Recordar no es tan complicado cuando se trata de buenos momentos, de sonrisas  y  alegrías; De hecho tratándose de buenos momentos recordar es un privilegio glorioso. El problema comienza con las pesadillas del recuerdo, cuando al recordar el corazón se estruja, el pecho arde y lo único que  se siente es dolor.

Shyra abrió los ojos hundida en una de esas pesadillas, observando con atención el espejo que se encargaba de presentarla.

— ¡Por favor Aidan, ya déjame!-Grito la pequeña del reflejo.

Shyra no hablaba, sus palabras no dirían nada que ella no supiera, se limito a observar la escena con dolor y temor a lo que sucedería.

— Es tu castigo por ser un fenómeno-Respondió el niño rubio y le dio un golpe en el brazo— Como buen mounstro tienes que aprender a recibirlo.

— ¡Aidan por favor!,¡Detente!-Lloriqueo la pequeña.

Shyra llevo una mano a su pecho, las lagrimas comenzaron a nublar su vista. Dio la vuelta para no ver,  pero al hacerlo solo se encontró con otro espejo mostrando la misma escena  cada vez mas vivida.

—¡Eres un maldito mounstro, nos destruirás a todos! - Esto lo dijo otro niño , este de cabello azabache, mismo que golpeó con fuerza el estómago de la pequeña Shyra del espejo— ¡Pero no lo harás si nosotros te destruimos antes!-El rio y le dio otra patada a la pequeña.

—¡Ya déjenme por favor, no les he hecho nada!.

La pequeña pelinegra lloraba cubriendo su cabeza de las patadas y golpes, quiso escapar pero cada que lo intentaba la hacían regresar al suelo con otro golpe.

— Ni si quiera eres bonita, no se si en realidad eres un Ángel- Esta ves la niña del grupito de 3 hablo y tomo el cabello de  la pequeña Shyra haciendo que la mirara— No...tu solo eres un fenómeno, una abominación que no debió de ser creada, un simple error- sonrió y  soltó su cabello tan solo para después propinarle varios puñetazos en el rostro.

— ¡Ya!,¡Se los ruego!,¡Ya!.

La pequeña de alas negras no dejaba de llorar mientras la sangre resbalaba por su rostro, solo quería que se detuviera pero nada hizo que pararan, incluso el niño rubio que llevaba por nombre Aidan se acerco  entre los golpes y se dispuso a  darle una patada en su rostro, cuando Shyra se  percato  de su intención solo pudo soltar un grito cubierto de desesperación, miedo y enojo.

— ¡HE DICHO QUE YA!.

Después de eso el espejo se oscureció dejando a la Shyra actual sin observar nada por unos segundos; Cuando la luz regreso se observo en el espejo al niño rubio inconsciente y con una herida en su abdomen  que parecía ser grave. La pequeña Shyra estaba cubierta por sangre que parecía ser del herido, los otros dos niños la observaban con terror y ella parecía estar en trance observando la escena.

El espejo disolvió la imagen, volviendo a ser un simple espejo que reflejaba la imagen de quien se encontraba frente a el.

— Fue un accidente, yo...yo no quería.-pronuncio Shyra en un pequeño murmullo.

Las lagrimas comenzaron a salir de forma inconsciente y lentamente volvió al suelo que parecía haberse convertido en un lugar frecuente para ella. En esos momentos el dolor estaba más que presente en su pecho y ella solo quería hacerse bolita y cubrir su rostro, al final eso fue justo lo que hizo.

Hundirse cada vez mas en las pesadillas  que traían sus recuerdos.