𝟐𝟎;; 𝐀𝐠𝐫𝐢𝐨
La noche cayó sobre su mundo, y la omega miró con algo de miedo los ojos de su alfa.
El momento que no quería que llegara ya estaba frente a su puerta.
Se despidió de aquellos dos ambientes que había sido más acogedor que mil otras habitaciones, y sostuvo la mano de la mayor todo el camino hacia la planta baja, con su alfa vigilando que nadie apareciera.
Pero tenían calculado que a esas horas de la madrugada nadie saldría.
El aire frío del exterior golpeó sus mejillas y congeló un poco sus lágrimas.
Se volteó para despedir a su alfa con un último beso, abrazándola con fuerza, ahogando sus sollozos en su interior.
Se dijeron unas últimas palabras, donde la mayor agradeció su existencia, y declaró su amor de nuevo.
La omega concordó, y le dedicó una última sonrisa falsa antes de cambiar a forma de una loba inmaculadamente blanco, que la miró con ojos de cachorro, oscuros como aquel cielo nocturno.
La alfa sonrió, agachándose para acariciar la cabeza de aquel magnífico animal, una loba medio adulta y esbelta, quien frotó su hocico en el cuello de la rubia, dió un par de lamidas y una última mirada.
Luego se giró y comenzó a correr lejos, moviendo sus patas con fuerza, haciendo más fuerza aún para no volver a los brazos de la mayor, quien juntó la ropa destrozada de la calle para arrojarla en el contenedor del complejo.
Escuchó toda la noche los aullidos, sus intentos de ahogarse en el olor de las sábanas fueron nulos hasta que su omega dejó de llamar, cuando finalmente lloró, descargando todo lo que no se animaba frente al otro.
Ella debía ser fuerte, por las dos.
— ¡Joven!
El grito y el golpe en la mesa la hizo despertar, alzando la cabeza de golpe y parpadeando varias veces para despejar el sueño de sus ojos, aunque lo hubiera preferido antes de todas la miradas que tenía encima, más el ceño fruncido del viejo profesor frente a ella.
— ¿Cuál es su nombre?
Claro que no lo sabía, tras dos años de carrera nadie la conocía.
— Park Roseanne— dijo, cansada, comenzando a tomar sus cosas para lo que se esperaba que el profesor haría.
— Joven Park, mejor vaya a dormir a otra clase, o a su casa. Hasta entonces largo del aula. Y si no toma enserio la clase de anatomía déjeme decirle-
Roseanne cerró la puerta a sus espaldas, sin dejar que el profesor terminara su discurso.
Ni siquiera sabía porqué había ido a la universidad.
Apenas había podido dormir y se había despertado tarde para el trabajo, así que no había ido.
Se sentía mal por dentro, extrañaba a Jennie, quería dejar de soñarla, porque las pocas horas que había dormido durante las noche fueron de la omega, y su siesta durante la clase también.
Su loba estaba más triste que ella, lloraba en su pecho, llamaba a Jennie, y claro que no obtenía respuesta, y eso le hacía extrañar el sentimiento de vacío que tenía antes de la llegada de la omega.
Viendo el pasillo vacío, y la hora del reloj de la pared, suspiró y comenzó a caminar hacia la biblioteca, pasando por la máquina expendedora para tomar una bebida energizante esperando que le levantara un poco el ánimo.
Además de sentirse mal sentimentalmente, también se sentía enferma físicamente.
El dolor de cabeza solo la alentaba a dormir, momento donde no lo sentía, además de que tenía el cuerpo cansado y había comenzado a arrastrar los pies para caminar.
Por más que había tomado unas pastillas para su malestar antes de salir de casa, no le habían hecho efecto.
Fue hacia la biblioteca pensando sólo en dormir, y se acomodó en su sillón favorito con la lata a sus pies, sin darle importancia a que pudiera aparecer alguien que la viera dormir.
La peli negra sonreía mientras hablaba por teléfono, se despidió y arregló para hablar esa misma noche, ya estaba llegando tarde, con suerte, nadie se habría dado cuenta, recién habían empezado las clases, nadie iba a la biblioteca tan temprano.
Frunció un poco el ceño por el olor, ligeramente agrio, que había en el lugar.
No tardó mucho en dar con la cabellera rubia que se asomaba por sobre el sillón, que debía tener su trasero gravado de todas las siestas que había dormido.
— ¿Rosé-yah?
¿Aquel olor tan fuerte era de ella?
Los betas no podían tener olores fuertes, simplemente la presencia de su lobo era muy débil, por eso mismo tampoco tenían olor característico, y debían estar muy mal como para que se sintieran sus emociones.
Pero no a ese nivel.
Momo apoyó el dorso de su mano sobre la frente de Roseanne, al ver que la rubia estaba más pálida de lo normal pero con el rostro enrojecido, corriendo su cabello rubio de su frente, frunció el ceño al sentir la temperatura.
Roseanne batió sus pestañas antes de abrir los ojos, parpadeando varias veces para enfocarse en la chica japonesa junto a ella.
— ¿Buenos días? — dijo, con algo de torpeza por el sueño.
Por la mueca en el rostro de la alfa Roseanne no supo qué decir.
— Rosé-yah, ¿Tu estudias medicina, verdad? — la pregunta sonó retórica, así que la rubia no dijo nada, Momo se sentó en sillón con expresión seria —. No pareces estar bien, ¿Qué ocurre?
Roseanne no dijo nada unos segundos, hasta negar varias veces, aunque no ella se la creyó.
— Estoy bien, no sé de qué hablas.
El ceño fruncido de Hirai la hacía parecer enojada, pero la chica hablaba con tranquilidad.
— Tu olor a tristeza se siente en toda la biblioteca, Park — dijo—. ¿Qué tienes?
Momo quería preguntarle acerca de lo fuerte de su olor, de si era tan beta como parecía, pero entre eso y la salud de su amiga-no-amiga tenía prioridades.
Rosé volvió a negar, pero el olor agrio se hizo un poco más fuerte.
Momo se acercó un poco más para olisquear, sintiendo el olor a café, también más fuerte de como lo había sentido el sábado.
Aunque el olor anterior, aquel dulce, digno de un omega, era mucho más débil, casi imperceptible.
Suspiró, alejándose de la rubia.
— Tu omega se fué— dijo, con algo de pena.
Roseanne bajo la vista un momento, encogiéndose ligeramente.
Luego negó, con más fuerza, con expresión dura, se levantó del sillón, tomando su bolso de la universidad y su lata de bebida energizante por la mitad, mascullando un "Eso no te incumbe" mientras se marchaba.
Mandó a la mierda a la universidad, a sus otras materias que debería cursar, y a la chusma de Momo.
No eran amigas. ¿Qué parte no entendía que no debía preguntar por sus cosas? Como si le importara en algo.
— ¡Momoring~! —cantó la rubia más baja del otro lado del teléfono.
— Hey, Dahyun —saludó la peli negra—. Pregunta preguntosa, ¿Recuerdas esa omega de le televisión? ¿Kim Jennie?
—Mmm~ Sí, algo —Dahyun rió un poco—. Le estaba prestando más atención a esa tal Jisoo.
— Sí, lo sé. Pero seguro escuchaste hablar a los clientes de ese omega.
— Sí, todo el tiempo— Dahyun pensó un momento—. ¿Porqué?
— ¿Recuerdas el olor que decían que tenía?
— Tiene, Momoring. No está muerta— corrigió la rubia—. Pero va a estarlo pronto si se empareja con mí Chichu, porque la voy a hacer mierda.
Momo rió.
— Ya, sí, pero te pregunté algo— le recordó—. Pendeja.
— Bueno, bueno, me distraje— Dahyun rió, algo avergonzada—. Manzanas y caramelo... Ay, quiero una.
Momo casi podía ver el mohín en la expresión de Dahyun por sus antojos.
— Quizás estoy mal o algo— dijo Jun—. Pero creo que ese era el olor que Rosé-yah cargó la semana pasada.
Momo estaba confiando plenamente en su intuición, la que casi nunca le fallaba.
Dahyun pensó un momento.
— Tienes razón— murmuró—. Pero es imposible que ella haya estado con Kim Jennie para que se le pegue el olor y-
— Para, todavía no terminé de contarte— Hirai respiró hondo—. Ayer dieron la noticia que la encontraron, y hoy Rosé-yah vino a la universidad apestando a tristeza, parece enferma como... Como yo cuando regreso de pasar un fin de semana junto a Tzuyu. — murmuró.
Su omega vivía lejos, por lo que sólo podía verla los fines de semana, con suerte. Y luego, al regresar, solía ir con Dahyun a que su mejor amiga le levantará el ánimo por sentirte pésima emocionalmente, con el tiempo había podido llevarlo un poco mejor, pero siempre terminaban extrañandose demasiado.
No compartían un lazo porque eso sólo haría más difícil la distancia, pero no serían las primeras en compartir una conexión sin necesidad de un lazo, algo típico de los predestinados.
Escuchó el silencio del otro lado de la línea.
— Park no vino al trabajo está mañana— dijo—. Si se digna a venir mañana te digo cómo la veo. Pero... ¿Crees que Park la beta estuvo toda la semana con Kim la omega, que por eso cargó su olor, y fueron "pareja" como tú y tu omeguita y ahora ella está en depresión porque se separó de su media naranja?
— Exactamente. Pero no creo la parte de Park siendo beta.
Hubo un silencio.
— ¿Dices que no es beta? ¿Crees que Park Roseanne sea alfa? No sé, sabes que ella vino a comprar perfumes, una alfa no haría eso.
— No es por su olor propio, Dahyun. Te dije, apesta a tristeza. Se sentía en toda la biblioteca su olor, ahora que se fue está un poco más despejado, pero se nota.
Dahyun guardó silencio unos segundos.
— No sé qué decirte, Momoring. Pero... Si es como dices, y Park estuvo con esa Jennie la semana pasada... La omega debe estar más afectada que ella, somos más sensibles. Todavía no dijeron ni mostraron a Kim en la tele, no sé cómo estará.
Momo suspiró.
— Sólo espero que las cosas mejoren pronto— dijo—. Tengan un lazo o no, no van a soportar mucho tiempo estando separadas.
Subo dos caps para compensar que ayer no actualice, gracias por leer 💕
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