ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 13
Cuando a Leah le dijeron que Lori había ido tras los ausentes Glenn y Rick, quiso ir a buscarla, pero cuando salió de la casa de los Greene, Shane ya se había marchado en el auto.
Suspiró frustrada.
Solo había deseado desaparecer un par de horas luego de la nueva discusión con Glenn y todo se había ido a la mierda; Beth en shock, Hershel desaparecido, Rick y Glenn yendo tras él y Lori tomando un auto para ir a buscarlos. Una completa mierda.
―Hey, Carl ―pronunció entrando a la sala de la casa Greene.
Carl se encontraba junto a Lili que acariciaba su espalda en el intento de hacerlo sentir mejor. La niña lucía igual de preocupada que él.
― ¿Ya apareció mamá?
―No...
―Tengo miedo... yo... ―sollozó.
―Oye ―se aproximó a acercarse a él para tomar su rostro entre sus manos―. Te prometo que ella volverá sana y salva. Todo va a estar bien, Carl.
― ¿Lo prometes?
Antes de que Leah pudiera contestar, el sonido del auto de Shane la hizo salir de prisa junto a ambos niños de la casa. Se abrió paso entre todos para ver a su madre bajar del auto. La oscuridad no le permitía ver con claridad a Lori, sin embargo, aún bajo la luz de la noche pudo notar algunos golpes y heridas en su cuerpo.
―Por Dios, ¿qué te pasó? ―escuchó decir a Andrea a sus espaldas.
―Mamá, ¿estás bien? ―soltó sin pensar empujando a Andrea para acercarse ella a Lori.
―Tuve un accidente. Estoy bien ―pronunció Lori tomándola de las manos.
―La atacaron ―intervino Shane.
― ¡¿Qué?!
―Estoy bien, estoy bien, en serio ―aseguró ante las miradas preocupadas de todos―. ¿Dónde está tu padre? ¿Dónde está Rick?
Leah la miró sin saber que decir, el agarre de Lori se intensificó al comprender lo que el silencio de todos confirmaba.
― ¿No volvieron?
―Mamá...
― ¿Dónde está? ―está vez la mirada de Lori recayó en Shane que se había alejado unos cuantos pasos, Leah observó en la misma dirección.
―Tenía que traerte de vuelta ―pronunció él.
Sin que ninguno de los presentes, mucho menos Leah pudiera reaccionar, Lori se soltó de su agarre para abalanzarse sobre Shane, molesta.
―Eres un imbécil.
―Lori...
―Eres un maldito imbécil.
―Espera, iré a buscarlo.
―Es mi esposo.
Shane la alejó de él, Leah aprovechó para acercarse a Lori y sostenerla del brazo. Miró con molestia a Shane, deseo decirle que seguía siendo un hijo de puta, pero no era el momento ni el lugar adecuado.
―Primero lo primero ―miró a Lori―. Tenía que cuidarte, asegurarme de que el bebé y tú estuvieran bien.
Leah giró el rostro hacía Lori, sorprendida de haber confirmado por fin su duda. ¿Un bebé? ¿Desde cuándo Lori supo que estaba embarazada? ¿Iba a abortar? No encontraba las palabras correctas con las que pudiera decir algo.
― ¿Tendrás un bebé? ―irrumpió Carl apareciendo de la nada, Lori lo miró sorprendida―. ¿Por qué no me dijiste?
Lori intentó decir algo, pero las palabras no parecían querer salir de su boca. Carl la observó decepcionado y la situación se tornó más densa de lo que ya era.
―Vamos a ver que estés bien ―pronunció Dale extendiendo su mano.
―Sí, Dale tiene razón ―apoyó Leah.
―Vamos ―Andrea tomó el otro brazo de Lori para entre ambas encaminar a la mujer hasta la casa Greene.
―Gracias ―pronunció Lori tomando el vaso de agua que Andrea le ofrecía.
Leah a su lado limpiaba una de las heridas en el brazo de ella con un poco de alcohol. La mujer se encontraba en medio de sus dos hijos que aún intentaban procesar la información recibida minutos atrás.
―Oigan ―pronunció su madre atrayendo la atención de ambos―, lamento mucho haberme ido sin avisarles.
―Está bien, no tenía miedo, Leah me prometió que regresarías a salvo y así fue.
―No vuelvas a hacer algo así ―pronunció ella mirándola―. Pudo haberte... haberles pasado algo.
― ¿Cuándo volverá papá?
―Esperemos que pronto ―murmuró Lori.
―Quiero estar cuando le digas sobre el bebé.
Lori suspiro.
―Cariño, él ya lo sabe. Estábamos buscando el momento justo para decirles a ambos.
― ¿Es niño o niña?
―Carl ―lo llamó Leah, él se inclinó para mirarla mejor―. Creo que aún es muy pronto para saber eso.
―Bueno ―Lori habló―, no lo sabremos hasta que nazca.
― ¿Podemos sentir cómo se mueve?
―No por ahora.
―Tendrán muchas preguntas, ¿no? ―Lori los miró a ambos, preocupada.
―Yo no ―Leah sonrió divertida.
Ya sé cómo se crean los bebés, pensó desviando la mirada a la pared.
No le interesaba una clase sobre como la abejita hacía de las suyas... a menos que fuera práctica y con cierto estúpido chino.
Maldito Glenn, pensó frunciendo el ceño por unos breves instantes hasta que Dale la miró como si estuviera loca.
Lori iba a decir algo más cuando la voz de Maggie irrumpió en el lugar, todos miraron hacia la entrada a excepción de Leah que siguió con su vista fija en Dale.
―Leah ―escuchó a Maggie llamarla.
No.Puede.Ser.
―Dime.
― ¿Podemos hablar?
No, vete al diablo, pensó, pero no podía decirlo delante de todos. Suspiro y asintió de mala gana.
Se levantó de su sitio y en silencio siguió a la castaña fuera de casa. Ambas caminaban en silencio una al lado de la otra sin saber qué decir.
―Quiero empezar agradeciéndote por lo que hiciste hoy con mi hija ―empezó a hablar Maggie.
―Hice lo que tenía que hacer, jamás dejaría que les pasará algo a los niños.
―Lo sé, sin embargo, también sé que en este preciso momento no soy tu persona favorita, Leah ―pronunció haciendo que Leah detuviera su andar para mirarla―. Sé qué crees que entre Glenn y yo hay algo.
Una suave risa sarcástica brotó de los labios de Leah mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.
― ¿Y no lo hay?
―No.
― ¿Entonces qué rayos fue lo que vi? ―el solo recordarlo le provocaba querer llorar y gritar como una niña pequeña―. Los vi besarse, Maggie, y, ¿sabes qué? No importa, puedes quedarte con el chino. Yo no peleo cueros.
La boca de Maggie se abrió y cerró durante unos segundos como si se tratase de un pez, pestañeo de igual forma y, entonces, comprendió la molestia.
―Glenn no tuvo nada que ver, yo fui la que lo bese y él se alejó, supongo no te quedaste lo suficiente para verlo, ¿no?
―Mientes.
―Yo confundí las cosas... desde que Lili nació todos los chicos que se me acercaban huían despavoridos al saber que tenía una hija, Glenn fue amable con ambas y, entonces, creí...
― ¿Creíste que le gustabas? ―al verla bajar la mirada Leah se sintió mal por ella.
―Sí ―murmuró―, desde que Connor se marchó convirtiéndose en lo que mi padre predijo no sabía que era que otro chico me tratará bien. Fue mi error.
― ¿Connor es el padre de Lili? ―se atrevió a preguntar.
―Sí, era un chico del pueblo con una familia conflictiva ―Maggie sonrió al recordar al chico que había sido su primer amor, pero también su primer decepción―, papá lo odiaba por ello, luego metimos las patas y lo odio más.
― ¿Qué sucedió con él?
Maggie se encogió de hombros, ella se preguntaba lo mismo todos los días.
―No lo sé, cuando Lili estuvo apunto de cumplir dos años simplemente se fue.
―Lo siento.
―Yo lo siento más, todo lo que ha pasado entre tú y Glenn es mi culpa.
―También es mi culpa ―Leah miró a la lejanía sintiendo una suave ventisca ondear su cabello―. Glenn y yo no somos nada, él tenía el derecho de hacer lo que deseara.
―Pero no lo hizo, ¿no es esa una señal?
Leah la miró sin entender.
― ¿Señal?
Maggie rio.
―Vamos, eres más madura y lista que yo, debes saberlo.
―No lo entiendo...
―Leah, Glenn está perdidamente enamorado de ti.
El camino de regreso a la granja Greene resultó más lento de lo que Glenn hubiese deseado, estuvo a punto de morir horas atrás y, lo único en lo que podía pensar era en pudo haber muerto sin decirle a Leah que estaba enamorado de ella. Había sido un cobarde por esconderse, pero lo haría de nuevo sin pensarlo.
Observó a la lejanía la casa de los Greene, su corazón latió de prisa al saber que ahí se encontraba la chica que le robaba el aliento. Necesitaba correr y decirle cuánto la quería, sin embargo, al bajarse del auto se quedó de piedra al verla y ella pareció estar igual.
Rick se acercó a abrazar a su familia y aun dentro del abrazo familiar, ella no dejó de mirarlo en ningún momento.
Tal vez encontró una nueva forma de odiarme, pensó bajando la mirada.
― ¿Quién rayos es ese? ―la voz de T-Dog pareció traer a ambos a la realidad.
―Es Randall.
―No podíamos abandonarlo, se habría desangrado ―les informó Rick a los demás.
Glenn observó a Leah mirar sus manos en silencio sentada en la silla a la cual Rick se encontraba recostado, a su lado.
Aunque hubiera deseado pedirle hablar apenas puso los pies fuera del auto, las circunstancias habían sido otras y la reunión sobre quién era Randall fue primero.
―Sí, sobrevivía...
―Demasiados caminantes ―agregó él.
― ¿Qué haremos con él? ―quiso saber Andrea.
Rick la miró.
―Reconstruí el músculo lo mejor que pude ―informó Hershel apareciendo en la estancia con una toalla en sus manos―, pero puede tener dañados los nervios. No podrá caminar por lo menos durante una semana.
―Cuando pueda le damos agua, lo llevamos a la carretera y lo dejamos que se vaya ―propuso Rick.
― ¿No es lo mismo que dejárselo a los caminantes? ―Andrea volvió a hablar.
―Podrá defenderse.
―No podemos dejarlo ir ―habló Shane ―Sabe dónde estamos.
Glenn observó a Shane y luego a Leah, no pudo evitar sentirse sorprendido al ver que no tenía intenciones de hablar. ¿Qué había sucedido?
―Ha estado vendado todo el tiempo. No es una amenaza ―contestó Rick.
―No es una amenaza. ¿Cuántos había? Mataron a tres y te trajiste a uno de rehén, y crees que no van a venir a buscarlo. Por favor.
―Lo dieron por muerto. Nadie lo está buscando.
―Deberíamos montar guardia ―propuso T-Dog.
―Ahora está inconsciente. Lo estará durante horas ―les informó Hershel con la intención de calmar el ambiente.
―Saben, iré a buscarles unas flores y un pastel ―soltó Shane con molestia haciendo que todos lo miraran―. Miren todos, volvimos al parque de diversiones.
―Ni siquiera hemos hecho nada por lo que hiciste en mí granero ―exclamó Hershel perdiendo la paciencia haciendo que Shane detenga su andar―. Déjame que aclare esto de una vez por todas. Está es mi granja. Quería que te fueras, Rick me convenció de que no, pero aun así no me gustas así que haznos un favor y ya cierra la boca.
Y, durante todo el tiempo de su regreso, Glenn por primera vez en el día logró visualizar como las comisuras de los labios de Leah se curvaban en una sonrisa al ver como Shane se largaba con el rabo entre las patas.
Glenn observó a todos levantarse uno a uno, en cuánto Leah lo hizo supo que era ahora o nunca. La siguió durante algunos minutos hasta llegar a un pequeño arroyo.
― ¿Podemos hablar? ―pronunció haciendo que ella detuviera sus pasos.
―Sí ―murmuró sin girarse a mirarlo.
―He estado pensando en nosotros...
― ¿Nosotros? ―lo interrumpió ella―. Nunca hubo un nosotros, Glenn y ahora no creo lo haya.
― ¿Por qué?
Suspiró, abrumado, sin saber qué hacer. Dio un par de pasos delante de ella con el único fin de poder quedar frente a frente. Los ojos de Leah se encontraban cristalizados, aunque parecía querer ocultarlo.
―Yo... yo comprendo que te guste alguien, Glenn ―suspiró ella sintiendo miles de emociones en su interior―. No tienes que ocultarlo, tú y yo no somos nada ―pronunció sin poder aceptar aun lo que Maggie le había dicho la noche anterior.
No podía ser cierto. Él no podía estar enamorado de ella.
Ella no era alguien especial. Ella no era nadie.
Y, le dolía, porque ella lo quería. No había querido aceptarlo y ya era muy tarde.
― ¿En serio no lo entiendes, Leah? ―el ceño de Glenn se frunció, la mirada de confusión que recibió lo hizo querer gritar―. Tú eres la que me gusta, solo tú y nadie más. Estoy cansado de ocultar lo que siento bajo la manta de amigos con derecho, me muero por ser algo más que un amigo para ti. ¿Acaso no lo ves?
― ¡Tú no puedes quererme, Glenn! ―sollozó.
―Tú no puedes impedírmelo. Una bala me pasó muy cerca y yo solo pensé en ti, me pregunté; ¿qué pasaría si me perdieras?, ¿te lastimaría? ―confesó haciendo que ella llorara más―. Y no lo toleré, no toleré la idea de morir sin decirte que te amo y querer saber si tal vez tú sentías lo mismo, así que me escondí para sobrevivir y poder preguntártelo.
―Glenn.
―No. No eres insuficiente para mí, eres más de lo que pude imaginar, yo no planeo abandonarte como lo hizo tu verdadero padre. No quiero excusas, solo te quiero a ti tal cual eres y, espero de todo corazón yo ser suficiente para ti.
―Lo eres, Glenn Rhee ―pronunció ella haciendo que el mundo se detuviera.
Holaa, ¿Qué les pareció el capítulo? Ya falta poco por terminar la temporada ♡
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