愛 ໑ O8
Se estaban besando como si no hubieran besado a nadie durante años. Una fuerte mordida en el labio de Han le hizo soltar un gemido y entre abrir los labios para darle espacio al contrario de meter su lengua en la boca del chico y comenzar a intercambiar el ligero sabor de la boca del otro estaban demasiado embrigados con un beso brusco. Decir que lo estaban disfrutando era poco, lo estaban gozando como no pueden imaginar.
De manera muy rápida y torpe comenzó a desabrochar la camisa del alto, quien solo le dirigía a pasos lentos hasta la cama y su cuerpo, y cuando sus piernas tocaron el borde de una superficie el mayor lo empujó para que cayera en la cama y así poder acomodarse sobre el, no dejaban de besarse y estaban muy jadeantes y a gusto comiéndole la boca la otro no era un beso tranquilo pero había que admitir que si habían algunas emociones de por medio pero eso era lo de menos solo quería que Minho lo follara, y le ayudará con el problema en sus pantalones que solo crecía mientras la excitación en su cuerpo aumentaba a medida que sentía las caricias de Lee sobre su piel, sus labios se apartaron de los del contrario para continuar donde habían empezado en el cuello del chico.
No eran besos tranquilos, eran mordidas y succiones para nada amistosas. La suave y sedosa piel del azabache comenzaba a pasar de ser totalmente blanca sin marcas ni hematomas a ser lo contrario. Minho lo estaba marcando como si quisiera dar entender que era suyo que le pertenecía. Era extraño pero le gustaba, le encantaba que alguien ejerciera dominio sobre el. Pero a la vez lo odiaba, que de nuevo sea Minho el provocante de eso.
No tardo ni 5 segundos en desnudar el torso del chico y lanzar la camisa alguna parte de la habitación le encantaba mucho la sensación de la piel de Jisung entre sus labios siendo chupada y marcada como debe de ser, había sido una tortura desde que volvió a ver al chico en persona. Había cambiado y mucho seguía manteniendo su aura y carita de ángel. Solo Minho sabía como realmente era es pequeño demonio, el pelinegro se termino de desabrochar su camisa y también deshacerse de ella volvió a los labios de ese chico que le tenía dando vueltas.
Su chico.
Volvió a besar los labios del menor con la misma rudeza de la vez anterior. Las enormes manos del pelinegro se pasaban por donde le venía la gana mientras movía sus caderas de manera leve creando un roce exquisito que solo hacia soltar gemidos al azabache los cuales solo quedaban en medio del beso. Beso cada parte del cuerpo del menor quien solo se retorcía de placer debajo de él y juraba que iba a correrse con los simples besos y toques del mayor. tal cual adolescente precoz. Su cuerpo reaccionaba con cada toque o caricia del opuestos, le hacían calentarse. Es que venga era Minho era el único hombre que podía causar ese impacto en el y eso era lo que le aterraba. Es dejarse arrastrar a un pequeño infierno pero Jisung estaba dispuesto a conocer el diablo.
Eso era lo que le aterraba.
El chico azabache de estaba sumido y jadeante debajo de el contrario con la sola fricción de sus miembros mientras pasaba sus inquietas manos por los musculosos brazos de Lee. Ya estaba perdiendo mucho tiempo, para que perder mas, le sacó los pantalones al pequeño prácticamente de un jalón al desabrochárselos. El chico no llevaba ropa interior. Demonios. ¿Venía con la intención de seducirlo? El pensamiento le hizo colocar una pequeña sonrisa en los labios. Lo observo, jadeante con la mejillas sonrojadas los labios color cereza entreabiertos y los ojos cargados de lujuria. Mierda eso solo hacía crecer la erección en los pantalones del otro chico. Y lo tocó como si fuera la cosa mas preciosa del mundo. Jisung estaba haciendo un buen esfuerzo para demostrarle a Minho que no era el mismo niñato que se calentaba con cada toque de el y su cuerpo lo correspondía con gemidos o jadeos. Estaba fallando claramente.
No podía esperar más, solo quería follarlo hacerlo gritar su nombre, que se dieran cuenta quien lo estaba follando y que solo el podía hacerlo de ahora en adelante. Si Minho era muy posesivo y no iba admitir eso.
Se apartó del chico y escucho una pequeña queja por parte de el. Solo le tomó menos 3 segundos quitarse los pantalones junto a sus bóxers. Y luego estirarse para tomar el lubricante que estaba dentro de la mesita de noche junto con condones de un par de pastillas. Luego de esparcir el líquido en su pene nunca había estado tan ansioso en su vida de follar a alguien. Masajeo su falo mientras volvía a besar los labios del azabache quien pasaba sus manos por el rostro del pelinegro tomó un poco de distancia la suficiente para el rostro del chico y poder ver la expresión del pequeño justo introdujo su pene en el agujero del azabache quien solo gimoteo apretando los hombros del pelinegro. Su expresión fue simplemente arte, cerró los ojos y comenzó a respirar de manera errática.
No iba esperar más, solo quería follar el chico y bajar el color azul de sus bolas, esperó muy poco y se movió sin mucho cuidado no fue tan lento ni tan brusco un ritmo normal, de inmediato los sonidos del chico que tenía abajo resonaron en sus oídos, le tomó firme de las caderas haciéndole gemir mas alta y removerse debajo de el, quería moverse mas rápido follarlo de una manera inimaginable. Pero no iba lastimarlo. Era extraño no es como si con alguien mas le hubiese importado antes eso. Con este chico al parecer si.
El azabache estaba jadeante, con los ojos levemente cerrados, las mejillas sonrojadas y totalmente desnudo debajo del pelinegro, su pecho subía y bajaba y pequeño gemidos brotaban de sus labios. Y los gemidos pasaron a ser mas escandalosos luego de un rato entrando y saliendo del chico por fin podía follarlo más rápido de nuevo volvió a besarlo de manera áspera aumentando el ritmo en sus caderas y el menor parecía colaborar puesto que el también estaba moviendo sus caderas.
Paso los besos al cuello del chico y solo gruño por los ruidos que salían de la boca del azabache.
— ¿A quien le perteneces?.— pregunto con voz ronca sobre el cuello del chico repartiendo mas besos.
— En serio vas a...mghhh...— ni siquiera pudo terminar puesto que había soltando un gemido. Tomo un poco de aire y contuvo los jadeos que amenazaban con salir de su boca.— A hacer esto...
Por fin termino de hablar y se aferró los músculos hombros del pelinegro quien comenzó a dar lentas estocadas. Saliendo y entrando de golpe en el chico eso solo lo hizo gemir mas fuerte, morderse el labio inferior y aferrarse con mas fuerza a los hombros del alto.
— Te pregunte ¿A quien le perteneces?.
— ¡Oh dios! A ti...demonios.— cerró los ojos con fuerza y se sentía totalmente ¿drogado?. Eso le hacía sentir Minho con su polla dentro de el. Totalmente drogado, con un éxtasis que te hacía ver estrellas.
— Dilo bien, precioso.— enterró sus dientes en el cuello del menor dejando otra bonita marca.
Dios eso no desaparecería en días.
— Soy tuyo demonios....¡Soy todo tuyo Minho!.— gimió en alto totalmente de acuerdo con las palabras que pronuncio si iba arrepentirse mejor mas tarde. Y el mencionado sonrió complacido con la respuesta.
— Exacto ¿Sabes que significa eso?.— el menor asintió débilmente pues se sentía al borde del orgasmo. En las nubes y casi drogado.— Que nadie mas puede tocarte o besarte nadie puede tener su polla dentro de ti, no me importa con cuantos has estado, estoy seguro que ninguno logro hacerte sentir tan bien como yo cierto.— afirmó besando el cuello y luego las mejillas del chico.— Ahora eres solo mío.
Le susurró por último en el oído y fue suficiente para el chico liberará alcanzando su preciado orgasmo. Y gimió muy fuerte el nombre de Minho. El mayor gruñó entro y salió de golpe del chico y finalmente se corrió dentro de él. Jisung nunca follaba sin condón y menos dejaba que cualquiera se corriera dentro de el. Pero vamos con Minho es diferente.
ayuda no se si les esta gustando la historia :(
¡Gracias por leer!
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