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愛 ໑ O9

Solo trataban de regular su respiración decir que no estaban cansados era mentira. Bueno no tanto.  Algunos de los cabellos del azabache se encontraban pegados en su frente por el sudor y lo mismo con el cabello de pelinegro quien se había dejado caer sobre el chico sin lastimarlo claro y por fin se recostó al lado del azabache ninguno dijo nada hubo un rato largo de silencio. Para empezar este no era el plan. El plan era hablar con Minho y negociar un posibilidad de poder regresar a casa pero claramente se desvió solo un poco. Sus respiraciones estabilizándose era lo único que se escuchaba en la habitación el azabache se acomodo mejor y se recostó observando al pelinegro. Dios es realmente precioso.

Podría admirarlo horas y horas y no perder el mas mínimo detalle de la belleza de Minho sin destacar que es un excelente hombre en todo lo que hace. Pese a quien sabe en clase cosas esta metido pero por ahora no quería preguntar.

— ¿Recuerdas la primera vez que hicimos esto?.— soltó de la nada el azabache sintiendo sus mejillas arder por el repentino comentario.

— Si. — ¿Dios estaba sonriendo? No era una "sonrisa" como tal pero cualquier señal de estiramiento en los labios de Minho era señal de aunque sea una pequeña sonrisa.

— Fuimos a mi casa porque me ibas ayudar a estudiar.— se acercó un poco mas al pelinegro quien no dudo en cortar cualquier tipo de distancia entre ellos.

— Estabas solo porque tu mamá había salido un momento.— prosiguió el otro chico y el menor estaba tratando de esconder la pequeña sonrisa que se quería formar en sus labios.

— Me besaste.— Continuo haciendo círculos imaginarios sobre el pecho del otro chico y fue algo realmente inesperado pero terminó subiendo sobre el mayor y sentándose en su regazo, dejando que su trasero rozando con el miembro del pelinegro.

— Te subiste a mi regazo justo como ahora.— le colocó ambas en la cintura.

— Me moví sobre tu regazo, me tocaste y por último...— quería que el otro chico finalizará y solo lo vió algo expectante por lo que diría el contrario.

— Hicimos el amor.— finalizó el pelinegro con una muy diminuta sonrisa que se le contagió a el otro chico. No esperaba esa repuesta pues solo hizo que su corazón se agitará se estaba olvidando de a lo que venía. Cualquier tipo de enojó o reclamo que tenía para Lee por ahora se había disipado. Al menos por ahora.

Soltó un ligera risa y aparto la vista del mayor en un intento que no notará el rubor en sus mejillas. Dios se esperaba cualquier respuesta menos eso. "Hicimos el amor"  si recordaba al Minho medio cursi de la secundaria y seguía habiendo un poco de ese Minho por lo visto.

— Señor Lee.— hablo Youngjae desde afuera dándole tres toques a la puerta de manera algo ruidosa.

Tal cual escena de adolescentes donde los encuentran teniendo relaciones. Minho lanzó a un lado del colchón a Jisung quien solo soltó un quejido y le hizo mala. El pelinegro se puso en pie y se cubrió con una bata y Jisung solo se cubrió con las sábanas que habían en la cama. Vio a Minho abrir la puerta de la habitación y su cuerpo se recostó contra el marco de la puerta la cual no abrió completo de hecho el estaba solo un poco afuera del cuarto. Lo suficiente para que Youngjae no pudiera ver adentro ni Jisung observar afuera.

— ¿Que pasa?.— preguntó en tono neutro cruzándose de brazos.

— Primero Han no esta en su habitación ni en ningún otro lado de la casa.— hablo con su clásico tono áspero.

— Esta conmigo, estabamos hablando.— respondió restándole importancia y Choi soltó una muy, pero muy ligera risa y negó un par de veces.

— Minho soy 7 años mayor que tu, se que cuando dos personas estan solas en una habitación lo que menos hacen es hablar.— le vió con las cejas alzadas pero volvió a su expresión neutra.

— Entonces.— volvió a preguntar a Minho con una expresión seria.

— Mañana es la subasta comienza a las 6 y termina a las 9:30, luego de eso habrá una reunión con los de siempre Jihyo, Daniel, Mark, Jeno, Jinyoung. Los collegate (asociados).— finalizo cerrando una libreta muy pequeña.

— Bien, puedes retirarte. Ten buena noche.— Choi asintió y se retiró, el mayor volvio a la cama y se recostó al lado del menor.

Hubo pequeño intervalo de silencio donde Jisung solo observaba de perfíl a hyunjin. Dios que hombre tan perfecto. Era lo único que repetía en su mente Jisung. Aunque no era lo que estaba planeado terminar follando con el. O tener ese tipo de pensamientos otra vez.

— Dilo.— Escucho la voz del mayor.— Cuando piensas demasiado en algo haces ese gesto. Y te quedas viendo a punto fijo.

— Quiero ir.— por fin soltó lo que tanto rondaba en su cabeza.

— ¿Estabas escuchando mi conversación con Youngjae?.— preguntó dandose la vuelta y quedó frente al azabache.

— No hablan precisamente bajo que querías que hiciera que me tapara los oidos.— le vió con una mueca.

Minho pareció pensarlo un poco luego de un rato hablo.

— Sabes mi condición.— le acarició la mejilla con los nudillos.

— Si, estudiar.— se había apartado solo un poco pero volvió a besarlo. — Luego te dire el que.— picoteo los labios azabache quien se inclinó hacia adelante para besarlo.

— ¿No sería más fácil si comienzo ahora?.— pregunto algo dudoso enredando sus dedos en la cabellera del pelinegro.

— Ahora voy hacer otra cosa, luego podras estudiar.— Demasiada charla. Y era imposible seguirla manteniendo con los labios color cereza de Han tan cerca. Lo beso y mientras volvía pasar sus manos por el cuerpo del chico.

— ¿Que vas hacer?.— pregunto cuando el contrario se apartó besando sus mejillas hasta llegar su oído.

Y juraba que nunca en su vida, había escuchado tal cosa al punto le recorriera un escalofrío. O peor aún que le encantaba la idea.

— Te pondré en siete posiciones diferentes durante setenta minutos ¿Entiendes? Bebé.— le susurró en el oído mientras le tocaba el cuerpo de manera cero inocente y algo descarada.

No esperaba ningún tipo de respuesta. Lo que recibió fue un jadeó cuando sus manos envolvieron el miembro del chico. 

— Tenemos toda la noche para hacerlo bien, voy a joderte hasta que me pidas que pare, que comprendas que nadie va hacértelo como yo, no importa cuantas veces intentes alejarte de mi, siempre vas volver.— beso el cuello del chico y lamió las marcas que anteriormente había hecho.— Siempre vas volver con el rey.

Gracias por leer!

🛹: Minnh-aye  ֶָ  ׄ

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