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~7~

Jimin ya se había lavado la boca, cambiado a un ancho pijama, metido en la enorme cama y cobijado en el cálido edredón, todo a la velocidad de un cohete. No sabía por qué, pero estaba nervioso; su corazón latía lleno de ansiedad y no dejaba de mover uno de sus pies en un vano intento por calmarse. Bueno, en realidad sí sabía por qué estaba nervioso, ¿a quién quería engañar? La inminente presencia del Alfa lo tenía turbado. ¿Qué pasaría cuando subiera?

La manija de la puerta se movió y esta se abrió con lentitud, el Alfa la cerró luego de entrar. Sabía que Jimin estaba despierto todavía, pero decidió ir primero al baño a lavarse la boca y cambiarse para dormir. La situación sería un poco incómoda, pero no había manera de evadirla.

Al salir del cuarto de baño y apagar la luz, todo quedó en penumbras excepto por la claridad de la luna que iluminaba tenuemente. Yoongi se dirigió a la cama y al descorrer las mantas para meterse en ella, Jimin pegó un brinco y se sentó envuelto en el edredón.

—¿Q-Qué haces? —preguntó con voz débil.

Yoongi frunció el ceño pero de igual manera contestó lo que era obvio.

—Dormir.

—¿A-Aquí.... e-en la cama? —inquirió el Omega una vez más.

—¿Dónde más, cachorro? —dijo el pelinegro exhalando profundo—. Ya hablamos de esto. Te dije que no intentaría nada y lo cumpliré. ¿Te cuesta creerme?

—N-No es eso... —murmuró el chico cabizbajo.

Yoongi dio un largo suspiro antes de hablar.

—Jimin, estoy cansado. No me harás dormir en el suelo, ¿o sí? Además, hemos dormido juntos todos estos días y no te has quejado —reclamó Yoongi.

—E-Eso es porque andaba medio aturdido p-por el medicamento... no estaba c-consciente en realidad... y ahora sí... s-se siente extraño, eso es todo... —explicó entre murmullos y con los labios en forma de puchero.

Y eso desarmó a Yoongi por completo. De todas formas, le había prometido todo el tiempo del mundo al Omega, y si además necesitaba espacio, también se lo daría. Para estar claros, Yoongi creyó que podría darle a Jimin lo que este pidiera sin rechistar.

De nuevo un suspiro cansado abandonó la boca del Alfa.

—De acuerdo, cachorro —concedió—. Será como tú quieras.

Yoongi agarró su almohada y una de las mantas que había en la cama y se dirigió con cansancio al pequeño y mullido sofá que adornaba su pieza. Vagamente agradeció tener un mueble así dentro de la decoración de su habitación, si no, estaría durmiendo en el suelo o en el amplio alféizar de la ventana, cosa que nunca imaginó.

—¿Y-Yoongi? —escuchó la voz del Omega un rato después—. ¿Estás dormido?

—Todavía no... —gruñó poquito el Alfa, ni que fuera tan fácil dormirse en un incómodo sofá—. ¿Por qué?

—¿E-Estás molesto conmigo?

—No. —Fue la seca respuesta del Alfa, en realidad solo estaba exhausto.

—Lo siento mucho... por hacerte dormir en el sofá...

Yoongi rio para sus adentros, aquel pequeño se disculpaba por absolutamente todo.

Cuando Jimin no obtuvo respuesta esta vez, intentó con un método diferente.

—¿Si te digo Hy-Hyung, m-me perdonarás...?

El pelinegro consideró la propuesta, no era lo que esperaba pero en serio se moría porque el cachorro le dijera Hyung. Ya había visto como lo decía con naturalidad cuando se trataba de Jin, incluso Namjoon se había ganado uno.

—Tal vez te perdone, no lo sé... —contestó fingiendo indiferencia.

Jimin frunció los labios tratando de esconder una sonrisa, ya el Alfa no sonaba para nada enojado. Tomó aire sin hacer mucho ruido y trató de que las palabras salieran con seguridad.

—Yoongi Hyung... perdón...

La sonrisa de Yoongi fue la más grande que alguna vez había dibujado en su rostro, aunque Jimin no podía verlo.

—Está bien, te perdono... Ahora duerme... —murmuró escondiendo las emociones en su voz.

—Gracias... Buenas noches... Hyung.

—Buenas noches... Jiminie.

La noche helada se encargó de enfriar el sudoroso cuerpo de Jimin y su mente traicionera se encargó de traer recuerdos de todo aquello de lo que siempre había querido huir; pero no podía. Creyó que era una pesadilla, pero se sentía tan real...

¿Creíste que podrías escapar, Jimin?

No puedes esconderte de mí para siempre.

Solo nos tenemos el uno al otro.

¡JIMIN!

No puedes dejarme.

¡JIMIN!

Te encontraré.

Jimin despertó al ser zarandeado por un preocupado Yoongi, quien llamaba su nombre una y otra vez.

La mirada de terror que el Alfa vio en sus dilatadas pupilas le indicó que nuevos gritos se acercaban como la última vez que el Omega había despertado junto a él. Sin embargo, para su sorpresa, el tembloroso cuerpo del chico se lanzó a sus brazos mientras escondía la cabeza en su cuello. Yoongi lo sintió tiritar y apretarse a él con toda la fuerza de la que era capaz.

—Sshh, tranquilo, Jiminie, ya pasó. Fue solo un mal sueño, cachorro.

Yoongi lo abrazó de vuelta y acarició su espalda por encima del empapado pijama. Trató de consolarlo lo mejor que pudo con palabras suaves, pero podía sentir el pánico correr a través del lazo que compartían. A pesar de no haber marcado a Jimin, cuando las emociones entre las parejas destinadas eran muy fuertes, podían transmitírselas al otro sin necesidad de una marca visible.

—N-No dejes que me lleven de vuelta, Y-Yoongi Hyung —sollozó el Omega—. ¡Por favor!

—Claro que no. Solo fue una pesadilla, pequeño. Estás aquí conmigo... —continuaba el mayor tratando de tranquilizarlo ahora con caricias en su sedosa cabellera rubia.

—Haré cualquier cosa, Hyung, lo-lo prometo.... No quiero regresar... Solo... n-no dejes que me encuentre...

El Alfa no tenía deseo alguno de seguir extendiendo el sufrimiento del menor, pero tenía que saber, tenía que.

—¿Quién es Jimin? ¿Dime quién no quieres que te encuentre?

Sintió a Jimin tensarse entre sus brazos mientras sorbía por la nariz ruidosamente. Se apartó del pelinegro solo un poco para poder mirarlo, sus pupilas habían vuelto a la normalidad, aunque sus ojos seguían llorosos e irritados.

—M-Mi hermano... —murmuró al tiempo que desviaba la mirada—. Sé que está buscándome... y... él s-siempre me encuentra...

Más lágrimas brotaron de sus bellos ojos, que habían tomado una tonalidad casi gris.

—¿Quién es tu hermano, Jiminie? —preguntó el Alfa.

—Jo-Jooheon...

—¿Jooheon? ¿Lee Jooheon? —Yoongi no podía creerlo.

—¿Lo c-conoces? —inquirió Jimin mientras sorbía por la nariz otra vez.

—He oído hablar de él, pero no, no lo conozco...

Jimin volvió a abrazarse a Yoongi y lloriqueó débilmente, casi como un gemido de dolor.

—N-No dejarás que me lleve, ¿verdad, Yoongi Hyung?

Yoongi estrechó aún más sus brazos alrededor del pequeño Omega.

—Nadie en este mundo te apartará de mí, Jimin. Nadie —declaró con determinación.

Evitó que su Alfa gruñera con posesividad para no asustar ni alterar más al cachorro, pero su lobo casi rugía al pensar que alguien quisiera llevarse a Jimin de su lado. No lo permitiría, mataría al primero que le pusiera las manos encima.

Estuvieron un rato así, abrazados y en silencio. Jimin sorbía por la nariz de vez en cuando pero ya no lloraba, su corazón se había acompasado al ritmo de los latidos del de Yoongi, mientras inhalaba su aroma característico a uvas y lluvia.

—Cachorro, ¿quieres que me quede aquí un rato... solo hasta que te duermas?

El Omega no dijo nada, pero no se despegó del pelinegro.

Yoongi se recostó entonces a la cabecera de la cama, con Jimin todavía pegado a él. Pero en lo que quedaba de noche se acomodaron mejor y terminaron durmiendo como siempre lo hacían, abrazados.

No supo cuánto tiempo pasó, mas el Alfa despertó intranquilo cuando tanteó el espacio junto a él y no encontró a Jimin, había sentido una ligera frialdad. Miró alrededor tratando de buscar al pequeño pero solo notó la puerta que daba al balcón abierta, a pesar de que todavía estaba oscuro afuera.

En efecto, el Omega se encontraba recostado a la barandilla del balcón con la mirada perdida en la distancia.

—Jiminie... —llamó el mayor—. ¿Estás bien, cachorro? ¿Has tenido otra pesadilla?

El rubito se volvió para mirar a Yoongi y negó con la cabeza.

—Estoy bien... Hyung... —murmuró.

Yoongi se acercó un poco más, adorando en secreto que el chico le llamara Hyung, ya estaban progresando algo.

»Solo quería... ver la salida del sol... —explicó Jimin cabizbajo—. Disculpa si te desperté... Igual perdón por mis molestas pesadillas...

—No te disculpes, cachorro. Todo está bien ahora —le calmó el pelinegro.

Jimin regresó la vista al cielo oscuro, que comenzaba a clarear un poco en el horizonte.

—Cuando pasas mucho tiempo... privado de cosas tan sencillas como la luz del sol... la lluvia... o incluso el aire limpio... tiendes a apreciarlas mucho más... ¿no crees? —comentó Jimin.

Yoongi se sorprendió de que el chico sacara el tema, sabía que se refería al tiempo que había estado encerrado sin poder ver o disfrutar de esas cosas tan simples de la vida. El Alfa se tomó un segundo para evitar que el enojo le invadiera debido al triste pasado del menor.

—Realmente nunca había pensado en eso... —contestó con sinceridad—. Daba todas esas cosas por sentado creyendo que siempre iban a estar ahí para mí...

—Yo también pensaba igual —dijo Jimin con tristeza en la voz.

—¿Te molesta si me quedo aquí contigo?

Jimin se encogió de hombros y acto seguido el pelinegro entró de vuelta a la habitación. El menor se arrepintió un poco después de hacerle un gesto tan indiferente al Alfa, en realidad no le molestaba si se quedaba.

Para su sorpresa, Yoongi regresó con unas mantas en las manos y colocó una por encima de los hombros del Omega mientras que hacía lo mismo con la otra para él. Se quedaron en silencio, pero no era incómodo; estaban uno junto al otro, con la presencia de un nuevo día asomando en el horizonte.

Luego de bajar al segundo piso y encontrarse con Seokjin Hyung preparando el desayuno para todos, Yoongi se fue a su oficina cuando su hermano le comentó que Namjoon y Hoseok habían madrugado y ya estaban en funciones de trabajo.

Su primo ya estaba camino a Busan y Namjoon continuaba investigando acerca del pasado y la identidad de Jimin, pero hasta ahora daba con callejones sin salida ya que solo tenía el nombre del Omega y nada más.

—Namjoon, tengo información que puede reducir tu búsqueda —le dijo el líder una vez dentro de la oficina más privada—. El apellido de Jimin es Lee, y su hermano es el miserable de Jooheon.

—¿En serio, Hyung? —preguntó el otro Alfa en shock por la noticia—. Vaya, eso sí que reduce la búsqueda.

—Y la complica, además. 

—¿A qué te refieres? —preguntó Nam.

—Jimin asegura que su hermano va a encontrarlo.

—Bueno, si son hermanos, es lógico que Jooheon esté tratando de dar con su ubicación —consideró Namjoon mientras tecleaba la nueva información en su avanzada base de datos, ahora sí debía encontrar algo en concreto.

—Cierto, Nam —coincidió el pelinegro—. Pero si son hermanos, ¿qué hacía Jimin encerrado en un sótano y encadenado como un perro rabioso? No lo entiendo, no me cabe en la cabeza. Hay algo raro en todo esto.

—¿Has intentado preguntarle a Jimin?

Yoongi negó con la cabeza varias veces como descartando esa posibilidad.

—No quiero inmiscuirme demasiado y sacar a flote su pasado, apenas me estoy ganando su confianza; cuando esté listo me contará.

—De acuerdo, si crees que eso es lo mejor —dijo Nam—. Yo seguiré investigando entonces. Hoseok se fue temprano esta mañana, espero también pueda averiguar algo útil.

—Bien. ¿Y lo de las mini cámaras y los micrófonos? —quiso saber Yoongi.

—Todo listo.

—Perfecto. Entonces, si no queda mucho por hacer hoy, creo que llevaré a Jimin de compras.

Ambos Alfas se despidieron afectuosamente.

Editado: 16.09.21








*Nota*
Espero les guste este capítulo.

Ya se ha revelado algo del pasado de Jimin UwU, pero aún no lo sabemos todo.

❤ heartu for you

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