⊹ ֶָ ¡ 𝙲𝙾𝚁𝙰𝚉𝙾𝙽 𝚁𝙾𝚃𝙾 ! ♡
Jisung podría fingir que aquello no afectó nada en él, que cuando Minho abandonó la habitación, mirándolo con odio puro, no sintió absolutamente nada romperse dentro de él.
Pero, desgraciadamente, no fue así.
Le dolió, y mucho. Más de lo que creía que podía soportar.
Sus piernas fallaron y cayó de bruces al piso, pero ni siquiera aquello dolía tanto como le dolía el corazón.
Porque él no quiso que las cosas sucedan así. No de esa manera.
Su lobo comenzó a aullar con dolor y rasgó con fuerza su interior. Su Luna lo había rechazado. Su Luna lo condenó a la más infinita oscuridad.
-Yo no quería... Yo no quería -susurró en un limbo, tapando sus orejas con la esperanza de dejar de escuchar los aullidos lastimeros de su lobo. Era demasiado, parecía querer cortar todos los hilos dentro de él.
Porque eso jamás lo vino venir.
-¡Sungie! -escuchó ahogado el chillido preocupado de Felix pero ni así podia reaccionar.
En su cabeza solo permanecía Minho y su mirada de repulsión- ¡Jisung! -sintió las pequeñas y reconfortantes manos de Felix sobre sus mejillas, intentando que reaccione.
-Perdón, Lixie -susurró, tratando de mirarlo a la cara, pero todo era borroso y no podía ver más allá-. Yo no quería...
Felix soltó un gimoteo de angustia y sólo atinó a abrazarlo con fuerza contra su pecho. Porque no sabía que más hacer y esa acción por su parte provocó más lágrimas en Jisung. Porque sentía el tacto pero no la calidez que este le intentaba transmitir.
-Perdón -susurró roto, como si aquello solo empeorara la situación, el no saber qué sentir-. Perdón. Perdón. Perdón.
A cada "perdón" que soltaba él parecía romperse cada vez más y Felix sólo podía abrazarlo más fuerte mientras comenzaba a temblar. Jisung parecía tener un ataque de angustia y, para colmo, Chan, estaba persiguiendo a Minho.
Estaba completamente solo con el omega y no sabía cómo consolarlo.
-Ven Sung -habló con suavidad cuando los minutos pasaron y ya sus músculos estaban quejándose de la posición en la que estaban. Se levantó el primero y, cómo pudo por su prominente barriga, ayudó -obligó- a Jisung a estabilizarse y que lo utilice como punto de apoyo mientras lo llevaba a su cama.
Cuando llegaron al cómodo colchón, ambos se acurrucaron en él, haciendo cucharita mientras la mano del más bajito se deslizaba por los cabellos del omega y siseaba suave cuando lo sentía sollozar.
El omega de Felix estaba angustiado por ver a su amigo de esa forma, su parte animal chillaba de dolor. No queria verlo de esa forma. Por lo que se le ocurrió la mejor idea de comenzar a cantar mientras liberaba su suave aroma por la habitación. Esperando que, con eso, al menos se calmara un poco.
– ¡Detente ahora mismo! -ordenó Chan, tratando de detener a Minho-. Tu herida aún no ha sanado del todo. Solo vas a lastimarte. ¿¡Eso es lo que quieres!?
Minho se detuvo, sus hombros subían y bajaban al compás de su fuerte respiración, y se volteó para mirar a Chan con los ojos rojos. Estaba enojado, confundido, no quería seguir ni un minuto más dentro de esa casa. Rodeado de ese aroma que lo hacía perderse en sí mismo y al mismo tiempo encontrarse.
-No, no pienso quedarme ni un minuto más aquí. No puedo -Negó frenéticamente y tirando de su cabello con fuerzas-. No, mi Omega me está esperando en Daegu. Ya tarde demasiado.
Chan rio, ya sin fuerzas.
-Minho, sabes muy bien que tu omega no está allá, está aquí -susurró, cruzándose de brazos.
Minho soltó un gruñido, estaba luchando contra los instintos de su lobo.
-¡No! -gritó-. Mi Omega es Kim Seungmin y está en Daegu, esperándome.
Chan soltó un suspiro comprensivo y trató de acercarse.
-No estas pensando bien las cosas. Sé que enterarte de esta forma la verdad no fue agradable... Pero tienes que aceptar que tu pareja desti-
-¡Yo no creo en esas cosas! -cortó.
-Tus padres son el ejemplo, ¡ellos son pareja destinada!
-¡Tu no sabes nada!. Sí, tal vez mis padres son destinados. Pero eso no significa que yo-
-¡Minho, por favor! ¡No seas idota! ¿O acaso no sentiste nada cuando tu lobo reconoció el aroma de Jisung? -Minho volvió a tensarse visiblemente- ¿O acaso tu lobo no reclamó como suyo a Jisung?
Minho cerró sus ojos y apretó los dientes, no quería aceptarlo.
-Entonces... Con más razón debo irme.
-Por favor, quédate... Los dos morirán si-
-¡Basta! No. Yo volveré a Daegu con mi Omega. Y ni Jisung, ni yo moriremos.
Chan negó y chasqueó la lengua.
-No sabes lo que haces. No hagas algo de lo que luego te vas a arrepentir, Minho.
-Adiós, Bang Chan Gracias por todo- susurró, dándole la espalda.
-¡Minho!
Para cuando Chan gritó, intentando detenerlo. Minho ya estaba en sus cuatro patas, desapareciendo de un salto entre los árboles.
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🪴;; minnh-aye
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