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𝘂𝗻𝗶𝗾𝘂𝗲

-Perdiste -declaró Jisoo con una malévola sonrisa en los labios. Frente a ella cinco cartas de póker enseñaban la peor noticia para la menor, una Flor corrida de Pica.

- No... Imposible...

- Perdiste... ¿Recuerdas lo que significa? Tu cuerpo es mío esta noche -la rapera sintió su cuerpo temblar al ver a sus tres compañeras compartir una mirada pícara, definitivamente éste era su fin.- Y, como me da la gana, te compartiré con Rosie y Lili.

Jennie aprenderá de la peor o de la mejor forma que apostar con Jisoo es mucho peor que sus agudos gritos.

-◍○✿○◍-

adaptación autorizada
blackpink os, smut
jen x chaelisoo
js|rs|ls; tops, jen; bottom

Ahí estaba Kim Jennie, sentada sobre una mesa mientras otras tres chicas la miraban. Estaban discutiendo qué hacer con ella como si no estuviera presente y eso solo la hacía sentir pequeña e invisible.

— No sé ustedes, yo quiero romperle el culo ¿vieron lo que es? Casi me da un infarto al ver esas curvas —explicó la más baja de las tres, tenía un ondulado cabello color azabache y un maquillaje de oscuro a sensual.

—Antes que todo la quiero desnuda, después decido qué hacerle —esa era la más alta, su pelo era rubio y vestía un delicado traje beige a la medida.

— No se, a mi se me hace agua la boca. Está buenisima — y por último estaba una chica de corto cabello negro. Se notaba que era simple por el jean desgastado y la remera ancha que cubría misteriosas curvas. Sabía que ropa era lo que menos necesitarían en ese momento.

Jennie comenzó a maldecir a su yo del pasado. ¿Cómo se le había ocurrido redoblar la apuesta? Ahora tenía que dejar que le hicieran lo que ellas quisieran. Se estaba prometiendo no volver a jugar Poker en su vida, o al menos no poner su cuerpo en juego.

Estaba más que segura que iba a ganar y que Jisoo se tragaría sus palabras. Ahora esa chica quería "romperle el culo" y sabía que no estaba bromeando.

— Bueno, en ese caso coincidirás conmigo, Lili. Hay que desnudarla.

La castaña cerró los ojos, rogaba por que Roseanne se echara para atrás y frenara esa locura. Pero era una chica tan obstinada que no se retiraría, al menos, hasta verla en cuero puro.

—Bueno, sí... Siempre la quise ver así.

—Dos contra uno, nosotras ganamos —la más alta se acercó con una gran sonrisa de satisfacción, aún cuando su amiga se quejó a regañadientes. Lalisa tomó una silla y la puso frente a la mesa, se sentó lista para ver el show que vendría a continuación. La bajita hizo lo mismo del lado contrario y, de esa forma, Roseanne quedó en medio junto a su víctima.

Jennie le dio una mirada que gritaba por misericordia y dejó que acariciara su mentón, con la esperanza de que cediera. Lamentablemente la rubia siguió su camino hasta los tirantes de su vestido rojo y los deslizó por sus hombros junto a los breteles. Llevó sus manos al cierre de su espalda y lo bajó, dejando que la tela del vestido callera hasta la cintura de la joven. Su corpiño llegó al mismo destino y la rapera no hizo más que sentirse avergonzada de que expusieran su cuerpo así, pues era la primera vez que tres fieras la veían como a un pedazo de carne.
Quería taparse, quería detenerlas e irse corriendo. Pero de hacerlo aceptaba el título de gallina por un año y le debería mil dólares a cada una para compenzar todo lo de la apuesta. No tenía tanto dinero ni de cerca y orgullo le sobraba como para aceptar esa infame palabra sobre su persona.

¿Entonces vender su cuerpo qué signicaba?

No quiso pensar en eso cuando un par de manos quitaron las cintas de sus pantorrillas hasta liberarla de aquellos zapatos con punta de aguja, lindos pero incómodos. Tenía que aceptar que era un tacto suave y delicado ¿la estaba preparando o la estaba torturando con la espera?

Supuso que la primera, por que Rosé era una mujer de esencia amable, aunque también escondía un demonio lujurioso que estaba atormentando sus pensamientos.

"Rosa" se le cruzó por la cabeza a la castaña, como un rayo de luz antes de que todo se tornara oscuro. Pero ni siquiera se lo estaban poniendo duro como para irse y dejarlas con las ganas. Así que dejó que Roseanne le bajara las medibachas negras, y que volviera a subir dejando suaves besos en sus piernas. Sabía como estremecerla, lentamente.

—Es toda una belleza ¿verdad que si? —escuchó decir a la peli negra de vestido negro, que la miraba en detalle, ansiosa porque llegara su turno para romperle el ano, propiamente hablando.

—La verdad que sí, ambas tenían razón —aseguró Lalisa, sin perder detalle alguno de la mujer frente a ella, aunque también disfrutando de las curvas de su amiga, Roseanne tenía lo suyo ¿por qué negarlo?

La castaña cerró los ojos al ser bajada de la mesa. Las manos de la rubia eran fuertes, logrando un agarré firme en su cadera. Las plantas de sus pies tocaron el frío piso de cerámica y tubo un leve escalofrío. Aunque también fue por el creciente miedo en su interior, que le provocó chocar su pecho con el contrario. Al tener su mirada baja vio perfectamente el instante en que el vestido formó una aurolea azul alrededor de sus pies. A este el siguió su sostén de encaje negro. Una prenda más y estaría a merced del ferviente deseo de Jisoo. No quería que ese momento llegara.

—Creo que ya sé que quiero hacerle~ esos pechitos no conocen a mis nuevas amigas —Jennie tragó duro ante la mención de aquello. Y enseguida la chica de beige la dió vuelta, está se colocó detrás suyo de una forma demasiado intimidante. Con los brazos a los lados de tu cuerpo, apretandola contra la mesa. Jen tenía las rodillas misteriosamente flexionadas logrando que la dom rubia se pusiera sobre ella con demasiada facilidad. Aferró sus uñas a madera, temblando por el delicado toque en su cabello. Tuvo la oreja despejada en cuestión de un minuto y apretó más sus párpados. "Rosa".— Tranquila...

Aquel susurro fue como una dulce gota de miel en sus labios. El contacto fue igual de cálido y lento, demasiado agradable para el momento que estaba viviendo. Roseanne tenía el poder de relajarla, confiaba en ella después de tantos encuentros a solas y de todo tipo.

Ella la cuidaría ¿cierto?

Así que perder su última prenda no fue tan terrible. Su torso calló sobre la tabla marrón de forma bruta y pudo ver, entre mechas de su desordenado cabello, a Jisoo agitando un ballgag. Su sonrisa estaba inpregnada en pura maldad y le acomodó la esfera roja en la boca para despues ajustar la correa sin mucha delicadeza.

—No es divertido si la relajas —se quejó mirando a la vocalista. La mejor parte de todo eso era molestar a Jennie y le estaba quitando el disfrute de aquello.— No sé que le dijiste pero es mentira.

—Ah lo siento —comentó sin mucho pesar, no parecía arrepentida en absoluto.— No me gusta que tenga miedo... Y admito que con ella me pongo débil. Su carita de cachorro es demasiado linda ¿verdad que sí?

—Bueno sí. Es muy mona, hay que reconerlo.

Por un lado ajeno a la conversación, Jennie sintió una respiración entre sus piernas, luego apareció un aliento cálido y una lengua que paseaba por sus muslos; dejando un camino de saliva por donde pasaba. Se alejó un momento dejando el frío aire congelando las partes húmedas y luego de escuchar un "pop" un par de dedos penetraron su vagina. Su intimidad se apretó, sus piernas se doblaron aún más haciendo que el filo de la mesa se clavara en sus caderas, lo que dolió bastante. Y como toqué principal, se le escapó un gemido ahogado por la esfera entre sus dientes.

—Vaya... Roseanne, tienes razón —se escuchó la sorprendida voz de la maknae, que sin tardar comenzó a mover sus dedos para seguir escuchando a su amiga.— Gime muy lindo ¿por qué la callamos?

— Por que después se pone a gritar. Y no queremos despertar a los vecinos.

—Sí, es una niña peligrosa —rió hipócritamente Jisoo, pues cualquiera sabía que ella era la número uno en gritos, muchas veces totalmente injustificados. Pero era cierto que la menor se pondría a gritar. Una vez con un guante de latex texturizado puesto, y con un dedo bien untado en lubricante, Jisoo no tardó en pararse detrás de la pequeña víctima para comenzar a estimular el ano de la chica.

Agudos y constantes gemidos comenzaron a escucharse de forma tapada. Roseanne comenzó a sacerle fotos a la sonrojada sumisa. Un par desde lejos, una donde se veía claramente la doble penetración en sus orificios y muchas de las "deliciosas" expresiones de placer que hacía.

Era demasiado excitante para las tres que Jennie se pusiera así, querían tener un recuerdito para el futuro. Probablemente esto no se repetiría nunca más.

Un tercer dedo llegó a su vagina. Y poco después un muy bien lubricado dedo trataba de sumarse en su recto. Tardó un poco en acostumbrarse pero no más de lo normal. Su ano disfrutaba de expandirse para ser profanado por entes maliciosos. Y una vez que Roseanne reveló aquello, Jisoo no tardó en trabajar arduamente para meter el tercer dedo. Unos movimientos como de tijera después los gemidos llenaban habitación junto a pequeños jadeos.

—Vamos... Denle duro, no es ninguna novata —espetó con sorna la rubia atando las manos de Jennie tras su espalda, a lo que le siguieron sus antebrazos y quejas más fuertes. Lalisa se estaba ocupando de hacer maravillas con toques en puntos precisos mientras Jisoo aportaba rudeza. La castaña se estaba volviendo loca con rapidez. Dolía, maldición, sí que lo hacía, pero dolia que se sintiera excelente. ¿Por qué lo estaba disfrutando tanto? Y tampoco dejaba de preguntarse por qué carajos Roseanne no la estaba tocando. Quería a las tres encargandose de ella al mismo tiempo. Si iba a rendirse al placer, que fuera de la peor forma ¿no?

Pero la rubia estaba muy ocupada mirando a la excitante escena. Jennie retorciendose sobre la mesa misma sus dos amigas la embestian sin parar. Veía con desmesurado gozo como esas delgadas piernas temblaban ya sin poder sostenerse. Su trasero al aire volviendola loca, pues esas dos bien formadas esferas tenían el poder de enloquecer a cualquiera junto a su infartante cadera. Su delgada cintura de abispa se agitaba al ser el punto donde su espalda se tiraba hacia atrás. Tenía los brazos cruzados en la espalda, que le daban un suave viaje a sus hombros, que apenas se veían por su desordenado cabello castaño. La correa negra destacaba con facilidad sobre ese pelo y llevaba directamente a su boca: abierta, llena con una bola roja y dejando un claro rio de baba bajando por su delgado labio, hasta llegar a su cuello donde el sudor abundaba.

Aunque el contorno de su rostro no se quedaba atrás, se podían apreciar su flequillo o patillas pegandose húmedos a su piel. Roseanne no podía evitar reparar en cada detalle de su rostro. En como su adorable nariz se arrugaba junto a su entreceja por la fuerza que hacía al gemir de la forma más encantadora. Su voz no lograba formular cosas tangibles pero vaya que podía llevarte al orgasmo de solo escucharla.

Definitivamente Jennie era toda una obra de arte.

Luego de tomar una última foto, la vocalista del grupo se acercó a la escena. También quería jugar con la muñequita.

—Amo cuando empiezas a gemir así~ —caturreó la rubia en su oído, logrando que la mayor solo gimiera más fuerte, como intentando decirle algo. Con cierta maldad Roseanne lamió el lobulo de la castaña. Una lágrima más salió aunque con los parpados bien apretados.— ¿Qué pasa, putita? ¿No puedes correrte?... Y eso que estas abierta a más no poder... Joder eres toda una puta —más lágrimas y lloriqueos salieron de la sumisa deleitando a la menor. Confiaba en que Lalisa y  Jisoo estaban trabajando de maravilla en la entrepierna de la castaña. Y mientras tanto Jennie se percibía toda una "puta", se sentía con la dignidad siendo positeada por tres mujeres que le hacían lo que querían sin consulta alguna. Su ano estaba expandido al tamaño de los cinco dedos de Jisoo mientras que su vagina era tratada de igual forma pero por la maknae. Y si Roseanne quería también podía meter sus manos por donde le diera la gana. Pero no, estaba susurrandole al oído ese grotesco y humillante apodo: Puta.

Lo que más le avergonzaba era el hecho de que cada vez que lo escuchaba más se lubricaba. Estaba llegando a un nivel de placer desconocido. Se sentía sucia por disfrutar de aquel trato pero vaya que estaba en punto.

—Correre, puta —y tan rápido como esa frase terminó recibió las penetraciones más fuertes y placenteras de su vida. Se corrió sintiendo que era su unica alternativa; un chorro salió desde su uretra empapando la remera de K
Lalisa y sus propias piernas.

No mucho después sus cavidades inferiores se llenaron de vacio.

Jisoo la jaló del cabello hacía atras y luego la soltó. La castaña estaba totalmente perdida en los espasmos del orgasmo, su tembloroso cuerpo no pudo contra la gravedad y, en consecuencia, cayó de rodillas al suelo. Sus orificios dolian bastante al estar tratando de volver a la normalidad, el tirón en su cabello también picaba, sin contar sus rodillas o sus senos por el choque contra la cerámica. También le dolía el orgullo pero ya era tarde para pensar en él.

Unos zapatos blancos aparecieron frente a ella, luego unas vans negra y unas plataformas bastante altas; dando la imagen perfecta de la vulnerabilidad de su ser en ese momento. Desnuda, atada y postrada frente a tres mujeres que recien empezaban a jugar con ella.

—Iré a traer la barra —caturreo la más baja de las tres. De solo escuchar eso, Jen volvió a temer ¿a qué se refería con "la barra"? "Rosa" ¿acaso ellas tres habían planeado esto o qué? "Rosa" ¿Qué le iba a hacer? "Rosa".

Sin darle un momento a tener más dudas, Lalisa la levantó en lo que la rubia comenzaba a ponerle una soga grueza alrededor del pecho y los hombros, además de la espalda y sí, también pasó por su entrepierna. Sólo notó lo que era al separarse de ambas chicas: un arnés.

Éste lo usarían para colgarla de la barra para hacer flexiones, aquel objeto nunca, por ninguna razón, estaría en la casa. La habían traido especialmente para la ocasión. Eso confirmó que el juego de cartas había sido arreglado por las otras tres.
Tanto para hacerle creer que ganaría como para hacer ganar a Jisoo. Lalisa y Roseanne se habían retirado a propósito.

¡Eran unas malditas! Y que para el colmo se habían salido con la suya.

—No te enojes~ Solo te dimos el empujón que querías —y aún con el mentón hacia la más baja, tuvo que apartar la mirada, abochornada.

Sí había querido acostarse con las tres.

◍◍◍

—Joder... Me duele todo, malditas perras.

muchas gracias por leer ♡ también agradezco a HatsuMaki45 por permitirme adaptar su historia ♡♡♡

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