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⊹ ֶָ ¡ 𝙻𝙰 𝚃𝙾𝚁𝙼𝙴𝙽𝚃𝙰 𝚀𝚄𝙴 𝚃𝚁𝙰𝙹𝙾 𝙲𝙾𝙽𝚂𝙸𝙶𝙾 𝚄𝙽𝙰 𝚂𝙾𝚁𝙿𝚁𝙴𝚂𝙰! ♡


Era un horrible día de tormenta cuando Han Jisung descubrió a una gran montaña de pelos gris desplomado en la entrada de su casa. Decir que en ese momento no se asustó, era poco, y que tampoco no cayó al suelo gritando, era una mentira.

Estaba completamente seguro de que el grito que escapó de su garganta se escuchó hasta incluso por encima de la tormenta.
El único que parecía no haberlo escuchado era aquella montaña de pelos grises.

«Tal vez porque está muerto...» Pensó mientras un escalofrío recorría su espalda con horror.

Con mucha cautela se estiró para acercarse al lobo, su cuerpo entero temblaba, debía tener mucho cuidado.

Conteniendo el aliento apoyó su temblorosa mano contra la mata de pelaje gris, moviendolo un poco. Alejó su mano al mismo tiempo que se arrastraba hacia atrás cerrando sus ojos para esperar el ataque... Uno que nunca llegó.

El lobo ni siquiera se inmutó, pero al menos ahora confirmó que su pecho subía y bajaba.

Estaba vivo.

Un suspiro de alivio abandonó sus labios mientras volvía a acercarse al cuerpo del lobo, analizándolo. Grande fue su sorpresa al descubrir una mancha rojiza cerca del área de lo que vendría ser el abdomen del animal. Su pecho se oprimió con compasión al mismo tiempo que su mirada se ablandaba. Ese pobre lobo estaba herido.

La tormenta a cada minuto parecía empeorar y Jisung estaba en medio de un debate mental, debía entrar antes que el viento se torne más fuerte y violento. Pues por ese lugar las tormentas se caracterizaban por ser muy fuertes, ruidosas y peligrosas. La sola idea de pensar que el lobo iba a estar desamparado en medio de ella y herido, lo hizo sentir culpable.

Su blando y gentil corazón fue mucho más fuerte que su razón.

Estiró su brazo, buscando la forma, el ángulo correcto para poder cargar al animal, pero apenas sus dedos rozaron su pelaje que pasó algo sorprendente y que hace mucho tiempo no veía.

Aquel lobo comenzó a desparecer frente sus ojos para volverse un delgado joven de piel acaramelada y cabello castaño.

Jisung miró hacia el cielo, y aunque este estaba cubierto de nubes oscuras e iluminado cada cierto tiempo por los rayos, sus ojos buscaron a la Luna para agradecerle. Estaba seguro que no habría podido entrarlo en su forma animal.

Con cuidado de no rozar la profunda herida de su abdomen que, a decir verdad, en su forma humana se veía mucho peor que en la de su forma lobuna, tomó al chico entre sus brazos, descubriendo que era más alto de lo que imaginó, y con mucha difultad entró a su hogar justo en el momento en que la tormenta empeoró.

El chico estaba vivo, pero por poco.


O eso le explicó su mejor amigo y doctor, Bang Chan A quién había llamado de emergencia apenas dejó al chico sobre el sillón más cercano de su sala y se dió cuenta qué no dejaba de sangrar.

Gracias a esas llamada, Bang Chan le dió un par de indicaciones para que intentara detener la hemorragia el tiempo suficiente hasta que él llegara. Si no fuese por eso, JungKook hubiera entrado en una crisis.

--Mucha gracias, Chanie - exclamó agradecido Jisung mientras le tendía una taza de café a Bang Chan y otra de té a Felix, quien le sonrió como agradecimiento-. Y lo siento, a ambos, por mi culpa tuvieron que venir con esta horrible tormenta.

Felix, el visiblemente embarazado omega de Chan, hizo un ademán con su mano restándole importancia.

-No importa, Kook -exclamó finalmente el omega, observando curioso cada rincón visible de la casa-. La verdad es que siempre quise conocer tu famosa casa de verano.

Jisung carcajeó un poco mientras se acomodaba en su sillón individual.

-Sabes que puedes venir cuando quieras, tú y Chan son más que bienvenidos a mi casa -les aclaró, observando con ternura como los ojos del omega cacheton se hacían brillantes por la emoción- ¿Sabes algo?, tengo piscina, sé cuanto te gusta nadar.

-¡Piscina!- chilló emocionado- ¿¡En serio!?

-Síp, para cuando el tiempo mejore, estás cordialmente invitado a darte un chapuzón –le susurró en una sonrisa.

Felix claramente aceptó la invitación y lo festejó aplaudiendo, cerrando sus ojitos junto con una hermosa sonrisa que se estiró en sus labios e hizo que el pecho de su alfa, a su lado, se llene de felicidad.

Aunque esa felicidad duró poco para Chan cuando apareció la voz de su lobo en su cabeza: "no te lo mereces, no vas a poder protegerlo"

Toda felicidad se fue con ello.

-Iré a chequear al chico -carraspeó, corriendo su mirada de Felix mientras se levantaba, claramente huyendo.

Ambos omegas observaron en silencio como el alfa abandonaba la sala lo más rápido posible.

Jisung simplemente suspiró y Felix bajó su mirada, totalmente triste.

La tormenta se hacía más fuerte conforme pasaban las horas, el viento sacudía con violencia los árboles, las gotas de lluvia golpeaban con escándolo el vidrio de las ventanas y los truenos hacían eco y temblaban por toda la casa.

En una de las tantas habitaciones, en lo que era la biblioteca mejor dicho, estaban Chan y Jisung conversando. Felix se había ido a dormir bajo la excusa de que tanto viaje lo había cansado, pero ambos hombres sabían que era una mentira porque pudieron oler la tristeza que desprendía el omega cuando dijo aquello.

-No entiendo por qué huyes, es más que obvio que tu lobo aceptó el de Felixie. El cachorro que crece en su vientre es la prueba de ello -Susurró Jisung mientras fruncia su ceño y miraba al alfa de reojo.

Chan quedó en completo silencio, procesando todo lo que el omega le estaba tirando en la cara.

-»Y tú también estas loco de amor por él - siguió acusandolo, golpeteando el pecho del alfa con su dedo índice-. No seas idiota, ve con tu pareja, está triste.

Finalmente, tras varios minutos de silencio, Chan tomo aire tembloroso; sí, estaba más que claro que él y su lobo amaban a Lee Felix. Pero tenía miedo y Jisung pudo leer ese miedo en sus ojos.

-No pasará lo mismo, Chan -aclaró con toda la tristeza del mundo- lo que pasó con Suran no va pasarle a Felix -tomó la mano del alfa entre las suyas- Podrás protegerlos a ambos, pero no de esta forma.

Tanto la parte humana de Chan como la lobuna sintieron una horrible puntada de dolor ante el recuerdo de su antigua prometida.

La imágen de la omega tirada en suelo bajo un gran charco de sangre, con su vientre totalmente destrozado...

Jamás iba a poder borrarlo. Estaba ahí, torturándolo, recordándole que no llegó a tiempo para salvarla a ella y a su cachorro.

- Yo... -la voz del alfa salió estrangulada por el nudo que comenzó a subir por su garganta.

-Entiendo que es difícil, Chan. Pero tienes a Felix ahora y él te necesita. Déjate sanar por él. Si te quedas aferrado al pasado vas a terminar lastimándolos a ambos -Advirtió triste, dejando en claro que aquello era su última palabra respecto a ese tema-. Ahora ve con tu omega, te necesita y tu también a él, seguro tu lobo está matandote por dentro por no estar con él ahora -Chan asintió mientras se tocaba el pecho, ya sin disimular sus muecas de dolor-. No te preocupes por el chico herido, yo iré a cuidarlo. De hecho, iré ahora. Tu ve con Felix. Adiós.

Mientras hablaba, prácticamente, empujó al alfa hacia la puerta y por los pasillos, asegurándose que vaya por el camino correcto y sin darle tiempo a decir algo. Lo despidió a las apuradas y él se fue por camino contrario, hacia la habitación donde habían dejado al hombre herido.

El hecho de que Chan sufriera por el pasado siempre lo afectaba demasiado, porque se sentía culpable de ello.
Quería que su amigo sea feliz junto a Felix, su omega destinado. Pero el alfa no podía superar, no podía amar por el miedo de perderlo.

Y era su culpa... Si lo hubiese llamado antes, si lo hubiera visto antes...

Soltó un suspiro pesado e ingresó a la pequeña habitación con la mirada gacha, aún culpandose por dentro.

Jamás advirtió el peligro hasta lo empujaron contra la puerta, acorralandolo, con el brazo de su atacante haciendo presión sobre su garganta y cortando el paso del aire.

-¿Quién eres? -ladró aquel chico, ejerciendo más presión- ¿Dónde estoy?

Jisung miró al chico con horror, totalmente asustado. Estaba paralizado.

-¡Responde!

-Y-yo -Jisung hizo un sonido asfixiante mientras señalaba su cuello para que lo libere y le permitiese respirar.

El alfa entendió y lentamente retiró su brazo del cuello del omega. 

Jisung dio grandes bocanadas una vez se vio liberado y tragó saliva con dificultad al darse cuenta que aún estaba acorralado contra el cuerpo del chico.

-Soy Han Jisung, e-estas en mi casa - habló con un poco de dificultad, tragando saliva ante el miedo que le provocaba ese alfa- apareciste en la puerta y decidí ayudarte porque estabas herido. No podía simplemente de-dejarte ahí.

El chico frunció el ceño por la información recibió, tratando de recordar qué le había sucedido y cómo llegó hasta ese lugar. Por alguna razón su lobo estaba nervioso y se movía de acá para allá, inquieto; eso no le estaba ayudando para nada, quería gruñirle a su propio lobo para que se calme y le ayude a recordar.

Felix mientras tanto trataba de calmarse, ¡Ese alfa casi le provoca un infarto!, masajeó su cuello haciendo muecas de dolor, realmente llegó a hacerle algo daño.
Trató calmarse, regular su agitada respiración mientras inhalaba y exhalaba profundamente.
Cuando el miedo y la adrenalina bajó de su cuerpo, poco a poco comenzó a detectar un adictivo aroma en su sistema, era uno relajante, atractivo, como a pino y tierra mojada. Jisung cerró sus ojos complacido mientras dejaba que su omega nublara su sentido y tomara el control.

Aquel adictivo aroma lo desprendía el el alfa que lo estaba acorralando.
Su omega emitió un extraño chillido de sumisión mientras hacia su cabeza hacia atrás, dejando libre una gran porción de su cuello, quería que aquel alfa lo reconozca.

Porque lo sabía, aquel alfa era su pareja destinada.

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🪴;; minnh-aye

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