☪︎ 𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁
-¡¿Por qué no me respondes, maldita sea?!- aventó su teléfono contra la cama.
Estaba volviéndose loco. Entre Jeongin y sus amenazas, Jungkook no le respondía. Lo llamó unas quince veces, pero el menor no respondió su teléfono.
Se podía decir que Kim Taehyung era un hombre fuerte y valiente, pero en su interior estaba aterrado cual niño ante una película de horror. Jeongin era un tipo inteligente, se podía decir que era más que astuto, era un chico peligroso. Cuando alguien caía en su red, era casi imposible de salir. Temía que Yang haya enviado algo hacia Jungkook, temía que su lindo novio estuviera llorando y odiándolo por serle infiel.
Taehyung se sentó en una de las sillas del cuarto. Tomó su cabeza y enredó sus cabellos castaños en sus dedos. Sentía que iba a desplomarse y llorar si Jungkook lo cortaba. Quería volver y verlo otra vez. Su corazón palpitaba, no quería dejar al chico de su vida, a su lindo Jungkook. El que complementa gran parte de su vida, ese chico que necesita proteger porque lo ama y lo hace sentir bien.
Estuvo en la misma pose por dos minutos, hasta que su teléfono vibró.
Llamada entrante Jungkookie...
Por impulso, tomó el teléfono bruscamente y atendió la llamada.
-¡Cariño!- gritó- ¡Ay santo cielo! Lamento no haberte llamado antes- se disculpó- ¿Estás bien? ¿Estás comiendo bien? Espero que estés bien. Yo...
-Tae- su voz sonaba muy apagada. Kim tembló.
-¿Qué ocurre?- dijo preocupado.
-T...te necesito- susurró- Te extraño mucho y... sin ti... no me siento bien- lagrimeó un poco.
Taehyung apretó sus labios. Se sintió el peor novio del mundo.
-kook, hagamos una videollamada- propuso.
Jeon terminó la llamada y en segundos inicio una videollamada. Cuando inició, lloró al ver la cara de su pareja. Si bien habían pasado tres días desde que se fue, Jungkook se sentía como la nada. No podía hacer nada por si mismo, necesitaba que Taehyung estuviera ahí, acompañándolo y guiándolo.
Necesitaba que Taehyung le dijera que hacer.
-Estás muy lindo- dijo el menor con sus ojos hinchados, sonriendo más que nunca.
-Tu más- rio. Amaba verlo sonreír, ¿Hace cuánto el menor no le regalaba una sonrisa completa? Desde hace un año tal vez, el menor solo sonreía con sus labios apretados o apenas mostraba sus dientes. Esta vez, fue una sonrisa enorme, una que mostraba hasta las encías.
-Te extraño mucho Taehyungie. Siento que no puedo hacer nada sin ti- secó una de sus lágrimas.
-Tranquilo, el tiempo pasará enseguida y volveré contigo. Prometo que cuando llegue no te soltaré- dijo divertido.
La conversación fue corta pero justa para poder llenar ese vacío que sentían el uno por el otro. Taehyung comentó un poco de su experiencia y su itinerario. Jungkook solo escuchaba, a decir verdad no tenía mucho que decirle a su novio por lo que casi se quedó callado. Sus ojos volvían a cerrarse, sentía paz al escuchar a su Taehyung hablándole.
¿Qué tan mal debo estar para sentir paz?
Una vez finalizó la llamada, Taehyung se recostó en la cama. Miraba al techo pensando en lo que podría estar haciendo Jungkook, si él estaba comiendo bien, si estaba lejos de los chicos, si Hoseok lo estaba cuidando y acompañando. Él solo quería evitar la infidelidad, quería evitar que Jungkook lo engañe y lo destroce.
-Taehyungie.
Esa chillona voz de nuevo. Kim solo rodó sus ojos y giró su cuerpo para dormirse ya. Yang se recostó a su lado y abrazó su cuerpo.
-Si sabes que me debes algo ¿No?- enarcó una ceja.
-Duérmete- dijo seco, mirando hacia un costado.
-Kim Taehyung, sabes que no te librarás así de fácil de mi- sonrió y besó su mejilla izquierda.
El mayor solo lo empujó de la cama. Recibió quejas por parte del menor, pero poco le importó ya que se colocó los tapones para oídos e intentó dormir.
Su transcurso en el día era lo mismo. Levantarse a las 5 am, desayunar rápido, darse una ducha, vestirse y asistir a una de sus reuniones. Lee Felix era su compañero de la sede australiana, quien lo buscaba temprano para poder guiarlo hasta la sala de reuniones y luego el auditorio donde se llevaba a cabo sus otras reuniones, todas las mañanas Felix tocaba su puerta una vez el más alto terminaba de arreglarse.
Taehyung salió del cuarto, dejando a Jeongin dormido. No iba a molestarse en despertarlo, es más, deseaba que llegara tarde para poder ser despedido al fin y dejar de verlo en la maldita oficina.
Felix tocó su puerta, y a la velocidad de un rayo, el mayor salió del cuarto.
-Hoy vendrán los ejecutivos de la sede. Es una reunión súper importante, por lo que debemos llegar al menos quince minutos antes- dijo el pecoso a medida que caminaba de forma veloz- Alto-dijo parando en seco- ¿Dónde está Jeongin?
Maldita sea Felix.
-No me digas que se quedó dormido otra vez- el silencio de Taehyung hizo más tenso el ambiente. Fue lo justo y necesario para recibir una respuesta afirmativa- ¡Ay por favor!- colocó sus manos en su cara- Tu ve a la sala de reuniones, yo iré enseguida por Jeongin.
Taehyung asintió y caminó hacia la sala. Quería ahorcar al menor por la situación, pero no tenía tiempo de pensar en eso. Solo le quedaba un minuto para llegar a tiempo. Pasó velozmente por todas las oficinas y llegó a su destino. Temía por Felix, temía que por su culpa, de haber querido dejar que Jeongin se quedara dormido, terminen despidiéndolo. En esa oficina eran demasiado exigentes.
Pasaron cinco minutos desde que el mayor llegó y un Felix con un Jeongin agitados llegaron al recinto.
-¿No les dije que deben estar quince minutos antes de la reunión?- gruñó su jefe- Tienen suerte que los ejecutivos no hayan llegado aún.
Como si fuera magia, por la puerta aparecían los dos invitados especiales. Todos tomaron su asiento y dieron inicio a la reunión.
-Buenos días- decía el australiano.
-Buenos días- dijeron al unísono todos los empresarios.
-Me llamo Christopher Bang, ella es mi esposa,Sana Minatozaki. Hemos sido convocados para firmar los tratados de nuestras empresas con el fin de unificarnos económicamente- hicieron una reverencia. Los presentes le siguieron.
Mientras la reunión estaba en curso, Taehyung solo podía pensar una cosa Jungkook. No podía pensar con claridad en lo que hablaban, cuando debía dar una respuesta, se quedaba titubeando y tartamudeaba. Su jefe lo miró decepcionado. Ya esperaba el regaño del mayor.
-No me dejes- chilló sonriente Yang, alcanzando su mano.
-¿Te levantaste de buen humor?- dijo frío.
-Tu si que eres listo bebé- dijo en un tono bajo, mirando su pecho- Dejarme durmiendo para que llegue tarde y me despidan. Qué suerte que tu amiguito el australiano me despertó- sonrió, haciendo círculos en sus clavículas con sus dedos.
-Hubiera sido conveniente que te despidieran de todas formas- empujó al menor.
-Ay lindo... ¿Qué harías tu sin mí?- sonrió cínicamente.
Agradeció que su jefe apareció, pero si que sentía el miedo en él al saber porque los interrumpió.
-Yang, Kim- dijo fríamente- Vengan conmigo.
Jeongin miró a Taehyung sonriendo, el más alto solo frunció el ceño y comenzó a caminar. Felix estaba parado en una esquina, mirando nervioso a los chicos quienes se adentraban a una de las salas para recibir un regaño. Taehyung le hizo una mueca de nervios, mientras que Jeongin lo miró con asco de arriba abajo.
-¿Qué fue todo eso?- dijo serio.
Ninguno respondió.
-Kim- el castaño miró tímido- Confiaba en ti. Creí que eras de los mejores abogados y contadores que teníamos en la empresa- exclamó con furia.
-Lo siento jefe, yo solo...
-¡No quiero excusas! Mañana mismo tomarás el primer vuelo a Corea y quedarás suspendido todo un año.
-¡¿Un año?! ¡No puede hacerme esto!- gritó furioso.
-¿Acaso quieres que te despida?- su rostro mostraba furia.
Kim sintió su sangre hervir, maldito Jeongin quien se cruzó de forma errónea en su camino. ¿Ahora qué haría? ¿Qué le diría a Jungkook cuando llegue?
Jeongin reía de forma siniestra detrás del mayor. Su jefe comenzó a regañarlo.
-Y tu Yang, estás despedido- la expresión del más bajo no tenía precio.
Increíble fue la reacción que tuvo.
-¿Y con qué motivos me despide?- sonrió.
-Llegó tarde a una de las reuniones más importantes- dijo con obviedad- Ustedes saben cuáles son las reglas- suspiró- Pueden retirarse.
Taehyung iba a abrir la puerta para salir, pero a voz de Jung lo detuvo.
-¿Usted cree que podrá trabajar fácilmente sin nosotros?- estaba desafiante.
-Yang, no la complique. Por favor, retírense- dijo un poco calmado el jefe.
-Con todo respeto señor, sabemos perfectamente que por más que nos despida usted no podrá tener el sistema de confianza con otras personas como el que tiene usted con nosotros- chantajeó.
Taehyung abrió sus ojos como platos, estaba sorprendido de la actitud que llevaba el menor.
-Yang, no siga hablando. Retírese- se paró del asiento. Poco a poco perdía su paciencia.
-Como usted quiera, yo se que jamás podría encontrar a dos contadores y abogados que hicieron en poco tiempo maravillas- dijo desafiante- ¿Se acuerda como llevamos adelante la empresa en pocos meses cuando ustedes estuvieron en bancarrota por años?- tomó el pomo de la puerta- Por favor, no se olvide de nuestro trabajo.
Ambos salieron de la sala. El jefe Bang se paró enseguida y salió tras ellos.
-Chicos esperen- los detuvo.
Taehyung miró fijo al señor, Jeongin solo le sonreía.
-Diga- dijo tranquilo Yang.
-Si los dejo quedarse en la empresa ¿Van a empezar a hacer las cosas bien?
Taehyung no podía creerlo, Yang era una tarántula.
-Claro que si- dijo sonriente el más bajo.
Kim solo se limitó a asentir lentamente. Su jefe los dejó quedarse por el resto del viaje y participar tranquilamente en las reuniones, olvidando el regaño, gracias a las amenazas de Yang Jeongin.
Kim Taehyung estaba perdido. Si ambos quedaban en esa empresa, tendrían que verse más seguido. Y si se veían más seguido, estaba más que claro que iba a ser más difícil salir de las garras de Yang. ¿Qué iba a hacer ahora? No, ¿Que pasaría con Jungkook? No puede hacerle esto, debía frenar la situación.
Pero Yang Jeongin una vez que tenía a su presa, no existía el escape.
1/5
holaaa aqui minnh, les traje un nuevo maratón como lo prometi ya que vi que a muchos les ha gustado esta historia, esta historia en lo personal me encanto mucho y espero que a ustedes tmb les esté gustando♥
Cualquier error haganmelos saber
🪴; minnh-aye
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