Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟶𝟽

La semana continuó transcurriendo, Karina había desarrollado cierto instinto protector hacia la coreana desde que descubrió lo que la menor vivía, ella quería cuidarla siempre y detestaba tener que dejarla en casa sola con ese monstruo que tenía por esposo, sin embargo no podía hacer mucho cuando la misma Minjeong le había pedido que no interviniera en su matrimonio, Karina se sentía impotente, solo quería lo mejor para la castaña, pero esta parecía no querer aceptar su ayuda.

Sin embargo no pudo negarse cuando la mayor llegó a su casa con una bolsa de comida en una mano y en la otra una cajita con cremas para sus heridas la cual le obsequió.

Cada día Karina había ido para encargarse ella misma de tratar las heridas de Minjeong, lo estuvo haciendo por un par de semanas hasta que las heridas en su rostro se volvieron casi imperceptibles a tal punto de que aún la misma Minjeong era incapaz de distinguirlas en su piel, ella se sentía feliz, adoraba lo bien que se sentían los dedos de Karina sobre su piel cuando acariciaba su rostro con cremas calmantes o regenerativas.

Karina estaba orgullosa de su trabajo, ahora el rostro de la menor lucía saludable y todo gracias a ella, no podía sentirse mejor al mirar a Minjeong curada y feliz, poco a poco se estaba enamorando de la hermosa sonrisa que la mejor le regalaba, era la persona más feliz del planeta cuando recordaba que el bienestar en Minjeong se debía a ella, pero aún así temía dejarla por las tardes a solas con Taehyun, ella había visto al coreano en fotos, solamente deseaba encontrarselo algún día en la calle y utilizar cualquier pretexto para golpearlo hasta dejarlo inconciente.

Yoo aún no sabía hasta donde llegaría todo esto, ella quería a Minjeong, desde el día uno ella había llamado su atención y ahora que conocía su historia no deseaba más que sacarla de ahí, quería salvarla de su esposo, cuidarla y asegurarse de que nada malo volviera a sucederle jamás.

Pero no podía hacer nada cuando ella prácticamente se lo había prohibido.

No podía evitar que Kang la lastimara, solo podía curar sus heridas después de que todo hubiera pasado y eso a Karina le dolía.

Ella supo un poco después la razón inválida del maltrato que recibía su menor y le parecía algo muy cobarde el hecho de que Taehyun desquitara su corage con su esposa, ella no tenía la culpa de nada, después de todo no había decidido no darle hijos, simplemente ella no había podido y eso no tenía porqué ser algo malo, tal vez la vida no quería que un bebé sufriera de maltrato como Minjeong lo hacía, ese hombre no merecía un hijo, no merecía ni siquiera una esposa, entonces él no podía exigirle nada a la menor cuando él era un hombre muy malo.

Además, Minjeong era una mujer demasiado hermosa como para estar con ese hombre tan insuficiente, ella no merecía ser usada como una máquina para procrear, una mujer como ella se merecía el mundo entero, ¿Acaso Kang solamente la utilizaba para intentar tener un bebé? Eso era injusto, las mujeres no eran una fábrica de bebés ni nada por el estilo, una mujer como ella debía ser complacida y Karina estaba totalmente segura de que alguien como él era incapaz de conseguirlo.

—¿Entonces su único propósito es procrear?— Karina preguntó incrédula.

—Así es, pero yo no he podido darle un hijo, entonces... Todo ese maltrato es mi culpa— La menor bajó la cabeza al decirlo.

—Oye, no digas eso— Karina pidió tomando las manos de la contraria mientras buscaba su mirada —Tú no eres culpable de nada, no vuelvas a decir algo como eso.

—Pero, soy una mujer incompleta si no puedo embarazarme.

—Yah, Minjeong, ese hombre te ha lavado el cerebro, las mujeres no son una máquina de bebés.

—Pero Karina...— la menor iba a empezar a llorar.

—¿Cuándo fue la última vez que Taehyun te dió un orgasmo?

Minjeong abrió los ojos en grande.

—Karina... ¿Que dices?— Ella estaba muy sonrojada.

Demasiado sonrojada.

—Hablo en serio, ¿Hace cuanto no tienes un orgasmo?

—Yo...—no sabía que responder.

—Diablos, ¿Al menos alguna vez te ha dado uno?

Minjeong negó con las mejillas rojas.

Y Karina abrió los ojos en grande.

—¿Me estás diciendo que llevas al menos cinco años sin un orgasmo?

Minjeong estaba muy avergonzada, llevaba cinco años de casada, pero antes de su esposo nunca tuvo relaciones sexuales con nadie, su familia le había enseñado que debía llegar virgen al matrimonio y ella lo hizo.

—Yo... Bueno... Antes de casarme... Yo no...

—Minjeong, tranquilízate— Karina pidió con una risita al verla tan nerviosa.

—¡Nunca he tenido uno!— Ella soltó dejándose caer contra el pecho de la mayor, estaba muerta de la vergüenza —¿Podemos cambiar de tema?

—Diablos, entonces te acostaste con los menos aptos— Yoo razonó.

—Llegué virgen al matrimonio, ¿Podemos cambiar de tema?— Volvió a preguntar aún escondida en el pecho de Karina.

—¿Nunca te tocaste?

—¿Podemos cambiar de tema?— Insistió.

—Relájate, estamos en confianza y este tema es importante.

—Pero me avergüenza— Ella se sinceró.

—Es algo natural Minjeong, pero no es nada natural que tu esposo no pueda complacerte, ¿Qué clase de hombre es entonces?

—¡Oye! Es solo que él está más enfocado en tener un hijo.

—Es solo que es egoista, busca su propio placer y no le importa nada más que eso.

—Basta, pedí cambio de tema— Kim una vez más insistió avergonzada.

—Lo siento— Karina pidió intentando levantar el rostro de Minjeong para mirarla, pero ella insistía en esconderse en su pecho.

—Déjame, estoy muy avergonzada— Pidió la menor abrazándose fuerte del torso de la mayor para que esta no pudiera alejarla de su escondite.

Y Karina rió abrazándola también.

—Nunca me toqué porque me dijeron que eso era malo— Confesó aún escondida.

—¿Por qué sería malo?

—Mis papás eran religiosos y decían que m-masturbarse era malo— Ella ni siquiera podía decir la palabra sin avergonzarse nuevamente.

—No lo es, es peor entregarse a alguien sin amor.

—Pero aquí estoy, es la vida que me tocó—Minjeong se encogió de hombros restándole importancia.

—Eso podría ser diferente— La mayor soltó con total sinceridad.

—¿Cómo?— Ella quería saber, estaba realmente interesada.

—Pues...— Y Karina también quería decirlo.

Sin embargo la alarma de Minjeong la interrumpió.

Karina debía irse.

Debía dejarla en manos de ese bastardo con la inseguridad de poder encontrarla al día siguiente con nuevas heridas de maltrato. Y ella no quería eso, le había costado tanto quitarle esas marcas de violencia como para que de un día a otro su esposo le hicieran nuevas.

Pero no podía hacer nada más.

Nada más que irse.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro