gritó HoSeok, jalando por la oreja al menor— ¡ya deberías estar en escena, mocoso indecente! —el pelinegro se quejó, dejándose llevar por su hyung hasta el escenario donde tomó posición.
Lanzó un beso al aire riendo por la expresión de antipatía que el coreógrafo le regalaba. A veces, JungKook acababa con la paciencia de todos allí, lo perdonaban por ser solo el encantador y bonito maknae.
El telón comenzó a abrirse cuando 'Confident' de Justin Bieber comenzó a sonar, otra de las razones por las que JungKook se veía entusiasmado por bailar, esa canción siempre estuvo en su repertorio y el momento había llegado con una coreografía de infarto.
Los gritos femeninos eran tan atronadores inclusive por encima de la fuerte música. Las luces fluorescentes pegando de lleno en él hacían que su imponente figura se visualizará aún más sensual, aquella vestimenta todo de blanco no solo acentuaba las curvas de su cuerpo sino también el brillo de su piel y cabello azabache peinado en hondas. Cómo cual modelo de pasarela caminó hasta el escenario comenzando con los primeros sutiles y suaves pasos de la coreografía, moviéndose de un lado a otro, tocando su cuerpo en lugares estratégicos que sabía enloquecían a más de una.
Like a fantasy in front of me, yeah
(Como una fantasía frente a mí)
I think that something special is going down
(Creo que algo especial está pasando)
Y su cordura se fue al diablo cuando vislumbró frente a él a una hermosa rubia de sonrisa coqueta, una que llevaba un diminuto vestido de lentejuelas color rojo dejando sus piernas expuestas. Fue como si todo a su alrededor se hubiera extinguido y los únicos en el lugar fueran ellos dos. La excitación recorría su cuerpo tan veloz que la adrenalina lo incitó a ser más descarado de lo usual. Lo sería solo por ella.
And then she started dancing, sexual romancing
(Luego empezó a bailar, románticamente sexual)
Nasty but she fancy, lipstick on my satin sheets
(Indecente pero elegante, lápiz labial en mis sábanas de satén)
Se contoneo de adelante hacia atrás, su mano subiendo lentamente por su abdomen, pecho, cuello y rostro donde con sus dedos índice y medio le lanzó un beso a través del cubrebocas. El otro metiéndose por los agujeros que su ropa le permitía. Flexionó las piernas quedando un poco más abajo moviendo sus caderas de forma insinuante, sus pardos ojos no se separaban de los verdosos que lo miraban con diversión y lujuria.
La quería provocar, quería hacerle saber lo duro que comenzaba a ponerse tan solo con que lo mirara bailar, y entre medio del show se imaginó a ella bailándole a él en su lugar, soltó un gemido sintiendo a su amigo despertar, su corazón desbocado en su pecho no dejaba de latir, si paraba tendría alguna especie de sincope que lo llevaría al más allá.
Sin importarle lo que luego podrían decirle, rasgó los pedazos de tela que lo cubrían de arriba, quedando con el torso desnudo aceitado y con una fina capa de sudor. Sus manos jugando con el elástico de sus boxers negros Calvin Klein bajaron un poquito cada vez más dejando a la vista su cinturón de Adonis. Tomó la pequeña cadena colgando del costado de su pantalón entre manos y jugó con ella recorriendo su cuerpo en un sugestivo juego.
La miró a los ojos mostrando aquellas cuentas tensadas alrededor de sus manos, como si la invitará a hacer con él lo que ella quisiera. Pero todo volvió a la normalidad cuando sus ojos percibieron, no a una bonita rubia sino a una abrumada y excitada morocha de sonrisa ladina. Su cuerpo ardiendo por el deseo descendió de temperatura de inmediato dejándole alguna clase de molestia que lo demostró lanzando con algo de brusquedad aquellas cadenas hacia el costado.
Salió despacio del escenario despidiéndose de sus admiradoras hasta que el pesado telón se cerró, juntó el dinero del suelo, por lo visto había recibido más de lo usual y sonrió por eso, solo que lo fue disminuyendo cuando vio a HoSeok de brazos cruzados esperándolo en los pasillos y a JiMin detrás conteniendo la risa.
—¡Cómo te atreviste a romper la ropa! ¿Acaso estás idiota? ¡Sabes lo que cuesta intentar ingeniárnosla, cabeza de coco podrido!
Caminó hasta el castaño contando el manojo de billetes y plantó un sonoro beso en su frente. No permitiría que su buen humor disminuyera, así que se dejó regañar por su hyung sabiendo que luego repondría aquel pedazo de tela que dejaba muy poco a la imaginación.
—Por mi estrella que pronto cumplirá años —voceo SeokJin, dejando unos tragos sobre la barra. Habían terminado su show por ese día, le había tocado el mismo día con JiMin y ahora solo disfrutarían de beber algo antes de marcharse cada uno a su hogar.
Ambos chocaron los diminutos vasos bebiendo el contenido, rieron por alguna clase de mal chiste que el mayor de los tres dijo, sin embargo, el ambiente se estropeó cuando JiMin le avisó a JungKook con un suave golpe en su hombro que lo buscaban. Volteó encontrándose con su ex amante en ese diminuto vestido de lentejuelas color rojo.
—Vas a seguir ignorándome cuando tú y yo sabemos que bailaste allí arriba mientras no dejabas de mirarme.
Corrección, <<mientras no dejaba de imaginarme a Maelie viéndome bailarle sabiendo que luego la…>>
—Espero le haya gustado el show, noona. Buenas noches.
Apenas hizo dos pasos cuando Shiho se interpuso delante de él colocando sus delicadas manos en su abdomen y pecho —aun tenía la vestimenta con la que había bailado solo que se había colocado una camisa de mangas largas— le detuvo. No se daría por vencida tan fácilmente.
—Te extraño —susurró, logrando besarle la mejilla.
—Pero yo no —respondió, apartándola con amabilidad.
—¿Me vas a decir que tienes otra? —se cruzó de brazos con su sarcasmo saliendo a flote.
JungKook suspiró cansado de tener que buscar una manera de escapar, de hacerle entender que ya no quería nada con ella. Y vio la oportunidad en una bonita chica vestida con un diminuto traje de colegiala acercándose a la barra.
—Noona le presentó a Yeri —le rodeó la cintura acercándola a su cuerpo dejándola en shock a la de cabello rosa en dos colitas— oh, ahí está mi otra chica —alardeó, viendo llegar a otra de sus compañeras de trabajo, una morena más que conocida— te presento a Minsuk. Las demás están por ahí.
El rostro de las mujeres era de conmoción, confusión e incredulidad. Y JungKook comenzaba a arrepentirse de hacer lo que estaba haciendo. Shiho se carcajeo mirando de arriba abajo a las chicas.
—¿Me dirás que te acuestas con estás?
A una de ellas no le gustó la forma en que lo dijo y se lo hizo saber cuándo Minsuk sujetó del cuello de la camisa a JungKook y le comió la boca de un beso. Al separarse, pudo ver la sorpresa en esos ojos de cervatillo sino fuera porque aún seguía interesada en Yoongi definitivamente hubiera tenido algo con él.
—No tardes tanto Kookie, tal vez está noche hagamos ese trío que querías —ronroneó, tomando de la mano a una Yeri que no salía de su asombro, alejándose.
JungKook no salía de su desconcierto, tendría que pedirles disculpas luego y contarle a sus compañeros lo sucedido antes que todo se volviera un enredo peor y se formaran malos entendidos.
—Como ya puedes ver, estoy bien, muy bien cuidado —aseguró, sus piernas temblaban de los nervios sin poder creer lo que había pasado.
—Me vas hacer creer que tienes sexo con tus compañeras de trabajo.
—No —se cruzó de brazos, su semblante volviendo serio— también con algunas compañeras de la universidad —sonrió mostrando los dientes. La conocía, podía notar como la mujer de la cual creyó haberse enamorado estaba perdiendo la paciencia.
—Te falta follarte a las trabajadoras de la editorial y estamos completos —exclamó irónica, pero al verlo con la mirada esquiva supo que podía ser cierto y su paciencia llegó al límite— ¡Sabes lo que va pasar si te metes con alguna de ellas!
—¡Nada! No pasaría nada porque no me metería jamás con ninguna de ellas —mintió— Déjate de tonterías, Shiho, la quiero pasar bien, soy joven, gano mucho dinero —la enfrentó, dejándole callada— no quiero nada contigo, entiéndelo, déjame en paz. Si me lo permites, me iré a disfrutar de un trío.
Se alejó obligando a sus piernas temblorosas moverse sin que lo traicionen, giró sobre sus talones caminando de espaldas y añadió divertido.
—Gracias por enseñarme lo necesario, ahora soy el Dios de sexo. Que disfrute de la noche en Dyonisus.
A pesar que podía escuchar la regañina de SeokJin como un lejano susurro, su atención se mantenía en su teléfono. Era casi las cuatro de la madrugada, el último mensaje fue deseándole una feliz noche a Maelie. Realmente estaba flechado por ella, incluso como para inventar que se revolcaba con sus compañeras de trabajo para evitar a su amante. Menudo problema le trajo, ya que Minsuk le insultó un poco y Yeri no dejaba de buscarlo. Pero por mantener a salvó a Maelie de la furia de Shiho haría lo que fuera, aunque jamás la había visto ser mala, de todos modos, prefería ser precavido.
—¿Me estás escuchando?
—Sabes que no —respondió en un suspiro. El auto se llenó de silencio, ver preocupado a JungKook no era normal.
—Deberías ser sincero con esa chica —bufó, era el segundo que le resaltaba aquello.
—Ya lo sé, hyung.
—Se ve una persona madura y buena, si le cuentas toda la verdad ella pueda entender, así como Eunji entendió que su novio —se indicó a si mismo— trabaja en un club nocturno, sin embargo solo tengo ojos para ella.
—Supongo, lo que temo es cuando me pregunte cómo llegué ahí —lo miró con el ceño fruncido— ¿Qué le digo? Que la mejor amiga de mi madre, socia en la editorial, por tanto su sunbae a la que ve todos los días y con la cual se lleva muy bien, fue mi amante por muchos años y por querer mantener la chispa decidí entrar a ese lugar.
SeokJin pensativo miró al frente, JungKook lo golpeó suavemente en el brazo porque sabía que el mayor avalaría considerable decirle aquello.
—Escucha, ella algún día tendrá que saber la verdad, algún día Shiho sabrá que Maelie es la chica de la cual estás enamorado, no podrás esconderlo por mucho tiempo, mientras más rápido se lo confieses a esa chica mejor para que pueda asimilarlo, hazlo ahora que tienen una bonita amistad, ahora para que luego no haya obstáculos si deciden estar juntos.
—Puede ser.
—Además, si pasa algo, tendrás el apoyo de Maelie y no se dejará intimidar por la década cuarenta.
Rió por lo bajo, sus hyung siempre sabían cómo animarlo.
En silencio se deslizó por el pasillo a oscuras con ayuda de la linterna de su celular evitando que la luz diera contra la puerta o cercanía de la habitación de sus padres. Entró al suyo dejando su bolso escondido dentro de su guardarropas, tendría que lavar todo después y organizar. Menos mal que Aerin la mujer que ayuda en la limpieza no solía meterse mucho en esos lugares, dejaba que él se hiciera cargo de su ropa.
Fue desnudandose de a poco, se dirigió al baño donde tomó una ducha fría para calmar su desbocado corazón, la noche que comenzó siendo excitante se volvió demasiado preocupante. Le preocupaba cómo le diría la verdad a Maelie, armaría un plan, se estudiaría todo lo que le diría, ella lo entendería y todo estaría bien.
Salió secando lentamente su cuerpo, se colocó el pijama dispuesto a dormir aunque sea unas dos horas, dos horas con veinte minutos según la alarma de su celular sobre la mesa de luz. Fue ahí que reconoció el pequeño bulto bajo las sábanas moviéndose tan lento en un sube y baja mientras por un pequeño resquicio se veía un poco de cabello azabache. Sonrió, removiendo las sábanas con cuidado, deslizando el cuerpo de su hermano para acostarse a su lado y envolverlo entre sus brazos.
—¿Quién es Maelie? —su vocecita le llamó la atención. Bajó la cabeza viendo al niño acurrucarse en su pecho, en uno de sus bracitos sostenía un peluche de conejo color rosa.
—¿Qué haces despierto, bebé? Deberías estar durmiendo, mañana tienes escuela.
—Si dormí, tú me despertaste —añadió antes de recibir un reproche— es que no nos vimos en todo el día, te extrañaba.
JungKook sonrió, no podía decirle nada. Frunció el ceño al caer en cuenta de algo.
—¿Cómo sabes de Maelie?
—Te escuche hablar con ella y omma habla de ella, y tu cara de bobo cuando le hablas a Sonja de ella —sus ojitos de borrego lo miraron— no eres nada discreto, hyung.
El pelinegro rió por lo bajo. Suspiró largo pensando en la rubia, pensando en si estaría soñando en estos momentos disfrutando de su descanso o en qué estaría soñando.
—Exactamente esa es tu cara, piensas en ella ahora, ¿verdad?
—Si —admitió con pena.
—¿Cuándo la conoceré? Quiero conocerla —su entusiasmo le pareció divertido.
—No lo creo enano, no ahora.
—Esta bien —se acomodó, dejando caer su cabecita sobre la almohada— le diré a omma que te gusta.
—¿Qué?
—¿Qué ofreces a cambio de mi silencio? —su propuesta sonaba con mucha seriedad.
—Eso es chantaje.
—Yo solo intento ayudarlo, Hyung —ante la interrogativa en el rostro del mayor, dijo— lo ayudo a que me ayude a no decir nada. Me debes una noche de películas.
JungKook sabía que aún seguía en falta desde aquella vez. Le debía esa noche y muchas más.
—Esta bien enano —besó su frente.
—Pero —levantó su dedito índice— quiero también helado con galletas de chips de chocolate.
—Pero omma no tiene que saber que te di eso.
—Hecho.
Se acomodó tocando con sus manitos el pendiente de la oreja de su hermano mayor.
—Eso hasta que conozca a la chica y te diga si es la indicada.
JungKook se cubrió la boca evitando carcajearse, su hermanito era muy ocurrente cuando se lo proponía.
—Es la indicada, enano, créeme, lo es.
—Mientras te haga feliz la apruebo —le besó la nariz, luego se acomodó con su peluche entre sus brazos para dormir junto a su hermano mayor.
Que tengan un bonito viernes, se me cuidan. 😉😁
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